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ENCICLOPEDIA MODERNA:

DICCIONARIO UNIVERSAL

DE LITERATURA, CIENCIAS, ARTES, INDUSTRIA Y COMERCIO,

A

ATOCHA. (Vease ESPARTO.)

las pierde de vista, no sabe como deben tratar-
ATOLONDRAMIENTO. Falta de prudencia, de se unas y no comprende la importancia de
precaucion, de atencion producida por incapa- otras. Todas las profesiones le están vedadas
cidad de reflexionar, ó por la costumbre de ce- porque no hay una sola que no exija una aten-
der á los primeros impulsos sin examinar los cion que le contraría y le molesta; nada hay
resultados que puedan traer consigo. En la in- en donde al comprometer sus intereses no
fancia y los primeros años de la juventud pue- comprometa los de otro; y los hombres no to-
de tener alguna escusa el atolondramiento. En leran mas defectos que los que no les traen
la edad madura, denota una organizacion in-perjuicio. Nadie celebra el atolondramiento del
completa: mas adelante, una organizacion de- médico, del boticario, del juez, del adminis
bilitada. En las relaciones sociales, por poco trador, del banquero, cuando le ha entregado
importantes que sean, es insoportable el ato- en sus manos la vida ó la fortuna. El atolon-
londramiento; es mas, llega á hacerse muy dramiento de un general, llena de terror al
pronto odioso: el atolondrado no mide ni cal- ejército que está á sus órdenes y al pais que
cula sus movimientos, entra en un salon, pisa defiende. Todo género de mando y de respon-
al perro favorito y le lastima; tropieza con el sabilidad es incompatible con el atolondra-
velador y lo derriba, hace añicos el mármol y la miento, que hace nulos el valor, la generosidad
porcelana que habia sobre él: con el baston de- y el agradecimiento La educacion corrige el
bajo del brazo, rompe el fanal del reloj, y al atolondramiento ya que no le prevenga, y la
volverse de repente, da con el codo en el pe- esperiencia, á menos que no sea un hombre
cho á una señora que se adelantaba para salu privado enteramente de sentido comun, le cor-
darle. En el jardin anda por el acirate y lo rige mucho tambien; pero es muy raro que en
estropea; despues, cogiendo dos niños de la este caso no se corrija ya demasiado tarde.
mano corre con ellos por medio de los arbustos Cuando Moliere ha puesto al atolondrado en
y espinos y no para hasta que él y ellos caen escena, no le ha presentado mas que como ena-
en un estanque. En la calle, el cabriolé que morado; el atolondrado no figura alli mas que
va guiando, pasa rozando con los guarda-can- en una intriga galante; no descompone mas
tones y las paredes, tropieza con todos los car- que los planes de un lacayo bribou; de esta
ruages, vuelca por último, se rompe una pier-manera el hábil cómico no ha hecho ver mas
na y atropella á un anciano. Una persona ato- que la parte mas disimulable que puede tener
londrada, es pues no solo inútil á la sociedad este defecto. Pero que sea Lelio director de
sino que muchas veces hasta perjudicial. Nin- una grande empresa, que sus amigos, su fa-
gun cargo, ningun negocio puede confiársele, milia, le sirvan como él es servido por Masca-
ó se le olvida, ó elige el momento menos opor- rille, pronto se verán por tierra los planes me-
tuno. No teniendo idea alguna de las cosas,jor formados, destruidas las esperanzas mas
ignora su naturaleza, las confunde, las olvida, fundadas, y arrastrar el protagonista á un abis-

