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sitio por donde el otro viene. Por tales actos el caballero se pone en pié y mira al lugar hácia donde le demuestra el caballo ó mulo, y ve al hombre que está á más de un tiro de ballesta. Algunas veces siente el dicho caballo ó mulo venir algun lobo ó perro, y avisa del mismo modo al caballero hasta que conoce que lo puede ver ú oir. Considerad, pues, fray Anselmo, cuál tiene mejor ó más sutil oido, el caballo ó mulo que desde la distancia de un tiro de ballesta siente venir un hombre á pié, ó el caballero que hasta que el hombre de á pié no lo tiene delante saludándolo, no ha oido sus pasos, ni los del perro que pasa junto á él. Cien mil otras pruebas os presentaría ademas, pero á fin de no prolongar más mi discurso, paso á dar respuesta á vuestras otras pruebas y razones.>

Del segundo sentido corporal del animal, que es el ver.- El segundo sentido corporal de los animales es el ver. ¿Qué hombre hay el dia de hoy en el mundo, fray Anselmo, de tan perfecta y clara vista, que pueda distinguir las cosas pequeñas desde una legua de distancia? El águila y el buitre ven desde más de cincuenta leguas de altura en los aires al conejo ó la perdiz, ó algun otro animal vivo ó muerto en la tierra. Y en cuanto à la perfecta vista de los animales, se muestra claramente, fray Anselmo, en las grandes tinieblas, donde los hijos de Adan nada pueden ver sin luz. Los nobles leones y otros animales generalmente, y hasta los gatos, perros y ratones, ven y miran mejor y más claramente que no los hijos de Adan en medio de un claro dia. » El asno habla de la perfecta vista de la burra del profeta Balaam.

Veréis la superioridad, fray Anselmo, si leeis el capítulo xxi del libro de Los Números, tratando de la burra del profeta Balaam, cuando el rey Balac lo envió á maldecir al pueblo de Is. rael. Y Dios nos envió al ángel con la espada en la mano, á fin de impedirle el paso, por lo cual se puso en medio del camino. Y viendo la burra al ángel con la espada, tuvo miedo y se paró. Y el profeta, como no veia al ángel, daba de golpes á la burra para que pasase adelante, y ella, no pudiendo sufrir las injurias que el dicho profeta le hacia, lastimándole las costillas con los golpes, dijo: Señor, ¿por qué me maltratas así? ¿Has visto que alguna vez haya hecho cosa > semejante? Tú me hieres porque no paso, y yo no puedo pasar porque me lo impide lo que veo. > Así dice el texto, fray Anselmo, que Dios, nuestro Señor, abrió los ojos al dicho profeta, y en mirando vió al ángel, y al punto le dijo: Perdonadme, porque yo no sabía que estuvieses aquí.> Y el ángel le dijo: Si esa bestia no se hubiese parado, yo te hubiera muerto. Y luego le mandó de parte de Dios que no maldijese al pueblo de Israel, y él así lo hizo. Decidme ahora, fray Anselmo, ¿quiénes tienen mejor vista, los animales, que no tan sólo ven las cosas corporales, sino tambien las incorpóreas, como son los ángeles? Y vosotros, hijos de Adan, sólo veis las corporales. Cien mil otras pruebas os podria ofrecer, mas me contengo para dar córte á nuestra disy no ocasionar fastidio á nuestro muy alto y prepotente príncipe, nuestro muy amado señor el Rey. >

puta,

Del tercer sentido corporal del animal.- El tercer sentido corporal de los animales es el oler. ¿Qué hombre hay, fray Anselmo, que pueda sentir algun olor bueno ó malo desde la distancial de un tiro de piedra? Y los gatos y ratones huelen cualquier vianda desde un tiro de ballesta. Y áun el autor del libro de Las Propiedades da más testimonio en esto, pues es hijo de Adan, como vos, y dice que el buitre huele la carne muerta de cien leguas de distancia.

