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el ministerio Gonzalez aspiraba á fortalecer el poder del regente con el apoyo de la democrácia y de los intereses revolucionarios; pero los ministerios de Rodil y de Gomez Becerra, mas bien que representantes de una política, mas bien que depositarios de un poder constitucional, eran la guardia de honor de la persona de Espartero.

El ministerio Lopez debia realizar el pensamiento de conciliacion que habia deslumbrado á algunos de los que votaron la regencia única; pero semejante política era ya imposible, no solamente porque la rechazaban los instintos y las afecciones personales del regente y sus amigos, sino porque despues habian nacido infinitos intereses contrarios á ella. Así murió aquel ministerio á los pocos dias de nacer, siendo su caida la señal de un levantamiento que habia de hundir para siempre al poder ayacucho.

Para subir á la regencia el general Espartero destronó á una reina, desquició la administracion, insubordinó al ejército, y puso en revolucion al Estado: para conservarla incendió ciudades opulentas, y derramó la sangre de ilustres víctimas: al dejarla nos ha legado la ruina de tres ricas ciudades, el desórden en la administracion, una deuda inmensa, un erario exhausto, y las rentas públicas dilapidadas. Solo una leccion provechosa deja á la nacion, que no pasará desapercibida para la historia: tal es que cuando hay un súbdito bastante osado para hollar con su impura planta los escalones del trono, y empañar con sus torpes manos el brillo de la corona, el pueblo indignado se levanta contra él haciéndole expiar sus crímenes.

F. DE CÁRDENAS.

DE LA HISTORIA DE LA REGENCIA

DE

DOÑA MARIA CRISTINA DE BORBON.

Fragmento (1).

Er derecho de suceder á la corona ha sufrido en España,

como en las otras naciones del continente europeo, grandes alteraciones y notables vicisitudes; pero en todas se echa fácilmente de ver la mano de la Providencia encaminando los sucesos de una manera conforme á su voluntad y á la naturaleza inalterable de las cosas.

Al principio la trasmision de la potestad suprema se verificó entre nosotros en virtud de leyes y prácticas comunes á todas las gentes. El sistema electivo prevaleció en la monarquía gó-' tica porque era el que á la sazon prevalecia en la civilizacion católica y germánica, y el que habia prevalecido en la civilizacion romana. En la sociedad romana era elegido emperador el mas rico en el mundo católico la eleccion para el pontificado recaia en el mas digno: en el mundo germánico era elegido rey el mas noble. Reges ex nobilitate duces ex virtute sumunt.

El sistema electivo, aplicado en toda su extension durante la

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(1) Deseosos de dar á conocer al público una de las obras mas importantes que ahora se escriben, hemos rogado al Sr. D. Juan Donoso Cortés, nuestro colaborador y amigo, nos permita publicar este brillante fragmento. ca Parecíale esto algo prematuro, habiendo de tardar todavía la publicacion de la obra; pero nosotros hemos desvanecido sus infundados escrúpulos, seguros como estamos de que nuestros lectores la aguardan con impaciencia, y han de agradecernos les anticipemos una muestra brillante de ella.

SEGUNDA ÉPOCA.--TOMO I.

(N. del D.)
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sa de la autoridad de sus concilios y del brazo de sus sacerdotes. Gorriendo el año 572 de nuestra era se estableció la costumbre de ungir á los reyes, siendo en Europa el primer ungido Wamba, que á la sazon reinaba sobre los godos. De esta manera el sacerdocio convirtió de una cosa profana en una cosa sagrada al imperio. Y si no fué bastante poderoso para declarar inviolable la persona del monarca, la cubrió á lo menos con su manto. Ni se contentó con estas señaladas victorias ganadas por el cristianismo contra las reliquias de la civilizacion romana y contra las inclinaciones bárbaras y groseras de los pueblos alemanes porque caminando siempre adelante por la misma senda, sus concilios llegaron á promulgar una especie de código político, en que se declaran los deberes del súbdito y los derechos del soberano: siendo cosa maravillosa de ver la profunda sabiduría con que establece y arregla sus relaciones en tiempos en que habian desaparecido casi de todo punto de la Europa las vanas ideas de la obediencia y del mando, sobre las que se afirman como sobre sus ejes eternos las sociedades humanas.

