tencion nos haremos ricos, si llegaremos á conocer cuán poco tiene de incomodidad el ser pobres. Comienza á tener amistad con la pobreza; atrévete á despreciar las riquezas, y luego te podrás juzgar sugeto digno para servir á Dios, porque ninguno otro es merecedor de su amistad, sino el que desprecia las riquezas. Yo no te prohibo las posesiones; pero querria alcanzar de tí que las poseas sin recelo, lo cual conseguirás con sólo juzgar que podrás vivir sin tenellas, y si te persuadieres á recibirlas como cosas que se te han de ir, aparta de tu amistad al que no te busca á tí por tí, sino porque ores rico. La pobreza debe ser amada, porque te hace demostracion de los que te aman. Gran cosa es no pervertirse el ánimo con la familiaridad de la riqueza, y sólo es grande aquel que, poseyendo mucha hacienda, es pobre: Nadie nació rico, porque á los que vienen al mundo se les manda vivan contentos con leche y pan, y de estos principios nos reciben los reinos; porque la naturaleza no desea más que pan y agua, y para conseguir esto nadie es pobre; y el que pusiere límite á sus deseos, podrá competir con Júpiter en felicidad; porque la pobreza, ajustada con las leyes de la naturaleza, es una riqueza muy grande; y al contrario, la riqueza grande es una contínua inquietud, que desvaneciendo el celebro, le altera, haciendo que en ninguna cosa esté firme; á unos irrita contra otros, á unos Ilama á la potencia, y á otros hace desvanecidos, y á muchos afeminados. Y si quieres averiguar que en la pobreza no hay cosa que sea mala, compara á los pobres con los ricos, y verás que el pobre se rie más ve ces y con risa más verdadera, porque no estando combatido de cuidados, se ve en tal altura, donde los que vienen, se le pasan como ligera nube. Y al contrario, la alegría de aquellos que juzgamos felices es fingida, que aunque con gravedad resplandecen en la púrpura, sin descubrir en público sus tristezas, son por esa causa mayores, por no serles lícito publicar sus miserias, siéndoles forzoso mostrarse felices entre las calamidades que les oprimen el corazon. Las riquezas, los honores, los mandos y todas las demas cosas que por opinion de los hombres son estimadas, abstraen de lo justo. No sabemos estimar las cosas, de cuyo valor no hemos de hacer aprecio por la fama, sino por la naturaleza de ellas. Y éstas no tienen cosa magnífica que atraiga á sí nuestros entendimientos, más de aquello de que solemos admirarnos; porque no las alabamos porque ellas son dignas de apetecerse, sino apetecémosla porque han de ser alabadas. Tienen las riquezas esta causa antecedente, que ensoberbecen el ánimo, engendran soberanía y arrogancia, con que despiertan la envidia, y de tal manera enajenan el entendimiento, que áun sola la opinion de ricos nos alegra, siendo muchas veces dañosa. Conviene, pues, que todos los bienes carezcan de culpa; que los que son de esta manera son puros y no corrompen ni distraen el ánimo, y si lo levantan y deleitan, es sin recelos; porque las cosas buenas engendran confianza, y las riquezas entendimiento. Las cosas buenas dan grandeza de ánimo, y las riquezas dan insolencia, EL LIBRO DE ORO DE SÉNECA Ó SEA SUS AFORISMOS MORALES (1). PRÓLOGO DE LA EDICION DE VALENCIA DE 1831. El nombre de Séneca es clásico en todas las naciones, y sinónimo de la sabiduría. Las grandes verdades que anunció en sus escritos, su filosofia, siempre dulce y profunda, y su impetuosa elocuencia, le hicieron acreedor á la inmortalidad de que goza por espacio de algunos siglos. Los ingleses y franceses tienen extractadas sus sentencias morales ó aforismos filosóficos, que devorando con ansia la juventud, retiene por toda la vida, y éstos le sirven de reglas de conducta ó arte de vivir. Tal libro es la lectura predilecta de todas las clases de la sociedad: el labrador aprende en él el precio de la dorada medianía, el militar el de una muerte gloriosa por su patria, y el sabio el de la soledad y de la filosofía. Así todos leen á Séneca: Séneca es su maestro, y el que les enseña á amar la vida y la virtud, y despreciar las desgracias y el vicio. Estos