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como un personaje de condicion aviesa, que con aparente celo del bien calumnió á los españoles que se enseñorearon de América, atribuyéndoles horrendos crímenes. Aquéllos lo apellidan héroe de la religion y de la humanidad, y su más elocuente, intrépido é infatigable campeon; éstos, un visionario, caprichoso, arrebatado, mal español y pertinaz en sus ideas exageradas.

Nació en Sevilla por los años de 1474, estudió leyes en Salamanca, pasó á América en 1502; ocho años despues recibió las órdenes sacerdotales. Diego Velazquez, en 1511, lo llevó á Cuba. LAS CASAS asistió á Pánfilo de Narvaez, el competidor de Hernan Cortés, en su segunda expedicion á Bayamo y Camaguey. En ella adquirió el afecto de los indios por el celo que manifestó para que fuesen tratados muy humanamente, así por los soldados como por el caudillo. En la isla de Santo Domingo, adonde se trasladó luégo, predicó contra la esclavitud de los mismos indios, y en el anhelo de obtener todo bien para ellos, regresó á España para conseguir de Fernando el Católico leyes favorables. Fallecido el Rey, logró que el cardenal Jimenez de Cisneros, regente entónces, acogiese simpáticamente sus pensamientos. Volvió LAS CASAS á Santo Domingo con dos personas comisionadas para impedir la esclavitul; pero tan presto se trató de abolirla, que los colonos, bien hallados con ella, se resistieron de tal modo y tales quejas dieron á la corte, que LAS CASAS hubo de tornar á España. Se cree que por su consejo se autorizó la introduccion de esclavos negros en América (1). El célebre poeta aleman Juan Jacobo Engel pintó la muerte de FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, cuando éste, aunque seguro de la pureza de su corazon y de la inocencia de su vida, y acostumbrado á sostener la mirada de los reyes sin conmoverse, temblaba ante la santidad suprema y la justicia infinita. Hace que el postrimer sueño de LAS CASAS sea la aparicion de un ángel, que empieza á recordarle la historia de su vida. La primera lágrima de arrepentimiento habia borrado todas las faltas de su juventud. El ángel le dice que todos los dolores del inocente fueron sus propios dolores, que llenaron de celo ardiente su alma, celo que la vejez no pudo extinguir; que sostenido por la justicia de su causa, osó desafiar la venganza de los poderosos y anatematizó enérgicamente la avaricia, el fanatismo y la política que no se cuidaba de castigar los delitos; que arriesgó su vida sobre los abismos del mar, arrostrando las tempestades para llevar al trono los llantos del inocente y devolver á la inocencia el consuelo y la esperanza; que se presentó al conquistador soberbio, el primero que dominó en dos mundos, é hizo que resonase en su alma la voz que reprendia sus faltas; que lloró sobre sus esperanzas destruidas y confió sus lágrimas al cielo, acogiéndose al retiro para renunciar á todo placer y al mundo, y entregando su alma toda entera al deseo de su libertad y á los pensamientos de la vida eterna.

Un recuerdo oprimia su corazon, dice Engel, el del funesto consejo que habia dado, en un momento de irreflexiva desesperacion, para librar á un pueblo por medio de la esclavitud de otro. Todos sus pensamientos erraban sobre las riberas del Senegal y hasta en lo interior de aquella parte del mundo, donde una guerra perenne y pérfida entrega á los bárbaros de Europa millares de hombres para encadenarlos. El ángel lee en el libro de la vida de LAS CASAS este recuerdo. El Obispo de Chiapa en aquel instante, lleno de la compasion más profunda, no piensa en sí ni en su juicio, sino en sentir la desgracia de tantos miles de hombres sus hermanos. Vió el ángel cómo aquel religioso estaba devorado de todas las serpientes de los remordimientos, anhelando poder dar el más precioso tesoro de su existencia, la inmortalidad, por impedir las consecuencias de su falta. El ángel lo vió, exclama Engel, y una lágrima se asomó á sus ojos, una voz del

(1) Arnaldo Herman Luis Heeren, en su Manual histórico del sistema politico de los estados de Europa y de sus colonias, desde el descubrimiento de las Indias, habla de LAS CASAS con gran imparcialidad al tratar de la esclavitud de los negros. Véase el pasaje siguiente, tomado de una version francesa:

8. Ce fut pour suffire à ces travaux des mines et du petit nombre des plantations qu'on avait entreprises, et pour ménager les indiens, que l'on avait reconnus incapables de les supporter, que, principalement par le conseil de Las Casas, on autorisa l'importation des nègres d'Afrique et le monstrueux commerce des esclaves. A la vérité les espagnols ne le firent point eux-mêmes, mais le gouvernement afferma à des étrangers, qu'excitait l'appât du gain, l'importation d'un nombre déterminé d'esclaves.

