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Se impidió, pues, á Soto la publicacion del tomo m de sus Impugnaciones. No pudo llegar á más el despotismo; despotismo que se mostraba parte decisiva á favor de los escritos de un individuo y ponia fin á una polémica científica.

No procedió así la Inquisicion, pues creyendo por ciertas razones que debia prohibir un libro en que se trataba de si eran ó no lícitas las comedias, asunto que se discutia con empeño de siglo y medio á aquella parte, manifestó que no intentaba por tal prohibicion definir ni condenar alguna de las dos sentencias (1).

No enmudeció por ello fray Francisco de Soto. Con gran talento y valor dirigió al Rey tres mcmoriales, que corren impresos, en donde censura acerbamente los errores de FEDóo, y al propio tiempo la decision del Monarca, en términos decorosos cuanto corresponden á la dignidad real, y con los más discretos y oportunos raciocinios. La libertad de ánimo de fray Francisco de Soto y Marne dijo cuanto le convino decir, si bien no consiguió que cediese la pasion favorable de Fernando VI y sus ministros (2).

(1) Ignacio Camargo.-Su libro en 4.o, cuyo título es: Discurso teológico sobre los teatros y comedias de este siglo; impreso en Salamanca, año 1689, por Lúcas Perez, hasta que se enmiende, sin que por la prohibicion de este libro intente el Santo Oficio definir ni condenar ninguna de las dos sentencias, sobre lo 'ícito ó ilícito de ver, leer, escribir ó representar comedias; y sólo abstrayendo de la probabilidad de las sentencias, por otros motivos se prohibe dicho libro. » (Indice expurgatorio de 1707.)

Tambien es muy notable lo que dijo el Santo Oficio al tachar algunas frases del Dioscorides, version de Andres Laguna, porque es una satisfaccion á los estudiosos, y da una idea del buen criterio con que procedió en el

asunto:

«Andres de Laguna.-Sobre Dioscorides, en Salamanca, por Cornelio Bernardo, año de 1586.

»En la pág. 5, despues de el medio, línea 12, ántes del fin, bórrese para siempre. Y en el renglon siguiente, perdurablemente.

>>Para lo que se sigue, así en el texto de Dioscorides, como en las Anotaciones del doctor Laguna, advierta el lector que, aunque en los autores profanos, griegos ó latinos no se nota ni expurga cosa alguna, aunque tengan supersticiones & hechicerías, como gente que no tuvo luz del Evangelio; como ni tampoco se quitan las agorerías y supersticiones de los sueños de Artemidoro; mas por el peligro que estas cosas pueden tener para el vulgo de los ignorantes, que las crean como verdaderas ó quieran usar de ellas, si andan en vulgar, se deben notar y prohibir, en cualquier lengua de las vulgares que no sea su original en que fueron escritas, como aquí se hace en Dioscorides, vuelto en romance. »

(2) Dignas son de memoria algunas de las razones de Soto y Marne, en que con valentía manifiesta al Rey la verdad:

«... No pudo prevenir el suplicante que sus dos primeros tomos de Reflexiones, el tercero, que tiene presentado à vuestro Real Consejo, ni los sucesivos, que tiene proyectados en prosecucion de su propuesta idea, pudiesen merecer el Real desagrado de Vuestra Majestad, por razon de su intento ni por motivo de su asunto.

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posicion de sus nacionales, como tambien la fmpugnacion de aquellas novedades literarias, que desacreditando la juiciosa crítica de los Santos Padres, de la comun de los escritores, y de las universidades de España, pervierten la erudicion y la comun enseñanza, desterrando como falso lo verdadero, é introduciendo como verdadero lo falso, como cierto lo dudoso, como demostrado lo incierto, y como utilísimas novedades aquellas vejeces que, como contrarias à la verdad, desterró del orbe literario la prudencia, juicio y penetracion de los filósofos antiguos.

Lo tercero, porque parece totalmente inverosímil que sea del Real desagrado de Vuestra Majestad que el suplicante procure cumplir con la obligacion que tienen todos los escritores de examinar y defender la verdad para instruccion y desengaño del público; usando aquel mismo derecho con que el maestro Feijóo ha impugnado las obras de muchos Santos Padres y de muchísimos escritores de igual y áun de superior fama, erudicion y carácter.

