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<Durar en la amistad es hacerle el cargo al amigo.

El amor, enemigo de cerimonias.

>El mayor despeñadero la confianza.

El amor, última filosofía de la tierra y del cielo.

»Ninguna muestra descubre tanto la amistad como la confianza. Yo añadiria: ninguna mayor necedad.

>El amor iguala á todos estados.

>Gran judiciario y certero el corazon del hombre.

Muy difícil conocer el corazon del hombre por palabras.

>Las palabras deste siglo, vidrio ordinario, que obra y rompe el viento.

>Las del amigo verdadero, de cristal de roca, que sufre el buril de acero. La prueba digo. Engaños de palabras no son otra cosa que colores.

Cuán miserable sea el poder humano, que hiere, que persigue al rendido y fugitivo.

>Miserable tambien, porque el más poderoso teme á ratos al menor. Castigo de la soberbia humana y del abuso del poder soberano.

Los galanes del alma pueden acometer lo más alto con mérito, tan léjos de atrevimiento. Y áun en buena fe los del cuerpo, porque las damas aborrecen á cobardes: atrevidos buscan, aunque sean muy inferiores. Así lo cantan allá: Cobarde caballero, ¿ de quién tenedes miedo?, La carta 66 contiene: Cuán fácil y comun sea la ciencia dese que llaman Estado.

>El medio más cierto para conservar un rey sus reinos es el poseerlos con las condiciones antiguas que los hubiere heredado. Porque la costumbre se vuelve en naturaleza, y dice el refran español: Mudar de costumbre á par de muerte.

El uso bueno ó malo, concertado ó desconcertado, es el seguro ó el peligroso, el amable ó el aborrescible.

>La voz ó sonido del eco, advertimiento de la naturaleza para el recato del hombre en el fiarse, pues aun en la soledad se halla peligro del secreto y quien refiera lo que oye.

>El hombre es animal que no se mueve sino con la prueba.

No se ganan los hombres con favores sin obras.

>Los favores solos son como las hojas del árbol, que no sirven más que de ornamento.

El fruto es el que atrae á sí á las gentes. A unos las confianzas, á otros las mercedes: fruto cada uno á cada cual segun su grado y calidad.

El pueblo, porque no todo él puede gozar de las dos cosas, tiene por liberalidad grande el oido de su príncipe á sus quejas: la carga conforme à las fuerzas.

>El gusto de complacer al amigo es diablo tentador.

>No hay cosa que los hombres no tienten para su fin hasta hacer la prueba della.

Riesgo grande de perder un amigo, probarle mucho» (1).

Esto basta para dar una idea del estilo y del espíritu filosófico de ANTONIO PEREZ, todo novedad, todo atrevimiento (2).

Pocos imitadores tuvo el estilo de ANTONIO PEREZ. Sin embargo, hay que citar algunos, que compiten con él en la energía y brevedad de la frase y en la lucidez de los pensamientos. DON JUAN BLAZQUEZ MAYORALGO, natural de Cáceres, escribió un libro que intituló Perfecta razon de Estado (Méjico, 1646). Su propósito fué fundarle en los hechos de Fernando el Católico. Hé aquí una muestra de algunos de sus aforismos:

Ensoberbecen los premios á quien se debe castigo.

› Más vale sufrir al enemigo poderoso que provocarle desesperado.

> En las pretensiones cada uno piensa que el suyo es el mejor derecho.

(1) Reimprimiéronse Los aforismos de ANTONIO PEREZ en Madrid, el-año de 1787.

(2) Don Manuel Silvela, en el discurso preliminar de la Biblioteca selecta de literatura española (Burdeos, 1819), juzga á PEREZ con much acierto.

