Imatges de pàgina
PDF
EPUB

Hlanos; y que para conformarse con lo que habia respondido el Almirante Colón, á un cacique que le vino à ver que Boil y sus monges nuncios y apóstoles de la divina palabra, les darian á en. tender mejor lo que les habia dicho acerca del premio de los buenos y del castigo de los malos, y otras cosas; trataron luego Boil y sus compañeros de catequizar a estos isleños y convirtieron à muchos.

No para aquí el padre Filopono con las peregrinaciones que supone hizo el padre Bóil: pasa mas adelante, y como lo dice Fumeo, le hace penetrar las Indias. Comenzando á tratar del descubrimiento del Perú refiere que llegaron al Darien los españoles el año de mil quinientos noventa y siete, y que envió el Almirante à reconocer hasta los confines del país: que tomó el camino del Cuzco, con una comitiva competente de hombres bien armados, y el padre Ból y sus compañeros que llevaban un libro de los santos evangelos, en que estaban pintados los casos de los artículos de la fé. Añade que iba el padre Bóil Patriarca, vestido con una cogulla roja, y sobre el roquete llevaba el palio apostólico, y una cruz en la mano, y que con este bello equipaje subió en los reales carros de Atahualpa, emperador del Perú, que tiraban huanacos (ovejas de la tierra:) que cuando llegaron á los arrabales de Cuzco, concurrió infinita gente á la novedad, y los indios se incaban de rodillas, hacian grandes sumisiones hasta el suelo, adorándolos por dioses, y con mayor veneracion á los de los caballos: que en→ tró el Almirante con el padre Boil á palacio, y halló á Atahualpa deseandole de parte del Rey de España, paz, salud y felicidad, para cuyo logro eterno dijo le enviaba aquellos religiosos de san Benito, predicadores de Dios, en que conociera el amor de su Rey al Perú, y en su real nombre le ofrecía aquellos regalos que presentó, y consistian en un vestido español, màscaras, espejos, agujas, y otras bujerías: que despues de este razonamiento, trataron el Almirante y el padre Boil de que Atahualpa y todo su imperio abrazase la religion católica; pero como llegaron à conocer los españo. les que no estaban seguros entre estos barbaros, que desampararon la tierra.... Omito otras muchas singularidades de esta relacion romanesca de los viages de Colon y el padre Bóil en que el padre Filopeno los representa como si fueran avasallando toda la tierra, y corriéndola del mismo modo que cuentan los mitologios de Castor y Polus, bastando lo insinuado para que se trasluzca el motivo que pudo tener para escribir tan inadvertidamente estos sucesos confundiendo acciones, tiempos y héroes, cuya mira toda es para persuadir, que el padre Bóil fuè el primer vicario apostòlico que pasó á las indias, y que él y sus compañeros todos de su órden Benedictino fueron los primeros que plantaron la religion en toda la América como lo dice él mismo fol. 96.

Este es en breve el contesto de la relacion del padre Filopono, que por hacer à mi intento he insertado aquí casi en los mismos términos que la vierte D. Gabriel de Cárdenas en su pró

logo á los comentarios del Perú por el Inca, para repugnarla. Yo, procedo como lo hace este juicioso crítico por ser tan opuesta á lo que el Inca y los historiadores de las Indias afirman, y consta por documentos auténticos, y para que se vea como la pasion y la mala eleccion de monumentos en nuestros autores que han escrito de Indias con harta confusion en órden al primer religioso que hizo glesia, y dijo misa en las Indias occidentales, hace tropezar con la mayor facilidad en infinitos yerros á los autores mas graves y eruditos. En comprobacion de esto mismo basta reflejar sobre las repetidas inconsecuencias de que está llena la relacion del padre Filopono, y atender à la solidéz con que la refuta el citado Càrdenas, que dice, (y dice bien) no haber hallado que el padre Bóil recibiese de mano del papa ni que fuese á Roma con ocasion del descubrimiento, ni à Paria, ni que pusiese nombre, ni se hallase al descubrimiento de la isla de Santa Cruz, ni en el de Cuba, ni Jamaica, ni que ordenase, ni consagrase obispos, ni hiciese monasterics ni capillas, mas que la iglesia de la ciudad de Isabela donde llegó al fin del año de mil cuatrocientos noventa y tres. De las historias de las Indias solo aparece haber sido elegido el padre Bóil, como religioso y docto, y nombrado por vicario del papa y cabeza de doce ministros sacerdotes que le acompañaron, buscados por toda España con gran desvelo y cuidado: que pasò á Indias con D. Cristobal Colón en el segundo viage por camino mas derecho que el primero hasta Puerto de Plata y Puerto Real, segun Gomara, donde llegó, dice Oviedo, por diciembre de mil cuatrocientos noventa y ties: que poco mas de un año despues (como dice adelante)` volvió á España con Mosen Pedro Margarit, y es evidente que nunca volvió á las Indias, de que se infiere ser manifiesto engaño del padre Honorio Filopono querer pasase al Darien el padre Fr. Bòil, y del Darien al Perú con Colón, porque aunque Cotòn llegó cerca del Darien, no snpo del Perú, ni lo vió, ni tuvo noticia de Atahualpa, que ni reinaba entonces, ni reconoció otra cosa que lo referido por los autores magistrales del nuevo mundo. De estas y otras juiciosas reflexiones de D. Gabriel de Cárdenas, que manitiestan claramente los engaños del padre Filopono en órden á las excesivas prerrogativas, los hechos extraordinarios y viages multiplica. dos y fingidos del padre Boil, se deduce que el padre Filopono, aunque venerable por su doctrina y piedad no se despojó del deseo apasionado que tenia de autorizar á un religioso que creyó ser de su órden, por no haber visto los autores que cita, y no haber querido examinar la bula del señor Alejandro VI, dirigida al padre Bòil, suponiéndole próezas admirables que solo son dignas de los espacios imaginarios, y la lástima es que su engaño y las fábulas de Fumeo hayan arrastrado á muchos autores que hacen al padre Bòil Benedictino creyéndolos sobre su palabra. (*)'