>Le commerce des esclaves s'était introduit en Europe, par suite des découvertes et des conquêtes des portugais sur la côte d'Afrique, et avait ainsi précédé la découverte de l'Amérique. Les conseils de Las Casas engagèrent de bonne heure à transporter des nègres aux Indes Occidentales; mais ce commerce ne s'établit régulièrement qu'en 1517. Charles-Quint donna à son favori, la Bressa, le monopole du transport annuel de quatre mille esclaves; celui-ci le vendit aux Génois. Les marchands génois recevaient les esclaves des portugais, entre les mains desquels était, à proprement parler, tout le commerce des nègres, bien qu'à la fin de cette période, les anglais commençassent à s'y livrer avec empressement.>> (M. C. Sprengel, Vom Ursprunge des sclavenhandels, etc. De l'Origine du commerce des esclaves; par M. C. Sprengel, 1779, in-4.0)

cielo dijo al ángel con la voz dulce y afectuosa de un padre: Destruye el libro en que está grabado. Mas ¿ese infortunio inmenso, indecible, prolongado durante siglos?..... preguntó LAS CASAS. Ese infortunio será cambiado en bien y en plenitud de alegría, segun el pensamiento del que te ha creado, replicó el ángel; tú te has reconocido en tu debilidad, reconoce à Dios en su grandeza; Dios, que hace llegar á los hombres por los errores á la verdad, por las faltas á la virtud, y á la felicidad por los sufrimientos. Engel nos pinta al anciano LAS CASAS ya cadáver, dormido dulcemente como un tierno infante en los brazos de su madre, y la paz de Dios sonriendo aún en su rostro en medio de las sombras de la muerte.

La religion de Santo Domingo, que lo habia admitido en su seno, lo vió más tarde nombrado obispo de Chiapa. En 1541 volvió á España, rendido á la fatiga y á los trabajos, y con el alma herida por no ver cumplidamente secundados sus designios en pro de los indios. En 1550 renunció la dignidad episcopal y se retiró al convento de su órden, llamado de San Gregorio, en Valladolid, donde, despues de escribir su Historia general de las Indias, que quedó inédita (1), falleció á los noventa y dos años de edad, en el de 1566.

Los apasionados detractores de LAS CASAS, para acreditarlo hasta de mal español, dicen que era de origen frances. Con tan absurdo criterio juzgan á este respetable sacerdote. Los Ponces de Leon descienden de franceses, de franceses los Duques de Medinaceli, por don Bernal de Bearne, hijo de Gaston Febo, que vino á España en servicio de Enrique II; de don Gutierrez, natural de Gascuña, los Duques de Osuna, Marqueses de Villena y Duques de Escalona. Don Pero Niño, Conde de Buelna y señor de Cigales, que tan gran caballero fué en Castilla, hubo su origen en Juan Niño, hidalgo de la casa real de Francia. Argote de Molina, en su Nobleza de Andalucía, nos dice que los del apellido de Casaus, que poblaron en Sevilla, se preciaban de venir de don Guillen, vizconde de Limojes. Descendiente de éste se llamaba Guillen de las Casas, alcalde mayor de Sevilla, de quien se hace mencion en la Crónica de don Juan II.

Impugnó el gran doctor Juan Gines de Sepúlveda las opiniones de FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, y defendió la doctrina de que era lícito sujetar á los bárbaros indios para quitarles la idolatría y los malos ritos, y para que más fácil y libremente se pudiesen convertir á la religion cristiana.

