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RAZON II.

Lo segundo porque supuesta la obligacion que los reyes de Castilla tienen de procurar la conversion el bautismo y la instruccion de los Indios, es consecuencia indispensable la de no poner obstáculos á la consecucion del fin; y uno de los mayores que se pueden poner es el dar los Indios á señor particular en encomienda y mucho mas en vassallage por varias

razones.

La grande avaricia que los Españoles han mostrado en el usufruto del servicio personal de los Indios, ha llegado á tal estremo que impiden los religiosos reunir en el templo á los Indios repartidos en encomienda, pretextando gravísimo daño en sus intereses, y procurando persuadir que sacarian grandas ventajas del servicio de sus Indios, sí estos no fuesen ocupados tanto tiempo en la instruccion del catecismo

y

de la moral religiosa. Con efecto ha sucedido estar reunidos en la iglesia los Indios para el objeto, llegar un Español y sacar del templo cincuenta y sesenta Indios asegurando que los necesitaba para enviar cargas á otro pueblo; negarse los Indios á salir mientras durase la instruccion, maltratarlos el Español allí á palos; reclamar los religiosos su derecho y el de los Indios conforme á las leyes y despreciar aquel esta reclamacion aun á costa de graves escandalos.

Los Españoles, que tienen Indios en encomienda

T

6 vasallage, confiesan sin reparo que faltan á la obligacion que han reconocido de procurar la instruccion de los Indios porque piensan que se les causa perjuicio en ella, respecto de que iniéntras el Indio es ignorante, les obedece puntualmente por miedo del desagrado y del castigo; pero luego que se ha instruido en el catecismo y en la moral religiosa replica en muchos casos, exponiendo no estar obligado á obedecer. Por evitar este peligro los señores particulares no solamente miran con indiferencia la instruccion de sus Indios, sino aun con odio, porque la flaqueza del hombre, la miseria de su naturaleza, y la violencia de las pasiones les hacen preferir el provecho temporal y pecuniario suyo, á la felicidad espiritual y conversion de los Indios, y mas quieren tener un vasallo ignorante que un cristiano instruido.

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señores particulares de Indios procuren por arbitrios indirectos que los religiosos se abstengan de convocar Indios, predicarles el evangelio y de instruirlos en el catecismo; cuyo gravísimo daño estaria evitado, si los Indios no conociesen otro señor que al Rey.

Los Españoles proprietarios ó encomenderos de Indios procuran desacreditar á los religiosos doctrineros para que los jueces o gobernadores no les den fe acerca de las crueldades del trato. Dicen que los frailes se hacen partidarios de los Indios porque son muy amados por estos y participan de regalos que les hacen los Indios con cosas que debian dar á sus amos. Pero estas calumnias son otra nueva causa, para que no se permita jamas el vasallage particular. Es verdad que los Indios aman mucho al religioso doctrinero, y seria mui notable lo contrario. Ven que los religiosos atraviesan caminos largos, desiertos, á veces con peligro, siempre con incomodidad por acudir al pueblo de la doctrina; que les explican con dulzura los misterios de la fe, y las reglas de la moral; que les consuelan en sus aflicciones, y que les protegen en sus persecuciones como dejarian de amar á quien exerce por caridad tantos y tales favóres? Mas la codicia no es el origen porque los infelices Indios son pobrísimos, desnudós, hambrientos, enfermizos débiles la dureza del corazon de por sus señores y consiguientemente incapaces de tener cosas preciosas para regalar. El verdadero motivo de los Españoles es haher desnaturalizado á los In

y

dios convirtiéndolos de hombres en tímidas liebres, y haber llegado á conocer que sus inhumanidades triunfarian contra la justicia si sus Indios se quedan idólatras é ignorantes sin aprender la doctrina cristiana, ni esperar proteccion de los religiosos.

Produce consecuencias contrarias á la religion el vasallage particular, por muchos principios y no es el ménos digno de atencion la costumbre de los repartimientos de Indios entre los conquistadores, los empleados, y otros Españoles distinguidos. Acaece con frecuencia repartir los Indios de todo un pueblo reuniéndolos á monton, y separando por suerte diez, cincuenta, ciento y mas para un Español, despues para otro, luego para otro y quedar el marido, la muger, y los hijos, esclavos de distintos amos, sin esperanza fundada de reunirse; porque un señor destina sus esclavos á servir de bestias de carga en via ges mercantiles de ciento y doscientas leguas, es decir á morir en el viage; otro amo envia los suyos á trabajar en las minas distantes de la residencia de sus parientes; otro alquila sus Indios á quienes les hace sufrir distintas fatigas: en fin la separacion de los est posos, de los hijos y de los hermanos es por tiempo indefinido, contra las reglas de la moral religiosa, las cuales no se les permite ya escuchar de los religiosos, porque los intereses temporales son mirados como de una importancia superior.

V. M. tiene mandado que se tasen los tributos con justicia, y no se pueda exigir del Indio mas contri

bucion que la suma tasada por la ley; pero este mandato de V. M. está despreciado en las Indias. Los gobernadores, los jueces, los empleados de todas clases son los primeros que dan el mal egemplo y los demas Españoles imitan bien lo que ven en este punto. Quieren servicio personal y no tributo, porque sacan infinitos mas intereses, y no padecen nada con la muerte de los esclavos, respecto de que toman otros en su lugar. Solo guardan la ley de V. M. para con aquel corto número de Indios que quedan vasallos reales, para los cuales se promulgó sin hacer caso la ley que habla de todos, puesto que no conocia el legislador otra clase de Indios.

Para predicar el evangelio, y para instruir en el catecismo á los que abrazan la religion cristiana se necesita que haya pueblo á quien se predique, y liberdad del pueblo que haya de acudir á las instrucciones. Dios no dió la ley escrita en tiempo de Abrahan acaso porque solo habia familia escogiga y no pueblo. Tampoco en la primera época de Moises, porque si bien es cierto que los Hebreos componian pueblo de mas de seiscientos mil hombres de pelea, no formaban pueblo libre. La dió empero cuando salidos del Egipto eran ya Nacion independiente con subordinacion á solo su gefe Moises.

La religion cristiana pide congregacion de personas en el templo para el culto divino; sus siete sacramentos, sus 'mistérios, artículos de la fe, sus preceptos y reglas de moral, exigen la existencia de un

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