Imatges de pàgina
PDF
EPUB

nes las personas que han sido allí victimas de la

codicia

y

del furor; y hoy siguen los Españoles las mismas costumbres.

y

Pocos dias ha que despues de haber egercido inúmerables crueldades tiranías con Elingue rey de uno de los reynos del Perú, lo pusiéron en estado de que se alzase y negase la obediencia. Comenzó la guerra, y los Españoles hicieron prisonera la reyna en ocasion de hallarse grávida, pero posponiendo todos los respetos divinos y humanos le quitáron la vida por dar mayor tormento al corazon del rey su exposo.

Si se hubiese de contar todo cuanto los Españoles han hecho de iniquidades y tiranias en los reynos del Perú, serian necesarios muchos libros y se veria que casi no era nada en su comparacion lot bian practicado en los otros paises de América los años precedentes.

que

ha

www.

ARTICULO XIX.

Del nuevo reyno de Granada.

En 1539 saliéron á descubrir tierras nuevas unos Españoles desde Venezuela, otros desde SantaMarta, otros desde Cartagena caminando por el sur ácia el Perú; y al mismo tiempo salieron del Perú otros con el mismo fin marchando ácia el norte. Asi se descubrieron por diferentes capitanes y en dife

rentes expediciones unas tierras fertilísimas muy pobladas, y bastantes ricas de oro, perlas, esmeraldas y otras piedras preciosas, extendidas hasta trescientas leguas y mas entre las de Cartagena, Santa-Marta y Venezuela por un lado, y los del Perú por

otro.

reynos

En esas tierras han hecho los Españoles mayores atrocidades que en las demas, ó porque ya no esperasen descubrir y robar otras, ó por crecer su ferocidad á proporcion que la practicaban. Les diéron título de nuevo reyno de Granada porque el primer tirano que mandó allí, era natural del reyno de Granada de nuestra Andalucía.

Aunque pudiera yo contar muchos sucesos horribles verificados allí en estos ultimos tres años, y que aun continuan verificandose, solo diré algunos que constan probados en una informacion presentada en el consejo real de las Indias, y recibida á instancia de un Español que el rey habia nombrado por gobernador, y que no logró sin embargo ser admitido al egercicio de su empleo, porque se lo impidió el tirano que gobernaba militarmente aquellas tierras con título de conquistador.

Este habia distribuido los pueblos y sus habitantes con los bienes de estos entre los oficiales y soldados de su expedicion á título de encomienda, pero realmente como esclavos para que sirviesen los Indios al Español que la suerte les destinaba por señor, con sus proprias personas, las de sus mugeres é hijos,

con sus bienes y el oro, perlas, esmeraldas, y otras piedras preciosas que tuviésen ó pudiesen haber, y con otros qualesquiera medios posibles para multiplicar riquezas.

:

El Capitan tirano prendió al rey de todo aquel vasto térritorio: el nombre de aquel infeliz soberano era Bogota. Mantúvolo en prision de seis á siete meses sin otro motivo que porque no le daba tanto oro, y tantans esmeraldas como se le podian. Disculpabase Bogota diciendo no tener ya mas que dar, ni saber donde pudiera encontrarse se le reeonvino con haber dicho en el principio que daria una casa de oro si se le dejaba en libertad y que no habia cumplido su promesa. Enfin envió á llamar Indios vasallos suyos y les comunicó su afliccion. Ellos buscáron muy considerables sumas de oro y de esmeraldas las recibió el tirano, pero tomando siempre por pretesto la falta de una casa de oro, trató de atormentar mas y mas al rey Bogota. Mandó á sus depedientes que lo acusaran delante de él mismo de haberse alzado contra el rey de Castilla; haber sido hecho prisonero de guerra y faltado á los pactos de su rescate. Lo condenó desde luego á ser atormentado sino entregaba la casa de oro. Le diéron el tormento que llaman de cuerda, despues con crueldad inaudita lo atáron á un madero por el cuello, pusieron debajo de sus pies dos herraduras clavadas tambien sobre trozos de madera; dos hombres sujetaban sus brazos; aplicaron fuego á su vientre sobre

[ocr errors]

un unguento combustible, y á sus pies al mismo tiempo; y todo con tanta lentitud que no pudiese morir la víctima sino á fuerza de tiempo y de tormentos prolongados, los cualues crecian con el anuncio de que solamente cesaria esta resolucion viendo la casa de oro. Al fin murió aquel infeliz rey, y el pueblo fué tambien abrasado.

Cada uno de los Españolos á quienes habia tocado el señorío de un pueblo capital de distrito imitó la conducta del gefe, atormentando del mismo modo al Cacique y á los habitantes principales y quemando luego los lugares despues de recibir exorbitantes cantidades de oro y de perlas que les habian dado los Indios para que les dejasen la vida y se sirvieran de sus personas en paz. Así quedó la tierra despoblada.

Un Cacique nombrado Dayrama huyó á los montes con los otros habitantes de un pueblo despues de haber visto insuficiente la contribucion de todo el oro que tenian valuado en cinco mil Castellanos. El Español comendador los persiguió; mató á mas de quinientas personas sin exceptionar sexo ni edades: las mugeres, los niños, y los ancianos no lográron

ser objeto de compasion.

Otro Español entró á ser gobernador de un pueblo en que los Indios servian pacíficamente: formó concepto de que para su felicidad convenia infundir terror, y mandó pasar á punta de espada los Indios, lo cual se puso en egecucion cuando estos no lo imaginaban; algunos estaban cenando en sus casas pacífi

camente otros trabajaban en sus oficios respectivos, y dormian sobreseguro en sus casas : todos pereciéron sin causa por concecuencia del inhumano capricho.

El mismo bárbaro Capitan mandó en otra ciudad que declarase cada uno de los Españoles cuantos Caciques y señores principales tenia en su casa, y qué todos fuesen degollados inmediatamente. Los que habia, fuéron presentados en la plaza; y sin dilacion mandó el Capitan general que á todos fuese cortada la cabeza. Se practicó sin dilacion y pereciéron cerca de quinientas personas.

Los testigos del procéso conservado en el consejo de Indias dicen que un Capitan particular dependiente del general se distingíó de otros muchos en crueldades, matando inúmerables Indios y cortando á otros de ambos sexos las manos y las narices.'

Otra vez fué destinado por el general á la provin→ cia de Bogota para saber como se llamaba el Cacique á quien los Indios habian elegido por señor del reyno despues, del fallecimiento, del infeliz Bogota sacrificado entre los cruelísimos tormentos indicados. Para cumplir la comision, el bárbaro subalterno prendia en sus marchas á cuantos Indios hallaba y no recibiendo

respuesta satisfactoria, los atormentaba y mataba. Viendo inutil este medio y sabiendo que habia una multitud de Indios en las selvas desiertas, los persiguió con perros de presa bien enseñados y aumentó

el número de sus crueldades. Siendo inútiles mudó nuevamente de rumbo y despachaba comisarios que

« AnteriorContinua »