Replicó valientemente el Obispo de Chiapa al doctor Sepúlveda. A los señores de la congregacion dijo:

«Suplico que miren este tan importante y peligroso negocio, no como mio, pues á mi no me va más de defendello como cristiano, sino como á hacienda de Dios y de su honra y de nuestra Iglesia, y el estado espiritual y temporal de los reyes de Castilla.›

Con guerras injustas, y con henchir los montes y campos de sangre inocente humana, con infamia y blasfemia de Cristo y de su fe, no puede algun cristiano lícita ni honestamente corroborar y defender la autoridad apostólica ni el señorío del cristiano Rey. Antes se infama y desautoriza la Sede Apostólica; deshónrase el verdadero Dios, aniquilase y piérdese (como cada prudente y cristiano fácilmente conocerá con lo que el doctor Sepúlveda inventa) el verdadero título y señorío del Rey. Este título y señorio no se funda entrando en aquellas tierras y gentes robando y matando y tiranizando con color de predicar la fe, como han hecho y entrado los tiranos que han destruido aquel orbe con tan cruel y universal matanza de tan numerosa multitud de innocentes; sino en la pacífica, dulce y amorosa evangélica predicacion, introducion, fundacion y asiento no fingido de la fe y del principado de Jesucristo. Quien otro título á los reyes nuestros señores dar quiere, para conseguir el principado supremo de aquellas Indias, gran ceguedad es la suya, ofensor es de Dios, infiel á su Rey, enemigo es de la nacion española, porque perniciosamente la engaña..

Defendió LAS CASAS á los indios, demostrando su aptitud para las letras, para las ciencias y para

las artes en ésta :

Los indios son de tan buenos entendimientos y tan agudos de ingenio, de tanta capacidad y tan dóciles para cualquiera ciencia moral y especulativa doctrina, y tan ordenados por la mayor

(1) Una copia antigua, manuscrita, del tomo existe en la Biblioteca Provincial de Cádiz, ejemplar procedente

de la librería del excelentísimo señor don José Manuel de Vadillo.

parte, proveidos, y razonables en su policía, teniendo muchas leyes justísimas, y tanto han aprovechado en las cosas de la fe y religion cristiana y en las buenas costumbres y correccion de los vicios, donde quiera que han sido doctrinados por los religiosos y personas de buena vida, y aprovechan cada dia, cuanto nacion en el mundo se halló despues de subidos los apóstoles al cielo y hoy se hallaria. Pero de decir el admirable aprovechamiento que en ellos ha habido en las artes mecánicas y liberales, como leer y escribir y música de canto y de todos músicos instrumentos, gramática y lógica y de todo lo demas que se les ha enseñado y ellos han oido.

¡Cuán inciertamente juzgan á FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS los que le atribuyen designio de combatir las glorias de España en la conquista del Nuevo Mundo! El Obispo de Chiapa vindica al papa Alejandro VI; en su bula sobre el descubrimiento de las Indias no dispone ni aconseja que los habitantes de ella fuesen sujetados por las armas, «pues si sabía, dice, el papa Alejandro, por relacion de los mismos reyes, que habian hallado los descubridores que á descubrir aquel orbe enviaron, que las gentes de él vivian pacíficas, ¿cómo habia el Papa de exhortar los reyes que las sujetasen primero por guerras, y aprobar lo que llamamos conquista, y despues predicarles el Evangelio?

