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,,se os provoque con injustas hostilidades. Tampoco dudo que des"terraréis de vuestros espíritus las falsas ideas que os hayan hecho "formar de mí, ya por las lisonjas de mis vasallos, ó las adulacio,,ues de mis enemigos. Sin duda os habrán dicho que yo era un ,,dios, y tomaba á mi voluntad la forma de un Tigre, Leon ó cual"quiera otro animal; pero ahora veis con vuestros propios ojos, que ,,soy de carne y huesos como los demás hombres, aunque mas no,,ble por mi nacimiento y el alto rango que ocupo. Los totonecas, "que merced á vuestra proteccion se han revelado contra mí, y cuyo delito no quedará impune, no habrán dejado de deciros que son ,,de oro las paredes y techos de mi palacio; y vos que habitais en ,,uno de ellos, podeis convenceros de que son de piedra y cal. Con,,vengo en que mis riquezas son grandes, mas no tanto como las "ponderan mis súbditos. Algunos de ellos se os habrán quejado de „mi crueldad y tiranía; pero llaman tiranía al ejercicio legal de la ,,autoridad suprema, y crueldad al indispensable rigorismo de la jus,,ticia. Abandonemos, pues, uno y otro las falsas ideas que se ha"yan formado de nosotros.

„Segun las señales que hemos observado en los cielos, y en con,,formidad de lo que sabemos de vosotros y de las regiones de don,,de venis, reconocemos que han llegado ya los tiempos prefijados "por nuestras tradiciones para el cumplimiento de ciertas profesías; „pues sabemos que deben llegar de las regiones del Oriente en don,,de el sol nace, hombres destinados á hacerse dueños de este pais, „en el cual reinó antiguamente un señor que desapareció, y cuyos ,,descendientes son nuestros legítimos soberanos. Nosotros no so,,mos originarios de estas tierras; pues hace un corto número de si,,glos que nuestros ascendientes, salidos de las comarcas del Norte, ,,se establecieron en ellas. Por consiguiente, solo como virey del ,,gran Quetzalcoatl gobernamos, y por lo mismo recibo con placer ,,la embajada de vuestro rey, y pongo mi reino á sus órdenes."

Demasiado perspicaz Cortés para no conocer el partido que podia que venia sacar de los errores del monarca, lo mantuvo en una ilusion en auxilio de sus proyectos, y comprendió que debia en lo sucesivo obrar con autoridad, ya que hallaba en Moctezuma un vasallo voluntario. Se extendió largamente sobre la grandeza y poder de su señor Carlos V, espuso que su mision era pacífica, que tenia órden de establecer una alianza sincera y durable entre los dos grandes reyes de Oriente y Occidente, y emplear todos los medios posibles de persuacion para alterar y modificar diferentes leyes y usos mexicanos contrarios á la justicia y humanidad. Esto le condujo á hablar de la religion de los pueblos del Anáhuac; á declamar contra su idolatría y supersticiones; y á pedir sobretodo, la abolicion de, los execrables sacrificios humanos, que ultrajaban la divinidad y todos los sentimientos de la naturaleza.

A pesar de esta polémica sobre objeto tan delicado, reinó en esta

entrevista la mejor cordialidad. Los dos gefes se separaron con mútuas protestas de amistad, y no cabe duda que tan feliz principio, preliminares tan pacíficos, hubieran hecho á los españoles dueños de todo aquel imperio, sin derramar una gota de sangre, si se hubieran conducido con una prudencia igual á su valor.

En la visita que Cortés hizo al rey al siguiente dia, acompañados de sus capitanes Alvarado, Sandoval, Velazquez, Ordaz y cinco ó seis soldados rasos, pasaron las cosas del mismo modo. El general fué recibido como si hubiese sido igual al rey. Este quiso informarse minuciosamente de todo cuanto concernia al gobierno y á las producciones de la España; pero Cortés, el mas ardiente de todos los católicos, en lugar de responder á estas cuestiones, empezó por catequizar á Moctezuma: le habló de la creacion del mundo, de un solo Dios, de su hijo Jesucristo, de la Trinidad, de la niisa, de la confesion, de los goces del paraiso y de los tormentos del infierno, cosas todas excelentes para enseñar, pero que Moctezuma no estaba en el caso de comprender á la primera esplicacion.