« Del famoso ANTONIO PEREZ (dice), tan fatal á Lanuza, tenemos, ademas de várias obras, publicadas con nom-bre ajeno ó con el suyo, y que refiere Nicolás Antonio, su Coleccion de cartas á diferentes personas, en las que este

hombre grande nos manifiesta su originalidad y fuerza de carácter. Nacido para romper toda especie de prisiones, se manifiesta en ellas tan atrevido y libre en el arte de escribir como en todo lo demas, y decidido à sacudir toda especie de yugo, se creó un género propio, en lo general lleno de imágenes, energía y concision, pero más á propósito para admirado en él que para imitado por otro.»

› A la gente infame siempre parecen más graves los remedios que los delitos.

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› Las estratagemas ó ardides han vencido más batallas sin armas, que las armas sin cautelas.

› Desdichada la fama del rey que se sustenta del crédito heredado,

> En tiempos desdichados, más peligro corre la honesta fama que la ruin. ›

Don Francisco de Samaniego escribió en loor del libro y de don Fernando el Católico, incluyendo sentencias en el estilo de ANTONIO PEREZ, como éstas:

Tan falibles son nuestras dichas, que llegan esquilmadas antes de poseidas, pues al deseo de una esperanza se añade el desconsuelo de un temor.

> Querer hacer sufrir el yugo hasta el desprecio, lo mismo es que irritar la venganza con todo el poder de sus fuerzas.

D

Hacer odioso al enemigo entre sus mismos vasallos es lo mismo que quitarle el reino.
La tiranía es castigo de sí misma.

Enójase la fortuna con posesiones adelantadas, con que por el mismo camino que las sube las precipita.

El miedo del poderoso suele dar ánimo al vil.

» La valentía no consiste en arrojarse á los sucesos, sino en saber usar bien de la fuerza. Pero de todos los imitadores del estilo de ANTONIO PEREZ, el más original y el de más fuerza de ingenio y raciocinio, es el famoso padre Baltasar GRACIAN, que publicó algunos de sus libros con el nombre de su hermano Lorenzo.

La importancia filosófica de este jesuita fuera de España, y la que tuvo literaria en nuestra nacion, merece que se examine. En todas partes hallaba admiracion y aplauso su talento; las hallaba, sí, en unos, en otros censuras, por lo extraño y excesivamente conciso y sorprendente de su estilo; y en algunos, así palabras de estimacion como de severa crítica, término medio de la una y de la otra (1).

GRACIAN publicó en 1642 un Arte de ingenio, tratado de la agudeza, en que se explican todos los modos y diferencia de conceptos (Madrid, 1642, 8.°), obra que reimprimió en Huesca (en 4.°), el año de 1648, con muchas adiciones.

El Arte de ingenio fué muy estimado por Felipe IV; lo mandó copiar y lo conservaba en un precioso escritorio.

GRACIAN nos dice que lo conceptuoso es el espíritu del estilo; que el estilo natural es como el pan que nunca enfada; que Mateo Aleman, á gusto de muchos y entendidos, es el mejor y más clásico español, y el maestro Marquez, autor del Gobernador cristiano, es benemérito de la lengua castellana; que los versos de Bartolomé Leonardo de Argensola parecen prosa con consonancia; que el estilo aliñado tiene más de ingenio que de juicio; que Hortensio Paravicino es más admirable que imitable; que Séneca dijo que todo ingenio grande tiene un grano de demencia; que

(1) Don Antonio Capmany, en su Teatro histórico-critico de la elocuencia española (tomo v), elogia el Criticon de GRACIAN, y dice que ha merecido el primer grado en la estimacion general entre las ingeniosas invenciones, composicion sublime y delicada. Luégo añade: « En una obra como el Criticon, que descubre y pinta con vivísimos colores los engaños, los vicios y los abusos dominantes de su tiempo, y de paso ó de propósito los de su nacion, sin ahorrarse con clases, sexos, edades ni estados, pueden disimulársele las metáforas, poéticas en demasía, las paranomasias, los juguetes de vocablos, que lisonjeando este gusto entónces muy válido, suavizaban por este camino lo libre y duro de la sátira directa....... Si hubiese GRACIAN procedido con más sobriedad en el uso de estos juegos y conceptos, ¿cuál es el escritor de su tiempo de tantos dotes y caudal nativo para ser el más fecundo y elegante, sabiendo, como lo manifestó, en dónde estaban las delicadezas y los donaires, esto es, lo amargo, lo dulce, lo picante, lo salado de la lengua castellana? ¡Qué rara fecundidad en su natural inventiva! ¡Qué imaginacion tan vária, florida y extendida ¡Qué prontitud y facilidad en proponer y desempeñar los reparos! ¡Qué soltura, naturalidad y variedad para mane

