GEOGRAFÍA REGIONAL DE ESPAÑA

Julio López-Davalillo Larrea. Licenciado en Geografía e Historia por la UNED. Actualmente

profesor colaborador de Geografía de España, Geografía Regional de España y Geopolítica,

entre otras, en el Departamento de Geografía de la UNED. Autor de diversas obras de

contenido geográfico e histórico (Atlas histórico de España y Portugal, Atlas histórico

mundial, Atlas histórico de Europa, Países y territorios del mundo, etc.) y de diversa

cartografía (mapas murales, hojas independientes y colaboraciones en diversas obras de

contenido geográfico y cartográfico) tanto de carácter académico y docente como divulgativo.

La aprobación, en 1978, de la actual Constitución española, creó un marco político

favorable para un replanteamiento de la reorganización territorial de España. El

advenimiento de la democracia trajo consigo el reconocimiento político de la diversidad

regional de España, en la que empezaron a estar presentes, con diferente fuerza,

regionalismos —y nacionalismos— muy dispares. E igualmente propicio fue el nuevo

marco administrativo, que se reflejó en la aceptación generalizada de una progresiva

tendencia descentralizadora, traducida en la entrada en funcionamiento de estructuras

políticas o de poder de ámbito regional (las regiones devenidas en Comunidades

Autónomas). El proceso fue desigual y ofreció —y aún ofrece— un balance diverso. España

pasó a ser desde entonces un Estado descentralizado.

Para algunos geógrafos, este nuevo ámbito o marco de referencia y estudio —las diecisiete

regiones españolas— ha sido asumido como un modelo de nueva delimitación y

tipificación regional al que acomodar —como es este caso— una asignatura. Pero

manteniendo un mismo discurso descriptivo para cada una de estas nuevas regiones,

fundamentado en una estructura explicativa a partir de un esquema tradicional de análisis

y síntesis que conjugaba, primero, los elementos físicos y, seguidamente, los elementos

humanos y económicos, a la par que los aspectos comarcales. En definitiva, una nueva

escala de análisis —la escala regional—, con todo lo que su flexibilidad o versatilidad

conceptual representa, como la distinción de niveles superiores —los grupos de regiones y

el Estado— e inferiores —las provincias, las comarcas y los municipios—. La versatilidad

del mismo concepto de «región», aplicado al estudio de la organización del territorio, no se

detiene exclusivamente en el marco regional convencional y constitucionalmente

reconocido, el autonómico.