La doctrina de los átomos no fué un sistema completo en sí mismo hasta entonces; solo habia sido una pequeña parte de todo sistetema filosófico, pues no se empleaba sino para esplicar lo que era puramente corporal en el mundo, admitiendo, no obstante, alguna otra cosa que no era puro mecanismo, pero que tenia en si un principio de actividad, esto es, una sustancia inmaterial ó un Dios, distinto

mo, que él se habrá abierto, à su familia y á por los inventores de la filosofia de los átosus amigos. Resultaria una tragedia, conser-mos, ya sea porque la elevaron al mas alto vando Lelio su carácter, y suponiendo distin-grado de perfeccion, ó ya porque fueron los tas circunstancias. Sin duda, porque la natu- primeros que formaron un sistema tan perfecraleza y las costumbres segregan á las muge-to, como en aquella época podia serlo. Supores de toda intervencion en los negocios púniase que el origen del mundo era efecto de blicos, es por lo que se las acusa de atolondra-los átomos y del vacío sin la intervencion didas, no creyendo hacerles perjuicio, como si vina. la educacion de sus hijos, el gobierno de sus casas, el cuidado de su honor, no reclamasen un talento reflexivo y una meditada conducta. La bondad, la dulzura, el amor al trabajo, la castidad, no preservarán á una muger de los efectos del atolondramiento. Una sola accion hecha atolondradamente, ha lastimado muchas veces la reputacion mejor adquirida, y la inocencia y la virtud no pueden llamarse intachables sino las acompaña el juicio y la refle-del universo. Es preciso, pues, distinguir dos xion. Las gentes de mundo, los románticos y especies de atomistas: unos que admiten, colos poetas, escitan con frecuencia á las muge- mo acabamos de decir, una sustancia inmateres á que sean atolondradas y les tributan los rial, que habia presidido al arreglo de los elogios que son debidos á la naturalidad, á la átomos, y otros que no reconocian mas susgraciosa alegría, á la viveza, á la jovialidad, tancia que el cuerpo, y atribuian el origen de con las cuales fingen confundir el atolondra- todas las cosas á los átomos insensibles y falmiento. Este no es otra cosa mas que una dis-tos de inteligencia. Los fundadores de este posicion a decir y obrar sin reflexion: podrá | último sistema, conocido generalmente con el agradar cuando se encuentra en el objeto que nombre de atomismo, fueron Leucipo y Demó→ nos agrada, pero por si mismo no es digno sino crito; Epicuro hizo en él algunas alteraciode vituperio. ¡Cuántas veces se maldice, se nes, aunque supuso que su hipótesis era obra calumnia, se insulta, se ofende por atolondra-suya esclusivamente. miento! Se frecuentan amistades, se contraen Segun la doctrina de Leucipo, los átomos matrimonios, se trafica, se vota atolondrada-y el vacío son el principio de todas las cosas. mente en este mundo; luego se echa la culpa Estos últimos, segun su sistema, son unos peá la suerte, y no faltará quien despues de ha-queños cuerpecillos que se agitan de mil maber perdido por un necio atolondramiento laneras distintas, que se chocan entre sí, se unen, felicidad de este mundo y del otro, quiera im-se separan y producen realmente las alteraputárselo á Dios, que nos ha dado la direccion y ciones y mudanzas que advertimos; tienen la prudencia para que sepamos adquirir y con- en si mismos el principio de su movimiento. servar los medios de hacernos felices. Desen- Leucipo admite un vacio inmenso, y en esgañémosnos; la sensibilidad, la religion, el te vacio nna multitud de átomos trasportados cuidado de nuestros intereses, son incompati-por una fuerza intrínseca y esencial, los cuables con el atolondramiento, y pasados los pri- les habiéndose encontrado con fuerzas iguameros años de la vida este llega á convertirse en una especie de aberracion, tan completa como espantosa.