Volvió Cortés á la carga sobre los sacrificios humanos, y exigió. formalmente su abolicion; pero Moctezuma no concebia cómo un español encontraba mal que se sacrificasen á los dioses, aquellos hombres que por razon de sus crímenes, ó su poca suerte en la guerra, estaban destinados á morir; y sin embargo, sea por convencerle las razones de Cortés, ó porque quisiese agradar á los españoles á quienes temia, prometió que no se serviria mas carne humana en la mesa. No se doblegó con tanta facilidad a su conversion al cristianismo; pues sostuvo que no habiendo recibido sino favores de los dioses mexicanos, y siendo tan buenos como los de los españoles, fuera una imperdonable ingratitud abandonarlos. Cortés no insistió mas por entonces y se retiró á sus cuarteles.

Un pensamiento conservador le ocupaba enteramente; pues un feliz principio no le ocultaba el peligro de su posicion, y conocia la necesidad de llamar en su ayuda los recursos intelectuales. Es cierto que el monarca era suyo; pero todavía le faltaba conquistar la nobleza, á quien procuró atraerse ora con agasajos, ora por la dulzura y diguidad de sus modales. Necesitaba del aura popular, y ordenó á sus soldados que procurasen ng dar motivos de queja por su conducta. Esta política era una máscara con que se cubria la ambicion. El hombre de paz en la apariencia, maquinaba en su pensamiento los proyectos mas hostiles y la mas atrevida empresa; no obstante, nada queria ejecutar sin tener un perfecto conocimiento de esta gran capital, en la que en cierto modo puede decirse se hallaba encerrado. Para observarla á su placer sin excitar alarmas, y tomar una idea exacta de la fuerza y medios de resistencia de los inexicanos, rogó á Moctezuma que le permitiese visitar los palacios reales, los principales templos y la gran plaza del mercado. Esto le fué concedido de buena voluntad, y el desgraciado rey, lleno de con

fianza, permitió á los españoles que lo examinasen todo, Vamos, pues, con las relaciones de Cortés, Bernal Diaz, Acosta y Clavigero, á dar una dia de la antigua capital del Anáhuac.

El documento mas antiguo que poseemos sobre la ciudad de Tenochtitlan, su lago y sus alrededores, es una carta dirigida por Cortés al emperador Carlos V, en 30 de Octubre de 1520. Citarémos por entero este curioso pasage. Antes que comience a relatar, dice „Cortés, las cosas de esta gran ciudad, y las otras que en este otro capítulo diga: me parece, para que mejor se puedan entender, que „débese decir de la manera de México, que es donde esta ciudad, ý alguna de las otras, que he hecho relacion están fundadas, y don„de está el principal señorío de este Muteczuma (Moctezuma). La „cual dicha provincia es redonda, y está toda cercada de muy altas „y ásperas sierras; y lo llano de ella tendrá en torno hasta setenta ,,leguas (1), y en el dicho llano hay dos lagunas (2), que casi lo ocu,,pau todo, porque tienen canoas en torno mas de cincuenta leguaš ,,(3). Y la una de estas dos lagunas es de agua dulce, y la otra, que ,,es mayor, es de agua salada. Dividelas por una parte una cuadri,,llera pequeña de cerros muy altos (4), que están en medio de esta ,,llanura, y al cabo se van á juntar (5) las dichas lagunas en un ,,estrecho de llano, que entre estos cerros y las sierras altas se ha,,ce (6), el cual estrecho tendrá un tiro de ballestas, y por entre lå ,,una laguna, y la otra, y las ciudades, y otras poblaciones que es,,tán en las dichas lagunas, contratan las unas con las otras en sus ,,canoas por el agua, sin haber necesidad de ir por tierra. Y porqué ,,esta laguna salada grande crece, y mengua por sus mareas (7); „segun hace el mar, todas las crecientes corre el agua de ella á lá ,,otra dulce, tan recio como si fuera caudaloso rio, y por consiguien ,,te á las menguantes va la dulce á la salada.

