Imatges de pàgina
PDF
EPUB

mados Adriano de Moxica, y Pedro de Gamir, y les habló en los términos mas suaves y capaces de persuadirles á que tomasen el camino de la sumision y de la razon; pero no logró otra cosa sino respuestas llenas de arrogancia y de desprecio para con los Colónes, cuya vida y estado decian, pendia de ellos; le encargaron de una carta para el Almirante concebida en los términos mas insolentes, y verbalmente añadieron que no entrarian pur ajuste alguno, sino por la mediacion de Alonso Sanchez de Carabajàl. Llego el alcaide Ballester con la respuesta de Roldàn y de sus compañeros à Santo Domingo, y presentò la carta que estos acordaron escribir, y embarazado el Almirante con el contenido de ella, comenzó por muchos indicios que tenia à sospechar contra la fidelidad de Carabajál; pero como deseaba la paz y no se hallaba en estado de hacer la guerra á aquelios rebeldes, empleó todo su cuidado en pacificar estos disturbios, usando de los medios mas sua❤ ves para tapar la boca á sus émulos, y quitarles todo pretesto, como el que alegaban siempre para cubrir sus desórdenes, que usaba en todo de una severidad demasiada. Consintió en valerse de Carabajál en esta coyuntura, persuadido que al fin y al cabo, como oficial de honor y noble no haria nada que perjudicáse à su honra, y que haciéndole tanta confianza, y tan poco merecida, mejor le atraerìa à sus intereses, y que se satisfaría mas bien para desvanecer cualquiera sospecha en contra de su fidelidad. El suceso hizo ver lo acertado de esta eleccion, pues Carabajál se portó muy fiel; se le asoció à Miguel Ballestér para que ambos compusiesen el negocio con los rebeldes, y con ellos escribió una carta al Almirante llena de prudencia, la que apoyada con eficaces representaciones de Carabajal, se movio Roldán à irse à ver con el Almirante; pero los de su partido bien hallados con la vida libre y temerosos del resentimiento de los Colónes, se le opusieron diciendo que se podia tratar de ajuste por cartas, y en nombre de toda la tropa y no de otro modo. Dió à entender Roldán cuanto sentía esta obstinacion de los suyos, y escribió una carta muy comedida al Almirante disculpàndose de todo lo acaecido, echando la culpa de todo à su hermano el Adelantado, y declaraba que no habia hecho nada contra el servicio de los Reyes; y que para enterarle de todo, é irle à besar las manos, necesitaba de un salvo conducto. Carabajál se encargó de llevar esta respuesta, y Bállestér se quedó en Banáo, quien tambien escribió à Colón, diciendo que segun estaban las cosas, convenia concederlo todo á los rebeldes, especialmente la licencia de retirarse à Castilla como ellos lo pedian; de lo contrario corría gran riesgo de perderlo todo, pues el partido de los amotinados crecia diariamente por la desercion de los que estaban con él, siendo así que los mas se querian pasar à ellos, y ya ocho de sus soldados habian comenzado à dar este mal ejemplo: que no se perdiese tiempo, porque ya tomaba ta! cuerpo la revolucion, que en breve se hallarian los amotinados en estado de emprenderlo todo.

Fué mucha la angustia que causó al Almirante la relacion que le daba Ballestér en su carta del estado de las cosas: conocia cuanto le convenia concluir cuanto antes este negocio, pues los tributos no se pagaban, ó los desfalcaban los rebeldes: los indios estaban muy gustosos, porque veian á los cristianos ocupados en destruirse unos à otros no labraban sus tierras, con la esperanza le reducirlos con la hambre à la dura precision de abandonar su isla; podia temerse aun que aquellos pueblos interesados contra la tiranía de sus dueños viniesen a tomar las armas. Todas estas consideraciones movieron al Almirante para restablecer su autoridad y el buen orden en las Indias, á tomar la resolucion de reducir los rebeldes por la via del rigor. Quiso juntar toda su gente para marchar contra ellos; pero no halló mas que setenta soldados que le quisiesen seguir, negandose los demàs abiertamente con el pretesto de que no querian derramar la sangre de sus camaradas. Entonces hubo de mudar de sistéma Colón, y haciendo de la necesidad virtud, hizo publicar una carta de salvo conducto y perdon general fecha á nueve de noviembre, en que declaraba que todos los que quisiesen volver al servicio de los Reyes dejando las armas en el término de diez y seis dias, y para los que estaban distantes en el de un mes, quedaban perdonados enteramente, con el seguro que serian tratados con la mayor humanidad y piedad: que se daria pasage á todos los que quisiesen volver á Castilla, y que á mayor abondamiento se les pagarian sus sueldos. Fijóse esta declaracion en la puerta de la fortaleza, y se envió otra carta particular de seguro à Roldan y á todos los de su partido que quisiesen

venir con él.