De la natura del escarabajo. Los escarabajos están condenados á sustentarse del estiércol de los caballos, mulos y asnos; y si quereis ver cuando alguno de dichos animales va por un camino, no hay en el mundo un solo escarabajo que no salga de sus madrigueras, siendo infinitos los que acuder. de todas partes. Tan sutil es su olfato, que desde diez ó doce leguas huelen su comida. »

De la natura de los lebreles y sabuesos.—«¿Habeis visto una cosa más maravillosa que los perros, todos en general, y los sabuesos en particular, cuando siguen por el husmo al conejo, la liebre ó la perdiz, corriendo por todos los sitios por donde éstos han pasado? Para estas cosas no bastan los hijos de Adan; mas, al contrario, sin los dichos perros, que son los que les muestran la caza, jamas por sí mismos la podrian hallar. Y dejo otras cosas para no prolongar nuestra disputa..

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Del cuarto sentido corporal del animal. El cuarto sentido corporal del animal es el gustar. Si bien lo contemplais, fray Anselmo, veréis que los caballos, mulos, bueyes, carneros y otros animales, cuando pastan entre muchas hierbas de varios gustos y sabores, toman las de bueno y dulce sabor y las comen, y dejan las otras que lo tienen malo y amargo. Y de este cuarto sen

tido y del quinto igualmente os daria cien mil pruebas que demostrasen cómo Dios Todopoderoso nos ha dotado de más enteros y perfectos que á vosotros. Si no temiese ocasionar enojo á nuestro muy alto príncipe y á los venerables varones, á los cuales no agrada decir cosas dichas á este propósito con gran ciencia. Y en cuanto á lo que decis, que Dios Todopoderoso en los dichos : cinco sentidos corporales os ha dado buena manera y mejor retentiva que á nosotros, por lo cual os acordais de las cosas pasadas, y que á lo que á nosotros ha concedido sólo es para lo que vemos de presente, yo os respondo que vuestra opinion es falsa.>

El asno declara á fray Anselmo la buena memoria de los animales.

Porque vos mismo deberéis saber, y áun por propia experiencia, que todos los dias los mulos, asnos y bueyes que una vez ó dos han ido de la viña ó el jardin á la casa, ellos saben despues volver solos sin necesidad de guía, y vosotros iréis una vez ó dos por un camino, y en volviendo de nuevo no acertaréis con él. »

De la naturaleza de las golondrinas. - Fray Anselmo, vos veis á las pequeñas golondrinas volar despues que son grandes, y cuando el estío ha pasado y el invierno se aproxima, como son muy delicadas y sensibles, al fin se van con sus padres á invernar á las Indias; porque cuando aquí es invierno, allá es estío. Y despues en la primavera, que es tiempo entre calor y frio, tornan aquí á nuestras torres, y las veréis venir directamente, cantando con gran alegría, á las casas ó los lugares donde están los nidos que dejaron el año pasado, y reedifican otros nidos para su reposo y para en ellos criar sus pollos; y cuando el estio es pasado, tornan otra vez á aquellas partes de la India derechamente, sin equivocarse ni olvidar jamas el camino, tanto á la ida como á la vuelta; empero en todo tiempo saben el lugar de su habitacion.

De la naturaleza de los pájaros y otros animales. - Semejante cosa hacen las tortolillas y las cigüeñas, y muchas otras aves, que si yo quisiese explicar cómo se gobiernan en su ida y vuelta, sería sumamente prolijo. Asimismo las grullas cuando llega el tiempo de su partida. ›

De la buena retentiva de los hombres. No acontece así con vosotros, fray Anselmo, pues si alguno que reside en Mallorca pasa á Barcelona y es convidado á comer por un amigo en su casa, si pasado tiempo de estar otra vez en Mallorca torna á Barcelona, fácilmente olvidará la calle donde es la casa de su amigo que le habia convidado; y si no pregunta á alguno dónde está la casa, difícilmente la encontrará.

¿Qué os parece de esto, fray Anselmo? ¿Quién tiene mejor memoria, nosotros los animales ó vosotros los hombres? Si teneis otra razon, decídmela, porque ésta no es suficiente para probar que Dios os ha dado mejor memoria que á nosotros, ántes bien todo al contrario, como os he declarado; así, no penseis cubrir el sol con una criba, porque no lo sabréis hacer.

