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bajas, otras de arena y otras altas y montuosas, segun su mayor ó menor proximidad á la isla de Cuba, y de media, una y dos leguas de extencion. Como eran tantas, no pudiendo examinarlas en particular, las llamó el Jardin de la Reina. Tal vez creyó que era el archipiélago descrito por Marco Polo, y por eso no quiso separarse de ellas, procurando siempre conservarse á la vista de Cuba, que tenia por tierra firme. Los dias que invirtió en atravesarlas fueron grandes y continuos los trabajos que experimentó, por el poco fondo de la mar, las repetidas turbonadas de agua y viento, y porque entre tantos escollos le fué preciso invertir cerca de un mes, en los multiplicados rodeos que hacia, por las varias direcciones de los canales que separan estas islas ó cayos. Muchas veces echó gente á la tierra de la isla de Cuba, para inquirir si era continente ó isla; pero segun se podia comprender de los indios, la costa era inmensa y larga. A estas noticias se agregaban los cuentos algo fantásticos de los que entraron en la tierra á buscar leña y agua en las cercanías de Trinidad. Decian que vieron de improviso un hombre vestido con túnica blanca, luego dos mas y despues hasta treinta, y que asustados con aquella aparicion, huyeron para las naves. Dos cuadrillas enviadas á explorar, la una por el interior, y la otra por la playa, volvieron refiriendo nuevas fábulas de prodigios y de animales monstruosos. Los que se habian internado dijeron que la tierra era baja, anegadiza é intransitable. Luego prosiguieron el viaje, que fué mas llevadero, por haber salido de este innumerable laberinto de las isletas, á un mar grande y despejado, que llaman hoy los Canarelos. Continuaron por él por espacio de veinte leguas y volvieron á caer en otro archipiélago de isletas ó cayos como las pasadas, hasta llegar á la isla de Pinos, que denominó S. Juan Evangelista. Se admiró de la grande extension de la costa de Cuba, que hasta allí habia recorrido, y que segun su cómputo pasaba de trescientas treinta y cinco leguas; y como los indios á quienes habia consultado le dijeran que no conocian los términos de aquella tierra, se persuadió que ella era el continente ó principio de las Indias Orientales, para lo cual habia venido de España.

Quiso hacer constar estas ideas oficialmente, y con este objeto practicó una informacion, por ante el Escribano de la capitana Niña, que decia lo siguiente:

"En la Carabela Niña, que ha por nombre Santa Clara, Jueves, doce dias del mes de Junio, año del Nascimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil é cuatrocientos é noventa é cuatro años, el muy magnífico Señor Don Cristóbal Colon, Almirante mayor del mar Océano, Visorey é Gobernador perpetuo de la Isla de San Salvador é de todas las otras Islas é tierra firme de las Indias descubiertas é por descubrir por el Rey é por la Reina, nuestros Señores, é su Capitan General de la mar, requirió á mí Fernand Perez de Luna, Escribano público del número de la Cibdad Isabela, por parte de sus Altezas que por cuanto él habia partido de la dicha Cibdad Isabela con tres carabelas por venir á descubrir la tierra

