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trajo, dándoles libertad para que cada uno se casasse con quien quisiesse, y á ella le daban las hijas y á él los hijos; mandábanles estrechamente que no se tornassen á juntar so pena de muerte, y assí se guardaba con mucho rigor. Tenian tambien sus baptismos con esta ceremonia, y es que á los niños recien nacidos les sacrificaban las orejas y el sexo viril, y esta ceremonia se hazia especialmente con los hijos de los Reyes y Señores; á estos en naciendo, si eran varones, los lavaban los sacerdotes, y despues de lavados ponianles en la mano derecha una espada pequeña, y en la otra una rodelilla: hazian esta ceremonia cuatro dias continuos, ofreciendo sus padres grandes ofrendas por ellos; y si era hija, despues de lavada cuatro vezes ponianle en la mano otras tantas un aderezo pequeño de hilar y tejer con los dechados de labores. A otros niños les ponian al cuello carcajes de flechas y arcos en las manos; á los hijos de la demas gente vulgar les ponian las insignias de lo que por el signo en que nacian conocian y adivinaban los sortílegos; si su signo le inclinaba á pintor ponianle un pincel en la mano, si á carpintero dábanle una hachuela, y assí de los demas. Hazianse todas estas ceremonias á la semejanza del ídolo, que como queda dicho, era un esclavo que sacrificaban el dia de la fiesta del ídolo, y acabado de sacrificar éste, luego ofrecian otro esclavo y dábanlo á los sacerdotes, renovándolo cada año para que nunca faltasse la semejanza viva del ídolo; el qual luego que entraba en el oficio, despues de muy bien lavado le vestian todas las ropas é insignias del ídolo, y ponianle su mismo nombre, Уу andaba todo el año tan honrado y reverenciado como el mismo ídolo; traia siempre consigo doce hombres de guarda porque no se huyesse, y con esta guarda le dejaban andar libremente por donde queria, y si acaso se huia, el principal de la guarda entraba en su lugar, para representar el ídolo Ꭹ despues ser sacrificado. Tenia este indio el mas honrado aposento en el templo, donde comia y bebia, y donde todos los señores y principales le venian á servir y reverenciar, trayéndole de comer con el aparato y órden que á los grandes, y quando salia por la ciudad iba muy acompañado de señores y princi-, pales, y llevaba una flautilla en la mano, que de quando en quando tocaba, dando á entender que pasaba, y luego las mujeres salian con sus niños en los brazos y se los ponian delante saludándole como á Dios; lo mismo hazia la demas gente: de noche le metian en una jaula de recias viguetas porque no se fuesse, hasta que llegada la fiesta le sacrificaban como queda dicho.

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CAPÍTULO IV.

Del ídolo llamado “Quetzalcohuatl," Dios de los Chulultecas, que eran los famosos mercaderes desta tierra.

Aunque en el capítulo pasado queda dicho en sustancia todo lo que toca al culto de los dioses que esta gente adoraba, pero porque este ídolo llamado Quetzalcohuatl, era de los mercaderes desta tierra, los quales residian en una gran ciudad que llaman Chulula, y por ser dios de gente rica, era honrado con particulares ceremonias fuera de las ordinarias y ricamente ataviado; y assí se hará aquí particular mencion dél. Era este ídolo muy celebrado y festejado de todos los mercaderes, tanto que el dia en que se solemnizaba su fiesta gastaban quanto en todo el año habian granjeado, pretendiendo aventajarse á las demas ciudades por mostrar y dar á entender la grandeza y riqueza de Chulula. Estaba este ídolo en un templo alto, muy autorizado, en una ancha y larga pieza, puesto sobre un altar ricamente aderezado, teniendo al rededor de sí oro, plata, joyas, plumas ricas, ropas de mucho valor y diversas labores. Era este ídolo de madera en figura de hombre, excepto que la cara era de pájaro, con un pico y sobre él una cresta y verrugas, con unas rengleras de dientes en la lengua de fuera; desde el pico hasta la media cara era amarillo con una cinta negra que le venia ciñendo junto á los ojos por debajo del pico. Tenia en la cabeza una mitra de papel puntiaguda pintada de negro, blanco y colorado; desta mitra colgaban unas tiras largas pintadas, con unos fluecos al cabo que se tendian á las espaldas; tenia en las orejas unos zarcillos de oro, de hechura de unas orejas, y al cuello un joyel de oro grande á manera de ala de mariposa, colgado de una cinta de gamuza colorada. Tenia vestida una cortina muy labrada, de negro, colorado y pluma con espacios blancos; en las piernas tenia unas calcetas de oro, y en los piés unas sandalias de lo mismo, y en la mano un instrumento de madera de hechura de hoz, pintada de negro, blanco y colorado, y junto á la empuñadura tenia una borla de gamuza blanca y negra, y en la mano izquierda una rodela de plumas blancas y negras todas de aves marinas, con cantidad de rapacejos de la misma pluma muy espesos. Este era su ordinario ornato, aunque en diversas solemnidades lo iban variando.