Fray Anselmo dice al señor Asno:

Señor Asno, pues mis razones sobredichas no os agradan, todavía voy á probaros por otras más poderosas que los hijos de Adan somos de mayor dignidad que vosotros los animales. Basta recordar nuestra hermosa sabiduría y gran discrecion, con agudeza de entendimiento y muchas ciencias; el buen consejo y prudencia que tenemos y guardamos en nuestro gobierno, hechos, tráficos y muchos derechos que nosotros tenemos, por los cuales seguimos los caminos justos y buenos, y dejamos los falsos y malos. Y el que sigue la via de la bondad y hace excelentes obras, ese tal es galardonado y recompensado; y el que sigue la via contraria, ese tal es castigado segun sus maldades; y vosotros nada teneis de esto, sino que como bestias irracionales, que haceis todas vuestras obras bestialmente y sin que haya alguna razon en vuestras acciones. › Responde el asno :

Ay, ay, padre; pensar ántes de hablar es sabiduría, y vos haceis lo contrario, pues hablais ántes que discurris, lo cual es una grande y soberbia locura, con mezcla de torpeza; pues no sólo en los grandes y notables animales, sino en los más pequeños, hallaréis semejante y áun mayor saber, discrecion y agudeza de ingenio y buen consejo, con prudencia mejor que la vuestra. Nosotros tenemos tambien muchos derechos y usos, por los cuales el que hace lo que no debe es castigado, y así bien galardonado el que procede con rectitud, como os declararé (si vuestra rudeza lo puede entender), segun lo que se me alcance. Poned atencion á lo que digo. La naturaleza y gobierno de las abejas. El primero de los pequeños y sutiles animales es la abeja; si vos, fray Anselmo, las observárais veréis cómo ellas se gobiernan en sus habitaciones, bajo la conducta y obediencia de su rey, el cual mora en medio de sus gentes. Y despues en la primayera y en el verano, de dia y de noche, cuando la luna resplandece, salen todas generalmente y

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vienen á extraer de las hojas y de las hierbas la cera sutilmente con los piés y las manos, y despues sacan de las hojas y de las flores, de las hierbas y de los árboles y de otras plantas la miel, y de la cera construyen sus casas y habitaciones de diversos modos, las unas redondas, las otras cuadradas, las otras triangulares, otras hechas con cinco ó seis cuartos para allí habitar, otras como almacenes y lugares para meter las viandas y provisiones para el invierno, y otras como cámaras para criar sus hijos y dormir en invierno; y despues que han llenado de miel sus almacenes para la provision del invierno, los guardan con una buena y gentil clausura de cera, á fin de que ninguna de ellas la toque hasta la llegada del invierno. Y entónces todas en general, sin propiedad alguna, comen en comun. Y despues que el invierno es pasado, á la primavera tornan á su tarea, así como ántes; y sus ordenanzas están hechas de modo que la que no viene á la hora del trabajo, no duerme luégo; la que hace mal, es castigada; algunas veces le cortan un pié ó una mano ó la cabeza, segun lo requiere ó merece el delito, poniendo los cuartos en el camino por do ellas pasan, para dar á las otras ejemplo de buen proceder y que abandonen el mal. ›

De las abispas. Las abispas son muy semejantes, sólo que no labran miel, y sus reyes son lo mismo; de las cuales, si yo os dijese las ingeniosas obras que hacen en sus nidos para criar sus hijos, y cómo se guardan del frio y del calor por las florestas y en lugares sombrosos, sería cosa de nunca acabar. ¿Podeis negar, fray Anselmo, que las dichas abejas son sábias é ingeniosas? Lo cierto habeis oido, y no podeis defender lo contrario con razon alguna. »

De la naturaleza de las hormigas. Otro pequeño y sutil animal es la sapientísima y discreta hormiga, la sabiduría y experiencia de la cual viendo Salomon, uno de los hijos de Adan, el más sabio y discreto que hubo entre vosotros, os reprende en el libro por él ordenado, que se intitula De los Proverbios: ¡Oh perezoso! mira la hormiga y aprende de ella el seso y discrecion, y contempla el trabajo que toma para juntar su alimento, á fin de que reposando en invierno goce de placer y alegría.

