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» 200 leguas y los mismos cristianos se hacian » llevar en hamacas, que son como redes, á cues» tas de los indios; porque siempre usaron de » ellos como bestias para carga. Tenian matadu>> ras en los hombros y espaldas de las cargas, co» mo muy matadas bestias. Asimismo los azotes, >> palos, bofetadas, puñadas, maldiciones y otros » mil géneros de tormento que en los trabajos les » daban, en verdad que en mucho tiempo ni papel > no se pudiese decir y que fuese para espantar >> los hombres. >>

Dice Las Casas al describir ló que sucedia en las otras islas: «Pasaron á la isla de San Juan y á » la de Jamaica, que eran unas huertas y unas » colmenas, el año 1509 los españoles, con el fin » y el propósito que fueron á la Española. Los >> cuales hicieron y cometieron los grandes insul»tos y pecados susodichos, y añadieron muchas » señaladas y grandísimas crueldades más, ma>> tando, quemando y asando y echando á perros >> bravos; y despues oprimiendo y atormentando » y vejando en las minas y en los otros trabajos >> hasta consumir y acabar todos aquellos infelices » inocentes, que habia en las dichas dos islas más » de 600.000 almas, y creo que más de un cuen>>to, y no hay hoy en cada una 200 personas to» das perecidas sin fe y sin sacramentos. >>

Cuenta Las Casas lo siguiente que aconteció.

en la isla de Cuba: «Una vez saliéndonos (los » indios) á recibir con mantenimientos y regalos » diez leguas de un gran pueblo, llegados allá >> nos dieron gran cantidad de pescado y pan y >> comida con todo lo que más pudieron; súbita>> mente se les revistió el diablo á los cristianos » y pasaron á cuchillo en mi presencia y sin mo» tivo ni causa que tuviesen más de 3.000 almas >> que estaban sentadas delante de nosotros, hom»bres, mujeres y niños. Allí vide tan grandes >> crueldades que nunca los vivos tal vieron ni

» pensaron ver...

>> Oficial del rey hubo en esta isla que le dieron » de repartimiento 300 indios, y á cabo de tres » meses habian muerto en los trabajos de las mi»> nas 270, que no le quedaron de todos sino » 30, que fué el diezmo. Despues le dieron otros >> tantos y más, y tambien los mató; y dábanle y » más mataba, hasta que se murió y el diablo se » llevó el alma.

» En tres ó cuatro meses, estando yo presente, >> murieron de hambre por llevalles los padres y » las madres á las minas, más de 7.000 niños. >> Otras cosas vide espantables.

>> Despues acordaron de ir á montear los indios » que estaban por los montes, donde.hicieron es>> tragos admirables. Y así asolaron y despoblaron » toda aquella isla, la cual vimos poco há y es

>> una gran lástima y compasion verla yerma y >> hecha toda una soledad. »

Hablando de cierto gobernador que no nombra, dice Las Casas: «Entre infinitas maldades que >>> éste hizo y consintió hacer el tiempo que go» bernó, fué que dándole un cacique ó señor de >> su voluntad ó por miedo, como más es verdad, » 9.000 castellanos, no contentos con esto, pren» dieron al dicho señor, y átanle á un palo sen>>tado en el suelo, y estendidos los piés pónenle >> fuego á ellos porque diese más oro, y él envió » á su casa y trajeron otros 3.000 castellanos; > tornáronle á dar tormentos y él no dando máş >> oro porque no lo tenía ó porque no lo queria » dar, tuviéronlo de aquella manera hasta que >> los tuétanos le salieron por las plantas, y así » murió.

>> Otro dia juntáronse muchos indios, é iban >> tras los cristianos peleando por el ansia de sus » mujeres é hijas; y viéndose los cristianos apre>>>tados no quisieron soltar la cavalgada, sino me» tian las espadas por las barrigas de las mucha>> chas y mujeres, y no dejaron de todas 80 una » viva. Los indios, que se les rasgaban las entra»ñas de dolor, daban gritos y decian: «¡Oh, >> malos hombres, crueles cristianos! A las vias >> matais?» (Vias llaman en aquella tierra á las >> mujeres), casi diciendo; matar las mujeres se

» ñal es de abominables y crueles hombres bes>> tiales.

» Han (los españoles) fatigado y oprimido y >> sido causa de la acelerada muerte de muchas » gentes en esta provincia (Nicaragua), hacién» doles llevar la tablazon y madera de 30 leguas » al puerto para hacer navíos, y enviallos á buscar >> miel y cera por los montes, donde los comen >> los tigres, y han cargado y cargan hoy las mu» jeres preñadas y paridas como bestias...

>> Por las guerras infernales que los españoles. >> les han hecho y por el cautiverio horrible en » que los pusieron; mas han muerto de otras qui>> nientas y seiscientas mil personas hasta hoy y » hoy los matan. En obra de catorce años todos >> estos estragos se han hecho. »

Describe lo que hicieron los españoles en la Nueva España: «Habíanles pedido cinco ó seis >> mil indios que llevasen las cargas; vinieron » luégo todos y métenlos en el patio de Las Ca»sas. Ver á estos indios cuando se aparejan para » llevar las cargas de los españoles es haber dellos >> una gran compasion y lástima; porque vienen >> desnudos en cueros, solamente cubiertas sus » vergüenzas y con unas redecillas en el hombro » con su pobre comida; pónense todos en cucli» llas como unos corderos muy mansos.

>> Todos ayuntados y juntos en el patio con

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» otras gentes que revueltas estaban, pónense á las puertas del patio españoles armados que guardasen, y.todos los demás echan mano á sus espadas y meten á espada y lanzadas todas aquellas ovejas, que uno ni ninguno pudo » escaparse que no fuese trucidado.

» A cabo de dos ó tres dias salian muchos in>> dios vivos llenos de sangre que se habian es>>condido y amparado debajo de los muertos (co>> mo eran tantos) iban llorando ante los españo>> les pidiendo misericordia que no los matasen, » de los cuales ninguna misericordia ni compa>>sion hubieron, ántes así como salian los hacian >> pedazos.

» A todos los señores, que eran más de ciento >> y que tenian atados, mandó el capitan quemar » y sacar vivos en palos hincados en la tierra. >> Pero un señor, y quizá era el principal y rey » de aquella tierra, pudo salvarse, y recogióse >> con otros veinte, treinta ó cuarenta hombres al >> templo grande que allí tenian, el cual era como >> una fortaleza, que llamaban Que, y allí se de>> fendió gran rato del dia.

>> Pero los españoles, á quien no se les ampara »> nada, mayormente en estas gentes desarmadas, pusieron fuego al templo y allí los quemaron >> dando voces: «¡Oh, malos hombres! ¿Qué os he>> mos hecho? ¿Por qué nos matais? Andad, que

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