Imatges de pàgina
PDF
EPUB

rra cerca de él es baja, muy linda campiña, y él queda así alto que viéndolo de lejos parece isla que no comunique con alguna tierra. Despues del dicho monte al Leste vido un cabo á veinte y cuatro millas, al cual llamó Cabo del Becerro (1), desde el cual hasta el dicho monte pasa en la mar bien dos leguas unas restringas de bajos, aunque le pareció que habia entre ellas canales para poder entrar; pero conviene que sea de dia y vaya sondando con la barca primero. Desde el dicho monte al Leste hácia el Cabo del Becerro las cuatro leguas es todo playa y tierra muy baja y hermosa, y lo otro es toda tierra muy alta, y grandes mantañas labradas y hermosas, y dentro de la tierra va una sierra de Nordeste al Sueste, la mas hermosa que habia visto, que parece propia como la sierra de Córdoba. Parecen tambien muy lejos otras montañas muy altas hácia el Sur y del Sueste, y muy grandes valles, y muy verdes, y muy hermosos, y muy muchos rios de agua; todo esto en tanta cantidad apacible que no creia encarecerlo la milésima parte. Despues vido al Leste del dicho monte una tierra que parecia otro monte, así como aquel de Cristi en grandeza y hermosura. Y dende á la cuarta del Leste al Nordeste es tierra no tan alta, y habria bien cien millas ó cerca.

Domingo 6 de Enero.-Aquel puerto es abrigado de todos los vientos, salvo de Norte y Norueste, y dice que poco reinan por aquella tierra, y aun destos se pueden guarecer detrás de la isleta: tiene tres hasta cuatro brazas. Salido el sol dió la vela para ir la costa delante, la cual toda corria al Leste, salvo qués menester dar resguardo á muchas restringas de piedra y arena que hay en la dicha costa. Verdad es que dentro dellas hay buenos puertos y buenas entradas por sus canales. Despues de medio dia ventó Leste recio, y mandó subir á un marinero al topo del mástel para mirar los bajos, y vido venir la carabela Pinta con Leste á popa, y llegó al Almirante, y porque no habia donde surgir por ser bajo, y volvióse el Almirante al Monte-Cristi á desandar diez leguas atrás que habia andado, y la Piuta con él. Vino Martin Alonso Pinzon á la carabela Niña, donde iba el Almirante, á se excusar diciendo que se habia partido dél contra su voluntad, dando razones para ello; pero el Almirante dice que eran falsas todas, y que con mucha soberbia y cudicia se habia apartado aquella noche que se apartó dél, y que no sabia (dice el Almirante) de donde le hobiesen venido las soberbias y deshonestidad que habia usado con él aquel viage, las cuales quiso el Almirante disimular por no dar lugar á las malas obras de Satanás que deseaba impedir aquel viage como hasta entonces habia hecho, sino que por dicho de un indio de los quel Almirante le habia encomendado con otros que lleva en su carabela, el cual le habia dicho que en una isla que se llamaba Baneque habia mucho oro, y como tenia el navío sotil y ligero se quiso apartar y ir por sí dejando al Almirante. Pero el Almirante quísose

[1] _Punta Rucia. (Nav.)