Considerad, fray Anselmo, cómo sábia y discretamente ellas edifican sus habitaciones debajo de tierra de diversas suertes y maneras, las unas anchas, las otras largas, unas para morar, otras como almacenes para guardar sus comidas y provisiones de invierno, llenándolos de trigo, cebada, lentejas, habas y otras vituallas. Y si acaso á causa de ser húmedo el lugar ó por la lluvia sus víveres se mojan, cuando ellas ven que hace buen dia y claro sol, los sacan para enjugarlos y secarlos, y cuando están secos los vuelven á sus almacenes. Y para que los dichos víveres no germinen con la humedad y el calor (que son las dos causas de la generacion), tronchan en el estío y dividen el grano del trigo en dos partes. Y de la cebada, habas y lentejas quitan el gérmen, y ellas mismas conocen por su sabiduría y discrecion que el grano del trigo dividido en dos partes, y la cebada, las habas y las lentejas con el gérmen quitado jamas pueden brotar. Ademas se levantan en el verano muy de mañana y salen de su habitacion á buscar víveres, y lo que encuentran comible, aunque tengan hambre, por nada del mundo lo probarán, ántes bien lo llevan lealmente à su casa, á fin que sea disfrutado en comun, sin propiedad alguna.

Ademas, si alguna de dichas hormigas halla gran cantidad de víveres, se vuelve muy sabiamente á sus compañeras, llevando un grano de lo que ha encontrado para mostrarlo, y luego todas juntas, ó la mayor parte, van con la otra á que les enseñe el sitio, y desde él conducen los víveres á su casa.

> Otras veces, si alguna encuentra gran cantidad de alimentos, tales como un poco de miel ú otra cosa semejante, viendo que ella sola nada puede hacer por el pro comun, corre incontinenti á la casa y lo avisa á las otras. Y luégo todas juntas, ó las que se hallan en ella, van al lugar donde está la vitualla, y si la pueden trasladar todas juntas, la trasladan entera; y si no, la dividen en muchas partes, y cada cual lleva la suya á la casa. Y cuando han llegado, las otras le preguntan por el lugar de la comida ó vituallas que la dicha hormiga ha hallado, y así diciéndoles las señas del camino, van una á una y se paran con la que lleva la primera cosa, y se besan así como hacen las damas catalanas cuando encuentran alguna de sus conocidas en la calle, y pidiéndole perdon, le preguntan por el camino, y las hormigas lo siguen segun las señas, hasta Пlegar al sitio de las vituallas, y llevan su parte á su casa como sus otras compañeras. Se gobiernan todas bajo la obediencia de su rey. Y aquella que procede mal es castigada segun el crímen, grande ó pequeño, cortándole una mano, un pié ó la cabeza; y los cuerpos de las que por justa sentencia han sido entregadas á la muerte, son arrojados al camino, lo más cerca que

puede ser de sus moradas, para dar ejemplo á las demas, á fin de que no incurran en semejantes delitos.

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› Los cuerpos de las que fenecen por enfermedad se sepultan bajo tierra.

Termina fray Anselmo su libro (1) reconociendo la excelencia del hombre por la inmortalidad del alma.

Como se ve, el libro de Turmeda está lleno de originalidad, vida, sutileza y pura filosofia. Es uno de los que siguieron en España el camino de las ciencias, emprendido por el atrevido talento de RAIMUNDO LULIO, ese hombre eminente que tanto honra á nuestra patria.

Si escritores españoles de otros dias no han comprendido su mérito, la alta estima que han alcanzado sus obras entre los filósofos extranjeros prueba que, aparte de los errores inherentes á toda inteligencia, así como de los pasajes y doctrinas ó no entendidos ó despreciados por las preocupaciones de diversos sistemas, RAIMUNDO LULIO debe ser contado como uno de los primeros filósofos españoles (2).

Otro de los grandes cultivadores de la filosofía en España durante el siglo XIII fué el sabio rey D. Alonso X, que escribió el libro del Tesoro, que encierra las tres partes de la filosofia. Don Juan Manuel, nieto de san Fernando, escribió el libro del Conde Lucanor. En él no hizo otra cosa que darnos notabilísimos ejemplos de enseñanza de la filosofía moral.

Arnaldo de Villanova, cuya patria se disputan várias naciones, nació en el siglo XII y murió en los principios del XIV. Créese que nació en Cataluña. Fué un médico filósofo. Hé aquí cómo describe el amor heroico ó erótico: «Es un pensamiento vehemente y contínuo sobre el objeto amado, con la esperanza de su posesion. Entristécense los amantes poco á poco; buscan las soledades. Extenúase insensiblemente su cara, amortiguanse y escónderse sus ojos, se entristecen más y más, y lloran por todo. Si se les presenta el objeto de sus amores, alégraseles el semblante y se cubre de un hermoso color rojo, y el pulso se les anima. Contrístanse en ausencia del objeto amado, y rompen en lágrimas y suspiros; pero se envanecen ó lisonjean con la esperanza de su posesion. Por último, el amor vence, sujetando el alma del amado; el corazon manda; las virtudes claudican.»

