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GINES DE SEPULVEDA algo he hablado al tratar de sus cuestiones con fray Bartolomé de acerca de la esclavitud de los indios; y sin embargo de que sus dictámenes eran consá nuestros sentimientos, no puede negarse que aquel insigne cordobes fué hombre de n ingenio y no ménos ciencia. Sus obras contra Casas obtuvieron de las universidades de Salamanca y Alcalá reprobacion cumplida, mientras que las doctrinas de fray Bartolomé eran acatadas y seguidas por cuantos religiosos escucharon historias de sus órdenes respectivas en el Nuevo-Mundo, y áun algunos calificándolo de buen prelado, caritativo obispo de Chiapa, y obispo santo (1).

FERNAN PEREZ DE OLIVA, catedrático de teología en Salamanca, durante tres años dió en París lecciones de filosofía y literatura antigua. Murió en 1533. Escribió un Tratado de las potencias del alma y un Diálogo sobre la dignidad del hombre, siguiendo el estilo del príncipe de la elocuencia latina, si bien la obra de Fernan Perez de Oliva estaba escrita en lengua castellana y en elegante y digno estilo. Bouterweck ha consignado justísimos elogios de este filósofo español (2).

El gran AMBROSIO DE MORALES fué sobrino de Fernan Perez de Oliva, y en el género filosófico escribió varios discursos; uno sobre lo mucho que conviene enseñar lo bueno con dulzura de bien decir; otro sobre la diferencia grande que hay entre Platon y Aristóteles en la manera de enseñar; otro sobre dos notables ejemplos, en que se ve cómo Dios algunas veces obra en sus maravillas con sólo su poder, y otras con servirse de algunos instrumentos naturales; otro acerca de cuán diferente cosa son grande ingenio y buen ingenio; otro sobre que algunos hombres valen más que sus riquezas, y que las riquezas de algunos valen más que ellos. Los demas discursos, hasta el décimoquinto, son sobre otros asuntos morales. Federico Bouterweck opina que AMBROSIO DE MORALES rara vez penetra en el dominio de la filosofía especulativa, y que casi siempre juzga todo dentro de la filosofía práctica. Compara á Morales con el moralista aleman Cristiano Garve, profesor en Leipzig, observando que las musas de uno y otro filósofo no son profundas, sino claras y justas.

PEDRO DE VALLES, tambien sabio cordobes, escribió sobre el temor de la muerte, y el amor y el deseo de la vida.

Aparte de estos escritores, hay otros que se dedicaron al cultivo de la filosofía por el camino que trazó Fernan Perez de Oliva. Concluyó Cervantes de Salazar el Diálogo de la dignidad del hombre, que dejó aquél sin terminar, porque lo impidió la muerte; tradujo en lengua castellana, con adiciones, la Introduccion y camino para la sabiduría, por el célebre Juan Luis Víves, y glosó el Apólogo de la ociosidad y el trabajo, escrito por Luis Mejía. Dedicó Francisco Cervantes de Salazar sus obras al famoso conquistador de Méjico, Hernan Cortés, varon aficionado á las ciencias á las letras.

y

(1) El padre fray Agustin Calanche, Corónica moralizada del órden de San Agustin, en el Perú, con tablas ejemplares en esta Monografia. Barcelona, por Pedro Lacaballería, 1638 :

«Sólo fantos y lástimas de los indios se oian en las plazas y en los campos. Hiciéronse tan grandes crueldades en los indios, que por no quebrantar corazones no refiero; véalas el que quisiere admirarse, si no es que no quiera afligirse, en el libro del obispo de Chiapa, fray Bartolomé de las Casas, intitulado Destruicion de las Indias, y la declaracion de fray Márcos de Nise, que allí refiere; libro que se imprimió con licencia del Emperador, para memorial. En él se verá cómo la codicia arrastra á la naturaleza, pues pudo más en los nuestros el interes y la riqueza, que huir de desdorar las virtudes que han usado en las otras tres partes del mundo los españoles. >>

(2) Véanse las palabras tomadas de la version francesa de su obra sobre la Historia de la poesía y de la elocuencia en las naciones modernas :