Lo cuarto, porque siendo sin duda que, á excepcion de los escritores canónicos, todos los demas, inclusos los Santos Padres, han deferido al exámen de la verdad, permitiendo sus obras al crítico exámen, impugnacion y censura, no se representa razon para que el maestro Feijoo pueda pretender un privilegio que no ha gozado otro escritor hasta ahora, pues sobre no estar canonizada de infalible su doctrina, ha hecho sentir las limitaciones del entendimiento humano y las pensiones de la comun ignorancia.

>Y á la verdad, señor, si los honores y Reales agrados con que los monarcas premian el mérito de los escritores, pusieran á cubierto de toda impugnacion sus escritos, inimpugnables correrian los de todo escritor, cuyas obras han merecido agrados, honores y premios de los monarcas; lo que, sobre ser contra la constante experiencia, sería un cierto cautivar los ingenios en manifiesto agravio de la verdad, ofensa de la justicia y detrimento de la comun enseñanza, cuyo gravísimo inconveniente ha hecho sujetar al crítico exámen, impugnacion y censura las obras de Santos Padres, de Pontifices, de Purpurados, Mitrados, Togados, y de los más caracterizados escritores que venera el orbe literario.

Pues señor, haga el maestro Feijóo la defensa de sus obras dando congruente satisfaccion á los cargos que en defensa de la verdad, del honor y de la justicia, y á beneficio de la enseñanza comun le opone el suplicante; pero dignese Vuestra Majestad desestimar como incondu

La Inquisicion no siguió el partido de FEIJÓO, ni tampoco el de sus adversarios (1). En edicto de 21 de Julio de 1750, casi un mes despues de haberse expedido la Real órden imponiendo silencio á Soto y Marne y demas contradictores, prohibió varios libros. Entre ellos aparece uno que debió ser en alabanza de FEIJÓO y vituperio de Soto (2).

El DOCTOR MARTIn Martinez publicó, en 1730, su Filosofia escéptica, extracto de la física antigua y moderna, obra en que intentó probar que nada puede conocer el hombre fisicamente, sino por medio de los sentidos; que como éstos no alcanzan el conocimiento de la esencia de las cosas físicas, en muchas ocasiones las especies que percibe no son verdaderas, y que para adquirir el de las propiedades y de la naturaleza del hombre, tiene que acudir á la observacion y á la experiencia.

La filosofía peripatética era la preferente para los estudios teológicos, en concepto de MARTINEZ; pero no para los de medicina, que debia anteponerse la corpuscular.

El más ingenioso libro filosófico que vió la luz pública en mitad del siglo xvш, es sin alguna duda el intitulado Prolusiones philosophicae (5), obra del jesuita FRAY MATEO AIMERICH, autor de algunos libros teológicos y de literatura antigua romana.

Su primer discurso trata de la moda en filosofia, pero no con la profundidad que debiera; pues es asunto merecedor de gran estudio. Sin embargo, presenta la historia de los sistemas filosóficos, y los cambios que se han originado en el mundo con relacion á ellos. El aristotelismo ha imperado mucho tiempo, los ingleses y franceses lo han desterrado de sus naciones. Declara que los caudillos de tal empresa han sido Bacon en Inglaterra, Descártes y Gassendi en Francia. España sola, exclama, es la que ha quedado fiel á Aristóteles, y hasta lo ha defendido. Mas tal fidelidad no ha llegado al extremo de seguir á sus comentadores.

Sobre este asunto AIMERICH discurre juiciosamente, para probar que los maestros en filosofia no deben estudiar á Aristóteles en los libros de los árabes, porque éstos en tal manera lo han desfigurado, que han convertido en un sofista al príncipe de los filósofos, y en un disputador minucioso al verdadero amante de la sabiduría. Con efecto, Aristóteles jamas se ocupó en tratar de objetos inútiles, cual acontecia en las escuelas, como del no ser, del ente de razon, de las segundas intenciones objetivas, etc. Los filósofos que se dedican á estas minuciosidades se asemejan á aquel emperador que, olvidando los asuntos del gobierno, se dedicaba á coger moscas; ó á aquel otro que luchando de pasar sus huestes á Inglaterra, no se acordó de encargarle otra cosa, sino que en la orilla del mar le recogiesen conchas de todos tamaños y colores.