firme de las Indias puesto que ya tenia descubierto parte della el otro viage que acá primero habia hecho el año pasado del Señor de mil é cuatrocientos é noventa é tres años, y no habia podido saber lo cierto dello: porque puesto que andobiese mucho por ella non habia fallado personas en la costa de la mar que le supiesen dar cierta relacion dello, porque eran todos gente desnuda que no tiene bienes propios, ni tratau, ni van fuera de sus casas, ni otros vienen á ellas, segund dellos mismos supo, é por eso no declaró afirmativo que fuese la tierra firme, salvo que lo pronunció dubitativo y la habia puesto nombre la Juana, á memoria del Príncipe Don Juan nuestro Señor, y agora partió de la dicha Cibdad Isabela á veinte y cuatro dias del mes de Abril, é vino á demandar la tierra de la dicha Juana mas propinca de la isla Isabela la cual es fecha como un giron que va de Oriente á Occidente, y la punta está en la parte del Oriente propinca á la Isabela veinte é dos leguas, y siguió la costa della al Occidente de la parte del Austro para ir á una Isla muy grande á que los Indios llaman Jamayca, la cual falló despues de haber andado mucho camino y le puso por nombre la Isla de Santiago, y anduvo la costa toda della de Oriente á Occidente, y despues volvió á la tierra firme, é que llama la Juana, al lugar que él habia dejado y siguió la costa della al Poniente muchos dias, á tanto que dijo que por su navegacion pasaba de trescientas é treinta é cinco leguas desde que comenzó entrar en ella fasta agora, en el cual camino conoció muchas veces y lo pronunció, que esta era tierra firme por la fechura é noticia que della tenia, y el nombre de la gente de las Provincias, en especial la provincia de Mango; y agora, despues de haber descubierto infinitísimas Islas que nadie ha podido contar del todo, y llega do aquí á una poblacion, tomó unos Indios, los cuales le dijeron que esta tierra andaba la costa de ella al Poniente mas de veinte jornadas, ni sabiau si allí hacia fin, que fasta donde llegaba determinó de andar mas adelante algo, para que todas las personas que vienen en estos navíos, entre los cuales hay maestros de cartas de marear y muy buenos Pilotos, los mas famosos que él supo escojer en la armada grande quél trajo de Castilla, y porque ellos viesen como esta tierra es grandísima, y que de aquí adelante va la costa della al mediodía, así como les decia, auduvo cuatro jornadas mas adelante porque todos fuesen muy ciertos que era tierra firme, porque en todas estas Islas é tierras no hay puebla á la mar, salvo gente desnuda que se vive de pescado, é nunca van en la tierra adentro, ni saben que sea el mundo, ni dél cuatro leguas lejos de sus casas, y creen que no hay en el mundo salvo Islas, y son gentes que no tienen ley ni seta alguna, salvo nacer y morir, ni tienen ninguna polecía porque puedan saber del mundo; y porque despues del viage acabado que nadie no tenga causa con malicias, ó por mal decir y apocar las cosas que merecen mucho loor, requirió á mí el dicho Escribano el dicho Señor Almirante, como de suso lo reza, de parte de sus Altezas, que yo personalmente con buenos testigos fuese á cada una de las dichas tres ca

rabelas é requiriese al Maestre é compaña, é toda otra gente que en ella son públicamente, que dijesen si tenian dubda alguna que esta tierra no fuese la tierra-firme al comienzo de las Indias y fin á quien en estas partes quisiere venir de España por tierra; é que si alguna dubda ó sabiduría dello toviesen que les rogaba que lo dijesen, por que luego les quitaria la dubda, y les faria ver que esto es cierto y qués la tierra-firme. E yo así lo cumplí é requerí públicamente aquí en esta carabela Niña al Maestre é compaña, que son las personas que debajo nombraré á cada uno por su nombre y de donde es vecino, é asimismo en las otras dos carabelas suso dichas requerí á los Maestres é compaña, y así les declaré por ante los testigos abajo nombrados; todo así como el dicho Señor Almirante á mi habia requerido yo requerí á ellos, y les puse pena de diez mil maravedís por cada vez que lo que dijere cada uno que despues en ningun tiempo el contrario dijese de lo que agora diria, é cortada la lengua; y si fuere Grumete ó persona de tal suerte, que le daria ciento azotes y le cortarian la lengua; y todos así requeridos en todas las dichas tres carabelas, cada uno por sí con mucha diligencia, miraron los Pilotos, é Maestres, é Marineros en sus cartas de marear, y pensaron y dijeron lo siguiente:

Francisco Niño, vecino de Moguer, Piloto de la carabela Niña, dijo que para el juramento que habia hecho no oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas é treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra tornaba al Sur Suduest y al Suduest y Oest, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirma y defenderia qués la tierra-firme y no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa se fallaria tierra adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Alonso Medel, vecino de Palos, Maestre de la carabela Niña, dijo que para el juramento que habia hecho que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas é treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar, y que veia agora que la tierra tornaba al Sur Saduest y al Suduest y Oest, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirmaba y defenderia qués la tierra-firme y no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra, adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Johan de la Cosa, vecino del Puerto de Santa María, Maestre de hacer Cartas, Marinero de la dicha carabela Niña, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas é treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suduest y Oest, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierrafirme; antes lo afirmaba y defenderia qués la tierra firme y no isla; y que antes de muchas leguas navegando por la dicha costa se fa

Ilaria tierra adonde trata gente política de saber, y que sabe le mundo &c.