« Le plus célèbre de ses ouvrages est son dialogue, dans la manière de Cicéron, sur la dignité de l'homme. Il n'y faut pas chercher sans doute des idées qui eussent encore dans notre siècle l'intérêt de la nouveauté; il n'y faut pas chercher non plus un modèle du style propre au

dialogue; Cicéron lui-même n'en est pas un; mais on trouve au moins dans cet ouvrage de Perez d'Oliva le premier modèle que la littérature espagnole ait offert, d'une discussion nette et bien liée dans un langage correct, élégant et noble. La forme de dialogue n'est qu'une espèce de nœud assez lâche qui sert à unir les deux parties dont l'ouvrage est composé. Deux amis se rencontrent dans une promenade. La conversation tombe sur la solitude; on recherche les raisons qui peuvent la rendre chère à l'homme, et de là on passe aux motifs qu'on peut avoir d'être mécontent du monde et de la destinée humaine. L'un des deux amis refuse toute espèce de prix à l'existence de l'homme; l'autre combat cette opinion, et un troisième ami qui survient et pris pour arbitre de la dispute. Chacun des deux antagonistes expose ses raisons à ce juge dans un discours suivi, ce qui forme dans le même ouvrage un mélange de formes didactiques, dramatiques et oratoires qui ne peut être du goût de tout le monde. Il faut convenir, cependant, que le dialogue de Perez d'Oliva, partout où il ne prend pas une tournure oratoire, est naturel et agréable. Les pensées sont développées le plus souvent avec précision et clarté, et les morceaux oratoires, surtout lorsqu'ils ne son pas déplacés, ont de la force et de la chaleur.»

Tambien escribió varios diálogos de filosofía moral por aquellos tiempos el cronista de Cárlos V, el caballero sevillano Pedro Mejía.

JUAN DE ESPINOSA, riojano, secretario del Virey de Sicilia, capitan valeroso y hombre de Estado, que alcanzó la estimacion de Cárlos V, de Fernando de Austria y de Felipe II, escribió el libro intitulado Gynacepanos, ó sea Diálogo en laude de las mujeres, Milan, 1580, con dedicatoria á María de Austria, hija del emperador Cárlos V y esposa de Maximiliano II.

Compuso ademas otro libro con el título de Micracanthos, obra en que ESPINOSA recopiló los hechos y las sentencias más notables de los varones eminentes. Nicolas Antonio dice que no habia visto este libro. Por lo que se comprende, el propósito del autor fué demostrar á sus lectores el camino de la gloria, que debe seguirse, y el de la infamia, que debe evitarse.

Bayle (1) dice que ESPINOSA, al hablar de este libro, Diálogo en laude de las mujeres, se expresa con palabras llenas de buen sentido y que enseñan la diferencia que media entre las censuras y las lisonjas, y la utilidad que puede sacarse de aquéllas. Véanse: Pero contra aquellos que quisieren por ventura en otras cosas tacharme, dejaré por agora de hacer excusaciones ó respuesta defensiva, refiriéndome á la apología que en el Micracanthos tengo escrita, donde suficientemente se trata de las especies de maldicientes y detractores, y de la reprension que debe (exclusas todas las demas) aceptarse, y como obra saludable y virtuosa agradecerse. A lo cual remitiéndome, sólo diré agora que, sin desear contra los maldicientes y arrogantes burladores más venganza de aquella con que la Escritura los amenace diciendo: Parata sunt derisoribus judicia, y sin admitir, por otra parte, las alabanzas engañosas de los aduladores, esperaré gratamente con deseo y humildad la correccion de los buenos y sabios varones, teniendo para ello siempre en la memoria aquellas divinas palabras del Ecclesiaste, que dicen: Melius est à sapiente corripi, quam stultorum adulatione decipi.

Tambien JUAN DE ESPINOSA recogió seis mil proverbios vulgares, compuso alguna obra, segun él mismo califica, no de poca importancia, de maravillosa doctrina y provecho, y muy agradable por la copiosa diversidad de las materias, todas ellas puramente aplicadas á la virtud.

Bayle, que en tan grande aprecio tenía el mérito de JUAN DE ESPINOSA, no advirtió que en el Diálogo en laude de las mujeres defiende el regicidio, ó mejor dicho, la muerte violenta del tirano en castigo de sus maldades, precediendo en esto al padre Mariana en su tratado De Rege et regis institutione. Parece como que ESPINOSA, al hablar de la muerte dada á un tirano por una heroina de la antigüedad, no considera lícito que los súbditos maten á sus príncipes; pero al cabo dice que si son tales como aquel de que ha tratado, no sólo es conveniente, sino digno arrebatarles la vida, por lo que Ciceron decia: Nulla nobis cum tirannis societas est. (L. 1, offic.)