detener y costear la isla Juana y la Española, pues todo era un camino del Leste. Despues que Martin Alonso fué á la isla Baneque diz que no halló nada de oro, y se vino á la costa de la Española por informacion de otros indios que le dijeron haber en aquella isla Española, que los indios llamaban Bohío, mucha cantidad de oro y muchas minas, y por esta causa llegó cerca de la Villa de la Navidad, obra de quince leguas, y habia entonces mas de veinte dias, por lo cual parece que fueron verdad las nuevas que los indios daban, por las cuales envió el Rey Guacanagari la canoa, y el Almirante el marinero y debia de ser ida cuando la canoa llegó. Y dice aquí el Almirante que resgató la carabela mucho oro, que por un cabo de agujeta le daban buenos pedazos de oro del tamaño de dos dedos, y á veces como la mano; y llevaba el Martin Alonso la mitad, y la otra mitad se repartia por la gente. Añade el Almirante diciendo á los Reyes: "Así que señores Príncipes que yo conozco que milagrosamente mandó quedar allí aquella nao nuestro Señor, porques el mejor lugar de toda la isla para hacer el asiento y mas cerca de las minas del oro." Tambien diz que supo que detrás de la isla Juana, de la parte del Sur, hay otra isla grande en que hay muy mayor cantidad de oro que en esta, en tauto grado que cogian los pedazos mayores que habas, y en la Isla Española se cogian los pedazos de oro de las minas como granos de trigo (1). Llámase diz que aquella isla Yamaye. Tambien diz que supo el Almirante que allí hácia el Leste habia una isla adonde no habia sino solas mujeres, y esto diz que de muchas personas lo sabia. Y que aquella Isla Española, ó la otra isla Yamaye estaba cerca de tierra firme diez jornadas de canoa, que podia ser sesenta ó setenta leguas, y que era la gente vestida allí.

Lunes 7 de Enero.-Este dia hizo tomar una agua que hacia la carabela y calafetalla (2), y fueron los marineros en tierra á traer leña, y diz que hallaron algunos almácigos y linaloe.

Martes 8 de Enero.-Por el viento Leste y Sueste mucho que ventaba no partió este dia, por lo cual mandó que se guarneciese la carabela de agua y leña, y de todo lo necesario para todo el viage, porque aunque tenia voluntad de costear toda la costa de aquella Española que andando al camino pudiese, pero porque los que puso en las carabelas por capitanes eran hermanos, conviene á saber: Martin Alonso Pinzon y Vicente Anes, y otros que les seguian con soberbia y cudicia estimando que todo era ya suyo, no mirando la honra quel Almirante les habia hecho y dado, no habian obedecido ni obedecian sus mandamientos, antes hacian y decian muchas co

[] Y aun como una gran hogaza de pan de Alcalá, ó como un cuartal de Valladolid se halló grano de oro en la Española, é yo lo ví: y otros muchos de libra, y de dos, y de tres, y de ocho libras se hallaron en esta Españo(Casas.)

la.

[2] Por calafatearla. (Nav.)

sas no debidas contra él, y el Martin Alonso lo dejó desde el 21 de Noviembre hasta 6 de Enero sin causa ni razon sino por su desobediencia; todo lo cual el Almirante habia sufrido y callado por dar buen fin á su viage; así que por salir de tan mala compañia, con los cuales dice que cumplia disimular, aunque gente desmandada, y aunque tenia diz que consigo muchos hombres de bien, pero no era tiempo de entender en castigo; acordó volverse y no parar mas con la mayor priesa que le fuese posible. Entró en la barca y fué al rio, que es allí junto (1) hácia el Sursudoeste del Monte-Cristi una grande legua, donde iban los marineros á tomar agua para el navío, y halló que el arena de la boca del rio, el cual es muy grande y hondo, era diz que toda llena de oro, y en tanto grado que era maravilla, puesto que era muy menudo. Creia el Almirante que por venir por aquel rio abajo se desmenuzaba por el camino, puesto que dice que en poco espacio halló muchos granos tan grandes como lentejas; mas de lo menudito diz que habia mucha cantidad. Y porque la mar era llena y entraba el agua salada con la dulce, mandó subir con la barca el rio arriba un tiro de piedra: hincheron los barriles desde la barca, y volviéndose á la carabela hallaban metidos por los aros de los barriles pedacitos de oro, y lo mismo en los aros de la pipa. Puso por nombre el Almirante al rio el Rio del Oro (2), el cual de dentro pasada la entrada muy hondo, aunque la entrada es baja y la boca muy ancha, y dél á la Villa de la Navidad diez y siete leguas. Entremedias hay otros muchos rios grandes; en especial tres, los cuales creia que debian tener mucho mas oro que aquel, porque son mas grandes (3), puesto queste es cuasi tan grande como Guadalquivir por Córdoba; y dellos á las minas del oro no hay veinte leguas. (4) Dice mas el Almirante, que no quiso tomar de la dicha arena que tenia tanto oro, pues sus Altezas lo tenian todo en casa y á la puerta de su villa de la Navidad, sino venirse á mas audar por llevalles las nuevas y por quitarse de la mala compañía que tenia, y que siempre habia dicho que era gente desmandada.