Tratando de lo mucho que puede hacerse y decirse, AIMERICH, despues de alabar el método dialéctico, habla de la utilidad ó inutilidad del trabajo filosófico. Discurre sobre los buenos y malos métodos, y cree que la filosofía debe ser tratada con sutileza y con ornato ó gala, porque la sutileza despierta las inteligencias, y el adorno ó la gala los hace simpáticos. Debe ser la filosofía cual una reina vestida de finísima seda ó de tisú de oro ó plata, obra de Minerva, y no de Aracne (la fábula de Ovidio); de Minerva, que da hermosura y consistencia á su labor; no de Aracne, que no fabrica sino telas ligerísimas, sin provecho ni fuerza. No queria AIMERICH para los jóvenes agudezas pueriles y sofísticas, y disputas minuciosas, que luego pudiesen serles inconvenientes para la religion, para la amistad, para la guerra, para la magistratura, para el gobierno del Estado, para todos los asuntos de la vida humana.

Opinaba que la filosofía sería buena cuando se lograse concordar la antigua con la nueva. En

cente á la justificacion del mérito de sus obras, el recurso al sagrado de los honores y Reales agrados que Vuestra Majestad ha sido servido dispensarle. Permanezcan éstos, señor, en la respetabilísima representacion que derivan del alto principio que los comunica; pero dígnese Vuestra Majestad permitir al suplicante el uso de su natural derecho en la justa defensa de sus escritos, del honor de su religion, de las glorias y literatura de España, de la verdad ofendida y de la inocencia infamada. Pues si las obras del maestro Feijóo han merecido los Reales agrados de Vuestra Majestad, altos honores y particularísimos agrados han merecido à Monarcas, Pontifices y Concilios generales muchas insignes obras que hoy son vivamente impugnadas, y el mismo maestro Feijóo las impugna..

(1) Jachí, en el tomo vin de la edicion primera del Teatro crítico, dos números.

(2) Dice así el edicto: «Un papel que se dice impreso en Barcelona, año de 1750, intitulado La derrota de los alanos, ó Discurso sobre las reflexiones crítico-apologéticas, del reverendo padre maestro fray Francisco de Soto y Marne..... su autor el padre fray Columbo Serpiente de Santa Clara, minorita recoleto. Contiene 39 páginas, con la última de la fe de erratas. Por ser escandaloso, denigrativo y turbativo de la paz entre diversas familias religiosas.»

(3) Prolusiones philosophica, seu veræ et germanæ philosophiæ efigies criticis aliquot orationibus et declamationibus adumbrata. Barcelona, 1756.

1

este asunto, si bien el autor de las Prolusiones conserva algunos vicios del peripato inútil, presenta preceptos sabios y fáciles de practicar. No olvida las preocupaciones, que deben combatirse; la filosofia tiene la obligacion de enseñar lo mejor y lo más seguro, con independencia absoluta de lo que las costumbres hayan establecido. Una sábia libertad es el camino feliz en esta

empresa.

El discurso sobre la envidia es admirable. En Francia, donde se conoció este libro, obtuvo el aprecio de los sabios. Uno de ellos, al tratar de las Prolusiones, decia que terminaban con un tratado de la buena y mala manera de imitar á los grandes hombres, y que el autor excitaba á la juventud al estudio de las letras con los ejemplos de los antiguos españoles que en ellas se habian aventajado; pasaje que calificaba de utilísimo para conocer bien la literatura de España, país verdaderamente fertilisimo en buenos ingenios y en hombres de mérito. La obra de AIMERICH se consideró como la de un hombre de talento (1).

Otro de los filósofos insignes que España tuvo en el siglo XVIII fué el DOCTOR DON ANDRES PIQUER Y ARRUFAT, una de las glorias de nuestra medicina. Aparte de las obras que escribió acerca de objetos de su profesion, nos dejó las siguientes: Lógica moderna ó arte de hallar la verdad y perfeccionar la razon (2), Filosofia moral para la juventud española (3), y Discurso sobre la aplicacion de la filosofia á los asuntos de religion (4).

