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pulpo, cierra repentinamente su concha, y no deja escapar la presa hasta que ha devorado la parte que agarró. El pulpo, para evitar esta sorpresa, interpone una piedra en las válvulas del caracol, y consigue el que no pueda cerrarlas y sacar su parte pulposa.

>2.°, tomado del mismo Plinio. El molusco, que habita las conchas llamadas pinas, va siempre acompañado de un pececillo, por cuya razon se le denomina squilla ó peniptero. Estos dos, puestos de concierto y en armonía, cazan del modo siguiente: el caracol separa y deja abiertas sus válvulas, los pececillos y los pulpos acuden á su carne, la squilla ó el satélite acecha cuando la cavidad de las válvulas está llena de pececillos, y entónces avisa al molusco; éste se cierra, deja prisioneros á cuantos habia, y despues se parten la caza entre el caracol y el espía.

3. Conociendo las serpientes que por su posicion no pueden apoderarse de los elefantes y otros cuadrúpedos muy grandes, tienen el cuidado de observar los caminos que llevan aquéllos cuando van á pacer ó á beber; sabidos, eligen un grande árbol, á cuyo tronco se cuelgan; dispuestas así, se dejan caer repentinamente al pasar los cuadrúpedos, y consiguen amarrarlos. Pero los cuadrúpedos conocen muy bien á sus enemigas y las astucias de que se valen, y procuran irse á los peñascos ó echarse al agua, con cuyos medios, ó consiguen reventar á sus enemigas ó ahogarlas.

› PEREIRA refiere otros muchísimos ejemplos, que por la brevedad omito, y responde á ellos : 1.° Extrañándose, y áun teniendo por ridículo, que unos naturalistas como Aristóteles y Plinio hubieran podido obcecarse con una opinion tan absurda y risible como era la que pretendian sostener en fuerza de sus ejemplos. ¿Cómo es posible que un caracol, privado de la mayor parte de los sentidos, pueda hacer un convenio y un pacto social con un pez, para en vista del cual, uno y otro poder ponerse de acuerdo para cazar juntos y repartirse la caza? ¿No es necesario para esto formalizar un juicio, deducir y examinar un gran número de proposiciones mentales sobre utilidades, sobre condiciones y sobre otras muchas cosas? Si tienen bastante juicio y razon para verificar unas acciones tan sublimes, ¿por qué no aprenden á comunicarse con los hombres, si ya no por medio de la palabra, al ménos por acciones y movimientos, como los sordo-mudos? Ademas, si sienten y juzgan del mismo modo que los hombres, preciso es que teman los castigos de la otra vida; porque ellos sienten el último trance de la muerte, y hacen lo mismo que el hombre para conservarla; unos pasan los mares y los desiertos, otros se sangran cuando se sienten malos, algunos se administran otros remedios, y muchos, en fin, se labran habitaciones para no sucumbir á los rigores de la estacion. Si el discurso y la razon predicen en aquellas acciones, que tan sorprendentes y bien meditadas parecen, es necesario que en otros presida la profecía, el pronóstico ó el cálculo más bien meditado, puesto que ellos pronostican con más seguridad que los astrónomos, y preven con mucha anticipacion la crudeza de un invierno, y en su consecuencia, hacen sus trasmigraciones de Norte á Mediodía. De aquí deduce que estas acciones exigen un gran discurso, y que no alcanzándole los hombres, éstos debian tener ménos discurso que dichos animales.