Raimundo Sebunde fué natural de Barcelona. Profesó la medicina, la filosofía y la teología en Tolosa de Francia (3). Un autor frances dice que se convirtió del judaismo á la fe católica; pero no hay testimonio auténtico que confirme este hecho, ni áun siquiera que lo dé á sospechar. Raimundo Sebunde es uno de los sabios españoles que más honran el siglo xv. Al frente de la edicion del libro de su Theologia naturalis, hecha en Strasburgo, en 1496, se lee: venerable varon y profesor egregio. El cardenal Bona, en el índice de autores que se lee al fin de sus obras, manifiesta su parecer de que el libro de la Teologia natural de Raimundo Sebunde contiene la práctica del arte luliano, y que Adrian Turnebo afirmaba que la obra de Sebunde era la quinta esencia de

(1) El ejemplar de la version francesa me fué sustraido algunos años há. Por eso no pude acabar la traduccion castellana que habia empezado para ponerla íntegra en este tomo.

(2) Feijóo trató con menosprecio á RAIMUNDO LULIO. Esto fué una debilidad de aquel benedictino. Tambien habló mal de otros eminentes filósofos españoles. No parecia sino que él aspiraba á ser tenido ante los extranjeros, cuyo juicio atendia mucho, como el único español que verdaderamente se hubiese dedicado á la filosofía con criterio.

Como testimonio del aprecio con que RAIMUNDO LULIO ha sido considerado, véase la nota siguiente de un moderno autor extranjero:

« Acta Sanctorum, Anales de San Francisco Valding, vida de R. Lulio. Bouvelles, ep. in vit. R. L. eremitæ Amicus, 1511. Pax (Nicolao de), Elogium Lullii, Alcalá, 1519. Segui, Vida de R. L., Mallorca, 1605. Colleret, Vida de R. L., París, 1646. Perroquet, Vida y martirio del Doctor Iluminado, Vendoma, 1667. Vernon, Historia de la santi_ dad y de la doctrina de R. Lulio, París, 1668. Disertacion

histórica del culto inmemorial del beato R. L., Mallorca, 1700. Loëv, Especimen de la vida de R. L., Halle, 1830. Delescluze, Vida de R. L. en la Revista de Dos Mundos, 15 de Noviembre de 1840. Historia literaria, xxi. Brucher, Historia critica filosófica, iv. M. Bartolomé Saint Hilaire, Lógica de Aristóteles. Haureau, Historia de la Escolástica, . M. Renan, Averroes y el Averroismo. Höefer, Historia de la Química, t. 1. Rousselot, Historia filosófica de la Edad Media, m, 76-141. Thery, Historia de las opiniones literarias, 1, 239. Helffereich, Raimundo Lulio, Berlin, 1858, en 8.° Cf. Leibnitz, De arte combinatoria. Las mejores biografias de RAIMUNDO LULIO Son de Bouilly, Vita Lullii, París, 1554; Perroquet, La vie de R. Lulle, Vendoma, 1667, y de J. M. Vernin, La vie, etc., Paris, 1668. Los historiadores generales de la filosofia, Brucher, Tiedemann, Ritter, etc., no han comprendido á RAIMUNDO LULIO y no han reconocido la introduccion de su sistema. Entre estas historias literarias, la de Cave merece la preferencia y da el más completo catálogo de las obras de RAIMUNDO LULIO.

(3) Mr. Maussac, citado por Bayle en su Diccionario,

santo Tomas. Sebunde, segun Forner (1), se formó una escala de entes para salir del más inferior al conocimiento de la Divinidad por grados intermedios. Para Sebunde la teología natural ó la ciencia de Dios y las criaturas es la principal que debe adquirir el hombre y la que el hombre más necesita. Creia que por esta ciencia se entenderian más fácilmente los santos doctores.

