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Juan Pizarro y más de trescientos españoles. Los capitanes Diego de Pizarro y Gaete murieron tambien en una batalla con los indios, y Pedro Pizarro fué gravemente herido.

El portugués Simon de Alcazoba, geógrafo distinguido, despues de pasar el estrecho de Magallanes, fué asesinado en el buque, igualmente que su piloto, por los capitanes Lotelo y Juan Arias, y por otros sublevados que arrojaron al agua sus cadáveres. Los culpables fueron decapitados; los oficiales Carasa, Ortiz, Echauz y Rincon ahogados; Halcon y Gallego ahorcados, y Rodrigue Martinez, Alejo García y Nuño Alvarez abandonados en playas desconocidas. En la provincia de Santa Marta murieron de hambre otros veinte españoles que trataban de descubrir nuevas tierras.

El capitan Alfonso de Herrera, herido con flechas envenenadas por los indios cerca del rio Jaya-Pari, murió á los pocos dias con rabia. En el rio de La Plata los indios asesinaron al gobernador Diego de Mendoza, á Pedro de Benavides y á otros cuatro españoles. Otros muchos castellanos perecieron de hambre despues de tener que comer lagartos, culebras, insectos, perros, caballos y carne humana.

Los indios de Chile mataron á flechazos en 1536 á tres españoles que habian penetrado en

el país sin permiso de su jefe. Otros varios que habian penetrado en el Perú á buscar víveres sufrieron la misma suerte.

En 1537 murieron más de seiscientos españoles en la lucha suscitada por los dos Alvarados para apoderarse del Cuzco, el uno en representacion de Diego de Almagro, el otro en nombre del marqués de Pizarro. En Santo Domingo murió Alfonso Fernandez de Lugo, gobernador de Santa Marta. En esta ciudad fué ahorcado el capitan Ochoa y un soldado, por órden del gobernador interino Antonio Sedeno. Al volver á España D. Pedro de Mendoza, gobernador de las provincias del Plata, murió en el viaje.

Diego de Almagro hizo decapitar al capitan Villegas, por haber tenido inteligencias con las tropas de Pizarro. En la batalla de Abancay, entre los soldados de Almagro y de Pizarro, murieron muchos españoles y distinguidos oficiales, principalmente de los vencidos de Almagro, entre otros el mariscal Rodriguez de Ordoñez, que se halló en el saqueo de Roma en 1527, los capitanes Salinas, Eugenio de Moscoso, Rui Diaz y varios otros. Diego de Almagro con su hijo y los oficiales que quedaron vivos, fueron tomados prisioneros. Almagro fué condenado á muerte, y Pedro de Lerma fué asesinado. El capitan Meza, del ejército de Pedro de Candía, fué decapitado

por conspirador. En Venezuela fueron ahorcados otros dos oficiales, por haber excitado á una insurreccion.

Juan de Ayolas, jefe de la expedicion enviada á descubrir tierras en el rio de la Plata, fué asesinado en 1539 por los indios paraguayos, igualmente que los españoles que le acompa

ñaban.

En 1540 los indios de la Florida hicieron morir, en medio de los mayores tormentos, al capitan Pedro de Anasco, enviado por Hernando de Soto á descubrir nuevas tierras. La misma suerte tuvieron otros muchos soldados españoles, entre los cuales se hallaban los capitanes Baltasar del Rio, Juan de Ampudia, Osorio y otros. D. Diego de Alvarado, hermano del adelantado D. Pedro, murió al volver á España, segun se cree, envenenado por sus enemigos.

Los españoles conjurados en Chile asesinaron en 1541 al marqués Francisco Pizarro y á los capitanes Francisco Martinez de Alcántara, Francisco de Chaves, Gomez de Luna, Francisco de Vergara, Gonzalo Hernandez de la Torre, Alfonso de Cabrera, Manuel Hurtado, Juan de Villegas, Juan de Vozmediano y Antonio Picado, secretario del marqués. Los asesinos disputaron entre sí el mando en el Perú, y murió en la refriega el general Juan de Rada, jefe de los con

jurados y otros muchos oficiales. En la Florida mueren á flechazos Roque de Yelves y Simon Rodriguez de Marvan, y el capitan Juan Lopez muere de frio sobre su caballo. El capitan Falcon murió tambien á flechazos en la Nueva Galicia. El adelantado Pedro de Alvarado murió de la manera más deplorable en Esatlan, diez y ocho leguas de Jalisco y trece de Compostela, donde estaba Diego Lopez de Zúñiga haciendo guerra á los indios alzados. En uno de los ataques en que los indios estaban en alto y la cuesta era áspera, cayeron rodando muchos caballos desde la altura, y uno de ellos venía directamente sobre Pedro de Alvarado. Viendo el peligro el adelantado, se apeó apresuradamente del caballo en que estaba, y se acogió á un sitio á su parecer seguro y desviado del caballo que venía cayendo, el cual, con gran ímpetu, dió un golpe contra una peña y revolvió hácia donde estaba Alvarado, arrastrándolo en seguida cuesta abajo, despedazándolo y moliéndole los huesos. Esto sucedió en el mismo dia y hora en que era asesinado Francisco Pizarro, íntimo amigo de Alvarado.

Doña Beatriz de la Cueva, esposa del adelantado, pereció el 11 de Setiembre del propio año en Guatemala, durante la inundacion producida por torrentes de agua y lodo que vomitó el vol

can. Murió entónces tambien su hija y una multitud de españoles.

En 1542 el capitan García de Alvarado asesinó en el Perú al capitan Cristóbal Sotelo; poco despues Juan Balsa asesinó á García Alvarado, y mandó ahorcar á Juan García Camarilla, enviado del comisario regio. El capitan Juan de Torres murió con las heridas de flechas recibidas en el alto Perú.

El general Diego de Almagro, hijo del adelantado que pereció tan miserablemente, fué sentenciado á muerte en 1543 y ejecutado por órden del comisario Vaca de Castro. En el Rio de la Plata pereció á flechazos Diego de Rojas. En la Florida pereció por enfermedad el adelantado Hernando de Soto.

Los domésticos del virey Blasco Nuñez Bela dieron muerte á golpes al comisionado de Lima, Illan Suarez, en 1544. Los capitanes Felipe Gutierrez y Arias Maldonado fueron asesinados igualmente por órden de Gonzalo Pizarro. En el Cuzco Francisco Pizarro mandó quitar la vida al capitan Rodriguez de Camporedondo. Francisco de Orellana y otros diez y ocho españoles fueron muertos por los indios en la Nueva Andalucía.

El gobernador de Panamá, Hernando Machicao, mandó dar muerte en 1545 á Pedro Luis de Cabrera, Hernan Mejía, Cristóbal de la Peña y

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