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Teniente suyo con otros inferiores á su grados concurriéron á las otras calles, todos con apariencia de divertirse. En un cierto momento el Capitan gritó Santiago y á ellos; los soldados desenvaináron sus espadas y no dejáron Indio con vida el teniente hizo lo mismo y la matanza fué tan númerosa como infame y cruel. Los habitantes de Méjico se consternáron por la tristeza, y es creible que la horrible memoria dure siempre mientras haya Indios en aquella capital.

mano,

El pueblo, lleno de rabia y de furor, se puso en armas contra los Cristianos; hiriéron á varios; y los no heridos van á Montezuma con un puñal en la le dicen que mande á los Indios cesar en su guerra contra los Españoles y que de lo contrario lo matan á puñaladas. El emperador manda con efecto lo que se le advertia y aun encarga tratar bien á los Españoles. El pueblo rehusa obedecerle y grita que quiere elegir persona que gobierne á los Méjicanos por la prision de su emperador. Llega noticia de que el Capitan principal de los Españoles vuelve de la mar á la ciudad; cesa con este motivo la guerra por unos pocos dias hasta que llegue á la

ciudad. Verificada su venida se renuevan los hostilidades: Los Indios acometen en tanto número á todos los cristianos que temiendo estos morir allí, determináron retirarse de Méjico en una noche. Los Méjicanos lo averiguan y persiguen á los cristianos en las puentes de la gran laguna, matando á muchos

Españoles. Estos se reunen y determinados á vencer ó morir vuelven á la ciudad, y matan con el fuego y con la espada un número inmenso de Méjicanos, entré ellos á muchos señores principales de aquel imperio. La guerra fue tan justa por parte de los vecinos de Méjico, como injusta, infame , y la que hacian los invasores.

bárbara

Pasáron los Españoles á la provincia de Panuco, luego á la de Cututepeque, la de Ypileingo y la de Colima todas tan extendidas que cada una contenia mas tierra y mayor poblacion entonces que los reynos de Castilla y de Leon. Tuvieron la misma conducta que habian tenido en otras partes ; los resultados fuéron como debian serlo, una completa despoblacion del pais por medio del fuego, de la espada, de la lanza, de la esclavitud, del hambre y de los malos tratamientos.

de

El pretexto para todas estas crueldades era siempré la declaracion del crimen de rébelion contrá el rey Castilla como si esta pudiera verificarse antes de prestár juramento de obediencia. Ninguna gente del mundo puede considerarse con obligación de jurar sumision al rey ó soberano que solo conocen porque un extrangeró llega con pocos soldados y les intima que lo reconozcan. Hemos dicho ya como hacian los Españoles esta intimacion. Sin embargo los capitanes escribian al rey de España que las muertes, los incendios y todos los desastres que causaban ellos á los Indios, eran unicamente consecuencias de la justa

guerra que se les hacia para castigo de su rcbelion. Pero aun con estas relaciones calumniosas, nunca, pudiéron encontrar pretexto para convert'r en esclavos los Indios que no morian. La ambicion y la codicia les cegaba para nó conocer que aun cuando los reyes de Castilla tuvieran algun derecho para conquistar y poseer las Indias, el modo con que se procuraba usar de tal derecho era capaz de aniquilarlo. Estos son los verdaderos servicios que los cristianos han hecho hasta ahora y prosiguen haciendo allí al rey.

El Jefe de la expediciou autorizó á dos Capitanes dependientes de el para extender las conquistas ; uno al reyno de Guatimala; otro al de Guaymura, que por otros nombre se llama de Náco y de Honduras z aquel ácia el mar del sur; este ácia la mar del norte; ambos pobladísimos de gente á cual mas los dos capitanes eran sumamente bárbaros y crueles y sus corazones mucho mas duros y mas impios que el de sú gefe principal; el uno hizo su viage por tierra, el otro por mar; cada uno llevaba tropas de infantería y caballería.

Si yo contase los males y las abominaciones que produjo el barbaro que se dirigió á Guatimala, diria cosas tan espantosas que horrorizasen á los hombres de nuestro siglo y de los futuros, porque aquel monstruo excedió á cuantos le habian precedido en. cuanto al modo de practicar crueldades aunque los

resultados últimos fuesen los mismos con la despoblacion de aquellos vastísimos reynos.

El otro Capitan enviado ácia Guaymura fué por mar; hizo grandes robos y muertes en los pueblos de la costa que recorria, sin embargo de que los Caciques del reyno de Yucatan, sito en el camino, saliéron á recibirle con muchos regalos y grandes riquezas. Luego que llegó al de Naco y Honduras distribuyó sus gentes en compañías, señalando á cada una sus gefes, y encargándoles recorrer la tierra en la forma sabida, esto es, robando, quemando, matando, esclavizando, y vendiendo el hizo lo mismo con las tropas que se reservó; y en una de sus crueles hazañas le quitáron la vida los Indios.

Uno de sus delegados se reveló con trescientos hombres y, abandonando las reglas de sumision se hizo gefe independiente. Así marchó por lo interior del pais quemando los pueblos por espacio de mas de ciento y veinte leguas con la idea de que no hubiese gentes ni víveres para los Españoles que tal vez destinara su gefe á perseguirle, y que perecieran estos á manos de los Indios ofendidos que verosimilmente querrian vengarse de los cristianos.

Los que habian quedado cerca del mar vendian Indios esclavizados á las gentes que acudian á comprarlos en permuta por vestidos y víveres.

Con este medio y los otros muchas veces indicados despobláron aquellos reynos de manera que desde el

año 1524 hasta el de 1535 pereciéron en el reyno de Naco y Honduras mas de dos millones de Indios, quedando solamente dos mil personas en un cuadro territorial de cien leguas. Otro tanto y mas hizo el conquistador del reyno de Guatimala que distaba de Méjico mas de cuatrocientas leguas segun el mismo escribió al gefe que lo habia destinado.

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Del reyno y de la provincia de Guatimala.

EL conquistador del reyno de Guatimala se acercó á la ciudad de Ultatlan, que era la capital. El rey ό señor principal no ignoraba las despoblaciones y los estragos hechos en las provincias exteriores por los Españoles; sin embargo salió de su Corte, conducido en andas con trompetas, atabales, grandes fiestas y magnífico acompañamiento á recibir al Capitan español y su tropa, ofreciendo muchos y muy preciosos regalos de cuanto daba el pais. Los Españoles habiendo notado que la ciudad era poblacion mui grande mui númerosa, y fuerte receláron, que alojarse dentro podria ser peligroso, y prefiriéron tener su cuartel fuera. El gefe llamó en la mañana siguiente al señor de la ciudad, y á los habitantes mas ilustres á su alojamiento todos concurriéron como unas ovejas mansísimas; les pidió aquel un número considerable

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