jar el idioma del diálogo! Resta sólo decir que, expurgado el Criticon de algunas hipérboles descompasadas, de algunas descripciones de fantasía poética, antítesis forzadas ó impertinentes, y juegos de vocablos de pueril y pedantesco artificio, quedaria una obra digna de dar honor á su siglo y á la nacion. >>

Don Manuel Silvela, en el discurso preliminar de la Biblioteca selecta de literatura española, dice:

«Bien léjos estuvo de imitar el ejemplo de Saavedra y de preservarse de la epidemia altisonante y culta, el supuesto Lorenzo y verdadero BALtasar Gracian, antes bien podemos considerarle como dogmatizador de la secta de los Malvezzis y Paravicinos, por haber acreditado para con los españoles, dice Luzan, tan depravado estilo en su agudeza y arte de ingenio, que compara al canoochiale aristotélico del italiano Enmanuel Tesauro, A pesar de esto, ¡qué de elogios no se deben al autor del Criticon! En medio de las antítesis, paronomasias y toda la metralla culta, es una de las obras más recomendables de nuestra literatura por la felicidad de la invencion, la inagotable riqueza de imaginacion y de sales, por la viveza de sus pinturas y por la gracia, soltura y naturalidad del estilo..

con los sonetos celebrados por divinos (de Fernando de Herrera), aunque les ha hecho anatomía del alma, jamas la pudo hallar..

Hablando de lo conceptuoso del estilo dice que esta eminencia ha hecho tan estimadas aquellas cartas de aquel tan favorecido de la fama, cuan perseguido de la fortuna..

Este fué para mí el modelo que GRACIAN se propuso imitar en sus escritos de moral filosofía. Y sin embargo de este afectado estilo, hay una obrita de GRACIAN en que se entregó todo á la ternura de su alma, obrita llena de claridad y sentimiento. Esta es la que lleva por título Meditaciones várias para antes y despues de la comunion. Creo firmemente que no hay de este género un libro más hermosa y dulcemente escrito en lengua castellana, ni más á propósito para el objeto. Escribió varios libros GRACIAN: El Discreto, El Héroe, El Criticon, El politico Fernando y El Oráculo Manual y Arte de Prudencia.

Estas obras fueron sucesivamente trasladadas á la lengua francesa.

Amelot de la Houssaye, que habia traducido á Tácito y Machiavelo, publicó L'Homme de cour, que es la version de El Oráculo Manual. Calificaba de intraducible á GRACIAN, y sin embargo lo tradujo Amelot. Los críticos franceses consideraban que los escritos de GRACIAN eran tenidos como obras maestras en España, y que su carácter misterioso concordaba bien con el de la nacion. Convenian en que es un autor abstracto y oscuro, pero que el libro contenia excelentes cosas (1).

La prueba del concepto que mereció el libro de GRACIAN es que en 1702 hizo una nueva edicion Amelot de L'Homme de cour (2). Del Discreto de GRACIAN hay un análisis en las Memorias para la historia de las ciencias y bellas artes (1721). En ellas se dice que el autor trata todos los asuntos en libro, con una fuerza y una delicadeza de pincel, usando de una metáfora propia de su país que pocos autores lo han igualado (3). Terminábase el juicio crítico con censurar á Amelot por haber puesto el título de L'Homme de cour á su traduccion de GRACIAN (4).

