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pendian del gobierno de esta fortaleza, con los leales y decididos indios de Zacapuaxtla, cerraban el territorio de los Llanos por el Nordeste, impidiendo toda comunicacion con la costa, mientras que Piedras lo estrechaba por el Norte con las tropas de Tulancingo: el virey aprovechando el aislamiento en que cada jefe insurgente se hallaba en su respectivo distrito, sin dar ni recibir auxilios de los comandantes inmediatos, adoptó el sistema de reunir sobre cada uno, un número considerable de tropas hasta destruir á todos uno tras de otro. Márquez Donallo al mismo tiempo que cubria el camino de Perote Ꭹ las Villas, atendia á impedir la comunicacion con Terán, quedando éste reducido al departamento de Tehuacan, circundado por la línea que formaban las fuerzas de La Madrid en Izúcar, Samaniego en Huajuapan, y las de la comandancia de Oajaca, hasta tocar estas con las de la costa de Veracruz en Tlacotalpan. Hevia con su division conducia los convoyes de tabaco de las Villas y hacia llegar á Méjico los de Veracruz, dispersando á su tránsito, en combinacion con las fuerzas distribuidas en el camino, las partidas que intentaban impedirle el paso. Todo estaba en conexion en el plan adoptado por Calleja, que vamos á ver en accion hasta la terminacion de su gobierno.

1816.

>>Concha comenzó sus operaciones situando Enero á Junio. destacamentos en los lugares adecuados, desde los cuales, combinando los movimientos de unos con otros, se hacia una persecucion activisima á las partidas de insurgentes inmediatas á cada punto: estas eran á veces sorprendidas por la noche, en los sitios mas fragosos en que se creian fuera del alcance de los realistas: todo in

surgente que caia en manos de Concha, de Ráfols, de Don Anastasio Bustamante, de Rubin de Célis y demás oficiales que mandaban las secciones en que Concha habia distribuido su division, era irremisiblemente fusilado: ni el número ni la calidad de las personas eran consideradas: no se encuentra otra cosa en los partes de estos jefes, insertos en las gacetas de los primeros meses del año de que vamos hablando, que haber hecho veinte, treinta ó mas prisioneros que fueron inmediatamente fusilados: el P. D. Rafael Olivera, capellan de Espinosa, habiendo sido aprehendido el 24 de Junio por el destacamento situado en Singuilucan, fué pasado por las armas en aquel pueblo el 27, y habiendo dado parte Concha de este suceso al mismo tiempo que de otros, el virey acordó: «que no se contestase ni se pusiese en la gaceta dándolo como perdido, poniéndose los demás.» (1) Si alguno escapaba de las manos de Concha, caia en las de Márquez Donallo, como sucedió al desgraciado impresor Antonio Rabelo, que segun en su lugar vimos, salió de Méjico en 1811 con la imprenta mandada á Rayon por los Guadalupes: habiendo seguido al congreso á Tehuacan, despues de la disolucion de éste, se detuvo en los Llanos yendo de tránsito para Michoacan, y fué sorprendido el 26 de Agosto al amanecer en el rancho de Terrenate por el teniente de Lobera Don Tomás Guerrero, enviado al efecto por Márquez con algunos dragones de Puebla, y fusilado el mismo dia en

(1) Así se previno en una nota del oficial que ponia las minutas, que se halla en la correspondencia de Concha, en el archivo general, citada por Bustamante, Cuadro histórico, tom. III, fol. 350.

TOMO X.

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Huamantla. (1) Pero la mas importante de las disposiciones de Concha fué, la que tuvo por objeto privar á los insurgentes de los recursos que sacaban de las haciendas de pulque: para esto, sin arredrarse por las consecuencias que podria tener el dejar á Méjico, Puebla y otras poblaciones sin esta bebida, ni embarazarse por la diminucion que iban á sufrir las rentas reales por falta de la alcabala que ella causaba, prohibió no solo su conduccion á aquellos lugares, sino tambien su elaboracion, conminando con la pena capital á los reincidentes.

>>No se detuvo tampoco Osorno en ocurrir á las medidas mas extremas contra tan formidable ene

1816.