› Habria de ser sumamente difuso si hubiera de expresar los innumerables argumentos que PEREIRA propone contra la racionalidad de los brutos, y las infinitas dudas que resuelve en favor de su sistema. Despues de rebatir á sus contrarios, pasa á exponer sus ideas acerca de la causa que determina las acciones de los brutos. Dice que éstos se determinan en virtud de unos fantasmas ó cuerpecillos que emanan de todos los cuerpos orgánicos é inorgánicos, los cuales obran sobre su sensorio ó cerebro. Estos, dice, tienen en la parte posterior de la cabeza una celdilla, triclinium, en la cual se depositan las imágenes de los objetos que entraron por los sentidos, y se conservan como desecados durante la ausencia de los objetos. Tambien tienen otra celdilla en la parte anterior del cerebro, scrinium, á la cual vienen á residir los fantasmas ó cuerpecillos que estaban conservados en el triclinium, cuando los objetos se presentan. Una vez depositados y conservados los fantasmas en la celdilla occipital, si el objeto que los produjo primitivamente se ofrece ante el bruto, entonces salen de la celdilla posterior los fantasmas, y depositándose en el scrinium, se representa la imágen del objeto ausente, y los miembros del bruto se ven obligados á moverse del mismo modo que como se produjeron por primera vez los fantasmas á la presencia del objeto.

Esta es la clave y fundamento del sistema de PEREIRA; por él explica todos los movimientos, todas las acciones, verbi-gracia, los ladridos de los perros cuando sueñan que van cazando, el huir cuando alguno les amenaza, etc.

Tambien explica el habla de los papagayos y de otras aves, dieiendo: «Que siendo el sonido una modificacion más ó ménos fuerte del aire, que se comunica á los oidos, y no á otro sentido, dichos órganos tienen una relacion simpática y muy íntima con las de la locucion, y las aves, á fuerza de tiempo, llegan á hablar. »

› PEREIRA pasa en seguida á discutir la naturaleza de los fantasmas, si son sustancias corpóreas ó sólo accidentes de la materia. Defiende y prueba el que son verdaderas emanaciones de los cuerpos orgánicos ó inorgánicos, pero tan sutiles y espirituales, que podian llegar hasta las celdillas anterior y posterior del cerebro.

Rebate y prueba con numerosos ejemplos que Gregorio Arimense se engañó cuando dijo que las imágenes se estampaban en el cerebro como en un espejo.

Tal es el extracto clarísimo de la obra de GOMEZ PEREIRA.

Renato Descártes fué acusado por sus contemporáneos de haber dicho que las bestias no son otra cosa que máquinas, tomando del autor español el pensamiento y dándolo como propio. Los admiradores franceses de Descártes, en el siglo XVII, trataron de defenderlo. Así, pues, el autor de las Nouvelles de la Republique des lettres decia, en Marzo de 1648, que se habia encontrado en el siglo anterior quien osase defender aquella paradoja, en el país del mundo en donde ménos se hubiera creido que una doctrina tan nueva tuviese su nacimiento. ¿Quién hubiera jamas imaginado, decia, que en España, donde la libertad de las opiniones es ménos permitida que la del cuerpo en el imperio turco, produciria un filósofo bastante temerario para sostener que los animales no sienten ?»

Expresa su parecer de que GOMEZ PEREIRA no fundó escuela, y que probablemente Descártes, que leia poco, no habia oido jamas hablar de él ni de su libro.

Esa opinion es la misma que la de Bailler, historiador de la Vida de Descartes. «Muchos han creido, dice, que Descártes habia tomado del libro de GOMEZ PEREIRA la famosa opinion del alma de las bestias. Mas hay una gran razon para dudar que Descártes haya jamas oido hablar de este PEREIRA; que su obra (en el dia de hoy muy rara) haya ido á parar á manos de un hombre tan poco curioso de libros y de leer como nuestro filósofo. Esto quita toda duda en el asunto, pues Descártes no vió el libro de PEREIRA hasta un año despues de la publicacion de sus Meditaciones metafisicas, en que habia dado á conocer su opinion acerca del alma de los brutos, opinion de más de quince ó veinte años antes. Ademas, como ha podido notar muy bien monsieur Bayle (Nouvelles de la Republique des lettres), PEREIRA no habia sacado su paradoja de los verdaderos principios, y no habia podido penetrar sus consecuencias, y no habia podido impedir que Descártes no lo haya encontrado el primero. Esta doctrina no nació en PEREIRA; desde el tiempo de san Agustin era agitada por los más sabios, como una cosa que no se dejaba de sostener, á pesar de la apariencia de absurdidad que en ella el vulgo encontraba. Esta opinion era más antigua que san Agustin, que Séneca mismo, y que los Césares primeros, segun la observacion de monsieur de Rouder, que la hace subir hasta los estoicos y á los cínicos. »

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Sin embargo, Bayle, en su Diccionario histórico y crítico, prueba extensísimamente que no hubo tal idea de ser los animales unos autómatas, entre los sabios de la antigüedad griega y latina, ni entre los Santos Padres. El sistema de GOMEZ PEREIRA fué original suyo, y ciertamente Descártes se aprovechó de él.