En 1723 el padre Courbeville publicó en París L'Homme universel de BALTASAR GRACIAN; es la traduccion del Discreto. La opinion en Francia era de que GRACIAN era uno de los mejores ingenios que habia tenido España en el anterior siglo, y que así lo creian todos bajo la palabra de los literatos que se habian reservado el placer de leerlo. El elogio de GRACIAN se reducia á que es un autor muy difícil de entender, y sobre todo más difícil aún de traducir, que poseyó un talento elevado y los sentimientos nobles, carácter propio de su patria; que pensó mucho y que pensó bien, y que sus pensamientos guardan más conceptos que los que se muestran por vez primera al que los lee ó escucha; que el estilo de GRACIAN es vivo y conciso (5).

(1) En las Memoires pour le histoire des sciences et des beaux arts se lee:

On ne peut guères supposer, dis-je, que les lecteurs entendent rien à ce langage. Mais le plaisir d'une énigme politique qui les amuse, supplée à celui qu'ils pourroient tirer d'une verité qu'ils concevroient.

»D'ailleurs il est vrai que même en ces occasions, à force de lire, on vient à deviner le sens de ce qu'on a lu, ou du moins à s'en douter..... Peut-être qu'un style plus net en françois auroit rendu l'espagnol plus intelligible, mais il falloit que la copie se sentît de l'obscurité de l'original.

Toutes ces maximes de GRACIAN sont la plupart commentées par quelques endroits des autres livres du même auteur, qui ne sont pas moins ingenieux et qui renferment quantité de traits d'histoire choisis.»

(2) L'Homme de Cour, de BALTASAR GRACIAN, traduit par le sieur Amelot de la Houssaye; nouvelle édition corrigée et augmentée. A París, chez Damien Beugnie, dans la grande salle du Palais au Lion d'Or, pag. 393.

(3) L'idée d'un homme qui sçait parler et se taire à propos; d'un homme retenu, judicieux, modeste, avisé, capable d'un secret. Voilà jusqu'où s'étend l'idée que nous avons d'un homme discret; mais quelque parfait qu'en soit veritablement le caractère, il s'en faut bien qu'il n'aille de pair avec un homme universel. Celui-ci rassemble en soi toutes les belles qualités qu'on peut

acquerir, avec un fonds d'ailleurs le plus heureux qui se puisse recevoir de la nature. Aussi, tel est le portrait dont GRACIAN nous marque tous les traits avec une force et une delicatesse de pinceau, pour user d'une métaphore propre de son païs, que trop peu d'auteurs ont égalée.

(4) C'est à peu-pres dans ce gout que L'Homme universel de BALTASAR GRACIAN est composé. Cet auteur ne divise point son ouvrage en chapitres; mais en forme de discours, lesquels font au nombre de vingt-cinq. Chaque discours a pour texte une des maximes qu'on voit dans l'Homme de Cour de M. Amelot. Par exemple: Le Genie et l'Esprit, l'Homme qui sçait attendre, etc. Je dis au reste l'Homme de Cour de M. Amelot; car, je ne puis me resoudre à l'appeller l'Homme de Cour de GRACIAN. Si cet espagnol vivoit et qu'il sçût le françois, il se trouveroit trop deguisé sous cette figure, ou plutôt sous ce masque pour se reconnoître: comme il desavoüeroit aussi sans doute quiconque representeroit son El Discreto, sous une autre idée que celle de l'Homme Universel.

(5) «Le stile de GRACIEN répond à la manière de penser; il est vif et concis, et, si j'ose ainsi parler, en même temps brillant et obscur; c'est-à-dire, que GRACIEN pense d'une manière qui frappe d'abord l'esprit, et lui présente une infinité de choses qu'il apperçoit confusément, et que, dans la suite, il découvre plus distinctement en s'y arrê tant et en y faisant réflexion.» (Mémoires, etc.)

