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do, porque heran algo viejos y estaban pasados del mucho tiempo que abia questaban allí; por manera que no sacó de la torre al terraplen sino sus armas con que estaba armado, y una partesana en las manos, y aunque algun arcabuz ó ballesta saliera en el terraplen, no abia honbre que la supiese tirar, porque si lo hubiera, desde el principio el Alcayde los ubiera subido á la torre, desde el principio se aprovechara dellos en todas las baterías, y el Alcayde preguntó en el terraplen qué arcabuzes y ballestas abria, y no se alló en todo ei terraplen sino una ballesta, que tenia un bezino de aquí que se decia Juan Xinobés, é con ella dixo que no tenia saetas nengunas porque las abia despendido; que en no aber en el terra-, plen arcabuzeros para defender el artillería, fué todo el daño y perdicion, aunque todabia con las dos piezas de artillería, que sirvian á la tierra, oxeaba á los enemigos la una parte de las murallas, que parece que duró la última batería, de las tres que aquel dia y noche se dieron, hasta tres oras despues de media noche, que fué arto segun la posibilidad que abia, que no se pensó que xamás se ubiera tanta resistencia; é pasada parte desta batería, luego los enemigos desvergonzadamente se subieron por las murallas de las dos tapias en alto y tomaron y cercaron todas, y por ellas andubieron y andaban los coseletes y arcabuzeres jugando con su arcabuzería, que no habia nadie de los questaban en el terraplen que fuese señor de asomarse á mirar las murallas, é todabía el Alcayde hacia jugar el artillería que serbia por la una parté, é tocar al tambor, de arma falsa para hacer entender á los enemigos que todabía fuerça y resistencia en el artillería, porque no tomasen tanto coraje en aber quemado la torre y tomado las murallas ni andar tan des

vergonzadamente por ellas, aunque bien debian de ver que, pues no les oxeaban dellas como de antes lo abian hecho, no abia de aber en el terraplen mucha resistencia, pues no abia nenguna con que podellos ofender; é visto el Alcayde que en el terraplen no tenia reparo ni arma de arcabuz ni ballesta para ofender ni defenderse de los enemigos, que él tenia quemada la torre é tomadas todas las murallas con el artillería, no serbia para podelles hazer ningun daño, y quel socorro quel Governador abia escrito que le daria no se lo abia dado ni dió, vióse bien perdido, porque quemada la torre, no abia remedio de defender el artilleria, especialmente no abiendo con qué ni gente, aunque con todo esto tubo arto ánimo é hizo tocar muchas vezes el atanbor y disparar alguna artillería, é tañer una corneta, para que todavía el Governador é algunos de la tierra biesen que, aunque abia sucedido, todas las baterías estaba por nosotros todabía el artillería, é tanbien para que los enemigos no tomasen ánimo, é conociesen que no abia punto de desmayo de nuestra parte; y fuera tan bueno y provecho el socorro aquella ora, que con sola una grita que se dieran á los enemigos por las espaldas de las murallas, que se pudiera hazer bien al salvo, fuera parte para que quitaran el sitio y descercaran el artillería por entonces, porquestaban los enemigos con pérdidas de muertos y heridos é bien cansados del trabajo del dia y noche, y pequeño socorro que entonces se diera, yziera gran provecho al Alcayde; y visto que le faltaba y que no abia poder para resistir, y que le tenia encerrado en el terraplen, y algunos que con él abian quedado daban gritos diciéndole que se diese ó se saliesen por las murallas, por las espaldas del terraplen, como algunos lo hicieron, y que

dexasen el artillería porque no muriesen allí todos quemados, ellos é todas las mugeres é niños é viejos que se abian entrado á socorrer allí, porque si alguna bonba de las que hechaban de fuego, diese en la pólbora questaba descubierta, todos se abrasarian y quemarian en el terraplen, y él les respondia que no ubiesen miedo, é otras beces les respondia que antes abian de morir todos quemados que dexar el artillería de Su Magestad, é que nó podia tardar el socorro quesperaba, que fué todo el daño en no dársele, que se pudiera muy bien hazer, porque aquella noche les abia enbiado Juan de Rojas una fragata, con cantidad de negros suyos, de la otra parte del andonde abian de benir todos á enbarcarse para que en ella y en canoas se diese el socorro para venir por las espaldas á hechar la gente tras el terraplen, sin que de noche fueran vistos de los enemigos; y el Governador, sabido que la fragata estaba esperando para enbarcar la gente, enbió á mandar que se bolbiese, que por entonces no abia lugar de yr, de que fué arto mal.