Solemnizábase la fiesta deste ídolo en esta forma. Quarenta dias antes com

praban los mercaderes un esclavo que fuesse bien hecho, sin mácula ni señal alguna, assí de enfermedad como de herida ó golpe alguno: á este le vestian con los atavíos del mismo ídolo para que le representasse estos quarenta dias, y ántes que le vistiessen, le purificaban lavándole dos veces en el lago que llamaban de los dioses, y siendo purificado le vestian en la forma que el ídolo estaba. Era muy reverenciado en estos quarenta dias, por lo que, quando se presentaba, traia su guarda muy cumplida con otra mucha gente que le acompañaba: enjaulábanlo de noche como queda dicho de los demas, porque no se les huyesse; luego de mañana lo sacaban de la jaula y lo ponian en lugar preeminente, y allí le servian dándole de comer preciosas viandas, y despues de haber comido ponianle sartales de rosas al cuello y muchos ramilletes en las manos. Salian luego con él por la ciudad, el qual iba cantando y bailando por toda ella para ser conocido por semejanza de su dios, y en comenzando á cantar salian de las casas las mujeres y niños á saludarle y ofrecerle ofrendas como á dios. Nueve dias antes de la fiesta venian ante él dos viejos muy venerables, de las dignidades del templo y humillándose ante él le dezian con una voz muy humilde y baja: "Señor, sabrás que de aquí á nueve dias se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir;” y él habia de responder, "que fuesse muy en hora buena." Llamaban á esta ceremonia Neyolmaxviltiliztli que quiere dezir el apercibimiento, y quando le apercebian mirábanle con mucha atencion, y si vian que se entristecia, y que no bailaba con aquel contento que solia, ni con el alegría que ellos deseaban, hazian una supersticion asquerosa, era que iban luego y tomaban las navajas del sacrificio y lavábanles la sangre humana que estaba en ellas pegada de los sacrificios pasados, y con aquellas babazas hazianle una bebida mezclada con otra que por acá llaman cacao; dábansela á beber porque dezian que hazia tal operacion en él que quedaba sin ninguna memoria de lo que le habian dicho, y casi insensible volviendo luego al ordinario contento, y aun dizen que con este medio, èl mismo con mucha alegría se ofrescia á morir siendo enhechizado con aquel brevaje: la causa porque procuraban quitar á este la tristezą era porque lo tenian por muy mal agüero y pronóstico de algun gran mal. Llegado el dia de la fiesta, á media noche, despues de haberle hecho mucha honra de música y encienso, tomábanle los sacrificadores, y sacrificábanle al modo arriba dicho, haziendo ofrenda de su corazon á la luna y despues arrojándolo al ídolo, dejando caer el cuerpo por las gradas del templo abajo de donde le alzaban los que lo habian ofrescido, que eran los mercaderes cuya fiesta era esta, y llevábanlo á la casa del mas principal y allí lo hazian guisar en differentes manjares para celebrar en amaneciendo el banquete y comida de la fiesta, dando primero los buenos dias al ídolo con un pequeño baile que hazian mientras amanecia y se guisaba el sacrificado. Juntábanse despues á este banquete todos los mercaderes, especialmente los que tenian tra

to de comprar ó vender esclavos, á cuyo cargo era ofrecer cada año un esclavo para la semejanza de su Dios.