El concepto que obtuvo el libro de El Discreto al aparecer en Francia fué que no hay obra de moralidad que encierre tanta como ésta (1).

El Héroe se habia ya traducido en otras lenguas (en inglés, italiano y latin). Felipe IV, despues de haberlo atentamente leido, decia que le era muy grata su lectura y que contenia grandes cosas. GRACIAN en la palabra héroe comprendia á todos los ilustres personajes, los grandes hombres. de la guerra, de la política, de la magistratura y los genios extraordinarios para las letras.

El padre Courbeville, que tambien lo tradujo á la lengua francesa (París, 1725), lo acompañó de notas con pasajes de autores que habian tratado los mismos asuntos que GRACIAN, como la Hoguette, Saint Evremont, el caballero de Meré, el autor de las Reflexiones, La Bruyère, etc. Algunos creyeron ver hurtos literarios ó copias muy fieles del escrito del jesuita español (2).

El comento de Courbeville es honrosísimo para GRACIAN, pues prueba que muchos grandes escritores de Francia no sólo habian pensado como él, sino tambien que no se habian desdeñado de dar por propios algunos de sus pensamientos. Del célebre Saint Evremont, tan entusiasta del Satiricon de Petronio, refiere el padre Courbeville que el Conde de Saint Albans le pidió que en pocas palabras le escribiese cuanto un jóven de grandes esperanzas deberia saber para presentarse en la sociedad y sostenerse en ella con honra. Todo lo que le respondió Saint Evremont está tomado del primer capítulo del Héroe de GRACIAN (3). El padre Courbeville no puede ménos de exclamar No acuso de ingratitud á Mr. de Saint Evremont porque no haya citado el nombre de su bien hechor. No pretendo otra cosa que honrar áun más el mérito de GRACIAN con la aprobacion de uno de nuestros más juiciosos y más doctos escritores. >

En 1750 vieron en París igualmente la luz pública las Máximas de Baltasar Gracian, libro que igualaban los aficionados con las Reflexiones de la Rochefoucault y con los caractéres de la Bruyère. Estas Máximas no eran otra cosa que una version francesa del Oráculo Manual y arte de prudencia, que habia traducido Amelot con el título de L'Homme de cour. El padre Courbeville, que por las lecturas frecuentes y meditadas de GRACIAN y por haber trasladado á su lengua otras obras del mismo, cada vez apreciaba más y más al filósofo español, decia que este sabio tenía mucha profundidad y elevacion, sutileza y fuerza de talento y buen sentido; pero que se expresaba de una manera misteriosa, concisa y enigmática, que se necesitaba adivinar y desenvolver, por lo cual su traductor debia tener una expresion única, delicada, enérgica y sencilla, á fin de que no cayese el texto en el peligro de la confusion y de la oscuridad (4).

(1) Il n'y a point d'ouvrage de morale qui renferme tant de choses que celui-ci. On y trouve des maximes, des réflexions, des caracteres, et il vaut, tout seul, mieux que quantité de traitez fort étendus. Il ne reste plus qu'à répondre à ceux qui se sont plaints de quelques expressions du traducteur : il suffit de dire qu'il ne les a employées que fort sobrement, et toûjours selon l'analogie de la langue, pour exprimer, avec plus de justesse et de force les pensées de son auteur, et en conserver le caractère. (Mémoires, etc.)

(2) A l'égard des sources dans lesquelles on a puisé ces remarques, elles sont connues de presque tout le monde; et cependant elles auront peut-être l'avantage de la nouveauté : car personne que je sçache, n'avoit encore employé à cet usage les seuls auteurs dont je me sers. C'est la Hoguette, Saint-Evremont, le Chevalier de Meré, l'auteur des Reflexions Morales, la Bruyère, etc. Enfin, excepté un illustre ecrivain (1) anglois, dont j'ai traduit quelques endroits que je rapporte, j'emprunte tout de nos premiers auteurs, qui ont traité des sujets semblables à ceux que traite GRACIEN. Ces citations pourroient bien révéler quantité de larcins litteraires, dont les coupables ont été jusqu'à present inconnus, ou pour le moins representer quantité de copies trop fidelles à GRACIEN leur original. (Mémoires, etc.)

