Despues del combate de encontradas opiniones, y tras seria y empeñada resistencia prevaleció la opinion de los que abogaban por la instantanea convocacion de córtes, segun hemos indicado en el artículo anterior. Y como es una ley comun en toda época de revueltas, que triunfen las ideas nuevas mas exajeradas, acordóse que las córtes se compondrian esclusivamente de los diputados del reino. Esta medida, contraria al atinado dictamen de Jovellanos, fue en estremo funesta á la organizacion constitucional de España. Por efecto de la invasion de las tropas francesas, y el cautiverio de toda la familia real, quedó la península abandonada á si misma; destituida al propio tiempo de un jefe ó corporacion de prestijio, que la defendiese y gobernase, y airada violentamente contra los desafueros y escándalos de la administracion de Godoy, debió entrar naturalmente, y entró en efecto en todas las condiciones de un réjimen democrático. El amor de la patria, de sus re yes, relijion é independencia conmovian profundamente el corazon de todos sus habitantes, y tan enérjicas y vehementes pasiones debian llevar á toda la nacion en masa á constituir un gobierno, y á tomar parte activa en la direccion de los asuntos públicos. Esto era una revolucion radical en la vida y en los hábitos del pueblo español. Tres siglos habia que se encontraba en la mas completa inaccion política; y tan avezado y bien avenido se hallaba con semejante indolencia que fueron necesarios todos los desastres y calamidades del reinado de Carlos IV y el ver amenazados y humillados con la invasion francesa los sentimientos mas profundos de su vida, para despertar del letargo, y lanzarse en una carrera enteramente nueva y desconocida. Mas dadas las circunstancias de 1808, no podia menos la nacion de tomar una parte muy viva en los asuntos públicos, y de aqui debia surjir necesariameute un réjimen demócratico. Si algo hubiera podido impedir este, hubiese sido la existencia de un principe de la familia real dotado de prestijio y apasionado con vehemencia de todos los intereses y afecciones, que agitaban entonces á los moradores de la península : mas huérfana de sus reyes y personas mas distinguidas, lanzóse por si á la pelea con el mas singular denuedo, y acudió presurosa á salvar la patria y á constituir un gobierno provisional. Mas esto no pudo verificarse sin escitar de un golge todos los intereses, pasiones é ideas, sin dar rienda suelta á las dominantes, y sin entrar por lo mismo en todas las condiciones de un réjimen democrático, y en una via peligrosa por razon del estado político de la nacion. Sin instruccion, ni educacion anterior, que preparase tan violento tránsito, debia abrirse una lucha entre las opiniones estremas, de la cual no podia salir por muchos años bien librada la causa de las reformas. Era todavia muy reducido el número de las personas, que com prendian su importancia y necesidad, profunda la ignorancia del pueblo, y estraordinario sobre el mismo el iuflujo del clero. Tales circunstancias hacian necesario aun para el triunfo de las reformas, que estas viniesen del trono, y fuesen eficazmente defendidas por el mismo, como habia sucedido desde el reinado de Felipe V. Mas ya que era esto imposible por el cautiverio de los reyes, y ya que la defensa del territorio preocupaba enteramente todos los ánimos, y era el sentimiento mas profundo y universal, hubiérase debido en nuestro concepto dar por una parte gran prestijio y revestir de inmensas facultades al gobierno, descartándose las córtes de su prurito de legislar y mandar sobre todo, , y por otra hubiera sido mas conveniente organizar el gobierno constitucional con arreglo á los progresos de la época y al ejemplo de la Inglaterra, estableciendo dos cámaras, y dando entrada en la alta al clero y á la nobleza. Bien comprendemos, que semejante organizacion era incompatible con el triunfo de las reformas y de la revolvcion: en todos tiempos han tenido las revoluciones un instinto admirable caminando directamente á su objeto sin consideraciones de ninguna especie: la historia de aquellas presenta siempre el hecho, de que en semejantes periodos el poder se ha colocado esclusivamente en manos de los que podian acelerar el triunfo completo y absoluto de las reformas, jamas en las de personas ò clases que pudiesen resistirle ó poner obstáculos. Si guiados por estas consideraciones hubiésemos de juzgar la primera convocacion de las cortes españo las, nada hallaríamos de estraño en la esclusion del clero y de la nobleza y en la falta de un estamento privilejiado. Pero hay de particular en nuestro pais, que la revolucion política no tenia el arraigo ni la fuerza necesarias para abrir como en Francia é Inglaterra una lucha campal con privilejios de las altas clases y con la autoridad absoluta los del trono, debiendo preveerse facilmente, atendido el estado de la nacion, que si la cuestion se llevaba como ahora se dice, al terreno de la fuerza, esta no dejaria de dar el triunfo al trono y rejimen antigüo. Por esta razon, fue en nuestra opinion un gravísimo desacierto, aun bajo el aspecto puramente revolucionario, no admitir en las córtes mas que una sola cámara. Con semejante sistema se entraba de lleno en las condiciones de un réjimen democrático y de la revolucion, y evidente es, que el clero y las clases altas habian de resistir, y atrayendo á si á los pueblos, ahogar completamente la revolucion, luego que llegase el deseado Monarca á pisar el territorio de España. No es facil prevcer lo que hubiera sucedido en nuestra nacion, si en las córtes se hubiera dado entrada á las clases altas, estableciendo un estamento privilejiado; puédese creer sin embargo, que por lo mismo que hubiera sido imposible una revolucion radical, y que no se habria formado la division y profundo encono entre el partido reformista y antireformista, el trono hubiese respetado mas y conservado tal vez el réjimen constitucional. Mas dejando á un lado esta importante cuestion, y volviendo á anudar la relacion de los sucesos contados en el artículo anterior, la convocacion de córtes recibióse con entusiasmo por los partidarios de las reformas, y no se la miró inal por la jeneralidad del pais, que conservaba un recuerdo vago y confuso de las antigüas córtes, que tenia cierto deseo de novedades por lo mismo que habia sido tan desastroso el reinado anterior, y que comprendia instintivamente la necesidad de las córtes, ò de una autoridad superior y nacional. Asi muchas causas, las mas del momento y de las circunstancias, influyeron estraordinariamente, en que España entrase en un réjimen democrático, y favorecieron las miras de los defensores de las reformas. Las elec |