no se ilustra el entendimiento y se educa la razon, cosas que no pueden efectuarse sino por medio del razonamiento, juzgando los mismos hechos en todas sus consecuencias. Yo he procurado hacerlo, contrayéndome principalmente á los mas notables, y si no he tenido acierto en el desempeño, me quedará por lo ménos la conciencia de la intencion. Al llegar á este punto, cumple á mi deber rechazar con indignacion, una imputacion calumniosa que ha querido lanzar gratuitamente contra mí un periódico peninsular.— Pretende que siempre me muestro demasiado severo al hablar de los españoles, y asegura que tengo contra éllos una gran animosidad. Esto se ha repetido por algunos que asistieron á mis lecciones, y quiero aprovechar esta circunstancia para darles' contestacion. Decir que yo aborrezco á los españoles por el hecho solo de que son españoles, es un pensamiento tan indigno que no llega ni con mucho á la altura de mi desprecio y que no merece siquiera los honores de la refutacion.-Podré aborrecer un gobierno, nunca aborrecer un pueblo, y el de España no me inspira antipatias de ninguna especie.-Yo quiero para los peninsulares lo que deseo para la Hungria, lo que anhelo para la Italia, lo que pido para la Polonia: independencia, progreso y libertad. Pero reclamo eso mismo para los cubanos, y culpa mia no es el que los peninsulares, casi todos, contrarien tenazmente nuestras nobles aspiraciones, y quieran de la manera mas injusta mantenernos en la opresion. Tratándose de asuntos puramente políticos, para mí las cuestiones son de principios y no de hombres. La revolucion, triunfante mañana, á ninguno pedirá su fé de bautismo; pero exijirá de todos la hoja de servicios, y cada cual, sea quien fuere, recibirá su merecido segun sus obras. Entonces caerá el anatema sobre FERRETY, que nació cubano, y se alzaran estátuas á PINTO que nació españoly la historia elojiará en sus pájinas la memoria del segundo, que murió mártir, y el pueblo maldecirá el recuerdo del primero, que fué delator. Tan grande, tan noble, tan digno es para mí NARCISO LOPEZ, subiendo al cadalso por la independencia de los cubanos, como PADILLA cayendo por las libertades de Castilla en los campos de Villalar. El dia en que podamos levantar un templo á la memoria de los buenos, allí donde alzemos altares á AGUERO, ARMENTEROS y á ESTRAMPES, los alzarémos tambien á RIEGO, á TORRIJOS y á PORLIER. Nada espero, nada quiero de los españoles, y jamas he concebido, ni remotamente, el pensamiento de vivir en Cuba bajo el réjimen colonial. Por consiguiente, es preciso que crean en mis palabras, cuando les digo que no siento contra éllos antipatias de ninguna especie. ¡Suponen que les aborrezco, porque pinto con vivos colores las atrocidades de VELAZQUEZ, de BALBOA, de NARVAEZ y de. OVANDO; y no recuerdan mis palabras al hablar de VELASCO, del MARQUES DE LA TORRE, de RAMIREZ y de LAS CASAS! Es verdad que he procurado decirlo todo y no he querido ocultar nada, porque mi objeto era agrupar los hechos, formando con éllos el proceso, digámoslo asi, del réjimen colonial. He querido que la juventud cubana, leyendo con detenimiento mi libro, aprendiese á odiar de muerte los opresores de su pais; y para conseguirlo he tenido que decirles la verdad. Por lo demas, ahi está mi obra: tales como pasaron, asi refiero los acontecimientos, y nadie tiene el derecho de quejarse cuando cuento solamente lo que sucedió.-Hay mas; he procurado no citar escritores estranjeros, y siempre que hablo de los conquistadores, gobernantes &c. apoyo lo que digo en autores de la nacion.-LAS CASAS, HERRERA, TORQUEMADA, GOMARA, MUNOZ, DAVILA, ENCISO, SPULVEDA, NAVARRETE, QUINTANA, PEZUELA, LA SAGRA &c., son las autoridades que he tenido presente para corroborar mis asertos. Y aun esas mismas autoridades, eran desconocidas en su mayor parte para mí, ántes del año de 1852 en que salí desterrado de Cuba por disposicion gubernativa del Capitan jeneral.-Fué durante mi relegacion en Sevilla, cuando tuve y aproveché la ocasion, de consultar en la Biblioteca Colombina los autores á quienes me refiero; de manera, que hasta el conocimiento que hoy poseo de los historiadores nacionales, lo debo esclusivamente al despotismo español. NUEVA-ORLEANS-1859. 1 |