(3) «Il y a beaucoup d'adresse, dit S. Evremont, à se saisir de l'estime publique, et à faire éclater si à propos

(1) M. Collier Evêque Anglican.

ses talens, que jamais le puisse tirer des secours dans le besoin..... Le grand art consiste à ne pas étaler tout son sçavoir en une seule fois, mais à le développer, pour ainsi dire, par pièces..... C'est précisément dans ces vûës que les grands-maîtres ne découvrent jamais le fin de leur art dans les leçons qu'ils en font à leurs disciples. Par-là ils demeurent toûjours maîtres, et conservent toûjours de quoi entretenir leur réputation, etc.

>>Au même endroit, continue le Père de Courbeville, on trouve comme en racourci, toutes les règles, tous les préceptes, toutes les maximes qui se voyent dans l'Homme Universel de notre auteur espagnol. Mais au reste, je n'accuse point ici d'ingratitude M. de S. Evremont, quoiqu'il n'ait pas cité même le nom de son bienfacteur. Je ne prétend qu'honorer encore d'avantage le mérite de GRACIEN, par l'approbation de l'un de nos plus judicieux et de nos plus forts écrivains.»

En las citadas memorias se habla de los « auteurs françois qui ont le mieux ecrit dans ce genre de caractères et de mœurs; de Montaigne, de S. Evremont, de la Bruyère, du Chevalier de Meré, de la Roquette, de l'auteur des Reflexions Morales, etc. On y apperçoit souvent que ces grands genies se sont fait un assez grand honneur de puiser dans GRACIEN, pour trouver bon, en ne le citant pas, qu'on leur attribue des pensées, des tours, des discours entiers qu'ils tiennent visiblement de ce profond et judicieux espagnol.»

(4) L'homme de Cour. Ce titre est-il juste? Convientil au but de GRACIEN? Cet auteur n'a pour but que de por

En 1750 publicóse en lengua francesa El politico Fernando, pero con el título de Reflexiones politicas de Baltasar Gracian sobre los más grandes principes, y principalmente sobre Fernando el Católico (1). Fué esta version recibida como el ensayo de un jóven de un gran talento y de mucha lectura, un nuevo Pico de la Mirándola, así por el ardor como por la constancia en el trabajo; ensayo que se reconocia como hecho en el libro del escritor más difícil de entender y trasladar entre todos los autores españoles (2). Estimóse poco esta traduccion por la falta de inteligencia del

texto.

El libro dos años (1752) despues volvió á salir en París en lengua francesa con su verdadero título, El politico don Fernando (5). Esta version mereció más aprecio que la precedente, tributándose grandes encomios á los pensamientos de GRACIAN (4).

Y a pesar de esta gran estima, el abate Des Fontaines escribió en várias ocasiones contra los escritos de GRACIAN y contra sus traductores franceses. El principal cargo que les dirigia era de no encontrar en ellos un solo raciocinio, y sólo extravagancias y magníficas necedades. Pero no quedó GRACIAN sin defensa. En las Memorias para la historia de las ciencias y bellas artes se decia que de las trescientas máximas del Oráculo manual, más de ciento eran sacadas de los libros de Salomon, cuarenta ó cincuenta son del Discreto y del Héroe, y las cincuenta restantes como extractos de todas las demas obras de GRACIAN. Se preguntaba al censor si pertenecian al número de magníficas necedades estos títulos del libro de Máximas, de GRACIAN:

Templar la imaginacion.
Nunca exagerar, etc.