Miércoles 9 de Enero.-A media noche levantó las velas con el viento Sueste, y navegé al Lesnordeste: llegó á una punta que llamó Punta Roja (5), questá justamente al Leste del Monte-Cristi sesenta millas (6), y al abrigo della surgió á la tarde, que serian tres

[1] Este rio es Yaqui, mui poderoso y de mucho oro, y podia ser que lo hallase entonces el Almirante, como dicen. Pero todavía creo que mucho de ello debia ser margasita, porque allí hai mucha, y pensaba quizá el Almirante que era oro todo lo que relucia. (Casas.)—Es en efecto el rio Yaque ó de Santiago

(Nav.)

[2] El rio de Santiago. (Nav.)

[3] Mayor es este que todos aquellos: yo lo sé. (Casas.)

[4] Ni 4 leguas hay de ellos á las minas. (Casas.)

[5] Punta Isabelica. (Nav.)

[6] Son solo 10 y media leguas, ó 42 millas italianas de las que usaba Colon. (Nav.)

horas antes que anocheciese. No osó salir de allí de noche porque habia muchas restringas, hasta que se sepan, porque despues serán provechosas si tienen como deben tener canales, y tienen mucho fondo y buen surgidero seguro de todos vientos. Estas tierras desde Monte-Cristi hasta allí donde surgió son tierras altas y llanas y muy lindas campiñas, y á las espaldas muy hermosos montes que van de Leste á Oueste, y son todos labrados y verdes, qués cosa de maravilla ver su hermosura, y tienen muchas riberas de agua. En toda esta tierra hay muchas tortugas, de las cuales tomaron los marineros en el Monte-Cristi que venian á desovar en tierra, y eran muy grandes como una grande tablachina. El dia pasado, cuando el Almirante iba al Rio del Oro, dijo que vido tres serenas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintan (1), que en alguna manera tenian forma de hombre en la cara. Dijo que otras veces vido algunas en Guinea en la costa de la Manegueta. Dice que esta noche en nombre de nuestro Señor partiria á su viage sin mas detenerse en cosa alguna, pues habia hallado lo que buscaba, porque no quiere mas enojo con aquel Martin Alonso hasta que sus Altezas supiesen las nuevas de su viage y de lo que ha hecho: y despues no sufriré (dice él) hechos de malas personas y de poca virtud, las cuales contra quien les dió aquella honra presumen hacer su voluntad con poco acatamiento.

Jueves 10 de Enero.-Partióse de donde habia surgido, y al sol puesto llegó á un rio (2), al cual puso nombre Rio de Gracia; dista de la parte del Sueste tres leguas; surgió á la boca, qués buen surgidero, á la parte del Leste. Para entrar dentro tiene un banco que no tiene sino dos brazas de agua y muy angosto: dentro es buen puerto cerrado, sino que tiene mucha bruma, y della iba la carabela Pinta, donde iba Martin Alonso, muy maltratada, porque diz que estuvo allí resgatando diez y seis dias, donde resgataron mucho oro, que era lo que deseaba Martin Alonso. El cual, despues que supo de los indios quel Almirante estaba en la costa de la misma Isla Española, y que no lo podia errar, se vino para él. Y diz que quisiera que toda la gente del navío jurara que no habian estado allí sino seis dias. Mas diz que era cosa tan pública su maldad que no podia encobrir. El cual, dice el Almirante, tenia hechas leyes que fuese para él la mitad del oro que se resgatase ó se hobiese, y cuando hobo de partirse de allí tomó cuatro hombres indios y dos mozas por fuerza, á los cuales el Almirante mandó dar de vestir y tornar en tierra que se fuesen á sus casas; lo cual (dice) es servicio de vuestras Altezas, porque hombres y mujeres son todos de vuestras Altezas, así desta ista en especial como de las otras. Mas aquí donde tienen ya asiento vuestras Altezas se debe hacer honra y

[1] Acaso eran los manaties ó vacas marinas que describe Oviedo enel cap. 85 de su historia natural de las Indias. (Nav.)