aforismos morales, tan apreciados de los extranjeros, vieron la luz pública en 1555 en la ciudad de Coimbra, por Juan Alvarez, impresor del Rey, nuestro señor, traducidos al castellano. La edicion se despachó al instante; pero desde entónces hasta el presente, esto es, en el espacio de casi tres siglos no han sido reimpresos. Ahora vuelven á salir á plaza con las correcciones y mejoras que el editor ha juzgado convenientes en la traduccion. Esta es la mejor que podia ofrecerse al público, y sólo sentimos no publicar, por ignorarlo, el nombre del ingenioso traductor. Si la presente obrita contribuye á la reforma de nuestras costumbres; si algun desgraciado halla consuelo leyendo los consejos del sabio filósofo, el editor se dará una y mil veces la enhorabuena. EL LIBRO DE ORO. 1. Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho. 2. Bastaria por remedio ser mejores que los malos. 3. No es muy grande el ánimo á quien deleitan cosas terrenas. 4. Procuramos olvidar lo que, traido á la memoria, nos entristece. (1) Muchas son las coleccionès que se han hecho de pensamientos de Séneca. En Ambéres se publicó una, con el título de L. Annæi Seneca cordubensis philosophi flores, en la imprenta de Gaspar Bellero, 1613, 12. En 1752 vió la luz en París, en dos volúmenes en 12.", una coleccion con el titulo de Pensées de Senique, traducidos por monsieur Angliviel de la Beaumelle, profesor real de idioma y buenas letras francesas en la universidad de Copenhague, para servir de educacion à la juventud. Largo, muy largo seria el catálogo de obras de pensamientos escogidos de Séneca que se han formado en diferentes naciones. La coleccion española que aquí por tercera vez se imprime tiene el mérito de ser los pensamientos escogidos entre los más sentenciosos. Así se graban mucho mejor en el entendimiento que no los de las colecciones arriba citadas, en que se presentan con toda su extension. 5. Necesarios son nuevos favores de la fortuna para conservar la felicidad. 6. Con facilidad se adquiere lo preciso para la vida. 7. Doloroso es que comencemos á vivir cuando mo1 rimos. 8. Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa. 9. El valor es siempre ambicioso de peligros. 13. No hay nadie tan humilde, que no tenga poder para dañar. 14. Prueba es de virtud el desagradar á los malvados. 15. Demasiado pronto muere al hombre para llegar á conocer las cosas inmortales. 16. Tenemos en mucho precio los beneficios que ha cemos. 17. Industria es la aparente simpleza. 19. El que siempre busca grandezas, alguna vez las encuentra. 20. Amarga es la pena que nace de vergüenza. 21. Mozos fueron primero los que ahora son hombres. 22. Más dañosa es la abundancia que viene sobre gran codicia. 23. Reino en lugar ajeno no está seguro. 24. Más dura la memoria de las injurias recibidas que de los beneficios. 25. Extremadísima crueldad es dilatar el castigo. 26. Para bien obrar, el que da debe olvidarlo luego, y el que recibe, nunca. 27. Un amor apaga otro amor, y un temor otro temor. 28. No es necesaria la fortuna para sólo subsistir. 29. Desde la infancia da señales el ingenio. 30. Aunque amor sea virtud, algunas veces perjudica. 31. Los demasiados frutos no llegan á madurar. 32. Sé útil primero á los demas, si quieres ser útil á tí propio. 33. La sencillez y claridad distinguen el lenguaje del hombre de bien. 34. Muy pocos aciertan ántes de errar. 35. Espera que te hagan á tí lo que tú haces á otro. 36. Amor por nuestra voluntad se toma, más no por voluntad nuestra se deja. 37. Debe amarse al padre si es bueno, y sufrirle si es malo. 38. Tuyo haces el vicio que á tu amigo disimulas. 39. El que disputa con un beodo, disputa con un hombre ausente. 40. La mala nueva luego se cree. 41. Buena es la mujer cuando abiertamente es mala. 42. El avaro nunca hace cosa acertada sino cuando muere. 43. La edad se descubre más cuando se disimula con arte. 44. Util es al jóven amar, é indecoroso al viejo. 45. La llaga de amor, quien la sana, la hace. 46. El que súbito se determina, súbito se arrepiente. 47. La ambicion por la honra nunca mira obstáculos. 