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las siguientes palabras:-,,Con respecto al general O-Donojú, él era la primera autoridad con credenciales de su gobierno; y aun cuando para aquel caso no tuviese instrucciones especiales, las circunstancias le facultaban para hacer en favor de su nacion todo lo que estaba en su arbitrio. Si este general hubiese tenido á su disposicion un ejército de que disponer, superior al mio, y recursos para hacerme la guerra, hubiera hecho bien en no firmar el tratado de Córdova, sin dar antes parte á su córte, y esperar la resolucion; empero, acompañado apenas de una docena de oficiales, ocupado todo el pais por mí, siendo contraria su mision á la voluntad de los pueblos, sin poder aun proporcionarse noticias del estado de las cosas, sin conocimiento del terreno, encerrado en una plaza débil é infes tada, con un ejército al frente, y las pocas tropas del rey que habian quedado en México, mandadas por el intruso D. Francisco de Novella; digan los que desaprueban la conducta de O-Donojú ¿qué habrian hecho en su caso, ó qué les parece que debió hacerse? Firmar el tratado de Córdoba, ó ser prisionero, ó volverse á España: no habia mas arbitrio. Si elegia el último, todos sus compatriotas. quedaban comprometidos, y el gobierno de España perdia las esperanzas de las ventajas que entonces consiguiera, las que seguramente no habria obtenido, no siendo yo el que mandaba, y O-Donojú un hábil político y un excelente español." En efecto, las respectivas posiciones no eran enteramente iguales; pues la mejor parte redundaba en beneficio de los insurgentes, quienes aseguraban el triunfo de la independencia con la posesion de la antigua capital de la Nueva-España.

El pueblo mexicano acogió con vivas y aclamaciones al ejército de las tres garantías. Jamás la ciudad de México habia contemplado un espectáculo tan grande y sublime. Las tropas que habian combatido durante diez años de continuada guerra, sirviendo con entusiasmo en los encontrados partidos de realistas é independien tes, se habian reunido amigablemente para dar nacionalidad á la oprimida colonia de Nueva-España. El caudillo de Iguala, montado en un brioso y gallardo caballo prieto, marchaba á la vanguardia en union de sus ayudantes y de todo su estado mayor, y el inmenso gentío que lo contemplaba desde las calles y balcones, aturdia el aire con gritos de alegría en honor del héroe de su libertad é independencia. Iturbide habló cste mismo dia á sus compatriotas del siguiente modo: ¡Mexicanos! Ya estais en el caso de saludar á la patria independiente, como os anuncié en Iguala. Ya recorri el inmenso espacio que hay desde la esclavitud á la libertad, y toqué los diversos resortes para que todo americano enseñase su opinion escondida; porque en unos se disipó el temor que los contenia; en otros se moderó la malicia de sus juicios, y en todos se consolidaron las ideas. Ya me veis en la capital del imperio mas opulento, sin dejar atrás ni arroyos de sangre, ni campos talados, ni viudas des

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consoladas, ni desgraciados hijos que llenen de execracion al asesino de sus padres. Por el contrario, recorridas quedan las principales provincias de este reino, y todas uniformadas en la celebridad han dirigido al ejército trigarante vivas espresivos, y al cielo votos de gratitud. Estas demostraciones daban á mi alma un placer inefable, y compensaban con demasía los afanes, las privaciones y la desnudez de los soldados, siempre alegres, constantes y valientes.... Ya sabeis el modo de ser libres, á vosotros toca señalar el ser felices." Desgraciadamente no ha sucedido así á los habitantes de la nacion mexicana. Grande y poderosa en la aurora de su libertad política, cuando este valiente soldado rompió el lazo de fierro que Ja unia á la metrópoli española, era todavia muy niña para conocer el precioso y delicado don que el cielo le habia concedido, y se encontraba al lado de una nacion que despues se ha hecho notable por su egoismo y engrandecimiento. La espada de Iturbide se colocó entre las viejas y modernas teorías que se animaban en el seno de esta preciosa colonia del continente americano, y ella concilió por un momento los espíritus para conseguir la resolucion de un problema que habia anunciado en el pequeño pueblo de Iguala; pero luego que logró destruir ese coloso que habia dominado por tres siglos á una porcion de razas mezcladas y confundidas, cuando su entrada á la capital dió por resultado la terminacion del vireinato de la Nueva-España ¿qué habia entonces en el corazon de sus numerosos habitantes? El entusiasmo y la inexperiencia. Los futuros acontecimientos vendrán á acreditar la verdad de nuestra opinion.

CAPITULO XII.

Regencia é imperio.

INSTALACION de la junta gubernativa: nombramiento de una regencia: el ministerio creado por Iturbide: muerte de D. Juan O-Donojú: formacion de las logias masónicas. Ley de elecciones: primera conspiracion: instalacion del congreso mexicano: division entre los miembros del congreso: ruidosa sesion del 3 de Abril: variacion de los miembros de la regencia: discordia entre los partidos. Subida de Iturbide al trono imperial: sesion del congreso el dia de la proclamacion: segunda conspiracion: movimiento de oposicion de D. Felipe de la Garza: disidencia entre el emperador y el congreso: formacion de una junta ilegal por Iturbide. Disolucion del congreso: viage de Iturbide a Veracruz y su regreso a México: sublevacion del general SantaAnna: D. Guadalupe Victoria toma parte en ella, y ocupa el Puente Nacional: conducta observada por el gefe de las tropas

del gobierno: desprestigio del emperador. Salida de México de los generales Bravo y Guerrero: accion en el pueblo de Jalmolonga: acta conocida con el nombre de Casa-Mata: ocupacion de las provincias de Veracruz, Puebla y México, por los pronunciados: completo abandono del emperador: sesion extraordinaria de la junta instituyente; traslacion de Iturbide à Tacubaya; sesion del 26 de Febrero: reunion del antiguo congreso: abdicacion del emperador: manifiesto que publica antes de su salida de México: una escolta republicana lo conduce hasta Veracruz: se embarca con direccion à Italia.

