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al América esclavos negros levantiscos, y los criddos con moriscos. Porque no se tenía entonces por util transportar sino los que ya fuesen cristianos desde la infancia, como nacidos en Sevilla. Tal vez habian pasado antes algunos de los levantiscos o criados entre moros y se habia sabido que pertenecian á esta clase los fugitivos citados por Obando.

Lo cierto es que aun habia en América esclavos negros nacidos en poder de cristianos año 1506 puesto que se mandó á los Españoles amos suyos cuidar de que asistiesen á misa en los domingos y demas dias de fiesta (1).

En 1510 el licenciado Bartolomé de las Casas se ordenó de sacerdote por el primer obispo de la isla española, y su misa fue la primera que se cantó en el Nuevo-Mundo por presbítero allí ordenado. El coronista de Indias Antonio Herrera, dice que aquella misa nueva « fue mui celebrada del almi>> rante y de todos los que se hallaban en la ciudad » de La-Vega que fueron grand parte de los veci>> nos de la isla porque fue en tiempo de fundicion; » á la cual por traher cada uno el oro que tenía co» gido, á fundirlo se ajuntaban, como á las ferias >> en Castilla para hacer pagamentos y porque no >> habia moneda de oro, hicieron ciertas piezas como

(1) Herrera: Hist. gener. de las Indias, deca. 1, libro 6, cap. 20.

»castellanos y ducados contra-hechos que ofrecieron » de diversas hechuras en la misma fundicion; otros >> hicieron arrieles segun que cada uno queria o po» dia moneda de reales se usaba ya; y desta >> ofrecieron muchos : y todo lo dio el Misa-Cantano » al padrino, sino fueron algunas piezas de oro por >> ser bien hechas. Tuvo una calidad notable esta >> primera misa nueva, que los clerigos que á ella se » hallaron, no bendecian; conviene á saber que » no se bebio en toda ella una gota de vino porque » no se halló en toda la isla por haber dias que no >> habian llegado navios de Castilla » (1).

En aquel mismo año 1510 pasaron al América los religiosos dominicos ó del órden de predicadores. Fray Pedro de Cordova fue su primer prior, con facultades de vicario general para prelado de todos, entre los cuales fueron notables, segun Herrera, fray Antonio de Montesinos y fray Bernardo de Santo-Domingo, quienes empezaron desde luego á predicar contra el mal tratamiento que se daba por los Españoles á los Indios, reduciendolos á cruelisima esclavitud con título de encomienda, despojandolos de sus propiedades, sujetandolos á trabajos insoportables, dandoles poco y malo de comer, y. atormentandolos con castigos inhumanos. El licenciado Bartolomé de las Casos imbuido ya de opinio

(1) Herrera, dec. 1, lib. 7, cap. 12.

nes favorables á los Indios, y viendo ahora este nuevo motivo, formó alianza con los religiosos dominicos, fortificandola con la uniformidad de doctrinas, y comenzó en aquel mismo tiempo á declamar contra los abusos del poder (1).

Entretanto el rey Fernando quinto mandó á los directores de la real casa de contratacion de Sevilla enviar al América cincuenta negros esclavos para trabajar en las minas por habersele informado que los Indios eran gente devil y de pocas fuerzas para el objeto ; y claro esta que Bartolomé las Casas no tuvo parte alguna en esta resolucion del monarca ; pues ni residia en la Península, ni tenia influjo en el gobierno aunque ya fuese de 36 años de edad (2).

Fue luego destinado á la isla de Cuba con título de Cura del pueblo nombrado Zanguarama, y este ministerio le autorizaba para predicar con vehemencia contra las opresiones de los degraciados indios, de quienes se declaró protector y defensor acerrimo, considerandolos como hijos suyos desvalidos, privados de todo consuelo humano y sujetos á la impiedad de los Españoles conquistadores y vecinos européos transladados allí para poblar con familias castellanas el país.

Los frailes dominicos viendo inutiles sus prediçaciones y las de los otros sacerdotes ya seculares

(1) Herrera allí.

(2) Herrera, dec. 1, lib. 8, cap. 10.

ya religiosos del órden de san Francisco de Assis que habian pasado al América en 1502, representaron al rey por medio de su general fray García de Loaisa (que llegó á ser cardenal, arzobispo de Sevilla, confesor del rey, comisario general de Cruzada y presidente del Consejo de Indias). Fernando quinto informado de la verdad expidio, en 1511 varias ordenes para que se tratase bien á los Indios, y se buscase forma de llevar al América muchos negros de Guinea, prohibiendo esclavizar á los Indios excepto los Caribes, á los cuales se marcase con fierro en una pierna para que no pudieran ser confundidos con los Indios pacificos en caso de fuga (1).

Se repitieron nuevas ordenes año 1512 y 13 de resultas de las Juntas congregadas por el rey en Burgos y otras partes. Don Bartolomé de las Casas procuraba instruirse de ellas para favorecer á los Indios á cuyo fin influia mucho en su trato con el gobernador Diego Velazquez con quien conservó siempre amistad ; tanto que quedó por consultor de Juan de Grijalba teniente gobernador de la isla por ausencia de Velazquez; la que influyó sin duda muchisimo á que don Bartolomé se dedicase con mas intension al estudio del derecho. Los Indios le buscaban frecuentemente por intercesor para con aquel y jamas el se negó a cuanto pudiera ser en favor de ellos, procediendo conforme á la doctrina que incul

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caba en los sermones. Herrera cuenta que los de la provincia de Maycy fueron año 1512 á pedir perdon de haber abandonado su tierra cuando entró en ella Panfilo de Narvaez y con efecto Velazquez los envió pacificamente á sus casas por los ruegos del presbítero don Bartolomé (1).

En 1513 salío éste comisionado por Velazquez con Panfilo Narvaez para recorrer las provincias de Bayamo, Cueyba, Caonáo, y Camagua y la isla de Cuba. El gobernador Velazquez tuvo por necesaria la concurrencia de Casas para evitar un suceso igual al de Maycy (2). Con efecto la voz de don Bartolomé bastaba en todas partes para que nadie huyese; sin embargo un Cacique huyó llevandose la imágen de la vírgen María madre de Dios, de la iglesia de su pueblo, por haber oido que el padre Casas habia manifestado voluntad de cambiar aquella imágen por otra. Instruido este del suceso, hizo buscarlo y decirle que no solo no se haria el cambio, sino que cederia el predicador la suya gratis. En Caonáo apaciguó una especie de motin ocasionado por los soldados castellanos que sin causa golpearon á los Indios, que abandonaron de sus resultas el pais, y no volvieron hasta que, pasado algun tiempo, se supo en cual selva se habian retirado, y se les envió á decir que el padre Casas estaba

(1) Herrera, dec. 1, lib. 9, cap. 9.
9, cap. 15.

(2) Herrera, dec. lib.

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