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evitarlo y contra las noticias que le dió el mayordomo de una hacienda que le aseguró dirigirse aquel á Tehuicingo: pero cerciorado por la partida de caballería que llevaba de descubierta, de avistarse alguna gente en la falda de los cerros que tenia á su izquierda, mandó dos guerrillas de veinticinco hombres de infantería cada una á hacer un reconocimiento. Terán cargó sobre ellas, teniendo repartidas sus fuerzas de manera que envolviesen á los realistas por todas partes: pero el movimiento fué mal ejecutado, habiendo roto el fuego el capitan Matamoros, que debia tomar á los realistas por la espalda, tan inoportunamente, que mas daño hacia al cuerpo que mandaba el mismo Terán que al enemigo: atacando entonces toda la línea de la infantería realista á las órdenes del sargento mayor D. Manuel Lorencis, los insurgentes se retiraron en buen órden á las alturas inmediatas, abandonando el cañon de á 4 que tenian, de que no llegaron á hacer uso, y quedando en el campo el capitan Velazquez de la caballería de Tepeji y otros cuarenta muertos, pero llevándose sus heridos. Samaniego, despues de este reencuentro, llegó á Huajuapan y volvió á Izúcar por el convoy, que condujo sin embarazo: Terán se retiró á Tehuacan. >>A mediados de Noviembre, desembarcó Diciembre. en Boquilla de Piedras D. José Manuel de Herrera, de vuelta de los Estados-Unidos, á donde fué mandado por el congreso en calidad de ministro plenipotenciario. Nunca pasó de Nueva-Orleans, ni hizo otra cosa que ponerse en relaciones con los piratas, para proporcionar envío de armas y municiones. A su regreso, trajo consigo á un coronel francés llamado Per; á un oficial

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Setiembre á

portugués Camera, y algunos otros aventureros, con los cuales llegó á San Andrés en donde alternativamente entraban y salian insurgentes y realistas, y de allí pasó á Tehuacan. Los insurgentes concibieron grandes esperanzas con su venida, habiendo dado él mismo por seguro, que llegaria en breve mucho armamento y una escuadrilla que dominaria el golfo de Méjico, no permitiendo flotase en él el pabellon español, para lo cual pidió á Terán y á Guerrero que mandasen á Boquilla de Piedras la mayor cantidad de dinero que pudiesen, lo que no hicieron ni el uno ni el otro. Terán aunque recibió y trató bien á Herrera, lo vió con desconfianza, temiendo que intentase restablecer el congreso disuelto y suceder á Morelos en el mando: pero poco tiempo despues Herrera, viendo amenazado por fuerzas superiores el departamento de Tehuacan, salió de él con Per con objeto de embarcarse, lo que solo hizo el último: Herrera, despues de haber andado por diversos lugares, se presentó á solicitar el indulto y habiéndolo obtenido, volvió á Puebla bajo la proteccion del obispo Perez, y fué destinado en el colegio Carolino en calidad de catedrático de filosofía. El cura de Totoltepec D. Manuel Pelaez, habiendo estrechado amistad con Herrera en Puebla, se instruyó de las relaciones que éste habia dejado establecidas en los Estados-Unidos

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de los proyectos de los corsarios en el Seno Mejicano, de todo lo cual dió aviso al virey, cuyo conocimiento hizo que éste activase sus disposiciones, para que no quedase á los insurgentes en la costa ningun puertecillo por el que pudiesen los corsarios ejecutar sus planes. (1)

(1) Bustamante, Cuadro histórico, tom. III. fol. 391.

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>>Funesto fué para los insurgentes el 7 de Noviembre de este año. A mas de las acciones perdidas en las lomas de Santa María y en la cañada de los Naranjos, en el mismo dia se apoderó Márquez Donallo del fuerte de Monteblanco en las inmediaciones de Córdoba, desde el cual hostilizaban á esta villa y á la de Orizaba, y embarazaban el tráfico por el camino de Veracruz. (1) Este fuerte, construido sobre el elevado cerro que domina á la hacienda del nrismo nombre, estaba defendido por D. Melchor Múzquiz, quien se habia retirado á la provincia de Veracruz de la de Michoacan en la que militó con D. R. Rayon, y por un francés llamado Mauri, ambos con el grado de coroneles, teniendo bajo sus órdenes unos trescientos hombres con dos cañones de fierro de á 6, Diciembre. otro mas pequeño, y contaban con suficiente provision de víveres y municiones. Márquez Donallo, habiendo dejado en Veracruz el convoy en que bajó á embarcarse en aquel puerto el ex-virey Calleja, regresó conduciendo otro por el camino de las Villas, y á su llegada á Orizaba, unida á su tropa la de aquella guarnicion, que consistia en el batallon de Navarra mandado por su coronel D. José Ruiz, se dirigió á Monteblanco el 1.o de Noviembre con la fuerza de mil infantes de los batallones de Lobera, Navarra, Asturias y otros cuerpos expedicionarios, y doscientos veinte caballos del Príncipe, Guarda campos de Puebla y realistas de diversos lugares, seis piezas de artillería, abundancia de municiones y víveres, y gran número de indios para la zapa y otras operaciones

(1) Partes de Márquez Donallo, en las Gacetas de 14 y 26 de Noviembre, núms. 980 y 985.

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