Enero á Junio. migo: los pueblos de Singuilucan, Zempoala, Otumba Ꭹ las ricas haciendas de Tepetates, Jala y Ometusco, antes de que en ellas se estableciesen destacamentos, fueron incendiados por su órden, por ser los puntos en

que los realistas solian alojarse en sus marchas y donde se proveian de víveres. Concha en una proclama dirigida à los habitantes de los Llanos, fecha en Teotihuacan el 1." de Febrero, (2) echándoles en cara que siendo aquel suelo en el que los insurgentes habian encontrado mas apoyo, fuese tratado de una manera tan inhumana por los que de grado ó por fuerza, sacaban de aquellos mismos pueblos y Haciendas reducidos á cenizas los recursos que los hacian subsistir; prohibió que se les ministrasen ningunos é invitándolos á acogerse al indulto, recientemente concedido por el virey con suma amplitud en 22 de Diciembre del año

(1) Parte de Márquez Donallo, Gaceta de 7 de Setiembre, núm. 951, fol. 738. (2) Gaceta de 10 de Febrero núm. 860, fol. 147.

anterior, les intima que no haciéndolo así, no encontrarian, como entonces les sucedia, ni abrigo en los insurgentes, ni perdon en las tropas del rey. Mas adelante, para evitar el establecimiento de los destacamentos que se hacian fuertes en las iglesias, dispuso Osorno que estas y las casas curales se destruyesen, como se ejecutó en Zacatlan, en cuyo pueblo, ocupado por Concha desde el principio de la campaña, entraron por sorpresa unos cien insurgentes el 6 de Junio, aprovechando un momento en que habia salido la guarnicion: apenas hubo tiempo para sacar de la parroquia el Divinísimo Sacramento y algunas imágenes; todo lo demás fué entregado al saqueo y á las llamas: pegaron tambien fuego á la iglesia de San Francisco, y ardió ésta, su sacristía, convento y casa de ejercicios; solo quedaron en pié las paredes, y estas y las de los cementerios fueron echadas por tierra con barretas, por gente que se trajo con este objeto de las minas de Tetela. El pueblo se conmovió viendo derribar las paredes de las iglesias, pero Osorno que estaba presente y afectaba afligirse mucho por el daño que él mismo causaba, mandó

que

se tocase á degüello á la menor resistencia; los indios que se ocultaron por no trabajar en aquella obra sacrilega de destruccion de unos templos construidos por las manos de sus mayores, vieron sus chozas incendiadas; la casa del vecino que no quiso prestar barretas fué saqueada; el que se explicó en términos fuertes contra tales excesos quedó muerto á machetazos, y las lágrimas que las mujeres derramaban viendo consumir por las llamas los edificios que desde su nacimiento estaban acostumbradas á venerar, fueron castigadas con cintarazos. Osorno, ó mas bien Ma

nilla, autor de tales providencias, conociendo la irritacion que habia causado en el espíritu de aquellos habitantes, quiso calmarla por medio de una proclama que publicó en Atlamajac el mismo 6 de Junio, atribuyéndolas á la necesidad en que estaba de preservar los lugares consagrados al culto de las profanaciones que los realistas cometian en ellos, y prometiendo que serian reparados á expensas de la nacion, cuando hubiese triunfado la causa de esta. (1) Las iglesias de Tlaxco, Chinahuapan y de otros pueblos, fueron destruidas como lo habian sido las de Zacatlan.

1816.

>>Si el ataque fué vigoroso, la resistencia Enero á Junio. fué tenaz. Despues de varias acciones parciales, de las cuales la mas importante fué la que dió Ráfols el 18 de Abril en Venta de Cruz en su marcha á Zempoala, Osorno reunió todas sus fuerzas, cuyo número no bajaba de mil seiscientos hombres, y puesto él mismo al frente de ellas con los principales de sus jefes Inclan, Espinosa y Serrano, que todos tenian el grado de brigadieres, se presentó para dar un golpe decisivo en el mismo sitio de Venta de Cruz, á la vista de los arcos de Zempoala, monumento notable del celo y actividad de los primeros misioneros, y cerca del campo de Otumba, en que D. Fernando Cortés obtuvo la victoria con que aseguró su retirada á Tlaxcala, despues de su salida de Méjico. Reunió tambien Concha sus secciones á las órdenes de Ráfols, Bustamante y Rubin, habiendo además recibido un refuerzo de Tulancingo, bajo el mando del capitan de

(1) Gaceta de 29 de Junio núm. 921, fol. 629, en la que se publicaron las cartas de los curas, relativas á las iglesias de Zacatlan, y la proclama de Osorno.

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