Y para que no se dude jamas de su yerro y engaño, véase y nótese lo que allí luego el doctor añade, levantando á los Reyes Católicos un gran testimonio por su Majestad no sufrible, é querérselo vender por servicio (conviene á saber), que conformándose los Reyes con la intencion del sumo Pontifice, siendo áun el mismo Alejandro vivo, por su real provision diz que mandaron subjetar los indios por guerra desde el principio. Que levante el reverendo doctor á los Reyes la infame maldad susodicha; pruébase lo primero por la primera instruccion que como católicos mandaron dar al primer almirante cuando la primera vez despues que descubrió las Indias lo enviaron con labradores y gente pacífica, no á conquistar ni robar ni matar las gentes, sino á poblar y edificar é cultivar la tierra, y atraer por mansedumbre, por dulce y edificatoria conversacion, por obras de caridad y amor á aquellas gentes domésticas, humildes, mansas y pacíficas; para efecto de lo cual en el primer capítulo de la dicha primera instruccion dicen los Reyes así: Primeramente, pues á Dios nuestro señor plugo, por su santa misericordia, descubrir las dichas islas é tierra firme al Rey é á la Reina nuestros señores por industria del dicho don Cristóbal Colon, su almirante, visorey y gobernador dellas, el cual ha hecho relacion á sus altezas que las gentes que en ellas halló pobladas, conoció dellas ser gentes muy aparejadas para se convertir á nuestra santa fe católica; porque no tienen ninguna ley ni seta. De lo cual ha placido y place mucho á sus Altezas; porque en todo es razon que se tenga principalmente respeto al servicio de Dios nuestro señor y ensalzamiento de nuestra santa fe católica. Por ende sus Altezas, deseando que nuestra santa fe católica sea aumentada y acrecentada, mandan y encargan al dicho almirante, visorey é gobernador, que por todas las vias y maneras que pudiere, procure y trabaje atraer á los moradores de las dichas islas y tierra firme á que se conviertan á nuestra santa fe católica. Y para ayuda dello sus altezas envian allá al devoto padre fray Buil, juntamente con otros religiosos, que el dicho almirante consigo ha de llevar. Los cuales, por mano é industria de los indios que acá vinieron, procuren que sean bien informados de las cosas de nuestra santa fe; pues ellos sabrán y entenderán ya mucho de nuestra lengua, é procurando de los instruir en ella lo mejor que ser pueda; y porque esto mejor se pueda poner en obra, despues que en buena hora sea llegada allá el armada, procure y haga el dicho almirante que todos los que en ella van, é los que más fueren de aquí adelante, traten muy bien é amorosamente á los dichos indios, sin que les hagan enojo alguno, procurando que tengan los unos con los otros conversacion y familiaridad, haciéndose las mejores obras que ser puedan. Y asimismo el dicho almirante les dé algunas dádivas graciosamente, de las cosas de mercaduría de sus Altezas que lleva para el rescate, y los honre mucho. Y si caso fuere que alguna ó algunas personas trataren mal á los indios, en cualquiera manera que sea, el dicho Almirante, como visorey é gobernador de sus Altezas, lo castigue mucho por virtud de los poderes que para ello lleva, etc. Estas son las palabras formales de sus Altezas. Juzguen agora vuestras señorías y mercedes y paternidades si funda bien su intencion el doctor Sepúlveda..... Si teniendo relacion los Reyes que las gentes de las Indias eran pacíficas y aparejadas para se convertir, y mandando al primer almirante al principio y la primera vez y en la primera instruccion que daba, que por todas las vias y maneras que pudiesen los procurasen á la fe convertir, y para provocallos mejor á ella les ofreciese y diese graciosamente de las mercaderías de su misma real hacienda..... y que honrase mucho á los indios, y que los españo

les los tratasen muy bien y amorosamente..... diga el doctor, ¿cómo levantó á los Reyes Católicos que al principio las tiranías detestables mandaron hacer?>

Honra la memoria de Isabel la Católica el PADRE LAS CASAS, Copiando la cláusula de su testamento en favor de los indios :

Item, por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas y tierra firme del mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intencion fué, al tiempo que lo suplicamos al papa sexto Alejandro, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesion, de procurar de inducir y traer los pueblos dellas y los convertir á nuestra santa fe católica, y enviar á las dichas islas y tierra firme prelados y religiosos y clérigos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos é moradores dellas en la fe católica, é los enseñar y dotar de buenas costumbres, é poner en ello la diligencia debida, segun más largamente en las letras de la dicha concesion se contiene: por ende suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando á la dicha Princesa mi hija é al dicho Príncipe su marido, que así lo hagan y cumplan, é que éste sea su principal fin, y que en ello pongan mucha diligencia. Y no consientan ni den lugar que los indios vecinos é moradores de las dichas Indias é tierra firme ganadas é por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados. Y si algun agravio han recebido, lo remedien y provean por manera que no excedan cosa alguna de lo que por las letras de la dicha concesion nos es injungido y mandado. Decilla in forma. Parece à vuestras señorías, mercedes y paternidades que se conforma mejor la serenísima Reina con la intencion del Papa y la de Dios, mandando tan afectuosamente la paz y mansedumbre y amor para convidar y atraer á la fe á los indios, que no el doctor con violencias, tiranías y guerras.>

Las teorías del Obispo de Chiapa eran que de ningun modo los indios fuesen esclavos. La via ó camino cristiano para asentar perpétuamente el señorío en aquellos países se hallaba, segun él, en los medios pacíficos y amorosos, ganando por afecto y por buenas obras los ánimos.

La congregacion de teólogos y juristas en que se trató de este asunto fué celebrada en Valladolid, de órden del emperador Cárlos V, el año de 1550. El célebre fray Domingo de Soto, de cuyos escritos hablaré más adelante, fué encargado por la congregacion para formar un sumario de la apología de LAS CASAS con el fin de poder estudiar mejor sus argumentos.