Entre tanto se vió el Almirante precisado á mandar para España los cinco navios que ya no se podian detener; así porque se morian muchos de los indios esclavos que iban en ellos, como porque las tripulaciones que temian les faltase víveres por la detencion de tres semanas mas del tiempo concertado del despacho pedian con instancia los dejásen partir; no pudo menos de valerse de esta ocasion para instruir á la corte de todo cuanto pasaba en la isla, escribiendo á los reyes con mucha particularidad lo acaecido tocante á la rebelion de Roldán, y los daños que habia causado à la isla. Pedia al mismo tiempo religiosos para la instruccion de los pueblos, y un letrado de mucha esperiencia y circunstancias, para la administracion de la justicia, porque consideraba que sin ella serian de poca utilidad los predicadores y misioneros. (78) Decia que aunque à los principios los castellanos se habian enfermado por la mudanza de temperamento y el excésivo calor de la tierra y crudeza de las aguas, ya estaban sanos y aclimatados al pais, probàndoles mejor el pan de casabe que el de trigo: que la isla comenzaba á suministrar suficientes víveres de toda especie, de modo

[78] Al fin conociò la necesidad de los letrados; mal nos vá con ellos, y peor sin ellos como con los médicos.

[merged small][ocr errors][merged small][ocr errors][ocr errors][ocr errors][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small]

do consecuencias anus as

[ocr errors]
[ocr errors]

nian tan inquieto. Acompaño esta remond de la dhight tiek val cunstanciado de la terra que a dia descudées ou Merich systeves do el modo de poner en orien la pract de pocitan

tra era un hilo de ciento sesenta perlas y ouas peccse saying por Arogial,

No dudaba el Almirante que Rollan escribia por su bucks p no se engañaba, porque éste sedicioso infurma valus vieu que di ron materia à los émulos de Colón para pejudicarls mules à qu

Fué mucha la angustia que causó al Almirante la relacion que le daba Ballestér en su carta del estado de las cosas: conocia cuanto le convenia concluir cuanto ántes este negocio, pues los tributos no se pagaban, ó los desfalcaban los rebeldes: los indios estaban muy gustosos, porque veian á los cristianos ocupados en destruirse unos à otros: no labraban sus tierras, con la esperanza dle reducirlos con la hambre à la dura precision de abandonar su isla; podia temerse aun que aquellos pueblos interesados contra la tiranía de sus dueños viniesen á tomar las armas. Todas estas consideraciones movieron al Almirante para restablecer su autoridad y el buen órden en las Indias, á tomar la resolucion de reducir los rebeldes por la via del rigor. Quiso juntar toda su gente para marchar contra ellos; pero no halló mas que setenta soldados que le quisiesen seguir, negàndose los demàs abiertamente con el pretesto de que no querian derramar la sangre de sus camaradas. Entonces hubo de mudar de sistéma Colón, y haciendo de la necesidad virtud, hizo publicar una carta de salvo conducto y perdon general fecha á nueve de noviembre, en que declaraba que todos los que quisiesen volver al servicio de los Reyes dejando las armas en el término de diez y seis dias, y para los que estaban distantes en el de un mes, quedaban perdonados enteramente, con el seguro que serian tratados con la mayor humanidad y piedad: que se daria pasage á todos los que quisiesen volver á Castilla, y que á mayor abundamiento se les pagarian sus sueldos. Fijóse esta declaracion en la puerta de la fortaleza, y se envió otra carta particular de seguro à Roldán y á todos los de su partido que quisiesen venir con él.