,,Esta gran ciudad de Temijtitan (8) está fundada en esta lagu

(1) El circuito de todo el valle tiene mas de noventa leguas (Lorenzana). (2) Una de agua dulce que es la de Chalco; y la otra salada, que es lá de Tezcuco. (Lorenzana).

(3) Es necesario observar que el general solo habla de dos lagos, porque no conocia sino imperfectamente los de Zumpango y Jaltocan, entre los cuales pasó precipitadamente en su huida de México á Tlascala, antes de la memorable batalla que ganó en los campos de Otumba.

(4) Las colinas cónicas y aisladas cerca de Ixtapalapan.

(5) Las dos lagunas se juntan en Iztapa, Chimalhuacan, Santa Marta y Culhuacan.

(6) Sin duda la pendiente oriental de los cerros de Santa Fé.

(7) En cuanto a las pretendidas mareas, no son probablemente sino un juego periódico de los vientos del Este, y cuando éstos soplan con violencia, los del lago de Tezcoco se retiran hacia la orilla occidental, y dejan en seco una extension de mas de seiscientos métros, segun Humboldt. Este movimieto de los vientos, hizo nacer en Cortés la idea de las mareas.

(8) Temijtitan, Temistitan, Temihtitlan, son cambios viciados de Tenoch

,na salada (1), y desde la tierra firme hasta el cuerpo de la dicha ',ciudad, por cualquiera parte, que quisieren entrar á ella hay dos ',lagunas. Tiene cuatro entradas todas de calzada hecha á mano, ,tan ancha como dos lanzas ginetas. Es tan grande la ciudad co,mo Sevilla y Córdova. Son las calles de ella, digo las principa,les, muy anchas y muy derechas, y algunas de éstas, y todas las ,,demás, son la mitad de tierra, y por la otra mitad de agua, por la ,,cual andan en sus canoas; y todas las calles, de trecho á trecho, ,,están cubiertas, por donde atraviesa el agua de las unas á las otras, ,,y en todas estas aberturas, que algunas son muy anchas, hay sus ,,puentes de muy anchas y muy grandes vigas juntas, y recias, y bien ,,labradas y tales, que por muchas de ellas pueden pasar diez de ,,caballo juntos á la par. Y viendo, que si los naturales de esta ciu,,dad quisiesen hacer alguna traicion, tenian para ello mucho apare"jo, por ser la dicha ciudad edificada de la manera que digo, y que ,,quitados los puentes de las entradas y salidas, nos podrian dejar ,,morir de hambre, sinque pudiesemos salir á la tierra; luego que en,,tré en la dicha ciudad, dí mucha priesa á hacer cuatro bergantines, ,,y los hice en muy breve tiempo, tales que podian echar trescientos ,,hombres en tierra, y llevar los caballos, cada vez que quisiésemos. ,,Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuos mercados, "y trato de comprar y vender. Tiene otra plaza tan grande, como ,,dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales al ,,rededor, donde hay cotidianamente arriba de setenta mil ánimas ,,comprando y vendiendo (2). Cada género de mercadería se ven,,de en su calle, sin que entremetan otra mercaduría ninguna; y en ,,esto tienen mucho órden. Todo lo venden por cuenta y medida, ,,excepto que hasta ahora no se ha visto vender cosa alguna por pe,,so. Hay en esta gran plaza una muy buena casa, como de audien,,cia, donde están siempre sentados diez ó doce personas, que son ,,jueces, y libran todos los casos, y cosas que en el dicho mercado ,,acaecen, y mandan castigar los delincuentes. Hay en la dicha pla,,za otras personas, que andan continuo entre la gente, mirando lo ,, que se vende, y las medidas con que miden lo que venden; y se ,,ha visto quebrar alguna que estaba falsa." En fin allí se veia el mismo órden, el mismo conjunto que en los mercados europeos, Hamando sobretodo la atencion, aquella admirable policía en una na