48. Muchas veces es valor el conservar la vida. 49. Las injurias y los beneficios penden de la voluntad., 50. Recibe beneficio el que lo hace al que lo merece. 51. Con buena suerte hemos nacido si no la malogramos. 52. El beneficio que á todos se hace, á ninguno se hace. 53. Siempre el esperar, aunque sea el bien, da cuidado. 54. Feliz quien desprecia la fortuna! 55. Desdichado es el que por tal se tiene. 56. La inconstancia acorta los dias de nuestra vida. 57. Las buenas costumbres se conforman unas con otras, y por eso duran. 58. Doble valor tendrá el beneficio que otorgues sin que te lo hayan pedido. 59. Vende su propia voluntad el que recibe ajeno beneficio. 60. Dos veces muere el que á voluntad de otro muere. 61. Pide ajeno beneficio el que refiere el suyo. 62. Bueno es tener fama, pero más seguro es tencr dinero. 63. Dos veces venoe el que en la victoria se vence á sí. 64. El liberal, áun para dar busca ocasion. 65. Pesado sueño tiene el que no siente cuán mal duerme. 66. Lo que de raíz se aprende, nunca del todo se olvida. 67. Ofensa hace á los buenos el que á los malos perdona. 68. Buena es la riqueza si la manda la razon. 69. Quien puede ser injusto quiere serlo. 70. Alivia el trabajo del camino el compañero elo cuente. 71. El buen suceso disculpa la temeridad. 75. Causa es de obrar mal el haber obrado. 76. Curioso es naturalmente nuestro ingenio. 77. En obligacion nos pone de dar el haber dado. 78. Despreciable cosa es el hombre cuando no se levanta sobre su esfera. 79. Tanto más crece el esfuerzo, cuanto más consideramos la grandeza de lo emprendido. 80. Ninguna esperanza queda de virtud, cuando no solamente deleitan los vicios, sino que se aprueban. 81. No hay cosa que mucho tiempo agrade al que en ninguna tiene asiento. 82. Debe tomarse consejo conforme al dia, y si cs posible, conforme á la hora. 83. Cruel es quien al afligido reprende. 84. La poca templanza del enfermo hace al médic ser cruel. 85. El peligro que no se teme, más presto viene. 86. La virtuosa mujer manda á su marido obedeciéndole. 87. Manchada deja su vida el que procura su muerte. 88. Merece salir engañado el que, al hacer un beneficio, tenía cuenta con la recompensa. 89. Difícilmente se hallan palabras que retraten al vivo las grandes desdichas. 90. Obedecer á Dios es libertad. 91. Deberiamos recibir bien los trabajos, sabiendo que vienen por providencia divina. 92. Cuando alguna parte del todo cae, la que queda no está segura. 93. La diversidad de libros distrae el entendimiento. 94. El que desee vencer, prepárese para la guerra de mucho tiempo. 95. Consuelo es en las grandes desgracias el que no pueda sobrevenir otra mayor. 96. Determínese despacio lo que para siempre se resuelve. 97. Para morir, el mejor de los tiempos es el próspero. 98. No perdemos lo que ignoramos haber perdido. 99. Arrojo nos da la ira. 100. No todas las cosas están bien á todos. 101. Los males dudosos atormentan más. 102. El que promete dudosa salud al afligido, se la niega. 103. Tarde se olvida lo que se aprende por mucho tiempo. 104. Las lágrimas del heredero son risas encubiertas. 105. Ha de llevarse en paciencia la voluntad del principe, en lo justo y en lo injusto. 106. Conceder los ruegos que son en daño del rogador es bondad cruel. 107. Hasta el que se aparta de la virtud, la reco noce. 108. La amistad y la enemistad proceden de la voluntad. 109. La carencia de una cosa le da precio. 110. Muchos deleites afeminan los espíritus. 111. Hasta de males hay ambicion. 112. Debe esperarse la muerte que la naturaleza ordena. 113. Muchas veces por dolor la inocencia se hace culpada. 114. La diligencia nos parece tardanza cuando de scamos una cosa. 115. Por el vicio ajeno ennenaa ei sabio el suyo. 116. Al infeliz sóbranle y fáltanle pensamientos. 117. Por demas se impide la muerte al que está determinado á morir. 118. La virtud impide á los valientes llorar, y á los débiles lo manda. 119. Súfrase, y no se reprenda lo que excusar no se puede. 120. Paciencia muchas veces ofendida trastorna el juicio. 121. El miedo se pinta en el rostro. 122. Más contínua es adversa que próspera fortuna. 