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les y en direcciones opuestas ú oblicuas, se habian desviado reciprocamente de la linea recta describiendo una curva. Todo cuerpo ATOMISMO. (Filosofia.) Créese generalmen- movido circularmente tiende á separarse del te que Leucipo y Demócrito, filósofos de la sec- centro del movimiento: cada átomo tenia, ta eleática, fueron los autores del sistema de pues, sù fuerza centrifuga; pero siendo desigualos átomos, y otros supouen que su origen es les, sus átomos tenian fuerzas centrífugas tamtodavía mas remoto. Posidonio refiere, como bien desiguales; los mas ligeros se habian retiuna tradicion antigua, que este sistema fué in-rado hácia la circunferencia, y obligados los mas ventado por un fenicio llamado Mosco, que pesados á aproximarse al centro habian for. vivia antes de la guerra de Troya. Se ha su-mado un monton de átomos de mayor volúpuesto tambien que Pitágoras, mas antiguo que men; en estos montones, los átomos cuya fiLeucipo y Demócrito, no estaba muy distante gura era menos á propósito para el movidel atomismo, pues segun algunos, sus mo- miento, se habian reunido formando aun otros nadas ó entes insustanciales no eran otra co-montones mayores, que estrechados igualsa sino átomos de la materia. Se cree tambien mente, habian tomado una figura redonda, y que Empedocles, que era pitagórico, opinaba seguido el movimiento de la corriente que los que el mundo se compone de partículas suma- rodeaba. Estos globos eran en un principio mente pequeñas: el vacío y los átomos indivi- I muy densos y húmedos, visto que su movi sibles eran los dos principios de Ecfanto de | miento habia empezado por ser lento y difiSiracusa, otro filósofo de la misma secta. cultoso; pero endurecidos por los diferentes choques, se habian secado, concluyendo por

Sin embargo, Leucipo y Demócrito pasan

inflamarse; tales, segun Leucipo, el origen del estos elementos, pero sin alterarlos, volviénsol y de los astros. dose á encontrar sin variacion alguna en los

Estando todos estos átomos en un contí-mixtos en que desaparece su forma. Estos elenuo esfuerzo y variando siempre un poco en la manera de chocarse, su equilibrio se altera sin cesar, y la naturaleza cambia continuamente, asi, no solo existen una multitud de mundos, sino que estos mundos se destruyen y de sus restos forma la naturaleza otros mundos nuevos. Con arreglo á esta ley se habla formado la tierra.

mentos, aunque inalterables, no carecen de estension, pues de su union se forman todos los cuerpos. Demócrito suponia que los átomos eran perfectamente sólidos, y que por su solidez eran indivisibles. Les daba diferentes figuras; habia átomos redondos, angulares, torcidos y retorcidos. El fuego que penetra los cuerpos debe tener por elemento unos átoEntre los distintos montones de átomos mos sumamente finos, y de figura redonda, que presenta la tierra, unos están sin movi-porque la angular no es á propósito para pemiento, en cuyo estado permanecerian si los netrar los cuerpos. Los diversos grados de ducuerpos que les rodean no les sacasen de él; reza deben ser producidos por la juxta-posiotros están tan pronto quietos como en movi- cion, ó por una especie de encadenamiento de miento, sin que ningun cuerpo esterior obre los principios, y suponiendo las superficies ásen ellos, y estos son los que se llaman cuer-peras, triangulares y torcidas. pos animados; en ellos está el principio de su movimiento, y este principio ó fuerza interior es lo que llamamos alma de estos cuerpos. Si se trata de averiguar cual es esta disposicion interior, hallaremos que los miembros de los cuerpos auimados son movibles, y están unidos, sin embargo, por músculos, que, cuando uno de estos miembros sufre, toda la fuerza motriz de las demas partes pasa al miembro afectado; por último, que ni aun la muerte misma destruye, ni las articulaciones, ni los músculos. La organizacion no es, pues, el alma de los cuerpos, lo que constituye esta, dice Leucipo, es la fuerza que pone en movi-él? Si las imágenes obrasen sobre la multitud miento los cuerpos organizados; penetra en todas sus partes y las recorre con rapidez, por consiguiente, el alma es un fluido compuesto de una infinidad de corpúsculos pequeños, en estremo independientes, y que se mueven con una gran celeridad. Siendo la forma redonda la mas á propósito para penetrar en todas las partes del cuerpo, el alma es un fluido compuesto de partes redondas, de una figura prodigiosa y que se agitan sin cesar; es una especie de fuego.

El alma, que segun Demócrito, se componia de átomos estremadamente finos y semejantes á los que forman el sol, era el principio del movimiento, y la residencia de las pasiones y del pensamiento.