Entre tanto se vió el Almirante precisado á mandar para España los cinco navios que ya no se podian detener; así porque se morian muchos de los indios esclavos que iban en ellos, como porque las tripulaciones que temian les faltáse víveres por la detencion de tres semanas mas del tiempo concertado del despacho pedian con instancia los dejásen partir; no pudo menos de valerse de esta ocasion para instruir á la córte de tódo cuanto pasaba en la isla, escribiendo á los reyes con mucha particularidad lo acaecido tocante á la rebelion de Roldán, y los daños que habia causado à la isla. Pedia al mismo tiempo religiosos para la instruccion de los pueblos, y un letrado de mucha esperiencia y circunstancias, para la administracion de la justicia, porque consideraba que sin ella serian de poca utilidad los predicadores y misioneros. (78) Decia que aunque à los principios los castellanos se habian enfermado por la mudanza de temperamento y el excésivo calor de la tierra y crudeza de las aguas, ya estaban sanos y aclimatados al pais, probàndoles mejor el pan de casabe que el de trigo: que la isla comenzaba á suministrar suficientes víveres de toda especie, de modo

[78] Al fin conociò la necesidad de los letrados; mal nos vá con ellos, y peor sin ellos como con los médicos.

que no faltaba sino vino y vestidos, no siendo necesario proveerse de España para todo lo demás. Tocaba despues el punto de la pesca de las perlas, y decia el nodo de asegurarse de aquella ri queza. En el asunto de Roldán, despues de esponer los principios y progresos de su rebelion añadia, que cómo se dejaba decir éste gefe de los amotinados, que no necesitaba de perdon, supuesto que lo que habia habido era una pura diferencia y disputa entre él y el Adelantado; sin embargo de no ser así verdad, le pareció deberse abstener de ser juez en esta causa, por cuyo motivo suplicaba á sus Altezas que fuesen los jueces, y que como lo pedia el alcalde mayor, se llamàsen á España las partes, dando fé y crédito especialmente á la relacion de Carabajál y Ballestér, que trabajaban en reducir á los rebeldes; pero si continuaban en descubrir la terra y no se querian dar á partido, se vería obligado à emplear todas sus fuerzas para sujetarlos á la razon, porque de lo contrario se perderia todo; siendo cierto que por causa de esta sublevacion, no habia pudido enviar a su hermano D. Bartolomè para que perfeccionàra el descubrimiento de tierra firme, para cuyo fin tenia aparejados tres navios, aguardando á ver en que paraba el ajuste que se iba à entablar con Roldàn; á mas de que como su hermano era hombre de consejo y de valor, no le quería apartar de sí, mientras que por esos alborotos no se considerara seguro en la plaza principal de la isla: concluia con insinuar á los Reyes, que si no hubiera sido por la envidia de algunos grandes, que les ponian mal corazon sobre las cosas de Indias, diciendo que eran gravosas al estado, y en consecuencia le embarazaban sus descubrimientos, como lo habian hecho en no haberlo despachadɔ en la corte ni en Sevilla, con la brevedad que convenia; no hubiera tomado cuerpo la rebelion de Roldán y se hubieran verificado las grandes utilidades que les resultaban à sus Altezas con la posesion de las Indias, pues ya los indios servian á los castellanos contribuyendo á sus dueños el oro tasado, con sus servicios personales y con cuanto habian menester, no habiendo otra necesidad, sino de gente que los tuviese sujetos, y fomentar las poblaciones; y es cier to que sin fomentarlas tomó incremento la rebelion de Roldán apoyada de personas poderosas en la córte, y lo que impidió á D. Bartolomé que hubiera descubierto hasta la Nueva España; y como Colón lo hacia observar à los Reyes, es e idente que si le hubieran despachado prontamente su armamento, no hubieran tenido consecuencias tan críticas las calamidades y daños que le tenian tan inquieto. Acompañó esta relacion de un mapa muy circunstanciado de la tierra que habia descubierto en Paria, esplicando el modo de poner en órden la pesca de perlas, cuya muestra era un hilo de ciento sesenta perlas y otras preceas enviadas por Arogial

No dudaba el Almirante que Roldán escribia por su lado y no se engañaba, porque éste sedicioso informó tales cosas que dieron materia à los émulos de Colón para perjudicaile mucho, y su

« AnteriorContinua »