Era este ídolo de los mas principales desta tierra como queda referido, y assí el templo en que estaba era de mucha authoridad, el qual tenia sesenta gradas para subir á él, y en la cumbre dellas se formaba un patio de mediana anchura muy curiosamente encalado; en medio dél habia una pieza grande y redonda á manera de horno, y la entrada estrecha y baja, que para entrar era menester inclinarse mucho: tenia este templo los aposentos que los demás, donde habia recogimientos de sacerdotes, y de mozos y mozas, y de muchachos como queda dicho, á los quales assistia solo un sacerdote que continuamente residia allí, el qual era como semanero (1) porque puesto caso que habia de ordinario, tres ó quatro curas ó dignidades en qualquiera templo, scrvia cada uno una semana sin salir de allí. El oficio del semanero deste templo, despues de la doctrina de los mozos era, que todos los dias á la hora que se pone el sol tañia un grande atambor, haziendo señal con él, como nosotros usamos tañer á la oracion. Era tan grande este atambor que su sonido ronco se oia por toda la ciudad, y en oyéndolo se ponian todos en tanto silencio que parecia no haber hombre, desbaratándose los mercados, reco. giéndose la gente, con que quedaba todo en gran quietud y sosiego. Alalba, quando ya amanecia le tornaban á tocar con que daban señal de que amanecia, y assí los caminantes y forasteros se apresuraban con aquella señal para proseguir sus viajes, estando hasta entónces impedidos para salir de la ciudad. Este templo tenia un patio mediano, donde el dia de su fiesta se hazian grandes bailes, regocijos y muy graciosos entremeses, para lo qual habia en medio de este (2) patio un pequeño teatro de á treinta piés en quadro, curiosamente encalado, el qual enramaban y aderezaban para aquel dia con toda la pulicía posible, cercándolo todo de arcos hechos de toda diversidad de rosas y plumería, colgando á trechos muchos pájaros y conejos, y otras cosas apaci bles, donde despues de haber comido, se juntaba toda la gente, y salian los representantes donde hazian entremeses, fingiéndose sordos, arromadizados, cojos, ciegos y mancos, viniendo á pedir sanidad al ídolo, los sordos respondiéndole adefecios, y los arromadizados tosiendo y sonándose, y los cojos cojeando dezian sus miserias y quejas que hazian reir grandemente á los del pueblo; otros salian en nombre de las sabandijas, unos vestidos como escarabajos, y otros como sapos, y otros como lagartijas etc., y encontrándose allí referian sus oficios, y volviéndose cada uno por sí tocaban algunas fábulas de que gustaban sumamente los oyentes; porque eran muy ingeniosas. Fingian asimismo muchas mariposas y pájaros de diversos colores, sacando vestidos á los muchachos del templo en estas formas, los quales subiendo en una arboleda que alli plantaban, los sacerdotes del templo les tiraban con cerbatanas, (1) P. Duran. (2) Idem,

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donde habia en defensa de unos y ofensa de los otros graciosos dichos con que entretenian mucho á los circunstantes, lo qual concluido, haziendo un gran mitote ó baile con todos estos personajes se concluia la fiesta, y esto acostumbraban hazer en las mas principales fiestas. La figura del ídolo Quetzalcohuatl es esta que se sigue, cuyo nombre quiere dezir culebra de pluma rica. (1) Demas de los sobredichos ídolos tenian otros muy muchos cuyos ritos remonias por ser tan semejantes á los sobredichos, por evitar prolijidad no se ponen aquí, solo se añade otro género de sacrificio que en diversas fiestas tenian, el qual llamaban Tlacaxipehualiztli, que quiere dezir desollamiento de personas. Llamábase assí porque en ciertas fiestas tomaban un esclavo ó esclavos (segun el número que querian) y degollándolos, les desollaban el cuero, el qual se vestia una persona diputada para esto. Este andaba por todas las casas y mercados de las ciudades, cantando y bailando, y habianle de ofrecer todos, y el que no ofrescia le daba con un canto del pellejo por el rostro, untándole con aquella sangre que tenia cuajada: duraba esta invencion hasta que el cuero se corrompia: en este tiempo juntaban estos que assí andaban mucha limosna, la qual se gastaba en cosas necesarias al culto de sus Dioses.

En muchas destas fiestas hazian un desafio entre el que habia de sacrificar y el sacrificado en esta forma. Ataban al esclavo á una rueda grande de piedra de un pié con una espada y rodela en las manos, y dábanle licencia para que se deffendiesse todo lo que pudiesse: salia luego el que habia de sacrificar armado, y con otra espada y rodela, y si el que habia de ser sacrificado prevalecia contra el otro, quedaba libre del sacrificio, y con el nombre de capitan famoso, y como tal era despues tratado; pero si era vencido, allí en la misma piedra hazian dél sacrificio, cuya pintura es la que se sigue. (2)

Tenian assí mismo Diosas, y la principal dellas, era una á que llamaban Toci que quiere decir nuestra agüela, que como se ha dicho en la historia de los Reyes fué una hija del Rey de Culhuacan que fué la primera que desollaron por mandado de Huitzilopuchtli, haziéndola desta arte su hermana, y desde entónces comenzaron á usar este género de desollar en los sacrificios, entendiendo que queria sú dïos ser servido desta suerte. Y el otro sacrificio de sacar los corazones, les enseñó el mismo ídolo quando él mismo los sacó á los que castigó en Tula, como queda referido en la historia de los Mexicanos. Y assí no ponen tanta admiracion estas crueldades por haber sido dietadas del mismo demonio, á quien si no obedescian, los castigaba crudelissimamente, y assí le tenian tanto respeto y temor. Y para que conste de algunas figuras destas diosas por donde se infieran las demás, que todas eran casi de una suerte, se ponen aquí por junto.

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(1) Idolo de los Chulultecas llamado Quetzalcohuatl que quiere dezir culebra de pluma rica. (Lám. 26.)

(2) Desafio de soldados que sacrificaban, y el que habia de ser sacrificado ataban á una rueda y si podia mas quese suelto, se libraba y entraba el vencido al sacrificio. (Lám, 27.)

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