Creia que el principio de nuestras percepciones no era la multitud de átomos ó de cuerpos redondos de que se compone el alma ó la fuerza motriz, sino un solo átomo en que se reunia toda la impresion, ó accion de las imágenes que se desprenden de los cuerpos. ¿Cómo conoceríamos un circulo, si nuestra facultad perceptora no conociese todas las partes de

de partes de que se compone el alma, cada una de estas partes no conoceria sino la porcion de la imagen que hubiese obrado sobre ella, y siéndoles desconocida la imágen entera. Consiguiente á esta doctrina, supone Demócrito, que la facultad de conocer y de sentir resi de en un átomo particular, y no es el efecto producido por el concurso ó reunion de los átomos del alma. La facultad de pensar, era pues, segun este filósofo, un átomo sobre el cual obraban y se presentaban las imágenes, y como estas se estienden en todos sentidos, y obran sobre todos los cuerpos, todo átomo tiene una especie de sensacion y de pensamiento.

Todo ser viviente respira, y cesando la respiracion, el ser animado queda sin movimiento, y por consiguiente insensible; las partes de que se compone el alma se esparcen por el aire, que dilatando los cuerpos que resSegun el sistema de Demócrito, todo en el piran, no hace mas que abrir paso à las par- mundo es capaz de pensar; pero por la naturates del alma, de que están llenos. Asi es, se-leza y densidad de los átomos, los seres que gun Leucipo, como empieza la vida y se man- piensan deben variar hasta lo infinito. Entre tiene en los seres animados. los átomos hay unos que reciben tan débilmenDemócrito aceptó los principales dogmas te las impresiones, que apenas conocen que de su maestro Leucipo. Por medio del vacio, de existen; otros que por el contrario las reciben los átomos y del movimiento trató de espli- con tal fuerza, que apenas sienten ya su exiscar todos los fenómenos. Persuadido de que tencia. Unos mismos átomos varían mucho, nada puede salir de la nada, ni entrar en ella, con respecto á la inteligencia, segun á las supaso que los átomos eran eternos y necesa-partes de cuerpo á que están unidos. rios, como el movimiento, sin que admitiese na- Ultimamente, segun Demócrito, cada átomo da mas en el universo. Segun su doctrina los contiene en si mismo la fuerza motriz; y esta átomos eran indivisibles é impasibles; el movi-fuerza y accion son tan necesarias como el miento y el tiempo, que destruyen todos los átomo mismo, y la misma necesidad que hace Cuerpos, no tienen ninguna influencia sobre que los átomos existan, forma los órganos de los elementos de que se componen; desunen los animales y difunde las imágenes. La inte

ligencia y sentimiento de los espíritus son, pues, necesarios como lo es la formacion de los cuerpos.

En cuanto á la naturaleza del alma, supone que las impresiones de los cuerpos que nos rodean, nuestras sensaciones, nuestras pasiones y nuestros sentimientos demuestran que el alma es un cuerpo, puesto que los cuerpos obran sobre ella, y que un cuerpo no puede obrar mas que sobre otro cuerpo. El alma, dice, es una materia muy delicada, repartida en todo nuestro cuerpo, cuyos órganos la tienen como aprisionada, y por cuyo medio adquiere la inteligencia. Las imágenes que se desprenden de los objetos hieren nuestros ór

cion. Cuando el tiempo, las eufermedades, ó cualquier incidente debilita nuestros órganos, el cuerpo sutil que constituye el alma se desprende; nuestras sensaciones son menos vivas,

Epicuro, siguiendo el sistema de Demócrito, nada escusó para consolidar las bases de aquel, sirviéndose de él para esplicar todos los fenómenos de la naturaleza. Estableció como base de su doctrina que nada puede salir de la nada ni convertirse en la nada, y que hay ciertos principios generales que son eternos, á saber: el vacio y los átomos. Admitia el vacío como principio ocasional de todas las cosas, porque sin el vacío no concebia movi-ganos y se trasmiten al lugar de la sensamiento posible, y sin el movimiento no hubieran podido concurrir los átomos para la formacion del mundo, que cree ha de ser infinito. Los átomos contienen una fuerza motriz eterna y necesaria como su existencia. Exa-nuestra inteligencia se cclipsa, nuestra alma minando esta fuerza en los cuerpos que cubren la superficie del globo, encuentra qué aquella los lleva hacia un centro comun, que es el de la tierra. Esta fuerza motriz es, pues, una especie de gravedad hacia un centro comun. Pero si hubiera sido sola no hubiera hecho mas que unir fuertemente los átomos. Hay, pues, en el átomo una fuerza diferente de la de gravedad que lo aleja del centro, hacia el cual la misma gravedad le conduce. Epicuro la llama fuerza de declinacion, que se manifiesta en toda la naturaleza y que supone los movimientos de los cuerpos celestes. Tal es la hipótesis de Epicuro.