[2] Este rio es el que dicen de Martin Alonzo Pinzon, que está 5 leguas del Puerto de Plata. (Casas)-Es el Rio Chuzona chico, tres leguas y media del Puerto de Plata. (Nav.)

favor á los pueblos, pues que en esta isla hay tanto oro y buenas tierras y especería.

Viernes 11 de Enero.-A media noche salió del Rio de Gracia con el terral, navegó al Leste hasta un cabo que llamó Belprado, cuatro leguas; y de allí al Sueste está el monte, á quien puso Monte de Plata (1), y dice que hay ocho leguas. De allí del cabo de Belprado al Leste, cuarta del Sueste, está el cabo que dijo del Angel, y hay diez y ocho leguas; y deste cabo al Monte de Plata hay un golfo (2) y tierras las mejores y mas lindas del mundo, todas campiñas altas y hermosas, que van mucho la tierra adentro, y despues hay una sierra, que va de Leste á Oueste, muy grande y muy hermosa; y al pié del monte hay un puerto (3) muy bueno, y en la entrada tiene catorce brazas, y este monte es muy alto y hermoso y todo esto es poblado mucho, y creia el Almirante debia haber buenos rios y mucho oro. Del Cabo del Angel al Leste, cuarta del Sueste, bay cuatro leguas á una Punta que puso del Hierro (4); y al mismo camino, cuatro leguas, está una punta que llamó la Punta Seca (5); y de allí al mismo camino, á seis leguas, está el Cabo que dijo Redondo (6); y de allí al Leste está el Cabo Frances, y en este cabo de la parte de Leste hay una angla grande (7), mas no le pareció haber surgidero. De allí una legua está el Cabo del Buen tiempo; deste al Sur, cuarta del Sueste, hay un Cabo que llamó Tajado, una grande legua; deste hácia el Sur vido otro cabo, y parecióle que habria quince leguas. Hoy hizo gran camino, porque el viento y las corrientes iban con él. No osó surgir por miedo de los bajos, y así estuvo á la corda toda la noche.

Sábado 12 de Enero.-Al cuarto del alba navegó al Leste con viento fresco, y anduvo así hasta el dia, y en este tiempo veinte millas, y en dos horas despues andaria veinte y cuatro millas. De allí vido al Sur tierra (8), y fué hácia ella, y estaria della cuarenta y ocho millas, y dice que dado resguardo al navío andaria esta noche veinte y ocho millas al Nornordeste. Cuando vido la tierra, llamó á un cabo que vido el Cabo de Padre é Hijo, porque á la punta de la parte del Leste tiene dos farallones, mayor el uno que el otro (9). Despues al Leste, dos leguas, vido una grande abra y muy hermosa entre dos grandes montañas, y vido que era grandísimo puerto,

[1] Este Monte llamó de Plata, porque es muy alto y está siempre sobre la cumbre una niebla que lo hace blanco ó plateado, y al pié de él está el Puerto que se dice por aquel monte de Plata. (Casas.)

[2] Abra y puerto de Santiago. La distancia de diez y ocho leguas que señala del Cabo del Angel al Monte de Plata es solo de seis leguas. (Nav.) [3] Puerto de Plata. (Nav.)

[4] Punta Macuris. La distancia de cuatro leguas es solo de tres. (Nav.)

[5] Punta Sesua. La distancia es solo una legua. (Nav.)-Punta Sousa.

[6] Cabo de la Roca. Las seis leguas son solo cinco. (Nav.)

[7] Bahía Escocesa. (Nav.)

[8] Era la península de Samaná. (Nav.)

[9] Isla Yazual. (Nav)

« AnteriorContinua »