Numerosísimos fueron los escritos de FRAY BARTOLOMÉ, todos dedicados al sublime objeto de la caridad para con sus hermanos, y á defenderlos de las opresiones de los conquistadores. La historia titulada Brevísima relacion de la destruccion de las Indias (Sevilla, 1552) se tradujo en varios idiomas. La pasion contra los españoles en Flándes, cuando las guerras en tiempos de Felipe II, hizo que se publicase en frances dicho libro, con grabados representando acciones cruelísimas, á fin de avivar el ódio del pueblo.

La sinceridad de FRAY BARTOLOMÉ DE LAS Casas, y su santo celo en bien de los indios, que tanto sufrian, jamas pudieron imaginar que iban á servir de arma de partido contra sus compatricios, en las guerras de Europa.

Razon es decirlo: LAS CASAS no habló contra los españoles, sino contra los malos españoles; hay que tener muy presente esta diferencia para juzgar con acierto acerca de sus escritos. Quizá con alguna exageracion pintó los hechos; era FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS de la region meridional de España, por tanto de imaginacion ardiente y fácil; exprésase con viveza y apasionamiento, pero evidentemente en lo que dijo hay una grandísima parte de verdad. En la conquista del Nuevo Mundo hubo y debió haber todo lo que acontece en guerras de su género, falta de humanidad en muchos de los conquistadores, y más tratándose de gente incivilizada la que se sometia. ¿Qué nacion ha sido humanitaria en sus conquistas, y más tratándose de arrebatar á un pueblo sus costumbres? Honra es de España, seguramente, que clamára contra los abusos y las tiranías un español, honra son tambien de nuestra patria las leyes benignísimas con que se trató de cimentar la conquista.

Al principio de estar en América no reparó LAS CASAS en los estragos que se ocasionaban en los indios. El mismo nos lo dice con noble franqueza: «En aquel tiempo no tenía yo tal cuidado ni se me dió nada por sabello..

FRAY BARTOLOMÉ, entre los españoles y los indios, entre opresores y oprimidos, optó siempre por los segundos.

Su primer deber como filósofo cristiano era la caridad; defenderla para amparo de los infeli

ces y para que los españoles que se apartaban por codicia de esta segura y santa via, fuesen Ilevados forzozamente á ella para honra de la nacion y para bien de sus almas.

Todo el gran pensamiento de la filosofia de LAS CASAS, que irresistiblemente lo impulsaba á la causa de los oprimidos, se encierra en estas palabras del libro segundo de su historia inédita (capítulo XLIII):

¿Quién podrá sufrir, que tuviese corazon de carne y entrañas de hombre, haber tan inhumana crueldad? ¿Qué memoria debia entónces de haber de aquel precepto de la caridad, amarás á tu prójimo como á tí mismo, en aquellos que tan olvidados de ser cristianos, y áun de ser hombres, así trataban en aquellos hombres la humanidad?>

Compruebase con mil testimonios contemporáneos la verdad mucha que hay en los escritos de LAS CASAS. El licenciado Vasco de Quiroga, en relacion al emperador Cárlos V, habló en el mismo sentido que el célebre Obispo de Chiapa (1).

(1) En la Biblioteca Nacional (T 190) existe una relacion manuscrita que el licenciado Vasco de Quiroga envió á Cárlos V desde Méjico, el 24 de Julio de 1533. Son dignos de memoria los siguientes pasajes, que concuerdan con las opiniones de FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS.

