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gado por el rey para ese descubrimiento. La eficacia con que aquel predicaba, conimovió los corazones de bastantes soldados y de otros Españoles de manera que se vió el gobernador casi sin gentes. Los altercados fueron muchos, graves, y ruidosos: el gobernador hizo recivir una informacion sumaria para persuadir que Casas era un alborotador y que le amotinaba su gente. Por desgracia murió el obispo que trataba de conciliar los animos: el gobernador se allano por entonces á recorrer el pais con solos cincuenta hombres sujetos á no hacer nada mas que aquello que se les mandase; pero como ellos no usaban de licencia militar para robar oro ni esclavos, la visita resultó como nula. El gobernador Contreras escrivió al rey contra fray Bartolomé tratándolo como sedicioso, alborotador, y amotinador; pero este religioso (á quien el zelo por el bien de los Indios lo hacia insensible para toda especie de fatigas) de fatigas) se vino á España para desengañar al rey y procurar la libertad de sus hijos adoptivos (1).

No he visto notas auténticas en que conste cuando volvio fray Bartolomé á las Indias en este sexto viage; pero es verosimil haberlo hecho en el año inmediato de 1537 cuando Pedro Anzurez de Camporredondo salió de España con despachos del rey para el buen tratamiento de los Indios en el Perú y en Nueva España con otras muchas providencias favorables á

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la religion y á los religiosos de mayor Antonio Herrera (1).

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En el mismo año de 1536 influyó tambien en el viage á Roma que hizo fray Bernardino de Minaya prior del convento de domínicos de la isla española de Santo-Domingo para informar al papa de las dudas injustas que se habian excitado maliciosamente por los conquistadores y encomenderos sobre la capacidad natural de los Indios, concerniente la profesion del Cristianismo, y otras dirigidas á persuadir que los naturales de América eran como bestias irracionales de las cuales pudieran valerse bajo el nombre de esclavos. Las resultas de aquel viage indicado é influido por nuestro héroe, fueron sumamente agradables y tambien utiles para varios objetos en los tiempos sucesivos. El papa Paulo tercero expidió distintas bulas en el asunto; particularmente una en primero de junio de 1537 sobre algunos artículos de liturgia y disciplina relativos á la administracion de sacramentos y observancia de preceptos eclesiasticos; otro en el dia nueve del mismo mes y año en que dice: » Algunos ministros del >> demonio ansiosos de satisfacer su codicia y deseos, » presumen afirmar á cada paso que los Indios » Occidentales y Meridionales y otras gentes que » han llegado á nuestra noticia en estos ultimos

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» tiempos, han de ser tratados y reducidos á nuestro >> servicio, como animales brutos, diciendo ser >> inhabiles para la religion católica, é incapaces de >> recibirla en su consecuencia los ponen en dura >> esclavitud; los afligen y apremian tanto que aun » la servidumbre en que tienen á sus bestias, no es » casi tan grande como aquella con que oprimen á >> esta gente. Nos, que, aunque indignos, tenemos » las veces de Dios en la tierra, y procuramos con » todas fuerzas hallar las ovejas que andan perdidas » fuera de su rebaño para reducirlas a él en cum>> plimiento de nuestro oficio, sabiendo que los » Indios, como verdaderos hombres, no solamente » son capaces de la fe de Cristo, sino que acuden á >> ello corriendo con grandisima prontitud segun nos >> consta; y queriendo remediar estas cosas como

conviene cop autoridad apostólica, determinamos » y declaramos por el tenor de las presentes letras, » que los dichos Indios, y todas las demas gentes » que de aquí adelante vinieren á noticia de los >>crístianos, aunque esten fuera de la fe de Jesu » Cristo, no estan privados ni deben serlo, de su » libertad, ni del dominio de sus bienes; y que no » deben ser reducidos á servidumbre; sino que los >> dichos Indios y las demas gentes han de ser atra» hidos y convidados á la dicha fe de Cristo por >> medio de la predicacion de la palabra divina y con » el egemplo de una vida virtuosa. Y todo lo que

» se hiciere contra el tenor de esta determinacion,' » sea nulo, de ningun valor ni efecto >> (1).

Cuando fray Bartolomé volvió por sexta vez àl América en 1537, fue á Méjico donde se hallaba de Virrey don Antonio de Mendoza con quien formó grande amistad por haber encontrado en este caballero una excelente docilidad á sus consejos de convertir los Indios por medios suaves y pacíficos sin estrépito de armas ni peligro de guerras. Así es que de acuerdo con él envió el Virrey en 1539 á fray Marcos de Niza comisario general de los frailes franciscos á descubrir y predicar en la provincia de Cibola y otras comarcanas, de que resultáron despues las expediciones de Francisco Velazquez de Cornado, gobernador de Nueva-Galicia, y de Hernando de Alarcon por el rio de Buena-Guía (2).

Habia sido efecto de la misma causa el feliz éxito de las peregrinaciones pacíficas de fray Bartolomé, fray Rodrigo de Andrade, y otros tres religiosos domínicos en varias provincias por orden de aquel Virrey; por lo cual habiendo llegado á Guatemala el adelantado don Pedro de Alvarado que preparó gran expedicion armada para descubrir y conquistar con egército en año 1539 se apesadumbráron mucho el obispo de Guatimala, y los religiosos y

(1) Torquemada: Monarquia indiana, t. 3, lib. 16, cap. 9 y 25.

(2) Herrera: dec. 6, lib. 7, cap. 7 y sig.

acordáron que fray Bartolomé viniese á España para suplicar al rey de parte de los obispos de América que destinase allí mayor número de religiosos; renovase las órdenes muchas veces dadas á los Virreyes y Gobernadores de valerse de los sacerdotes para descubrimientos y acordase otras varias providencias de que habia grande necesidad (1).

Vino, pues, á la Península otra vez nuestro infatigable viagero año 1539; con fray Rodrigo Andrade y aunque Carlos-Quinto no estaba en España, fuéron bien oidos ambos religiosos, y se comenzó á preparar las ideas que produjeron tres años despues las buenas leyes promulgadas por el rey en 1543 tan útiles á la España como á las Indias si la egecucion y el cumplimiento hubieran correspondido á la intencion del legislador; y por de pronto se comunicáron al Virrey de Méjico, y á los gobernadores de provincias varias providencias favorables que indicó Antonio Herrera (2).

Mientras tanto que fray Bartolomé de las Casas esparaba en España la venida del emperador, se dedicó á escribir varios opúsculos relativos á las Indias y sus naturales, particularmente los siguientes.

1o. >> Tratado del gobierno que los reyes de Es>>paña deben tener en las Indias; y del único modo

(1) Herrera: dec. 6, lib. 7, cap. 6.

(2) Herrera, allí mismo.

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