Item: todos los Marineros é Grumetes, é otras personas que en la dicha Carabela Niña estaban, que algo se les entendia'de la mar, dijeron á una voz todos públicamente, é cada uno por sí que para el juramento que habian hecho, que aquella era la tierra firme, porque nunca habian visto isla de trescientas é treinta é cinco leguas en una costa y aun no acabada de andar; y que ciertamente no tenian dubda dello ser aquella la tierra-firme, é antes lo afirmaban ser así: los cuales dichos Marineros é Grumetes son los siguientes, é nombrados en la manera que se sigue: Johan del Barco, vecino de Palos, Marinero: Moron, vecino de Moguer: Francisco de Lepe, vecino de Moguer: Diego Beltran, vecino de Moguer: Domingo Ginoves: Estefano Veneciano: Juan de España Vizcaino: Gomez Calafar, vecino de Palos: Ramiro Perez, vecino de Lepe: Mateo de Morales, vecino de San Juan del Puerto: Gonzalo Vizcaino, Grumete: Alonso de Huelva, vecino dende, Grumete: Francisco Ginoves, vecino de Córdoba: Rodrigo Molinero, vecino de Moguer: Rodrigo Calafar, vecino de Cartaya: Alonzo Niño, vecino de Moguer: Juan Vizcaino.

Item: Bartolomé Perez, vecino de Roca, Piloto de la carabela de S. Juan, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirmaba y lo defenderia qués la tierra-firme y no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde trata gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Alonso Perez Roldan, vecino de Málaga, Maestre de la dicha carabela de San Juan, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirmaba y lo defenderia qués la tierra-firme y no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Alonso Rodríguez, vecino de Cartaya, Contramaestre de la dicha carabela San Juan, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suduest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirmaba y lo defenderia qués la tierra-firme y no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde tratan

gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Todos los Marineros é Grumetes, é otras personas que en la dicha carabela de San Juan estaban, que algo se les entendia de la mar, dijeron á una voz públicamente, é cada uno de por sí para el juramento que habian hecho, que aquella era la tierra-firme, porque nunca habian visto isla de trescientas treinta é cinco leguas en una costa y aun no acabada de andar; y que ciertamente no tenian dubda dello ser aquella la tierra-firme; antes lo afirmaban ser así: los cuales dichos Marineros é Grumetes son los siguientes, é nombrados en la manera que se sigue: Johan Rodriguez, vecino de Ciudad Rodrigo, Marinero: Sebastian de Ayamonte, vecino dende, Marinero: Diego del Monte, vecino de Moguer, Marinero: Francisco Calvo, vecino de Moguer, Marinero; Juan Dominguez, vecino de Palos, Marinero; Juan Albarracin, vecino del Puerto de Santa María, Marinero: Nicolas Estefano, Mayorquin, Tonelero: Cristóbal Vivas, vecino de Moguer, Grumete: Rodrigo de Santander, vecino dende, Grumete: Johan Garces, vecino de Beas, Grumete: Pedro de Salas, Portugués, vecino de Lisboa, Grumete: Hernand Lopez, vecino de Huelva, Grumete.

Item: Cristóbal Perez Niño, vecino de Palos, Maestre de la carabela Cardera, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme, antes lo afirmaba y lo defenderia qués la tierrafirme é no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Fenerin Ginoves, Contra-maestre de la dicha carabela Cardera, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme; antes lo afirmaba y lo defendería qués la tierra-firme é no isla y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

Item: Gonzalo Alonzo Galeote, vecino de Huelva, Marinero de la dicha carabela Cardera, dijo que para el juramento que habia hecho, que nunca oyó ni vido isla que pudiese tener trescientas treinta é cinco leguas en una costa de Poniente á Levante, y aun no acabada de andar; y que veia agora que la tierra-firme tornaba al Sur Suduest y al Suest y Est, y que ciertamente no tenia dubda alguna que fuese la tierra-firme, antes lo afirmaba y lo defenderia qués la tierra-firme é no isla, y que antes de muchas leguas, navegando por la dicha costa, se fallaria tierra adonde tratan gente política de saber, y que saben el mundo &c.

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