«Digo con el acatamiento que debɔ..... que la nueva provision revocatoria de aquella santa y bendita primera, que à mi ver por gracia é inspiracion del Espíritu Santo tan justa y católicamente se habia dado y proveido allá y acá, pregonado y guardado sin querella de nadie que yo acá sepa (porque ante quien la cosa entiende no se usan quejar de semejante cosa, seyendo contra equidad y justicia) los que tienen minas y no tuvieren ánimas ni ánimos de poblar, la alaben, que los verdaderos pobladores, cierto soy, ven claro lo que es (la total perdicion de toda la tierra), porque aunque à aquéllos hincha las bolsas y pueble las minas, á estos verdaderos pobladores destruye, y despuebla los pueblos, y á estos miserables que por ella como rebaños de ovejas han de ser herrados, quita las vidas con las libertades. Digo á aquestos pobrecillos maceoales, que son casi toda la gente comun, que de tan buena gana entran en aquesta grand cena que en este nuevo mundo se apareja y guisa, sin se excusar ni fingir cristiandad, como sus caciques é principales (ó tiranos por ventura) lo hacen, à quien se da agora, por esta nueva provision, facultad que los vendan y hierren; lo que fuera por ventura mejor empleado que en ellos se hiciera, porque quitándoles á estos caciques é principales el sér y costumbre de tiranos que tenian, y de ser casi adorados y reverenciados por dioses (como lo eran), no creo que les haga la cena por donde esto se les quita tan buen estómago como á estos maceoales y gente comun, que juntamente con la religion cristiana y salud de las ánimas sanan, etc.

»Ahora, por la nueva provision, han de ser herrados y vendidos sin ninguna piedad, para que mueran de mala muerte en las minas, y no para ser doctrinados, como allá siniestramente se informa.»>

(Hablando de que era imposible guardar justamente á los indios al cumplir aquella provision, dice :)

".....por la condicion, manera y cobdicia desenfrenada de nuestra nacion, que en ninguna manera esto allá se podria imaginar cuanto y de la manera que sea, lo cual todo con el auxilio y favor divino iba ya cesando y la cosa se entendiendo y desentiranizando, y la gente maceoal se animando y esforzando y pidiendo su justicia y 1 bertades (por sus libeles de pinturas, por tan buena madera y con tanto silencio, que es el culto de justicia), que esto es cosa increible á quien no lo vea y tanta consolacion y gozo del ánimo para quien en ello entiende, que no se siente el

trabajo del cuerpo que se recibe, ni el quedar defraudado en las horas del comer y reposo, porque sus intenciones simplecillas y buenas no queden defraudadas en sus libertades y en la notoria justicia y derecho que en ello á mi ver tienen, pretenden y piden con tan buenos modos y maneras y medios, reposo y razonamientos que tienen en lo pedir, que cierto es, á mi ver, gran vergüenza y confusion para la soberbia nuestra.

>>La desenfrenada codicia de los que acá pasan, lo causa que por captivar para echar en las minas á estos miserables..... á los ya pacíficos y asentados los levantan..... y los han de hacer levantadizos, aunque no quieran ni les pase por pensamiento, inventando que se quieren rebelar, ó haciéndoles obras para ello, y para que las piedras no los puedan sufrir.

»Las lástimas y buenas razones que dijo (un indio) y propuso, si yo las supiere aquí contar, por ventura holgára vuestra merced tanto aquí de las oir y tuviera tanta razon despues de las alabar, como el razonamiento del villano del Danubio, que una vez le vi mucho a'abar yendo con la córte de camino de Búrgos á Madrid, antes que se imprimiera, porque á la verdad, parescia mucho á él y va cuasi por aquellos términos, y para le decir no habia por ventura ménos causa ni razon.

»En cuanto a los que nunca fueron sujetos ni requeridos ni pacificados, si queremos tambien en esto estar recatados y mirar bien lo que pasa, no hay duda sino que aquéstos no nos infestan ni molestan, ni resisten á la predicacion del santo Evangelio, sino defiéndense contra las fuerzas é violencias y robos que llevan delante de si por muestras, y por adalides los españoles de guerra, que dicen quelos van á pacificar, Yéstos son los requerimientos que se les dan á entender y que ellos entienden y ven claramente, que son que los van robando ó destruyendo las personas, haciendas é vidas, casas, hijos é mujeres; porque lo ven al ojo é por obras, que es su manera de entender, mayormente en defecto de lenguas.

»Las palabras y requerimientos que les dicen los españoles, ellos no los entienden, ó no se los saben ó no se los pueden dar á entender como deben, así por falta de lenguas como de voluntades de parte de los nuestros para ello, porque no les falte el interes de esclavos para las minas, que pretenden por la resistencia, á que tienen más ojo y respeto, que no á que entiendan la predicacion ó requerimientos, y aunque lo entiendan, no ven sino que es engaño y ardid de guerra, viendo la gente en el campo tan apercibida y á punto de dar sobre ellos.

La miserable y dura captividad en que nosotros los españoles los ponemos, no para mejor deprender la doctrina y servir en nuestra casa con que allá los malos in

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