SEBASTIAN FOX MORCILLO, natural de Sevilla, floreció en la primera mitad del siglo XVI. Fué un filósofo de gran erudicion y criterio, no ménos apasionado de Platon que de Aristóteles, é igualmente deseoso de concordar las opiniones de ambos. A esto se dirige especialmente el libro que Fox MORCILLO escribió con este titulo: De natura philosophia, seu de Platonis et Aristotelis consensione, obra compuesta en un tiempo en que los platónicos y aristotélicos contendian cada cual en defensa de un sistema.

Escribió ademas un comentario á los libros De República, de Platon; otro al Tinneo, del mismo, y otro al diálogo Fedor, que trata de la inmortalidad del alma; obras todas estas que vieron la pública luz en Basilea, el año de 1556 (2).

Igualmente escribió un tratadito con el título De regni regisque institutione (3), asunto que muchos años despues sirvió al padre Juan de Mariana para su famoso libro. Fox MORCILLO se prcpuso en esta obra examinar la conveniencia de las diferentes formas de gobierno, para dar la primacía á la monárquica bajo el poder de un soberano excelente, no como lo pintaban ó describian los antiguos filósofos en las escuelas, sino como lo desean nuestros tiempos (sed quem nostra desiderent tempora). Felipe II, que acababa de ocupar el trono de Inglaterra por su casamien

(1) Dictionnaire historique et critique.

(2) Sebastiani Foxii Morzilli, hispalensis. Commentaio in decem Platonis libros de Republica.-Basileæ, ex officina Joannis Oporini, 1556.

In Platonis Timæum comentarii. El mismo lugar y año de impresion.

In Platonis Dialogum qui Phædo seu de animorum im

mortalitate inscribitur Commentarii. Tambien en Basilea, el año de 1556. Todas estas tres obras corren juntas en un tomo en fólio.

(3) Sebast. Foxii Morzilli, hispalensis. De Regni Re-gisque institutione, libri ш. Antuerpiæ, apud Gerardum Spelmannum, 1556.

to con la reina María, fué el objeto principal de su escrito, es decir, enseñarle el camino de ser un gran rey, modelo de virtud é integridad, y que así pudiese educar á sus sucesores.

La prudencia, la justicia, la moderacion, la clemencia, la fortaleza del alma, la humanidad y las demas virtudes propias de un varon excelente, ésas son, segun Fox MORCILLO, absolutamente necesarias en un rey.

Y cosa bien extraña por cierto. En ese tratado la primera cualidad que exige para un monarca el filósofo español, es la prudencia. Así como la piedad se considera como la principal de todas las virtudes, la prudencia mayormente es la que corresponde al Príncipe. El dictado que dió la historia á Felipe II por el juicio de sus contemporáneos, fué el de Prudente.

Distinguense las obras de Fox MORCILLO por la elegancia de su decir y por cierta agradable ligereza con que están escritas. En la De regni et regis institutione hay notabilísimos pensamientos, que demuestran la originalidad del talento de este filósofo. Otro tanto puede decirse de sus demas escritos (1).

MELCHOR CANO, religioso dominico, gran teólogo, uno de los que asistieron al Concilio de Trento, obispo de Canarias, fué un varon de talento eminentísimo. Se ha juzgado con variedad en antiguos y presentes tiempos. Alcanzó fama de alto criterio. Escribió un libro De locis theologicis (2), que se publicó despues de su muerte por solicitud de la órden dominicana, por ser muy útil y provechoso y de buen ejemplo y doctrina.