Tal es la opinion de muchos sabios, que en ello concuerdan con los más de los contemporáneos de Descártes. No me fundaré en la del abate Lampillas, porque no se le tache de parcial de la ilustracion de los antiguos españoles. Bordeu (1), hablando de que los críticos acusaron de haber copiado las ideas de GOMEZ PEREIRA á Descártes, dice que la imputacion era fundada, si bien Descártes tiene tanta reputacion y gloria tanta, que seguramente no hay temor de que se aminore volviendo á otro lo suyo; que es muy honroso para las ciencias médicas haber facilitado á Descártes modelos, así como caminos para sus descubrimientos; que si GOMEZ PEREIRA hubiese podido saber que un hombre como Descártes iba á adoptar su sistema, en vez de verlo con envidia ó dolor, se hubiera considerado en la cumbre de la gloria; y por último, que la doctrina de PEREIRA, autorizada por la aprobacion de Descártes, ha sido una de las causas de la revolucion que este filósofo ha hecho, así en la medicina, como en la fisica.

Ahora bien, ¿cuál es la causa de la excesiva rareza de la Antoniana Margarita? De Bure, en

(1) En las investigaciones sobre la Historia de la Medicina.

el último siglo, escribia (1) que la mayor parte de las causas á que se atribuia, las considera fabulosas; una de ellas, la de haber amigos y discípulos de Descártes, ante la acusacion del plagio, venido á España á adquirir ejemplares del libro y destruirlos, porque no hubiese estos testigos acusadores contra la gloria de su amo y maestro. Pero el autor frances que esto decia, no daba gran crédito á la noticia, ántes bien veia en ella toda la apariencia de una fábula. En su opinion, la obra de GOMEZ PEREIRA, ántes del siglo de Descártes, habia llamado la atencion extraordinariamente; sus ejemplares eran tambien raros.

Pero ¿de dónde ha venido tal escasez? El libro en España no fué prohibido por la Inquisicion, sus ejemplares no se recogieron por órden del Tribunal, ni ménos de la del Rey. Y sin embargo, no es creible que GOMEZ PEREIRA hiciese una edicion de poquísimos ejemplares, tratándose de un libro en que su autor cifraba grandes esperanzas para el adelantamiento de los estudios y de las ciencias.

El doctor don Antonio Hernandez de Morejon (2) y el citado don Anastasio Chinchilla, que son los españoles que más han hablado de GOMEZ PEREIRA en nuestro siglo, no hablan de las graves cuestiones que promovió la Antoniana Margarita en la misma España.

Miguel de Palacios, al año siguiente (es decir, en 1555), publicó en Medina del Campo un librito con el título de Objectiones adversus nonnulla ex paradoxis Antoniana Margarita nec non apologiæ ejusdem Pereyra (fólio).

Un año despues (1556), tambien en Medina del Campo, se publicó el Endecálogo contra Antoniana Margarita (8.°), librito de gran rareza, cuyo autor es desconocido.

En la misma Antoniana Margarita hállanse dos tratados, uno sobre las contradicciones y errores de los secuaces de Aristóteles, y otro sobre la inmortalidad del alma.

Celébrase mucho por los médicos el libro de GOMEZ PEREIRA, que imprimió en Medina del Campo, el año de 1558, contra los errores de Galeno.

