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ridad los Mejicanos; porque así los indios como los conquistadores, veian en Cortés el padre universal de aquella inmensa colonia.

Así terminó sus dias uno de los hombres grandes que en aquellos siglos honraron é hicieron temible nuestra patria; cuya fama recibida y acatada en todas partes, no han podido debilitarla las amargas censuras y diatribas con que algunos extrangeros han querido empañar la gloria del vencedor de Méjico. Segun Bernal Diaz del Castillo, fué Hernan Cortés de buena estatura, bien proporcionado y membrudo; el color de su cara tiraba algo á ceniciento, y no may alegre: el rostro pareciera mejor si fuera más largo: su mirada era por una parte amorosa, por otra grave: tenía la barba recia, poca y rala, y lo mismo el cabello su pecho alto y la espalda de buena forma; era cenceño y de poco vientre sus piernas un poco estevadas pero de buenas formas. Fué gran ginete, diestro en todas armas, así á pié como á caballo, sabía muy bien menearlas; y sobre todo tenía un ánimo muy valeroso. En la presencia, ademanes, mesa, traje, conversacion, y demas actos, así públicos como privados, manifestaba constantemente la grandeza y señorío de su alma, prendas que le hicieron dueño absoluto de cuantos sirvieron á sus órdenes, y que reconocian y confesaban públicamente hasta sus más encarnizados enemigos. Ni esas grandes cualidades se oponian á las rudas tareas de soldado: Cortés era el primero en los combates, el primero que asía del azadon para abrir un foso; el primero en sufrir las privaciones y fatigas de la guerra; el primero tambien en acudir á sus soldadas, cuidar de sus personas, y áun curar sus heridas por sus propias manos. Sólo asi pudo sojuzgar en repetidas ocasiones la indómita fiereza de aquel puñado de gente, con que se atrevió á emprender y realizar uno de los acontecimientos más gloriosos que embellecen las páginas de la historia antigua y mo derna.

TABLA DE LAS MATERIAS

LIBRO PRIMERO

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CAP. I. Motivos que obligan á tener por necesario que se di-

vida en diferentes partes la historia de las Indias para que pueda

comprenderse.

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CAP. XII.

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LIBRO SEGUNDO

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CAP. XII. Vuelve el ejército á la Vera-Cruz despáchanse

comisarios al rey con noticia de lo que se habia obrado: sosié-
gase otra sedicion con el castigo de algunos delincuentes, y Her-
nan Cortés ejecuta la resolucion de dar al traves con la armada.

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