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Juan Jines de Sepulveda, diciendo : « Iten debería >> mas saber del hecho el doctor, que nunca los In» dios jamas hicieron mal á Cristianos sin que pri» mero muchos agravios e daños incomparables hu>>biesen recibido dellos. Ni aun en este caso jamas » ofendieron á frailes cuando eran certificados de » la diferencia que habia dellos á los seglares y del » fin que pretenden los unos al que buscan los » otros; porque son por la mayor parte, de su na>>turaleza pacíficos, mansuetísimos é inoxios. Iten » deberia de advertír el doctor mui reverendo, que >> no es cosa razonab le niproporcionada con dis» crecion querer apaciguar y hacer camino para predicarles yendo tiranos con egército cruel e turbu>> lento á los que están en excesiva manera escanda» lizados, agraviados, y asombrados de los males » y estragos que han padecido; sino de las mas pro» pincuas tierras ó provincias donde hay pueblos de Españoles, los religiosos por medio de Indios »cificos que ya conocen y tienen experiencia, y >> confianza dellos, negociándolo; como hicimos »> nosotros los frailes de Santo-Domingo que desde >> Guatimala con esta industria trajimos de paz, y >> hemos convertido (á donde hay hoy, á gloria de » Dios, maravillosa cristiandad, la cual ignora el >> mui revevendo doctor) las provincias que por >> esta causa mandó nombrar el principe, de la Vera>> Paz; las cuales por las guerras injustas que les >> habian los Españoles hecho, estaban con mucha

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»razon y justicia, bravísimas y alteradísimas; y el primero que entró en ellas y las apaciguó, fue el » bien aventurado fray Luis que matáron en la Flo» rida de cuya muerte se quiere ayudar el reverendo » doctor Sepulveda. Pero aprobechale poco porque » aunque matáran á todos los frailes de Santo-Do

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mingo y á San-Pablo con ellos, no se adquiriera » un punto de derecho mas del que de antes habia » que era ninguno contra los Indios; porque en el » puerto donde lo lleváron los pescadores marineros » (que devieran desviallo de alli como iban avisa»dos) han entrado y desembarcado cuatro armadas » de crueles tiranos que han perpetrado crueldades » extrañas en los Indios de aquellas tierras, y asom>>brado, escandalizado, é inficionado mil leguas de » tierra; por lo cual tienen justísima guerra hasta el » dia del juicio contra las de España, y aun contra » todos los cristianos: y no conociendo á los religio» sos, ni habiendolos jamas visto, no habian de >> adevinar que eran evangelistas, mayormente yendo >> en compañía de aquellos que á los que tantos males » é jacturas les han hecho, eran en gestos y en ves» tidos y en las barbas y en la lengua semejantes y » veian comer y beber y reir como naturales amigos » juntos. Y si los marineros lleváran al dicho padre

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fray Luis (Cancer) á la parte donde aquí habia->mos comunicado y determinado, y el santo lle» vaba delante sus ojos, no lo matáran, como parece » que los otros religiosos sus compañeros requi

»riéron al piloto que los pusiese más abajo, ó mas >> arriba en otras provincias; y echando achaques » que primero querian ir á tomar agua á la isla de » Cuba, dió con ellos en la Nueva-España donde » hacer otra cosa no pudiéron ». Torquemada refiere otro suceso igual en Yucatan por medio de frailes franciscos de lo cual tomó testimonio Casas, y lo presentó en la Corte de España (1).

Hizo fray Bartolomé otras muchas expediciones apostólicas en diferentes provincias del imperio de Mégico, y en una de ellas adquirió de fray Andres de Olmos religioso francíscano un libro escrito en lengua megicana por un Indio idólatra. El contenido

era una coleccion de exortaciones de una madre á su

hija para persuadir la práctica de las virtudes morales. Fray Juan de Torquemada en su Historia de Nueva-España, ó Monarquia indiana dice que él adquirió este libro, y que ni Casas, ni Olmos, ni él pudiéron traducir con exactitud las metáforas que habia usado el autor original en su lengua megicana (2).

Dicen algunos que fray Bartolomé vino á España en el año 1530, para impedír que se hicieran escla vos en el Perú y que lo consiguió con otras leyes utiles á los Indios; pero don Francisco Pizarro marques de Charcas no conquistó el Perú hasta el año

(1) Torquemada: Monarquía indiana, t. 3, lib. 19, cap. 13. (2) Torquemada: Monarquía indiana, t. a, lib. 13, cap. 36.

1531 la ley de no hacer esclavos estaba ya dada mucho tiempo antes y recomendada diferentes veces, aunque nunca bien obedecida : las otras leyes particulares para el Perú no se diéron hasta 1534 con ocasion del viaje de Hernando Pizarro á Castilla (1),

Esto no obstante, Torquemada nos dice que fray Juan de Zumarraga religioso francisco, primer obispo de Mégico, vino á España en 1532, pero que antes él y otros religiosos habian escrito al rey en favor de los Indios para que no fuesen dados por esclavos y que esto mismo solicitaba en Corte el obispo de Chiapa don fray Bartolomé de las Casas, y se firmó la provision por la emperatriz año 1530, antes que llegára el obispo de Mégico (3).

Lo cierto es que fray Bartolomé se hallaba de vuelta de su quinto viaje en la ciudad de Santo-Domingo de la isla española en el año 1533 en que se hizo la paz con el Cacique don Enrique que habia estado haciendo guerra por espacio de muchos años de resulta de las injusticias hechas por las autoridades españolas contra él y contra los Indios de su tribu de otras aliadas. Fray Bartolomé amigo antiguo suyo, fue á verlo, y le dió tan buenos consejos que se consolidó la paz; llevó á sus Indios á la villa de Azuá; predicó á todoš; bautizó á muchisimos que no habian recibido aun el bautismo, les dijo misa,

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y

(2) Torquemada: Monarquia indiana, t. 3, lib. 20, cap. 30.

les dió la comunion, y dejó aquella gente con proposito de no revelarse jamas sino se les perseguia de nuevo. Los oidores de la real audiencia de SantoDomingo lleváron muy á mal aquella visita de Fray Bartolomé temiendo que la vehemencia del afecto á los Indios le hiciera in currir en cosas no conformes á la intencion del tribunal; reconviniéron á fray Bartolomé; les respondió con una entereza propria de un héroe; y cuando se supo la verdad de lo sucedido, quedáron contentos pero avergonzados los oidores (1).

Es muy creible haber emprendido poco despues su viage al Perú porque dadas entonces en España las leyes favorables á la libertad de los Indios, y habiendo como habia enorme abuso del poder en todas las provincias del imperio del Perú, el zelo de Casas no le permitiria estarse quieto en la isla española.

De vuelta del Perú se quedó en Mégico con licencia expresa del rey año de 1536 para predicar el evangelio en la provincia de Nicaragua y paises in mediatos pacificamente de acuerdo con el obispo don Diego Alvarez Osorio. Estaba nombrado por gobernador de la provincia don Rodrigo de Contreras, y queríendo este recorrerla con egército, se opuso fray Bartolomé predicando no ser licito descubrir pueblos con fuerza armada, y estár él encar

(1) Herrera: dec. 5, lib. 5, cap. 5.

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