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ya

» Siendo como era, nuestro redentor un Dios verdadero, pudo fundar su iglesia sobre otros elementos si lo hubiera considerado conveniente. Así como convirtió á Paulo cuando este perseguia á la iglesia, diciéndole ser inútil porfiar contrá el agnijon, pues lo tenia escogido por vaso de eleccion para anunciar el nombre de Jesus en todo el mundo ante los soberanos y magistrados; así tambien hubiera usado de su omnipotencia convirtiendo á Herodes, Pilatos, Anas, Cayfas, Tiberio, y demas Emperadores, Reyes y magistrados de todo el orbe, si lo hubiera tenido por oportuno.

>> Y ciertamente parecia necesaria esta conversion para el caso de que los obispos y demas ministros de la iglesia cristiana hubieran de tener algun poder externo sobre la tierra por voluntad del fundador; pues el medio mas sencillo de que comenzasen luego su egercicio, era que los soberanos profesáran el cristianismo; respecto de que auxiliarian estos á los apóstoles en su ministerio; y proporcionarian que los gobernadores de las provincias, los magistrados de los pueblos y los demas empleados civiles, dejasen libremente á los ministros del evangelio, disponer las cosas exteriores, relativas al culto, multiplicar los oficios y ministerios eclesiásticos, y señalar los lugares y territorios en que cada uno egerciera sus funciones. >>

» No lo hizo así el fundador de la iglesia; y seria temeridad y aun blasfemia heretical) atribuir al infinitamente sabio la faltas de prevision de consecuencias tan obvias: por lo que debemos creer firmemente que lo omitió por efecto de su prudencia para mostrar á los hombres de todos los siglos que la fundacion y propagacion de su iglesia no necesitaba ni pendia de la proteccion de los soberanos de la tierra, contra cuya voluntad se estenderia por todo el mundo, á pesar de las perse cuciones que previó y anunció.

» Con efecto ellas duráron por espacio de mas de tres siglos hasta la conversion del emperador Constantino; y (sin embargo de ser inumerables los martirizados por la profesion del Cristianismo) no solo no se pudo extinguir este, sino que creció hasta el extremo de ser en el siglo cuarto mucho mayor el número de los cristianos que el de los idolatras en la dominacion del imperio romano.

» Para evitar el peligro de contradiciones justas al establecimiento de la iglesia y su propagacion, era oportunísimo d sistema de no complicar las autoridades. El dar á los apóstoles la puramente interna espiritual y mental, sin poder alguno externo, precavia los inconvenientes políticos que deberian resultar de concederles este último.

» Si lo hubiera concedido habrian tenido semblante de justicia las contradiciones de los Soberanos y de los magistrados, y aun tal vez las persecuciones; porque, apareciendo de nuevo en un imperio autoridades exteriores, derivadas de quien no es taba reconocido como soberano territorial, se turbaba el orden del gobierno civil, y faltaba la unidad de Soberania, origen de los poderes particulares.

>> Conociendo estas verdades el divino fundador de la iglesia, inculcó muchas veces, y con muchos modos que (aunque distintos) se dirigian unidos al objeto de persuadir que su iglesia no seria jamas enemiga de los Soberanos, ni de los gobiernos (fuesen de la naturaleza y religion que se quisiera) y que ántes bien adoptaria por base y principio de su sistema doctrinal el obedecer á las potestades supremas, cumplir sus leyes, pagar los tributos y hacer cuanto se mandase relativamente al régimen esterno.

» Por eso dijo que su reino no cra de este mundo (1) y

(1) San-Juan, Evangelista, cap. 18.

cuando las tropas de los Judios lo quisiéron hacer Rey de Judea, se escondió, evitando con prudencia la ocasion (1). Otra vez le buscáron para cortar la contienda que dos hermanos tenian sobre la division de la herencia paterna; y se negó á ello, á pesar de su infinita calidad, diciendo que quien lo habia hecho juez? (2) Estos hechos convencen que no queria introducir novedades en las potestades supremas ni en las magistraturas.

» Enseñó públicamente que así como á Dios se debe dar lo que es de Dios, así tambien al Cesar lo que es del Cesar (3) y declaró que de Dios eran las almas, pero sujetos á la disposicion del Cesar los cuerpos, cuando dijo á los apóstoles que predicáron el evangelio sin temor de los que solo podian matar los cuerpos y no las almas (4).