[*] Suplico al lector disimule el que haya presentádole esta digresion que en alguna manera hé creido convenir á la

CAPITULO 8.°

Descripcion de todo lo que pasò en el segundo viage del Almirante Colón, hasta su vuelta à España; diferencias entre el padre Bóil y el Almirante.

Habida la bula del pontífice Alejandro VI, como se ha di eho, determinaron los Reyes despachar á este grande hombre otra vez para las Indias con mayor aparato de gente, con el fin de des. cubrir y poblar en aquellos remotísimos paises; quedando todo arreglado, é instruido el Almirante del particular órden que le intimaban sus Altezas de que los indios fuesen bien tratados y con dádivas y buenas obras atraidos á la santa fé, y que si los castellanos los tratasen mal fuesen severamente castigados; se despidió del Rey y de la Reina, y del príncipe de España, dejándole por pajes suyos à sus dos hijos, y fué á Sevilla, á donde en virtud de las órdenes de sus Altezas Juan Rodriguez, de Fonseca dean de Se. villa (que despues fué presidente de Indias) le tenia aprestada la flota que debia mandar, y bien proveida de artillería, de municio nes de guerra y de boca, no tan solamente las precisas para el viage, mas aun para dejar en las colonias la que juzgase conveniente. establecer. Se embarcó tambien crecido número de caballos de Andalucía, herramienta de toda especie, é instrumentos propios para beneficiar minas y purificar el oro; mucha cantidad de mercaderías para trocar, rescatar y regalar á quien le pareciese al Almirante: se hizo provision competente de semillas de varias plantas de España, como de trigo, cebada, arroz y semillas de todo gênero de legumbres, de vides y otros árboles que allà no habia, como tambien ganados, y varias cosas necesarias para la vida humana, que fueron de mucho costo para los Reyes, y con el particular cuidado de que no les faltase asì á los que acompañaban al Almirante en tan heróicas hazañas, como á las nuevas gentes que se trataba de reducir por bien con la predicacion evangélica; y en fin, todo lo que pareciò necesario para formar un nuevo establecimiento, y para po◄ blar aquellas tierras, como oficiales de todas artes, hombres de trabajo y labradores. Mas de mil y quinientos voluntarios, la mayor exactitud de la historia. He tenido que suprimir como dos pliegos de inconducencias del padre Vega, en que ha escrito menos. como historiador que como fraile franciscano, para probar que el padre Bóil no era benedictino sino francisco: lo que im• porta saber es que fué un varon asàz tonto y caprichudo co mo buen catalán: que hizo mas daño que provecho á la expe• dicion de Colón: que fomentó las desazones de Margarit y otros y que la mejor cosa que pudo haber hecho fué regresar á España à rezar salmos en el coro de su convento.