123. Haz lo que debes, y no lo que puedes. 124. Ménos camino hay de la virtud al vicio, que de los vicios á la virtud. 125. Mejor sufre el mal quien siempre le teme. 126. No hay manjar caro para el gloton. 127. La frugalidad es una pobreza voluntaria. 128. Poco importa carecer de sepultura. 129. Dichoso es el que no lo parece á los otros, sino á sí. 130. La felicidad no mira de dónde nace, sino adónde puede llegar. 431. Venturoso premio de la virtud es ser aborrecido de los viciosos. 132. Más seguro está en la virtud el que ya pasó por los vicios. 133. La confianza produce muchas veces la lealtad. 134. Para mayores desgracias guarda la fortuna á quien favorece. 135. Tolerable es el infortunio que es comun á muchos. 136. La fortuna teme á los valientes y avasalla á los cobardes. 137. La fortuna puede robarnos la hacienda, pero no el valor. 138. Hasta la desgracia se cansa. 139. En los ancianos es ocasion de más constancia el estar cerca de su libertad. 140. El fin de un trabajo es principio de otro. 141. Tiénese por virtud la maldad que sucede bien. 142. Mejor es la salud que nunca se perdió. 143. Grande recomendacion tiene un rostro her moso. 144. El que recibe lo que no puede pagar, engaña. 145. Confiesa el delito el que huye del juicio. 146. Cosas fingidas pronto vuelven á su natural. 147. Al que una vez perdió el crédito, nada le queda que perder. 148. No se contenta la fortuna de hacer un solo daño. 149. Lleva en bien pequeños trabajos el que pasó por otros mayores. 150. Más fácilmente se entiende lo que por partes se propone. 151. Con más dificultad comienzan los honores que prosiguen. 152. En poco precio se tiene lo adquirido de gracia. 153. El que esgrime, en el mismo ejercicio aprende las reglas. 154. El trabajo sirve de nutrimento á los pechos ge 173. De vivir y de morir nos pesa. 209. Espera vencer á la desgracia el que se encuen- 210. Virtuosa cosa es perdonar á quien se arre- 175. Presume de tu amigo, que puede ser en algun piente. 176. Muchas veces las ofensas son incentivo del 177. La furia del mancebo, súbito se enciende y fá- 178. Gravísima caida es de señor á esclavo. 183. Hasta los vicios de quien mucho amamos nos 184. De los males posibles ninguno peor que la opi- 185. Débese guardar con más cuidado lo que no se 186. No tiene la fortuna poder en el tiempo que 187. Maldad es no dejar el beneficio á merced del 188. Justa causa de alegría es ver alegre á un amigo. 191. El que desea hacer una injuria, ya la hizo. 193. En el pecho del sábio, áun sanada la herida, 194. En lo mal comenzado, por más honrosa se 195. El mayor mal que en los vicios puede haber, 196. Ingrato es el que por miedo es agradecido. 198. Mas alegre cosa es granjearse un amigo que 199. De torpes deleites no queda sino el arrepenti- 200. El conocimiento del vicio es principio de vir- 201. Aquella se puede llamar felicidad, que con 202. La fortuna no tiene poder en nuestras costum- 203. Flaqueza es temer lo que nunca experimen- 204. Débil es el que por evitar las desgracias abraza 207. Especie de vanagloria es mucho recogimiento. 211. Llamas á la desdicha cuando dichoso te haces. 214. Desagradecido es el que con igual beneficio 215. Sufrible es todo lo pasado; lo que se teme da 216. Muchas veces la ley se somete á la utilidad. 218. Mejor se guarda lo que con trabajo se gana 223. Mejor puede usar de sus apetitos el que me- 224. Ménos duran los deleites que su memoria. 226. Todo es posible á quien no teme los trabajos. 228. Nadie puede ganar sin que otro pierda. 230. La mujer no admite medio: ó ama mucho, ó 231. La buena memoria es principio de la sabi- 232. No tiene perfecto amor el que sufre ver morir. 237. Malo es el consejo que no se puede mudar. 239. Grande remedio es la demencia para los que 240. La virtud aborrece á los espíritus bajos. 242. Alivio es de trabajos el reposo. 243. Mucho se descubre en su rostro el temeroso. 246. Las cosas que mucho suben, al mejor tiempo caen. 247. El mayor castigo de la injuria es haberla hecho. 249. Muy poco nos es absolutamente necesario. 251. Los afligidos se apartan de lo que aman mucho. |