El propósito de CANO se dirigió á conciliar la teología con la filosofía. Puédense tener presentes algunas de sus razones para formar juicio verdadero del intento de su libro. Para CANO en teología lo primero es la autoridad, lo segundo la razon; la verdadera filosofía es la ciencia de las cosas humanas, divinas, terrestres y celestiales. No nacieron del estudio de la filosofía los vicios. sino del error y de la ignorancia. No es la filosofía aquella ramera vaga y habladora, impaciente, procaz, blanda y aduladora, dispuesta á dañar las almas, sino aquella Thamar que concurre á la casa pública para asegurar la sucesion que anhela, á fin de que el estudioso y fiel Júdas engendre á Fares y Zaram. No son las musas sirenas como las de Pitágoras: castas son, no meretrices; verdaderas, y no engañadoras. Los que aman las sirenas incurren en vicios. Los que aman las musas no son viciosos. La historia, no sólo eclesiástica, sino pagana, es utilísima al teólogo contra los adversarios de la verdad. Las razones naturales y humanas, no sólo son convenientes al teólogo, sino necesarias, y tambien hacer ostencion de ellas; la teología puede ser clara y evidente.

CANO acepta el principio de Ciceron: el arte es guía más cierta que la naturaleza.

Fichte ha explanado este pensamiento, diciendo que el sabio que quiere conmover el mundo con una idea y darle una forma nueva es un artista. El arte para él, en este sentido, es la mision del sabio.

CANO considera á la filosofía como la ciencia general; Reciberti dice que no es ciencia propiamente hablando, sino simplemente la amiga de todas las ciencias.

Compuso MELCHOR CANO un Tratado de la victoria de sí mismo, que llamó traduccion de toscano (3). El doctor Salas, en la dedicatoria á don Juan de Salvatierra, dice: «Desto para mayor confirmacion nos ha dado ejemplo el muy reverendo padre el maestro FRAY MELCHOR CANO, que sacando de la caudalosa fuente de su doctrina y elocuencia la traduccion de este tratado, le anidó en árbol do no cayese.›

(1) Véanse algunos pensamientos tomados del libro De Regni.

«Respublica, ut recte Aristoteles ait, ordo est eorum qui urbem aliquam incolunt..... Ita fit ut quod Societatis regendæ formæ sint totidem etiam sint rerum publicarum.

» Puerilis ætas levis est, hilaris, inquieta, indomita, petulans, acris, atque prudentiæ expers: igitur puer statim magistris datus iis artibus instituatur quæ ælatem illam maxime deceant pariterque removeatur à servilorum, clientum, leviumque mulierum consortio, colloquiis pravis et turpibus spectaculis aut inhonestis picturis, à mendacio, et simulatione, à petulancia demum : propterea quod his de causis vitiorum semina, quædam eorum animis inseruntur quæ adulta postea in gravissima scelera et insanabiles animi morbos abeunt.

» Ei pietas curæ in primis sit. Quoniam enim ut hominum mentibus insitæ à natura notiones quædam de Deo sunt omnesque quantumvis barbari numen aliquod colunt: necessè profecto est in rep. id primum statui quod est maxime præstans naturæque congruentissimum.

» Legem esse aliquam summam atque divinam sequitur qua ad illum ipsum finem homines instituatur qui per se id assequi nequeant.

> In principe qui universæ reip. curam habet tanto est intolerabilior imprudentia quanto ea plures laeduntur... Prudentia virtus animi sit rerum agendarum noticiam rationis rectæ judicio congruentem pariens. >

(2) Salamanca, 1563.
(3) Valladolid, 1550.

El mismo CANO escribe: Me moví á tomar la fatiga de dias en escrebir este tratado, sacando lo mejor de él de la lengua italiana, en la cual le hallé escripto por un varon de grande espíritu y experiencia en las batallas espirituales..

Desconócese el libro que sirvió de base ó modelo á CANO para el Tratado de la victoria de si mismo, pues si bien fray Juan Bautista Cremoneme compuso uno con título semejante en 1530, y otro con el de Victoria y conocimiento de si mismo Serafin de Vermo, ni el uno ni el otro se asemejan á la obrita del gran teólogo español.

Tal vez el tratado que tuvo presente CANO se publicase en Italia con titulo distinto, y así no haya sido fácil dar con él por los que se han dedicado á tratar de las obras de este sabio.

La general creencia es que lo más del librito pertenece al talento de MELCHOR CANO; más claro, que no es una version fiel de un libro toscano, sino una imitacion, con muchos pensamientos propios.