INSTALACION de la junta gubernativa: nombramiento de una regencia: el ministerio creado por Iturbide: muerte de D. Juan ODonojú: formacion de las logias masónicas (1821). Al siguiente dia de haberse verificado la entrada del ejército trigaraute en la ciudad de México, el general Iturbide ins aló la junta gubernativa que habia nombrado en la villa de Tacubaya, y él mismo abrió la sesion con el siguiente discurso: .,Señor: Amaneció por fin el dia de nuestra libertad y de nuestra gloria: fijóse la época de nuestra feliz regeneracion, y en este momento venturoso hemos comenzado á recoger el fruto de nuestros sacrificios. El pueblo mexicano, reintegrado á merced de sus heróicos esfuerzos en la plenitud de sus derechos naturales, sacude hoy el polvo de su abatimiento, ocupa el sublime rango de las naciones independientes, y se prepara á establecer las bases primordiales sobre que ha de levantarse el imperio mas grande y respetable.

,,Dignos representantes de este pueblo, á vosotros se confia tamaña empresa: vuestro patriotismo, vuestras virtudes y vuestra ilustracion os han llamado á los puestos en que acabais de colocaros: la opinion pública os señaló con el dedo para depositar en vuestras manos la suerte de vuestros compatriotas, yo no he hecho mas que seguirle.

,,Nombrar una regencia que se encargue del poder ejecutivo, acordar el modo con que ha de convocarse el cuerpo de diputados que dicten las leyes constitutivas del imperio, y ejercer la potestad legislativa mientras se instala el congreso nacional: hé aquí las delicadas funciones en cuyo laborioso y acertado desempeño se vincularán por sin duda la celebridad de vuestro nombre, y la eterna gratitud de nuestros concindadanos.

,,Una vez derrocado el trono de la tiranía, á vosotros toca sustituir el de la razon y humanidad. Si, vosotros la substituireis, porque la sabiduría dirigirá siempre vuestros pasos, y la justicia presidirá en todas vuestras deliberaciones. La ley recobrará su eficacia, y en vano se esforzarán la intriga y el valimiento. Los empleos y los honores formarán la divisa de la virtud, del amor de la patria, de los talentos y de los servicios acreditados. En suma, una admi

nistracion spave, benéfica é imparcial, hará la felicidad y engrandecimiento de la nacion, y dulce la memoria de sus funcionarios. ,,Acaso el tiempo que permanezcais al frente de los negocios, no es permitirá mover todos los resortes de la prosperidad del estado; pero nada omitireis para conservar el órden, fomentar el espíritu pú-" blico, extinguir los abusos de la arbitrariedad, borrar las rutinas tortuosas del despotismo, y demostrar prácticamente las indecibles ventajas de un gobierno que se circunscribe en la actividad á la es fera de lo justo. Estos van á ser los primeros ensayos de una nacion que sale de la tutela en que se le ha mantenido por tres siglos; y no obstante, los pueblos cultos, los pueblos consumados en el arte de gobernar, admirarán la maestría con que se lleva á su último término el grandioso proyecto de nuestra deseada emancipacion. Verán conciliados los intereses al parecer mas opuestos, vencidas las dificultades mas exageradas, y afianzada la paz y la union con dos bienes todos de la sociedad.

„Permitidme, pues, que en las tiernas efusiones de mi corazon seusible, os felicite una y mil veces, ofreciendo el tributo de mi obediencia à una corporacion que reconozco cual suprema autoridad establecida para regir provisionalmente nuestra América, y consolidar la posesion de sus mas preciosos derechos. Unidos mis sentimientos con los del ejército imperial, os ofrezco tambien su mas exacta sumision. El es un robusto apoyo, y declarado por tan santa causa, no dejará las armas hasta no ver perfeccionada la obra de nuestra restauracion. Caminad, pues, ¡oh padres de la patria! Caminad á paso firme y con animo tranquilo: desplegad toda la energía de vuestro ilustrado celo: conducid el pueblo mexicano al encumbrado sólio á donde lo llama su destino, y disponeos á recibir los laureles de la inmortalidad."

En seguida la junta se ocupó de redactar un decreto en el cual declaró que México: „era nacion soberana é independiente de la Autigua España, con quien en lo sucesivo uo mantendrá otra uuiou que la de una amistad estrecha en los términos que prescribieren los tratados: que entablará relaciones amistosas con las demás potencias, ejecutando respecto de ellas cuantos actos puedan, y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas: que va á constituirse con arreglo á las bases que eu el plan de Iguala y tratados de Córdova estableció sábiamente el prinier gefe del ejército imperial de las tres garantías; y en fin, que sostendrá á todo trance, y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario), esta solemne declaracion, hecha en la capital del imperio á 28 de Setiembre de 1821, primero de la independencia mexicana." Esta junta se componia de treinta y seis miembros: todos gozaban de la mas alta reputacion en la sociedad mexicana, y habian sido nombrados por Iturbide para llenar en cierto modo los deseos de la opinion pública. Entre ellos habia algunos que no

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