El concilio quinto de Toledo confirió al rey la potestad augusta de indultar y la de conmutar las penas; impuso al súbdito como un deber la fidelidad al príncipe, decretando la descomunion contra el que quebrantára este precepto, y declaró sujetó á la misma al que consultase á los cabalistas y á los astrólogos al propósito de averiguar cuando debia de acaecer la muerte del monarca. El sexto prohibió durante la vida del rey los tratos y conciertos dirigidos á preparar la eleccion que habia de verificarse despues de su muerte, lanzó anatemas contrà los usurpadores de la corona, é impuso al nuevo rey la obligacion de perseguir en justicia y castigar á los matadores de su antecesor como si lo hubieran sido de su mismo padre.

Estos ejemplos bastarán para que mis lectores tengan alguna noticia de la influencia prodigiosa del cristianismo y del sacerdocio en la constitucion de la potestad suprema de los reyes, y de sus constantes esfuerzos para dar á la institucion de la monarquía estabilidad y grandeza. El sacerdocio comenzó advertidamente por alterar la constitucion de lo que se llamaría hoy el colegio de los electores, modificando con el elemento sacerdotal y católico representado por los obispos el guerrero y germánico representado por los nobles de la raza vencedora; pasan

do despues mas allá dió ensanches á la autoridad del rey decretando lo que en el lenguaje hoy en uso se llamaría una ley de atribuciones; y despues publicó una á manera de declaracion de deberes dirigida á los pueblos, y acompañada de la sancion política y religiosa. Tal y tan grande fué la empresa que acometieron y llevaron á cabo los concilios, únicos depositarios de la sabiduría en aquellas edades bárbaras y turbulentas.

Los reyes por su parte no pusieron en olvido sus propios intereses; y estableciendo por costumbre en el siglo VII la prévia designacion de sus sucesores, y la de hacerlos partícipes en el cuidado de las cosas públicas, se veia claro que caminaban derechamente á desvirtuar, ya que no á destruir de todo punto, 10

que tienen por su naturaleza de instable los sistemas electivos: pero la invasion árabe vino á atajarles el paso echando por tierra en una sola batalla y con un leve empuje la monarquía de los godos,

La raza gótica sucumbió en Guadalete; pero se salvó el cristianismo y con él la civilizacion, que funda las instituciones, y mantiene los imperios. Huyendo las aguas de aquella grande innundacion, que se derramó por la península á manera de diluvio, se recogió Pelayo con los pocos que le siguieron en las montañas de Asturias, y allí alzado por rey echó los cimientos de aquella obra sobrehumana, cuyos principios fueron tan tristes como alegres habrian de ser sus remates mediante la ayuda de Dios y la constancia y los esfuerzos de la noble gente española.

El sistema electivo de la monarquía gótica prevaleció tambien en la fundacion de Pelayo, si bien con notables señales de decadencia y deterioro, porque mientras que en la primera el derecho de elegir se estendió hasta donde alcanzaba la voluntad de los electores, en la segunda no pudieron estos elegir sino entre los individuos de la familia reinante. Siendo el resultado de esta modificacion, que su voluntad dejó de ser soberana porque quedó sujeta al imperio de la costumbre.

De los godos nos vinieron los reyes, de Pelayo las dinastías. Desde que se introdujo esta novedad en nuestra España, hasta que se reconoció en la trasmision hereditaria de la corona el derecho de primogenitura, la corona fué un verdadero patrimonio, aunque varones doctísimos lo niegan fundados en malas razones. La monarquía patrimonial, que fué causa de la desmem

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