Otro filósofo famosísimo en el siglo xvi honró á España; hablo de ANTONIO GOMEZ PEREIRA, médico, natural, segun se presume, de Medina del Campo, hijo de Antonio Gomez y Margarita Pereira. Su celebridad, á pesar de lo muy raras que son sus obras, y ésas escritas en lengua latina, se debe á haber tratado la cuestion de si los brutos tienen ó no alma ó inteligencia. En sentido afirmativo opinó en la antigüedad Aristóteles; Leibnitz, Reamur, Bonnetz, Pedro y Francisco Huber y Rendu han defendido esta tésis contra GOMEZ PEREIRA, contra Descártes, contra Buffon y contra Condillac.

Montaigne dejó escrito que las arañas tienen reflexion, pensamiento y conclusion. La Fontaine, en sus versos, combate las hipótesis de los filósofos, presentando los hechos que demuestran el instinto y la inteligencia de los animales.

Publicó GOMEZ PEREIRA un libro en Medina del Campo, el año de 1554, con el título de Antoniana Margarita, obra escrita en lengua latina, considerada por su autor como no ménos útil que necesaria á físicos, médicos y teólogos. El título de la obra se compone de los nombres de los padres de GOMEZ PEREIRA, al fin de honrarlos con la fama que sin duda esperaba alcanzar por ella. En la Antoniana Margarita se combate á Aristóteles, señalando nuevos principios, opuestos á la materia y formas sustanciales que predominaban en las escuelas.

Entre los que han escrito acerca de esta peregrina obra, merece preferente lugar don Anastasio Chinchilla, autor de los Anales históricos de la Medicina en general, y biográfico-bibliográficos de la española en particular (Valencia, 1841). Lo raro de la Antoniana Margarita me obliga á reproducir aquí el extracto que de ella hizo aquel célebre y erudito médico:

Al empezar la explanacion de su sistema, confiesa lo expuesto, lo difícil y áun lo imposible que era desterrar añejas preocupaciones. Tal consideraba la siguiente, que es la que se propone combatir en su obra; con este motivo dice que corria en aquel tiempo tan válida y cierta la opinion de que los brutos tenian un alma racional, aunque mortal y de un órden inferior á la nuestra, como cierto era el axioma el todo es mayor que su parte, A esto añade lo siguiente: Es tal el delirio y tal la obcecacion de estos sistemáticos, que están creidos firmísimamente que los brutos sienten y entienden de la misma manera que nosotros; y que si les fuera dado hablar, llamarian al color blanco que ven, album si habláran en latin, y blanco si en castellano; y si tocáran, como nosotros, llamarian figuram quadratam y figura cuadrada, segun fuese en latin ó castellano; lo mismo de todos los sentidos (columna 3."). Con este motivo ridiculiza el servilismo de aquellos escritores que, en vista de dos proposiciones, sólo adherian y defendian aquélla, áun cuando no la hubieran visto, con tal que estuviera apoyada en alguna autoridad de Aristóteles ó de Galeno, y por solo el Magister dixit. Prueba contra ellos que este servilismo y fatal creencia fueron siempre la causa de los pocos adelantos de la ciencia, al paso que el pensar y hablar con libertad lo habian sido de sus progresos. ¿No es un loco, añade, el que crea que el todo es mayor que su parte, sólo porque lo dijo Aristóteles?» (columnas 3., 4.a y 5.a).

Más adelante sienta estas proposiciones, que son los fundamentos de toda su obra, á saber : 1. ¿Cuál es la diferencia ó el principio inherente y exclusivo al hombre, que lo distingue esencialmente de los brutos?

.2. Si los brutos sienten del mismo modo que nosotros, debe inferirse que no hay nada propio en el hombre, que no sea comun á los brutos.

3. ¿Cuál es la causa de los movimientos ó acciones de los brutos, y el cómo se mueven ó ejecutan aquéllas?

.El principal argumento que nuestro médico oponia á sus contrarios, puede reducirse al siguiente silogismo: «Vosotros, dice, quereis probar que los brutos raciocinan como nosotros, por las obras tan admirables y estupendas que en ellos observamos; es así que estas obras, léjos de probar una inferioridad de alma, la suponen más superior, porque los hombres no son capaces .de hacerlas, luégo ó tienen un alma superior á la nuestra, lo cual no admitis, ó las obras que › éstos ejecutan, es por otra cosa diferente del alma y del discurso. >

Define el hombre genéricamente un animal, y específicamente racional; dice que por sola esta circunstancia, esto es, por la racionalidad, se distingue de todos los demas, y la define una fuerza poderosa y propia del alma para distinguir, comparar y perfeccionar.

