Semanario erudito: que comprehende varias obras inéditas, críticas, morales, instructivas, políticas, históricas, satíricas, y jocosas mejores autores antiguos, y modernosDon Blas Roman, 1790 |
Altres edicions - Mostra-ho tot
Semanario erudito, que comprehende varias obras inéditas ..., Volums 13-14 Previsualització no disponible - 1787 |
Frases i termes més freqüents
Amulio Anco Marcio Antonio Augusto batalla baxo Caligula Calistomos Caracalla Cardenal Castilla caudal causa Cesar Christianos cion Ciudad Cleopatra Conde Consejo Consul Corte cuya dado decia despues dexó dice Diego dió Diocleciano dixo Domiciano Doña Costanza Doña Isabel Doña Maria Duque Embaxadores Emperador enemigos España executó exercito extrangeros fábricas Felipe III fijo que llamaron Francia Francisco Galias Galieno Garcia Gobernador guerra habia halló Heliogabalo hermano hijo hizo hubiera Iglesia Imperio Infante juros justicia llaman Doña Lucio Vero luego mandó Marques Ministros Monarquía Monasterio muerte muger mugeres mundo murió Nacimiento de Christo Napoles negocios Neron Numa Pompilio Numeriano Obispo oficio padre personas podia Pompeyo Príncipe quales qualquier quan Quántas quatro queria Real rentas Rey Don Pedro Reyno Roma Romanos Samnites Sancho Santo Senado soldados sucedió tambien Tarquinio tenia Tiberio Toledo Trajano Tulio Hostilio tuvo vasallos venció Vespasiano Villa Vitelio XXIX zelo Zuñiga
Passatges populars
Pàgina 125 - Rey, y apercibir de que tratase a Su Majestad sólo de cosas de confianza, porque estaba algo descaecido, y dejase lo demás. Respondió Florencia: «Señor, yo soy muy poco...
Pàgina 278 - Del estado presente de la literatura en España , del de las tres universidades mayores de Castilla y de sus colegios mayores, entre dos abates napolitanos...
Pàgina 31 - E los unos ni los otros, non fagades ni fagan ende al por alguna manera , so pena de la mi merced é de diez mil maravedís para la mi Cámara á cada uno por quien fincare de lo ansí facer é complir.
Pàgina 127 - A estas palabras, dichas con la mayor devoción que puede imaginarse, salieron por los ojos de los presentes los corazones convertidos en agua. Entonces el diestro piloto, que le regía el cielo, viendo lo que le...
Pàgina 131 - ... ahora.» Luego al punto se pasó la guarda al cuarto del Príncipe. Y al Rey se le puso morada la mano y brazo izquierdo de algún humor pestilente que estaba en el corazón, y era el que más le causaba aquellas melancolías y congojas. Llegaron los Grandes y besáronle la mano, y los de la Cámara entregaron las llaves, y fueron á besar las del nuevo Rey. Volvieron á abrir el testamento, en que hallaron viva la piedad del muerto Rey. Dejó por sí cuarenta mil misas , sin otras dotaciones...
Pàgina 7 - Una cosa deseo ver acabada de tratar , y es lo que toca á la conservación de los montes y aumento de ellos que es mucho menester , y creo andan muy al cabo. Temo que los que viniesen después de nosotros, han de tener mucha queja de que- se los dejamos consumidos, y plegué á Dios que no lo veamos en nuestros dias.
Pàgina 154 - ... sea traído por las calles públicas y acostumbradas de esta Villa y llevado a la Plaza Mayor de ella, donde para este efecto esté hecho un cadalso y en él sea degollado por la garganta hasta que muera naturalmente.
Pàgina 128 - ... regido un reino veintidós años con tanta entereza, que pueda Vuestra Majestad decir, para el paso en que está, como nos lo ha dicho aquí, que siempre ha hecho lo que entendía ser lo mejor y más justicia, y con tal ejemplo personal, como todo el mundo sabe, ya mí me ha dicho vuestra Majestad muchas veces, que por todo el mundo no haría un pecado mortal? ¿Esto no es así?
Pàgina 128 - Dios? — Dios os lo pague, Florencia (respondió el Rey) no os canséis, que ya vamos ganando tierra, más alentado me siento. ¿Qué merced queréis que os haga? decídmelo, por vuestra vida. Besóle la mano, y agradecióle aquel favor, y dijo que no quería una, sino dos. Dijo el rey tan presto. ¿En qué?
Pàgina 156 - Ya dije a vuestra merced en la pasada que había besado las manos a su majestad y altezas el duque de Ariscot, embajador del serenísimo archiduque Alberto. Oiga ahora vuestra merced cómo se hizo aquel acto. Por llevar luto, fue el acompañamiento en coches. Aguardó don Baltasar de Zúñiga al embajador al apearse. Honróle mucho el rey, y del cuarto de su majestad pasó al de la reina nuestra señora, que le aguardó sentada y se levantó cuando llegó al estrado. Diole la mano en pie y, vuelta...