Considera en la Lógica que el excelente critico Juan Luis Vives se excedió un poco al tratar de los defectos de Aristóteles, que escribió ántes qué Bacon de Verulamio sobre la corrupcion de las artes, «con la diferencia de que Vives estuvo íntimamente instruido en todas las partes de la filosofia y demas facultades, pero que Verulamio no tenía una instruccion tan fundamental, porque confunde los asuntos de una ciencia con la de otra con mucha frecuencia. Los principales argumentos, segun PIQUER, y pruebas del atraso de las artes que trae Verulamio, los puso Vives; de manera que si se cotejan estos dos escritores, se verá que Vives fué el original de Verulamio..

PIQUER habla de Loche y de su Ensayo filosófico sobre el entendimiento humano. Impugna á los que ven en esta obra un tratado de lógica. Tan léjos está de pertenecer á la lógica, que parece haberse escrito contra ella», dice el médico español.

Igualmente impugna á Loche en lo que escribió acerca del silogismo y de la religion natural. No es ménos notable la opinion que consigna sobre las leyes de Newton. Dice así:

Newton, hombre de grande ingenio, miró como leyes generales de la naturaleza la gravedad y la atraccion, y todas sus operaciones las quiso reducir á estos principios. Que hay gravedad y atraccion en algunos cuerpos, no se puede dudar; mas que sean estas cosas generales en el universo, lo niegan muchos. Demos, por ahora, que lo sean; por dónde se ha de probar que no hay otras muchas leyes universales en la naturaleza para producir sus obras, que ni pertenecen, ni se pueden reducir á éstas? ¿Cómo la gravedad y atraccion intervienen en la constante produccion de flores en la primavera, y en el caer de las hojas en el invierno? Las fermentaciones, cocciones, fluidez y movimientos de los cuerpos fluidos; el sueño y vigilia, los períodos, la generacion y corrupcion de los animales, y otras innumerables cosas á este modo, ¿qué conexion tienen con la gravedad y atraccion? Sé muy bien que Freind, Keil, Mead, todos tres médicos doctos, han intentado explicar estas cosas por las leyes newtonianas; pero ¿con qué violencia y extravíos?,

Merecedor de toda estima es el libro segundo de la Lógica de PIQUER, en que trata de los errores, ya de los que ocasionan los sentidos, ya los que la imaginacion, ya los que el ingenio y la memoria, ya los que el amor propio, ya los que el juicio.

PIQUER era muy partidario del eclecticismo en filosofía, y que muchos de los padres del cristianismo lo adoptaron, pero sujetándolo á la religion. Prueba de que los Santos Padres solian llamar filosofía á la religion cristiana. Dice PIQUER:

(1) Véanse las Mémoires pour l'histoire des sciences et beaux arts. El pasaje últimamente citado dice en el texto:

<< Il en reste un, qui traite de la bonne et de la mauvaise manière d'imiter les grands hommes. L'auteur prend ccasion d'exciter les jeunes gens à l'étude des lettres, r l'exemple des anciens espagnols qui y ont excellé. Ce 'ceau est utile pour bien connoître la littérature d'Es

pagne; pais véritablement très-fertile en bons esprits et
en hommes de mérite. Voilà tout ce que nous dirons de
ce recueil, qui ne peut être, malgré ses défauts, que
l'ouvrage d'un homme d'esprit.>

(2) Valencia, 1747; Madrid, 1771; Madrid, 1781,
(3) Madrid, 1785-1787.
(4) Madrid, 1787.

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La otra cosa que hay que advertir es, que por filosofia ecléctica se entiende un modo de filosofar, en que el entendimiento no se dedica ni se empeña en seguir á un solo filósofo, formando sistema de su secta, sino que toma de todos aquello que en cada uno de ellos le parece verdadero. Entre los gentiles hubo muchos varones insignes que filosofaron de este modo, que pueden verse largamente en Jacobo Brukero, que trata de los progresos de la filosofia ecléctica. Lactancio, que fué grande perseguidor de los filósofos, afirma que no hubo uno tan desatinado, que no hubiese dicho á lo menos alguna verdad, y que á su parecer sería cosa buena que las que se hallasen esparcidas entre todos ellos se juntasen en un cuerpo.

Lo que conviene, pues, á la juventud es seguir el rumbo de los Padres, que son verdaderos maestros, y sacar de todos los filósofos las verdades que hayan escrito, para aprovecharse á sí y al público con ellas, y procurar entender con fundamento la consonancia ó disonancia que los nuevos sistemas filosóficos tengan con los principios de la religion.