Pero tiempo es de examinar la opinion que atribuye á Descártes haber tomado de la obra de GOMEZ PEREIRA el sistema de que los brutos son meras máquinas; sistema que algunos sabios, censurando á aquél, juzgan más un ingenioso pasatiempo filosófico, que la resulta de razones á propósito para convencer á un talento estudioso y pensador, en tanto que otros, llevando hasta el extremo su entusiasmo, han dicho que como ningun sér puede sufrir á ménos de no haber pecado, las bestias carecen de sentimiento, y esto han dicho tergiversando un pasaje de san Agustin.

Descártes era modesto; y á pesar de haber el primero, no sólo aplicado la álgebra á la geometría, que algunos creen de más genio que la invencion del cálculo diferencial, que constituye la gloria mayor de Leibnitz y de Newton, sino de haber hecho sublimes descubrimientos en la fisica, consignó aquella frase arrogante: Nuestros nietos jamas encontrarán cosa alguna que yo no hubiera hallado tambien á haberme tomado el trabajo de buscarla..

Esto era expresar sinceramente la confianza que tenía en la fuerza de su talento.

Y sin embargo, el libro de GOMEZ PEREIRA se conocia en Europa como las obras de los filósofos españoles; libro de novedad, tan propio para llamar la atencion de Descártes.

No creo que éste jamas hubiese tenido la franqueza de Séneca para escribir estas frases: Cuanto hay bien dicho por otro, sea cuyo fuese, mio es: Quidquid ab aliis bene dictum est,

meum est.

Saisset (3), que en nuestros dias ha escrito docta y elegantemente sobre Descártes y sus precursores y discípulos, no cuenta entre los primeros sino á Bacon y á Ramos. El nombre de GoMEZ PEREIRA no aparece en su libro. Más aún, ni siquiera analiza el sistema de Descártes sobre los animales.

Pero hayase ó no Descártes apropiado el del médico español, indudablemente la gloria de éste es mucha, bien haya coincidido con sus doctrinas aquel grande hombre, bien se las haya apropiado.

Y al llegar á este punto no puedo ménos de llamar la atencion sobre otro hecho notabilísimo y no menos honroso para el talento de los filósofos españoles del siglo XVI.

(1) Bibliographie Instructive, 1764.

(2) Historia bibliográfica de la Medicina española.

(3) Descartes, ses précurseurs et ses disciples, par Emile Saisset; París, 1862.

Se cuenta entre los títulos de gloria de Descártes haber introducido en la metafísica el método de los geómetras. El abate Delalle (1), siguiendo la opinion de Genonde (2), considera que la aplicacion del método geométrico á la metafísica no es ménos digno de admiracion y no ha de ser ménos útil al género humano que la aplicacion del álgebra á la geometría, porque por ella se prueba sólidamente la existencia de Dios, la distincion del alma y el cuerpo y la inmaterialidad del espíritu, facilitándose por este medio la concordia de la razon y de la fe.

Pues bien; FRAY JOSÉ DE SIGÜENZA, monje de San Jerónimo, célebre por la historia de su órden y por la descripcion que del Escorial nos dejó en aquélla, varon doctísimo en las lenguas sábias, dejó escritas, entre várias obras que se conservan en la librería del monasterio, panteon de nuestros reyes, una intitulada Historia del Rey de reyes y Señor de los señores; Jesus-Christus heri et hodie ipse et in sæcula.

El primer libro es una magnífica teodicea; el segundo una sublime y filosófica pintura de la creacion del universo. Los demas libros tratan de la vida de Jesucristo.

En el primero de todos precede à Descártes en esclarecer la metafisica por medio de la geometría. No son ilusiones del amor á las glorias de mi patria, no: una parte del texto en que se halla el sistema que Descártes siguió para la metafísica, que es explicar unas ciencias por otras, la física por la geometría, la geometría por el álgebra, el álgebra por la lógica, la medicina por la anatomía, y la anatomía por la mecánica; motivos de grandes elogios para los admiradores de Descártes, entre ellos Thomas.