Por último, el defensor de GRACIAN aseguraba que decir que en sus obras no se halla un solo raciocinio, equivalia á desacreditar á muchos afamados autores que habian escrito de filosofía moral ó de política; que Montaigne, Saint Evremont, la Rochefoucault, la Bruyère, el caballero de Meré, la Hoguette, Saint Real, etc., habian pensado como GRACIAN, 6 GRACIAN habia pensado como ellos en todos los mismos asuntos que habian tratado; que el Conde de Saint Albans, á quien envió Saint Evremont una especie de arte para enseñar á un jóven de ingenio y esperanzas las reglas que pudiesen enseñarle el modo de ser estimado del mundo, tomadas de GRACIAN, no las calificó de extravagancias y magníficas necedades, como Saint Evremont, al copiarlas, tampoco las consideró tales (5).

ter à la vertu, mais à la vertu éclairée et prudente. L'ouvrage regarde également un homme de la cour, un homme de guerre, un homme d'affaires, un homme d'église, etc., puisque la prudence est nécessaire dans tous les états. C'est un assemblage de maximes qui renferment, pour ainsi dire, un art de prudence; l'art de vivre d'une manière digne de l'homme, et d'être heureux dans le commerce des hommes. Si l'on rapproche ces maximes séparées, si on les réunit sous un certain jour, on y voit comment un homme doit se comporter par rapport à lui-même, par rapport aux autres hommes, et par rapport à Dieu; ce qu'il se doit à luy-même, ce qu'il doit au monde, ce qu'il doit à Dieu, pour être heureux en ce monde ci, avant de le posseder en l'autre. (Mémoires, etc.)

(1) Réflexions politiques de Baltasar Gracien sur les plus grands Princes, et particulièrement sur Ferdinand le Catholique: avec des notes critiques et historiques, par M. D. S., 1730.

(2) Véase el juicio que del libro hacia su traductor:

« Ce n'est point, dit-il, l'attrait de la nouveauté qui me seduit, mais celui de la vérité, qui ne veut point être trahie. Cet ouvrage de GRACIEN pêche par l'ordre, et par la méthode, il abonde de traits brillans, mais la transition des uns aux autres est forcée, les métaphores sont outrées, les éloges encore plus, les termes sont peu exacts, etc. Le composé est bisarre, mais il plaît.»

(3) El político don Fernando el Católico..... Le politique

Dom Ferdinand le Catholique; traduit de l'espagnol de BALTASAR GRACIEN, avec des notes. Vol. in 22. pp. 183, sans la préface, etc. A París, chés Rollin Fils, Quay des Augustins; à S. Athanase. 1732.

(4) « GRACIEN traite maintenant à fonds une matière importante, qui n'avoit été que comme effleurée; c'est de sçavoir si le Prince doit ou non commander en chef ses armées. De fortes raisons et des exemples considérables favorisent l'une et l'autre conduite.» (Mémoires, etc.)

(5) L'auteur de cette décision y a-t'i bien pensé ? Parler ainsi c'est décrier plusieurs auteurs de réputation en matière de morale ou de politique. Montaigne, Saint Evremond, la Rochefoucault, La Bruyère, le Chevalier de Meré, La Hoguette, Saint Réal, etc., ont pensé comme GRACIEN, OU GRACIEN pensé comme eux sur tous les mêmes sujets qu'ils ont traités. On a rapporté ces endroits conformes dans les remarques de plus de deux cent pages en petit caractère, ajoûtées au Héros. M. de Saint Evremond trouvoit autre chose dans GRACIEN que des extravagances et de magnifiques sottises. Le Comte de Sains Albans, seigneur anglois, avoit demandé à M. de Saint Evremond qu'il lui dît en peu de mots tout ce qui étoit nécessaire à un jeune homme de grande esperance pour entrer avec avantage dans le monde et pour s'y soutenir avec honneur. Le Comte vouloit que son ami lui composat une espèce d'art, dans lequel on pût trouver en racourci toutes les règles, tous les préceptes et toutes les maximes qui peuvent rendre un

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