>> Conforme á esta doctrina, no solo afirmó que se debian pagar al Cesar los tributos (5) sino que dejo el egemplo mas instructivo que cabe, pagandolos por su propia capitulacion y por la de San-Pedro á quien tenia preparado para primer vicario suyo en la tierra príncipe de los apóstoles, y cabeza visible de la iglesia cristiana (6).

» Guardando siempre consecuencia con el sistema, encargó à sus apóstoles que si cuando iban á predicar el evangelio en una ciudad, les perseguian, prohibiendo el egercicio de su ministerio, fuesen á otra para mostrarles que no tenian poder alguno sobre la distribucion de territorios.

(1) San-Mateo, cap. 14.

Juan, cap. 6.

San-Marcos, cap. 6.- San

(2) San-Lucas, Evang., cap. 12.

(3) San-Mateo, cap. 17.

(4) San-Mateo, cap. 5, y otros,

(5) San-Mateo, cap. 22.

(6) San-Mateo, cap. 17.

1

Con efecto se buscaria en vano el mas pequeño signo de autoridad temporal en el sumo pontifice antes de Gregorio II que comenzó á serlo en 715. La ciudad de Roma sublevada contra el Emperador de Constantinopla su soberano, arrojó á su gobernador imperial el duque Basilio y confio su gobierno al papa. Desde aquel momento las doctrinas comenzáron á tomar una direccion diferente. Gregorio III, Zacarias, Esteban II, Esteban III y Adriano I, sus succesores acertáron tanto á seguir las huellas de Gregorio II que diéron á sus aduladores la ocasion de fabricar una fingida escritura de donacion del emperador Constantino (suponiendo la verificada en el siglo cuarto) y una coleccion de decretales de los primeros siglos que se fingió compuesta en el séptimo por San-Isidoro, arzobispo de Sevilla. Martin primero excomulgó al emperador Constante segundo dando egemplo pernicioso que, seguido muchas veces en siglos posteriores, fué aumentando por grados el daño espiritual y temporal del Cristia

nismo.

Gregorio III excomulgó al Emperador Leon su soberano. Poco importaria esto si no se hubiese procurado persuadir que un excomulgado perdia el egercicio de la soberanía mediante la privacion del trato civil de los fieles cristianos que la excomunion llevaba (segun sus opiniones) como consecuencia necesaria : doctrina tan infundada como injusta, incapaz de ser comprobada por la razon natural y por el egemplo de los siglos primeros del cristianismo; pero que ha prevalecido sin embargo hasta nuestros dias, en que los escritores ultramontanos de teologia moral la suponen como indubitable; por lo que no emplean tiempo ni trabajo en probarla.

Zacarias se creyó autorizado ya para responder á Pipino que haria bien en usurpar el título de rey de Francia sin embargo de que aun vivia el rey legítimo Childerico III cuya reclusion

en un monasterio aprobó sin reparar en que ningun antecesor suyo se habia creido autorizado para mezclarse en asuntos lan agenos de un sucesor del apóstol San-Pedro.

Esteban segundo aspiró á conseguir por medio de mil intrigas el señorío temporal del Exarcado de Rabena. Vino á Francia ; coronó á Pipino, dió á sus hijos la dignidad de patricios de Roma, y mandó que nadie reconociera por soberano frances al que no fuera de la familia del mismo Pipino bajo la pena de excomunion mayor lata.

Gregorio cuarto se atrevió á escribir á los obispos de Francia que su potestad pontifical era mui superior à la de los Emperadores por lo cual deberian obedecer á el ántes y mejor que á Luis primero el piadoso. Y ¿en que ocasion lo decia? Nada menos que favoreciendo la rebelion de Lotario contra su padre. A pasos de gigante caminaban ya los papas en la carrera de ambicion.

Adriano segundo se mezcló en las guerras civiles de Francia promovidas entre Carlos el Calvo y Luis su tio sobre el reyno de Lorena, y amenazo con excomunion á los obispos que siguiesen el partido de Carlos.

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Juan octavo coronó por Emperador á Carlos el calvo dando principio á la opinion que con el tiempo prevaleció de que los Emperadores del Occidente recibian de manos del papa la corona imperial, y con ella su honor y su autoridad.

Benedicto octavo hizo guerras por sí mismo contra los Sarracenos que intentáron invadir á Roma. Tomo partido por los Normandos en sus incursiones contra el Emperador de Constantinopla; y buscó por aliado á san Henrique, rey de Alemania, contra el mismo Emperador del Oriente.

Leon nono imitó la política militar á favor del partido contrario. Tuvo guerras en auxilio del Emperador Oriental contra los Normandos, y pasó gran parte del tiempo de su pontífi

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