con,

Y una ora antes que amaneciese, un soldado de los que tenian tomadas las murallas, despues de aber dado una rociada de alcabuzería, començó á decir, de parte del capitan francés, á bozes, que porqué no se daban á partido, que qué pensaba hazer: el artillero, que se decia Pero Andrés, questaba con el Alcayde en el terraplen, comenzó ablar con este soldado en aleman, que no hizo mucho provecho segun despues se supo; segun pareció, el Pero Andrés dixo al soldado que en el terraplen no abia arcabuz ni ballesta ni vitualla ninguna, é que no abia arma con que pelear; esto puso mucho ánimo á los enemigos, y el Alcayde, como oyó la plática y no entendia la lengua alemana, saltó con este traydor del artillero diziéndole

que qué pláticas eran aquellas, que no ablase mas palabra, que lo mataria, como lo quiso hazer; é ya estaba hecho el daño, y el artillero bolvió al Alcayde y dixo que lo que le decia que no hera cosa que importaba nada, salbo quel soldado benia de parte del capitan francés, questaba á la esquina de la muralla anparado con ella con un escuadron de gente, é que venia de decir que dexase el artilleria y se diese á partido, que bastase el daño que de entramas partes abia abido, pues no tenia remedio de se sustentar, y el Alcayde oyó quel Pero Andrés, artillero, le dixo, no pensando que abia dicho al soldado francés otra cosa, luego hizo tocar el atanbor de arma falsa y tirar algunas picças de artilleria, para que los enemigos de fuera no pensasen que estaban desmayados los de dentro, lo qual lo estaban arto, porque trataban unos entre otros que no querian pelear ni abia armas con qué, y decian al Alcayde que si él queria morir, que muriese, aunque todo esto no hera parte para dexar de mostrar el ánimo que hera justo é en tal caso se requeria, y aunque biendo que era casi el alba, y no le abia dado el Governador el socorro que le abia prometido y que la gente que en el terraplen con él estaba, que serian hasta quinze personas entre españoles y negros y yndios y mestizos y algunas mugeres, niños é viejos, que todos los mas heran ynútiles para pelear, porque heran gente que se abian entrado amanparar á él, é todos desmayados é hicieron muchas lamentaciones, diziendo al Alcayde que en el terraplen no abia arma ni pan ni agua ni carne ni remedio para poderse sustentar ni defender, ni esperança de socorro, como despues pareció, y quel partido quel capitan francés le abia enbiado, á boces, á decir con el soldado, le abia el Alcayde de pedir á él por la estrema necesidad

que tenian, biéndose cercado y encorralado de sus enemigos en el terraplen y quemada ya toda la torre, y todos los enemigos tomadas las murallas, y abiéndole muerto y herido los que podian pelear, puestas las escalas al terraplen muchas partes y con muchas bonbas y artificios de fuego por y sin esperança del socorro; ya que ronpia el alba, tornó el dicho Alcayde hazer tocar atanbor é tirar dos piezas de artillería, y los enemigos que alrededor estaban dieron muy gran grito diciendo que se diese, que no tuviese remedio de socorro, y el artillero Pero Andrés é quatro é cinco de los que en el terraplen estaban, que al parecer se pensó que fueran para algo, vinieron á hablar á Rodrigo Martin, soldado dicho, para que hablase al Alcayde de parte dellos, para que dexasen el artillería y se saliesen á su salvo, y el soldado no se lo osó dezir al Alcayde, sino que todos juntos llegaron á él diziéndole que les dexase salir del terraplen, que no permitiese que muriesen alli todos, pues vía que no tenia remedio ni defensa nenguna, ni arma con que pelear; y los enemigos de fuera, ya que queria aclarar el dia, començaron á jugar su arcabuzería y á dar grandes bozes y alaridos diziendo que por qué no se daban, y el Alcayde se llegó, como oyó las bozes, hácia una esquina del terraplen donde estaba un paredoncillo con un portillo que habian he cho, é díxoles á bezes qué querian, y le respondieron unos soldados que ablaban bien español, diziéndole de parte del capitan, por qué no se daba á partido, porque si aclaraba bien el dia, todos abian de morir mala muerte, y cierto nenguno escapara; el Alcayde dixo que muriese, que para eso estaban allí, é se quitó; é luego de ay á poco se tornó aponer en el dicho puertillo que tenian hecho los enemigos, sin esperança de nengun remedio, é

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