Cuando SIGUENZA habla de las virtudes y poder de Dios, y de sus relaciones para con los hombres y lo demas creado, tiene que llevar por guía al raciocinio y confirmar los testimonios de la autoridad con la razon, á que apela la geometría, para salir vencedor de lo que aparecia á sus ojos imposible de aclarar. Véanse las palabras, que parecen escritas por un Descártes, un Pascal, un Mallebranche ó un Arnault, en busca de la verdad :

Pues levantemos los ojos ahora á un espírítu que diste un intervalo infinito destos angélicos espíritus, y verémos alguna vislumbre. ¿Qué tal será su sutileza, su yirtud, penetracion y poder? ¡Qué inferior se queda todo y qué comprendido lo criado de él! ¡Qué ajeno de ser asido, alcanzado ó detenido de cosa inferior! ¡Qué sin corrupcion ó desatamiento su mortalidad! Antes será la misma vida, sin tiempo ni medida y así eterna, inmortal, y con su virtud infinita y eficacidad sustentará todo lo finito, y lo penetrará no siendo penetrado ni sustentado de alguno, y ninguna cosa podrá escondérsele.

Supongamos, para mayor claridad, lo que es en las matemáticas tan sabido, que el punto no tiene en sí partes algunas ni se puede medir con otra cosa, y que puede ser principio de infinitas medidas y salir de él infinitas líneas, y que el centro de cualquiera cosa es lo mismo que este punto... El centro ha de ser aquel punto indivisible que está en medio del círculo ó de una esfera, y lo que en cualquiera cosa criada imaginamos... siempre decimos está en su centro ó fuera de su centro. Y así consiste en un punto indivisible, sea en figuras, sea en cuerpos, sea en sustancias ú otras facultades y virtudes; todo tiene un hondo (3), un medio, un punto indivisible, y así contiene en sí, como en virtud, raíz ó potencia, todo lo que se halla en cualquiera cosa que tiene centro, y de allí sale la virtud y fuerza á todas partes, y todas ellas concurren y se afirman en el mismo centro, y allí se abrazan y adunan, y aunque entre sí estén distantes y apartadas, como se ve en las infinitas líneas que salen del centro á la circunferencia del círculo, y será forzoso que cualquiera cosa que en esta línea se haga ó se toque ó se padezca, que la sienta el centro como principio y fin de cada una.

Tambien se ha de entender otra cosa que en sí es harto clara, que lo que divide ha de ser en respecto de lo que es dividido, indivisible. La línea se divide por puntos, y por el mismo caso el punto ha de ser indivisible. Lo mismo es en la línea, ha de ser indivisible respecto de la superficie á quien divide, y la superficie respecto del cuerpo; y por esto ni el punto se puede dividir en puntos, ni la línea en líneas, ni la superficie en superficies. Y desto tambien se infiere que lo que divide á otro penetra por todo él y no es penetrado ni puede; y por consiguiente el punto penetra por cualquiera parte de la línea, que es la menor cuantidad de todas; y éstas, unas

(1) Cours de Philosophie chrétienne, 1848.-Tomo 1.

(2) Raison du Christianisme.

(3) Fondo.

son derechas y otras torcidas. Las derechas no tienen más unas que otra's; lo que camina y se comunica por ellas va por el más breve camino y lo más presto que puede ser; las torcidas son de infinitas maneras, unas más que otras, sin fin en diferenciarse y apartarse más léjos ó más cerca ; y todo esto que hemos dicho en las cuantidades y en las matemáticas, hemos de poner en todas las cosas que vemos, y decir que todas tienen su centro, donde se recoge y donde nace su virtud..... Y así podemos filosofar en cuanto hay debajo del cielo y hallar el centro de todas las

cosas.