titlan. Los aztecas ó mexicanos se llamaban á sí mismos tenohas, de donde deriva la denominacion de Tenochtitlan.

(1) Hoy no es así; pues el agua que entra por México, toda es de la laguna de Chalco; pero antiguamente la de Tezcuco entraba dentro de la ciudad, lo que se ha evitado por las inundaciones, aunque está tan cerca, que crece hasta la garita de S. Lázaro. (Lorenzana).

(2) Ya hemos indicado, segun relacion de Cortés, los principales productos de agricultura é industria azteca que habia en aquel mercado.

cion bárbara, separada de todos los pueblos cultos, y tan distante del conocimiento de un verdadero Dios.

Adornada de numerosos templos, cuya parte mas elevada parece remontarse en forma de torre rodeada de diques, colocada en medio de las aguas, y sentada sobre islas de un ameno verdor; recibiendo á cada hora del dia millares de barquichuelos, que dan animacion sobre su hermoso lago, debia Tenochtitlan asemejarse á Venecia, segun relacion de los primeros conquistadores, ó á una de aquellas cindades del Delta en el bajo Egipto, á la época de las grandes avenidas del Nilo. Bernal Diaz la compara con razon á un inmenso tablero, porque se hallaba dividida en cuadros regulares. Del mismo modo que la vemos en el fragmento del plan de esta capital, delineada hacia la época del último de los Moctezumas, y que Mr. Bullok ha adquirido y publicado.

Cada uno de los cuadros grandes ó pequeños tenia un templo, sobre cuyo frontispicio se leia en caracteres aztecas, el nombre del dios ó diosa á quien se consagraha. La circunferencia del antiguo México era de cerca de diez millas, y el número de sus casas el de setenta mil. Su poblacion podria graduarse en unas trescientas mil almas. Sus calles se lavaban y limpiaban todos los dias; y por numerosos canales se abastecia de las provisiones necesarias, que de varios puntos llegaban para su consumo. Una buena cantidad de puentes de madera, suficientemente anchos para pasar diez caballos de frente, unian entre sí los diferentes cuarteles, como en las ciudades modernas de Europa y América. México extraia el agua de sus fuentes, de los manantiales de Chapultepec, conducida por un acueducto, obra admirada de los españoles. Estas aguas introducidas en tubos de tierra cocida, se distribuian por todos los puntos de la ciudad. Las relaciones antiguas hablan con admiracion, y hasta de una manera exagerada, del grandioso carácter de los edificios de aquella real ciudad.

Todos los templos se parecen en lo exterior; pero el grande Teocali se distingue de los demás por su inmensa extension, sus agigantadas proporciones y su destino. Su fundacion data desde 1486, seis años antes del descubrimiento de la América por Cristóbal Colon. Su recinto designado por muros muy espesos de ocho piés de altura, guarnecidos de almenas en forma de nichos, y cubiertos de relieves de piedras, que representan serpientes enlazadas, le dan el aspecto de ciudad cuidadosamente fortificada. Sus cuatro puertas correspondian á los cuatro puntos cardinales. La grande pirámide que se elevaba en el centro reunia las mismas caras, comunes á los edificios de este género asiático ó egipcios. El monumento mexicano que tenia noventa y siete metros en su base, y treinta y siete de altura, manifestaba la figura de un cubo enorme. Se distinguian cinco pisos ó asientos. Una grande escalinata conducia á la cima de esta pirámide truncada, y allí sobre la misma plataforma, se ele

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