>PEREIRA se hace cargo de la opinion de algunos que decian que los brutos tenian un alma racional, con la que discurrian y formaban sus juicios, pero que conocian solamente las proposiciones universales, cuya facultad no era propia y exclusiva del alma racional. Contra éstos prueba que si los brutos tenian un alma y una razon, con la cual formaban sus discursos, y en su consecuencia se determinaban á la afirmativa ó negativa, debian conocer las particulares del mismo modo que el hombre las conocia. En su confirmacion, dice: Si los brutos ejercen todos los actos de los sentidos exteriores como el hombre, el perro y el caballo, por ejemplo, conce.birian mentalmente al ver sus dueños, lo mismo que un criado al ver el suyo; y así como éste á la vista de su amo afirma en su entendimiento que aquél es su amo, así el perro y el caballo » deben afirmar en su mente que aquél, y no otro sujeto, es el dueño. Lo mismo debe suceder >con la negativa, porque los brutos, á vista de sus amigos ó enemigos, deben formarse mental>mente proposiciones que convenzan á su alma de ser amigos ó enemigos, para seguirlos ó huir ›de ellos. Si á consecuencia de la conclusion que forman, hacen lo que su razon les dicta, es preciso que desciendan de las universales á las particulares.» PEREIRA se vale de otro ejemplo: De ningun modo puede decirse que un cordero conoce á su madre, si no la puede distinguir y diferenciar de las demas ovejas parecidas y semejantes á ella; porque en este caso, él iria á buscar las tetas de otra para mamar su leche. Si esta determinacion y eleccion de madre es efecto del discurso mental que formó, es indispensable confesar que este cordero formó muchos juicios ó proposiciones particulares, para llegar hasta la particular afirmativa ó negativa. Si así es, este cordero recien nacido, ó tiene más razon que un niño, ó su alma es de un órden más superior que la de él.

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Los discípulos y partidarios de Aristóteles contestaron, apoyados en el dixit de su maestro, diciendo que no todos los que conocen y distinguen, afirman ó niegan que una cosa es ó deja de ser; y por consiguiente, que los brutos podian, por una simple aprension, conocer las cosas sensibles, sin razon afirmativa ó negativa de si ellas son ó no, cuáles son.

PEREIRA Contesta que la autoridad de Aristóteles, en que fundaban su opinion, habia sido la causa de tantos errores como habian cometido sus partidarios. En seguida responde á su argumento, y dice: Si los brutos sienten y'obran como nosotros, ¿por qué se ha de decir que nosotros nos hemos de determinar por un juicio práctico antecedente, y ellos por una aprension › puramente sensitiva? Si el conocimiento ó apetito de una cosa que se ama y se desea conseguir, >precede al movimiento ó determinacion, es necesario que anteceda, no una simple aprension, >gino un conocimiento bien distinto de la cosa amada, con conviccion de ser ella, y del sitio en >donde está, porque de lo contrario, no sabria si efectivamente lo era ó dejaba de estar, y por consecuencia, si debia ir ó no á ella. Que quiere decir: el cordero conoce al lobo presente, sino que el cordero se forma en su mente esta proposicion: éste que está presente es el lobo. Así en efecto debe suceder, porque el participio de presente no se resuelve sino en el relativo que y en el presente indicativo del verbo ser; verbi gracia, esta proposicion: el hombre conoce el enemigo presente, se resuelve en esta otra equivalente: el hombre conoce al enemigo que está presente. Se objeta en seguida PEREIRA los principales argumentos de sus contrarios, tomados de las obras más admirables que se notan en los animales, y que al parecer prueban que obran con discurso. Entre todos los hechos alegados por los contrarios, elige como los más comprobantes los siguientes, que no dejan de ser en extremo curiosos :

1.° Plinio, al hablar de la mutua y cruel guerra que se hacen los moluscos y crustáceos, dice: Los caracoles de mar, avaros de la carne de los pulpos, abren sus válvulas y las dejan abiertas, quedándose como adormecidos; el pulpo, tan luégo como lo nota, mete sus brazos, con el objeto de sacar alguna porcion de carne del caracol; pero éste, al momento que siente la uña del

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