> Pues si diésemos á este centro que tuviese espíritu y ánima, sería necesario conceder que todo cuanto aconteciese á las infinitas líneas que dél salen por todo el cuerpo y circunferencia de estos centros, ó sienta ó padezca, ó nazca deste centro y en aquella virtud en que comienzan y se juntan todas, aunque entre sí parezcan diversas y distantes, por la admirable union y conveniencia que tiene en aquel centro, es forzoso ha de tener razon de espíritu en respecto de lo que no se llama centro, y su virtud y fuerza ha de ser lo más eficaz, ligero y penetrante de aquella naturaleza de que es centro. Y así en la naturaleza divina que hemos mostrado por la intrínseca razon de la suma espiritualidad, que es infinita, que no habiendo de tener más de un centro, éste ha de ser infinito como la misma naturaleza, y así la naturaleza toda será lo mismo que centro, y el centro la misma naturaleza, porque en el infinito no hay medio, que si lo hubiese no sería infinito, pues miraria el medio igualmente á los extremos, y extremos é infinito no se compadecen.

> Queda pues claro que cualquiera punto será centro, y todo ello un centro infinito que él se tiene, conserva y sustenta, y es inmóvil y en él se mueve todo, y que ni tiene figura ni remate, ni lindes de lugar ni de tiempo, sin ninguna particion ni diferencia, y que dista infinitamente de todos los extremos de las líneas que van de él á la circunferencia. Y adviértase bien que en poniendo centro, luego se sigue naturalmente algun espacio, porque son como relativos centro y espacio; no sólo en las figuras matemáticas, mas áun en los cuerpos donde está la gravedad, el peso y la virtud de la cosa, y á los espíritus delgadísimos que están en los cuerpos, les damos este nombre, centro, y á los que no tienen cuerpo, ni están con ellos, áun tambien les imaginamos su centro; de adonde inferimos que aquel supremo espíritu, que ni tiene comparacion con el cuerpo ni admite ninguna composicion, decimos que es todo centro, porque en todo está igual y de una misma manera su virtud. Mas en las cosas finitas y que en alguna forma se limitan en poder ó virtud ó lugar, ha de ser el espacio finito y ha de tener límites desde el centro á la circunferencia, y espacio de la actividad y virtud; mas donde no hay principio ni fin, el espacio (si se puede llamar así) es tambien infinito y de la misma virtud que el centro, y el centro es el espacio, y el espacio centro. Y si se puede imaginar en esto alguna forma ó figura, ha de ser circular y esférica, que no tenga términos, cosa que exceda los límites de nuestra imaginacion, y así es la naturaleza divina, un centro, un espacio y una esfera infinita, que excede todo cuanto puede caber en raza criada de ángeles ó hombres con infinito intervalo, y todo lo demas que vemos ó imaginamos, se comprende debajo ó dentro de algunos destos términos, y se encierra en ellos como todo lo menor en lo mayor, y nunca jamas al reves. Porque si esta esfera divina es de tal condicion que siendo lo mismo que su centro y que su espacio y todo infinito, todo lo que fuera de ella se hace y se produce ha de estar por fuerza dentro della, rodeado y abrazado della, no como su centro, sino como fuera de diverso centro; de la suerte misma que dentro de un gran centro podemos poner otros muchos, no con el mismo centro que los matemáticos llaman concéntricos, sino excéntricos, de la manera que si en una bola grande de vidrio ó metal echásemos muchas bolillas mayores y menores, que, aunque están abrazadas y comprendidas en la grande, cada una tiene por sí su centro, y las líneas que saldrán del centro á la circunferencia del círculo grande, tocarán en los centros de las otras esferas y globos pequeños, porque, como son infinitas, no se escaparán ningunos, ni ningun punto de la circunferencia dellas habrá que no esté tocado y penetrado dellas y del centro de la mayor y suprema. Y así no se dará ninguna cosa en ella que no se haga y no se haya dentro de la mayor y por virtud de su centro, ni se le esconderá nada si se movieren ó mudaren en cualquier manera; si se criaren (?) ó corrompieren ó pasaren de unas en otras, todo ha de ser por virtud, noticia, conocimiento y entendimiento de la suprema. Y no será ninguna cosa destas al reves, que ninguna de las menores puede saber ni sentir lo que se hace en la mayor, sino sólo lo que estuviera dentro de la esfera y circunferencia, y así sabrá no más de lo que la tocan ó me

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