nera

parte caballeros hidalgos, concurrieron al husmo del oro y, de las otras cosas nuevas de aquellas tierras, y algunos de nacimiento ilustre quisieron hacer el viage á su costa; pero fué necesario reformar el número de los pasageros, hasta que se viese en alguna macomo iban las cosas en aquellas partes, porque no se podia acomodar à tanta gente como era la que quería embarcarse, no componiéndose la armada mas que de diez y siete navios: otros dicen de diez y ocho (40) entre grandes y pequeños, que no eran del mayor buque. Con todo no se pudo estrechar tanto el número de la gente, que no llegase como à mil y quinientas personas. La Reina costeó el viage á la mayor parte de los pasageros, é hizo el gasto de una gran cantidad de artesanos. Ninguna expedicion se hizo con mas ardor de parte de los Reyes y de sus vasallos como esta, pues todos hasta los grumetes se prometian hacer una fortuna rápida en este viage. Nombraron los Reyes por capitan general de la flota, y de las Indias por nueva cédula al Almirante Colòn, y para volver con ella, á Antonio Torres hermano de la ama del príncipe D. Juan, persona prudente y hábil para aquel cargo. [41] Como la intencion principal de los Reyes católicos era la conversion de aquellas ciegas gentes, para cumplir lo que su santidad mandaba en su bula acerca del cuidado que se debe tener en la conversion de los indios, buscaron en todos sus reinos tales personas como convenia, asi eclesiásticos como seculares para poblar tierras nuevas y cultivarlas santa y rectamente en lo espiritual y temporal, sobre todo religiosos de santa y aprobada vida: en espe cial fué escogido para eso el padre Fr. Bernardo Boil, catalán J fraile menor como queda dicho, al cual el mismo santo padre dió plenísimo poder para la administracion de la iglesia, y casos arduos ocurrentes en estas partes, como cabeza y prelado de los clérigos y religiosos en número de doce que iban en su compañia, todos sacerdotes, virtuosos y doctos, para introducir el culto divino ý la fé de Cristo nuestro Señor en los indios. Uno de los clérigos era D. Bartolomé de las Casas ó Casaus, quien despues fué religioso de santo Domingo y obispo de Chiapa. Dieron á estos misioneros todo lo que necesitaban para el culto divino, ornamentos, vasos sa grados é imágenes, que cuenta por menor en su crónica de Indias Gonzalez Fernandez de Oviedo. Concluidos todos estos preparati vos, salió con esta segunda armada el Almirante Colón de la bahia de Cadiz, el dia veinte y cinco de setiembre del año de mil cuatrocientos noventa y tres, dirigiendo su rumbo al sudéste por las islas Canarias, yendo con Alonso de Ojeda y Juan Ponce de Leon, que se distinguieron tanto despues en los descubrimientos del nue vo mundo,

[40] Illescas hist. pontifi. lib. 6 vida de Pio III pág. 132, Gonzalez Ferdin. de Oviedo lib. 2 cap. 7 Chrón ind.

[41] Murillo Geograf. hist. lib. IX cap. 1. de la América, Illescas.

Llegó el Almirante à la gran Canaria á once de octubre, donde surgiò, y à media noche dió la vuelta para ir à la Gomera, donde llegó el sábado quince de octubre, y ordenó con gran presteza, que se tomase cuanto necesitaba la armada. Allí se compró gran porcion de terneras, cabras, carneros, lechones y de todo. género de aves, para que se multiplicara la cria de aquellos. animales en la Española como ha sucedido á medida del deseo, propagindose con increible aumento. El dia diez y siete de octubre siguió su camino, tomando su rumbo mas àcia el sur que no en su antecedente navegacion, y habria andado como mas de cuatrocientas leguas con próspero viento, cuando por los chubascos que sobrevinieron, conoció el Almirante que estaba cerca de tierra; así es que mandó quitar algunas velas y estar sobre aviso. de noche.. En efecto luego al amanecer viò tierra toda la flota con gran regocijo, mas por haber sido la primera que tocó, despues de las Canaras, por el deseo que tenian todos de ver tierra, la llamó. Deseada, y porque en la costa de Levante de aquella isla no se halló sitio conveniente donde dar fondo, atravesó la flota à otra isla, á la cual llamó. Marigalante el Almirante, porque así se llama. ba su navio, donde echó gente en tierra, y con escribano y testigos. tomó posesion, Otro dia se reconociò una cuarta isla que se Ilamó la Guadalupe, por devocion de una imagen ó iglesia de este nombre muy célebre en Cataluña. Envió el Almirante las lanchas á tierra, y no hallaron gente, porque se habian huido á los montes: solo reconocieron con admiracion en la playa una pieza ó madero de navio, que los matineros llamaban codaste, que pareció ser obra trabajada en la Europa, y en un pueblezuelo que parecia en la costa, se encontraron algunos indios de ambos sexôs, que los isleños luego que vieron la lancha abandonaron, y no habia mucho que los habian robado y saqueado los de la isla de Boriquén. Estos pobres indios, rogaron á los españoles que los llevasen à los navios, enseñándoles las. tristes reliquias de sus compañeros, que los bárbaros se habian comido, asegurándoles que como los de aquella isla eran caribes inhumanos, les era inevitable hubiese allí fuerte. Se les concedió la gracia que pedian, y de ellos se supo que por alli cerca estaba la tierra firme, y muchas islas que nombraban á cada una por su nombre. Preguntóles por la Española, que en lengua de ellos se llamaba Haytí, y señalaron la parte donde caia. Los dias siguientes descubrió el Almirante consecutivamente muchas otras islas, à quienes dió nombre: estas fueron Monserrate, Antigua, S. Martin, S. Cristobal, Santa Ursula, y las once mil Virgenes: despues aportó á la isla de Boriquén que llamó San Juan Bautista, à que se añadió la denominacion del Puerto Rico: seria porque Colón se detuvo allí algunos dias para hacer aguada, y entre tanto la gente prscó diversas especies de pescados, y corriendo la pla ya encontró al poniente muchas y buenas casas aunque de paja y madera que formaban una plaza con una calle muy larga que te nian su salida hasta la mar, cuyas paredes eran de cañas cruzadas,

« AnteriorContinua »