El mismo Forner, al hablar del otro libro que escribió Sebunde, Diálogos de la naturaleza del hombre, de su principio y de su fin, observa que el autor demuestra la esencia y los atributos de Dios por la idea de un ente perfectísimo que puede y debe formar el hombre; raciocinio que tanto satisfizo á Descartes, si bien la demostracion de éste es inferior, á su entender, á la de Raimundo Sebunde.

Además considera que este doctor descubrió la raíz ó el principio del derecho natural en el hombre por la obligacion que éste tiene de usar de sus potencias para lo mejor y lo más útil, y por último, que Sebunde prueba que el hombre es intelectual solamente porque existe un Dios, á quien debe conocer, pues para no conocerle no habria menester potencias intelectuales.

Las obras de Sebunde han sido muy estimadas en Europa, y especialmente en Francia. En Paris se publicó en 1509, y en Leon en 1541, la Teología natural, ó Libro de las criaturas, especialmente del hombre y de su naturaleza en cuanto hombre, y de aquellas cosas que le son necesarias para conocerse y conocer á Dios, etc.

Juan Martin tradujo y publicó en lengua francesa, el año 1551, los Diálogos.

El célebre Miguel de Montaigne nos da cuenta de cómo emprendió la traduccion de la Teología natural de Raimundo Sebunde en lengua francesa. « Pedro Brunel (2), persona de gran reputacion de saber en su tiempo, habiendo estado en Montaigne algunos dias al lado de mi padre con otros sujetos de su calidad, le hizo elogios de un libro que se intitula Theologia naturalis..... Y porque la lengua italiana y española eran familiares á mi padre..... se lo recomendaba como un libro muy útil y oportuno en aquella ocasion, en que comenzaban á acreditarse las doctrinas de Lutero..... Pocos dias antes de su muerte, mi padre tuvo la fortuna de encontrar ese libro entre otros papeles olvidados, y me encargó que lo tradujese en lengua francesa.»

Montaigne, en desempeño de la palabra que dió á su padre, imprimió despues de su muerte la Teologia moral con este título: Le Livre des creatures (París, 1581).

¿Cuál es el juicio del filósofo frances acerca de este libro? Encuentro (dice) hermosos los pensamientos de este autor, y el contexto bien seguido y su designio lleno de piedad..... En fin, es atrevido y valiente, porque emprende echar los fundamentos de todos los artículos de la religion cristiana contra los ateistas, sirviéndose sólo de razones humanas y naturales..... A decir verdad, yo encuentro á Sebunde muy firme y feliz en establecer por razones naturales los articulos del cristianismo. Pienso que no puede argumentarse mejor, y creo que en esto ninguno lo ha igualado..... Sólo el talento de santo Tomas de Aquino, ornado de una erudicion infinita y de una sutileza admirable, era capaz de tales concepciónes» (3).

Tal es el juicio de Montaigne acerca de Raimundo Sebunde. No puede ser más honroso para el filósofo español.

En Colonia se imprimió, el año de 1501, su Quæstiones disputata, violæ animæ, y en Lyon (de Francia), en 1568, los Diálogos de la naturaleza del hombre.

En éstas, que despues de todo no pasarán de ser una explanacion más de la Teología natural, Raimundo Sebunde nos dice: «Aquí aprenderás cuál ciencia tengas obligacion á saber mejor que otra, que es la de tu propio conocimiento. »

¿Qué es la ciencia que enseñó Sebunde? El mismo nos lo demuestra, que prueba todas sus verdades, no con testigos extraños, ausentes ó no conocidos, sino con el mismo hombre. Así no tiene necesidad (prosigue) esta ciencia más que del mismo hombre para testigo y prueba de su certeza, porque él es quien conoce estos medios, y no puede dejar de asentir á las verdades que de ellos se infieren. No te escandalice (dice el autor) ver que nuestra doctrina comienza en las cosas más infimas y humildes que hay criadas, porque estas cosas que te parecen bajas son las que te han de llevar á las más grandiosas que puedes imaginar; pues es cierto que mientras más ahondares el fundamento, tanto más podrás levantar el edificio; y en efecto, los principios de este arte

(1) Lugduni, apud lacobum Giunta.

(2) Bayle, en su Diccionario, dice se debió escribir Brunel, (3) Montaigne, Ensayos, lib. 11,

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