>De atar la filosofía á un solo sistema filosófico se puede seguir el gravísimo inconveniente de hacerse empeño de mantenerle en perjuicio de la verdad, porque siendo así que la preocupacion es uno de los mayores estorbos que tiene el juicio para percibir las cosas como ellas son, es sumamente dificil que el que se dedica sólo á un sistema deje de preocuparse en su favor..... Bien pudiera, en comprobacion de esto, traer los testimonios del padre Malebranche, en su obra de la Inquisicion de la verdad, y del abad Fleury, en su Tratado de los estudios, y del padre Brixia, en su Dialéctica, y de otros muchos escritores católicos, que declaman contra esta costumbre; pero por no multiplicar autoridades, me valdré de la de nuestro insigne español Alonso de Castro, justamente alabado de todos los que le conocen. En el libro primero, contra las herejías, capítulo vn, dice así: Tuviera, dice, por miserabilísima servidumbre el estar de tal suerte atacado al dictámen de un hombre, que no me fuese lícito en manera ninguna oponérmele; sujecion que hoy experimentan los que se sujetan á los dichos solamente, ó de santo Tomas, ó de Escoto, ó de Ocam; de modo que toman los nombres de tomistas, escotistas y ocamistas de las sentencias de estos >patronos, las cuales parece que han hecho juramento de defender. Tambien me parece muy » mal que nuestra religion (habla de la de san Francisco), no parece sino que haya jurado defender á Escoto., etc.

Encómiase por los críticos la Filosofia moral de Pagier, y se nota que en ella están pintadas las pasiones con tanta energía y con tan hermoso colorido como en Teofrasto y La Bruyère.

Otro de los que cultivaron en España la filosofía en ese mismo siglo fué el PADRE ANTONIO CODORNIU, de la Compañía de Jesus. Escribió un Indice de la filosofia moral cristiano-política (1). Trata de concordar el sistema peripatético con el estóico, y uno y otro con el cristiano. La severidad estóica, segun CODORNIU, quiere tan austero al profesor de la virtud como si fuese un anacoreta de la Tebaida.

Concede à Séneca y á toda la secta estoica la fuerza de la razon, tratando de la felicidad solitaria, virtuosa y pobre, monacal, en fin, y precisamente filosófica. Para la felicidad política ha menester seguirse la peripatética. Fundábase en que la una vive sólo para sí, y la otra para sí y para los demas: aquella independiente de los hombres y estéril para ellos: ésta dependiente, pero fecunda y útil y con necesidad de bienes como premios al hombre cristiano-político, que vive destinado al beneficio de sus semejantes.

La descripcion que CODORNIU hace de la Avaricia oculta en la prodigalidad merece eternizarse. Véanse algunos pasajes de esta pintura :

Aunque son más conocidos los vicios que las virtudes, porque éstas son como forasteras, y aquéllos propios de nuestro viciado país, no es tan conocido respectivamente su linaje. ¿Quién pensára que bajo la piel de oveja se esconde un lobo rapaz? ¿Quién no creyera pródiga de caricias á la hiedra, que tanto extiende sus ramas para abrazar su apoyo? Basta, que no sólo á la sombra de la virtud, sino tambien de algun vicio se ocultan hipocresias. Es así que la prodigalidad y avaricia vulgar se contradicen ; y en este sentido el pródigo dista por extremo del avaro, y el avaro ni áun el camino sabe de ser pródigo. Mas la prodigalidad, que no es vulgo, ésa comunmente abriga y fomenta á la avaricia más sutil. Hácia un lado derrama con una mano, y hácia otro ar

(1) Segunda impresion. Gerona, 1755.

rebata ó retiene con las dos. Ni obsta la genial oposicion de la sangre entre ambos vicios, pues aunque la una excede por generosa y la otra por villana, tienen entre sí tan estrecho parentesco, que los mismos desmedidos gastos, que son hijos de la prodigalidad, son padres de la codicia. Yo conocí á un hombre grande, bien que muy lejos de ser grande hombre, el cual por la corta suma de 80 doblones estaba resuelto á cometer una accion que se calificára de hurto infame en el plebeyo de condicion más vil. Quien desperdicia lo propio muy cerca está de apetecer lo ajeno y á tan voraz apetito, ¿cómo le ha de resistir quien padece hambre de disipar? Abastecerá la maldad lo que agotó la ambicion. El arte y el engaño, la traza y la astucia, el disimulo y la violencia, apurarán sus arbitrios á la invencion de medios, para que la loca fantasía del pródigo gaste sin medida. Y de aquí se sigue esta tan necesaria como horrorosa consecuencia. Luego si el avaro es ladron, en cuanto retiene lo que debe dar, tambien es ladron el pródigo, en cuanto gasta lo que no puede dejar de deber.