Conforme á su doctrina todo en el principio era un caos, una masa informe y eterna; verificóse despues una segregacion, y las partes de esta masa se dividieron para concurrir á los compuestos, y se unieron segun convino á la naturaleza de aquellas; resulfà, pues, que el mundo no es otra cosa que un conjunto fortuito de átomos.

disminuye, hasta que por último, no pudiendo contenerla nuestros órganos, quedan absolutamente privados de movimiento y sensibili dad: esto es lo que se llama morir. ¿Qué es el hombre despues de muerto? Un soplo, un aire sutil, sin ideas, privado de sentimiento: el yo ha desaparecido por completo. El hombre no tiene, pues, nada que temer ni que esperar despues de la muerte, segun Epicuro.

ATOMOS. Son aquellos pequeños cuerpos cuya tenuidad es tal, que pasan por indivisibles en moléculas mas pequeñas (lo que significa su nombre de a privativo, y de Teuvo fraccionar, dividir). Se supone que su sustancia material ha llegado al último grado de division, y se ha considerado dicha materia como deteniéndose en estos postreros limites, lo cual constituye la filosofía corpuscular. Otros filósofos miran al contrario la materia como divisible hasta el infinito: si esto fuese cierto resultaria que el átomo podria reducirse á otros millones de átomos de una pequeñez incompa rable, cada uno de los cuales seria susceptible de una division no menos infinita, sin término, sin limite alguno en la inmensidad. ¿Quién no comprende al punto lo absurdo de ese principio? ¿Quién no comprende que eso equivale á colocar el infinito en un cuerpo finito? Preciso es por lo tanto detenerse en el átomo, en el mas pequeño que se pueda concebir, y aunque se escapen á nuestros sentidos, como las partículas del aire ó del agua evaporizada. Porque en vano se concebiria que una particula de materia presente faces, ángulos, ó una forma esférica todavía susceptibles de division por el pensamiento, cuando es fisicamente imposible admitir la inmensidad en un cuerpo finito. Los cuerpos compuestos, como por ejemplo, una sal neutra, no solo pueden reducirse mecánicamente en átomos, sino que ademas, si cada

Para esplicar la manera de que se dispuso el universo, este filósofo supone que los áto mos, cuya semejanza habia producido la tierra, se unieron en el medio, porque eran pesados y se estorbaban unes a otros, y que se inclinaron hacia la parte inferior del cielo, compuesto de principios mas redondos y me nos toscos. Todo cuanto alli habia ligero se desprendió del seno de la tierra para elevarse á la altura, llevando tras si cantidad de fuegos sutiles; y los principios del sol, de las estrellas y la luna se desprendieron despues de la formacion del cielo, y estuvieron dando vueltas alrededor de la tierra y debajo del cielo, porque ni eran bastante ligeros para elevar- | se á mayor altura, ni suficientemente pesados para permanecer en la parte inferior del cielo. Segun Epicuro, la tierra por su fecundidad ha producido cuanto vemos; encerraba gérme-átomo contiene una molécula de ácido y otra nes cuyo desarrollo ha dado por resultado los vegetales y los seres animados. Ademas del mundo que conocemos suponia otros muchos, producidos, como este, por el concurso fortuito de los átomos,

de alcali, no se ha llegado á la última division. Este ácido ó base pueden estar compuestos, como el ácido sulfúrico, de oxígeno y de azufre en proporciones diversas. Todo esto prueba hasta que escesiva tenuidad debeir ser descom

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