¿Deseas saber á quién? A sí mismo, que por querer parecer, tarde ó temprano vendrá á perecer. Porque verdadero es el proverbio: Quien quiere más de lo que puede, pierde al fin lo que quiere y lo que tiene. ¿A quién? A su honra, que expuesta al juicio de los advertidos, no puede librarse de esta pregunta: ¿De dónde á don Fulano tanto bizarrear, si tasadamente tiene para vivir? Si no hay para pagar las deudas, ¿de dónde saca para el juego? Si sus rentas sólo bastan para una carroza, ¿cómo mantiene dos, y tan numerosa grey de criados? ›

Tengo por muy originales estos pensamientos de filosofía moral. Ni lo que escribió Sterstone al tratar del avaro que se enriquece aparentando ser pobre, y del pródigo que se empobrece aparentando ser rico, ni lo que disertó Franklin acerca de la prodigalidad, ni lo que otros varios filósofos han dicho sobre que el pródigo roba á sus herederos, y el avaro se roba á sí mismo, y que la prodigalidad restituye á la circulacion pública la riqueza que la avaricia ha detenido por cierto tiempo, me satisface tanto como lo que transcrito queda.

Si tanto falta al avaro lo que tiene como lo que no tiene, síguese que más pobre es el avaro que el mendigo. El mendigo posee lo que le dió la piedad ó la ventura, porque lo goza. El avaro siempre tiene su gozo en esperanza, porque de cuanto le dió su codicia nunca llega á la fruicion, exclama CODORNIU en otro lugar de su filosofia cristiano-política.

Por estas muestras se conocerá el gran talento de este escritor, muy digno de ser estudiado. No merece ménos su librito intitulado Dolencias de la crítica (1). La define manifestando ser un recto y discretisimo juicio de los dichos, hechos y obras de los hombres: opina que no es crítica toda la que se gloría de este nombre, porque hay crítica verdadera y crítica falsa, hay crítica sólida y crítica superficial, critica sana y crítica enferma. Nombra á cada una de las dolencias de la crítica y las va calificando con superior tino: la inapetencia, el antojo y la golosina, el capricho, la inconstancia, el tema, los adictos, la displicencia, la nuticidad, la mordacidad, la indocilidad, la temeridad, la ignorancia ridícula y la solapada envidia.

Los preceptos para que la crítica sea justa están llenos de talento, de experiencia y de excelente doctrina. Pregunta CODORNIU :

¿Qué hombre de inteligencia no confesará que la verdadera crítica es tan rara como la verdadera prudencia, mano derecha de tan elevada facultad? Luego si convenimos todos en que es muy corto el número de los prudentes, tambien debemos concluir que es muy escaso el número de los verdaderos críticos, aunque sea grande el de los verdaderos literatos: y por consiguiente, que poquísimos literatos pueden con satisfaccion ejercer el empleo de críticos. La razon es tan clara como la misma luz; porque así como para formar un buen prelado, un buen general, un buen juez y un buen médico, no bastan todas las letras si no concurren las demas circunstancias que en cada uno de ellos requiere su ministerio; así tambien, para constituir un verdadero crítico, no basta toda la literatura sin las demas partidas que se contemplan inseparables de tan delicado oficio..

Exige CODORNIU en el crítico perspicaz entendimiento, madurez de juicio, candor de ánimo, anchura y benignidad de corazon. Su objeto es combatir á los críticos que nunca se satisfacen, y que siempre echan de ménos en los libros extraños lo que no supieron poner en los suyos pro

(1) Es librito dedicado al padre Feijóo. Gerona, 1760. El excelentísimo señor don Antonio Ferrer del Rio, persona tan docta, hizo un extracto de este opúsculo con

mucho acierto, en uno de los capítulos de su Historia de Carlos III.

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