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1808

ron licencia para la impresion, el gobierno vireinal y el vicario general del arzobispado.

La jura de Fernando VII era la primera proclamacion de los reyes que hacia Jalapa, "porque no erigida aún en villa en las anteriores proclamaciones, solo le era permitido hacer la demostracion de que unia sus votos en semejantes actos á los de su dilatada provincia, yendo á la cabeza de esta."

Cuando el Ayuntamiento de Jalapa recibió la órden para hacer la citada proclamacion, se encontró, segun hemos dicho, sin fondos para efectuar aquel acto, pero obtuvo el permiso vireinal para proporcionarse recursos y fué tambien apoyado por el ejército acantonado.

Las comisiones para las fiestas se repartieron en los términos siguientes:

A D. Ramon Villalva, presidente subdelegado, le fué encomendada la "asistencia de los gobernadores y repúblicas de la villa y demas pueblos de la jurisdiccion," y así mismo el adorno de dos carros magníficos, en los que se presentaban al público: en uno el "homenaje unido de los pueblos" y en el otro la "reverente lealtad de los gremios," sin que ni aquellos ni estos se gravasen en un solo maravedí.

Los señores regidor alférez real D. José Antonio de la Peña, y procurador general D. Diego Leño, dirigieron los grandes tablados en que se habian de celebrar los actos de la jura; se encargaron de la acuñacion de la moneda que se debia repartir al público y convidaron personalmente al general, gefes y oficiales del ejército acantonado.

El regidor perpetuo, alguacil mayor, D. Francisco Saenz de Santa María, tuvo la comision de convidar á las autoridades principales, diputacion consular del comercio, prelados de las religiones, gefes de las oficinas, y "distinguidos sugetos de la nobleza de la villa," tanto para que todos concurriesen á tan solemnes actos, como para que cada uno se esmerase en el aliño

y los adornos de las plazas y calles, torres, balcones y fa- 1808 chadas.

Las funciones de iglesia se encomendaron al tino del regidor Lic. D. José María Duran y del diputado D. Juan Antonio Pardo.

El procurador, síndico del comun D. Juan Estéban de Elías, reunió en general el cargo de las demas disposiciones, franqueando sus caudales para que no se demorasen los preparativos, para la conclusion de los fuegos artificiales y la construccion de diversos adornos y vestuarios necesarios para el brillo de las fiestas.

Al escribano del I. Ayuntamiento, D. Juan Francisco Cardeña, le fué señalada la comision de preparar, repartir y vigilar la iluminacion general.

La forma que debia darse á los templetes, las alegorías que se debian de representar y las poesías que las describieran, fueron encomendadas al Sr. Cervantes, secretario de la intendencia general del ejército acantonado en la villa.

El 29 de Setiembre fué escogido "para la proclamacion" así como los dos siguientes 30 del mismo y 1: de Octubre; se creia que en estos dias lloveria como habia sucedido en los treinta años anteriores, y que serian melancólicos y sombríos.

Sin embargo, en este año amaneció el citado 29, brillante, derramando luz y bienestar. En los balcones de la casa del alférez real apereció el estandarte real bajo un majestuoso dosel de terciopelo carmesí, con flecos y borlas de oro, hecho á todo costo, en el cual tambien se encontraba el retrato de de Fernando VII; hacian centinela de dos en dos, los cuatro reyes de armas, y una escogida guardia de granaderos del regimiento de Nueva España. El frente de la casa habia sido pintado por el alumno de la real academia D. Antonio Serrano, con bastante gusto é inteligencia. Abajo del retrato se leia lo siguiente:

1808

Al pie del trono de Fernando augusto
Apuesta quien lo jura y lo proclama,
A que leal José Antonio de la Peña

Quita el enojo de la leona España.

En cuya cuarteta se notaba que las letras del cuarto verso, eran las mismas que las del tercero, cuyo anagrama, compuesto por el Sr. Cervantes, le fué gratísimo al alférez real.

En uno de los cuatro grandes cuadros de mas de á vara, de forma circular que adornaban el frente, se pintó la batalla de Covadonga, donde Pelayo derrotó á los moros, estando este en actitud de tremolar el estandarte español, con un soneto que explicaba la significacion de aquella pintura.

En el segundo cuadro estaba representada una leona enfurecida, "pintura fiel de la situacion de España," acompañada tambien con un soneto.

En el tercero se veian las armas de Jalapa, con los cinco cerros que forman el Macuiltepec; sobre ellos el lucero brillante que los alumbra, y en el centro á Fernando VII. A cierta distancia se veia al jóven David, matando de una pedrada al gigante Goliat.

En la última de las cuatro pinturas se representaba un penon cuya cumbre tocaba la superficie de los cielos, demostrando en su centro el busto de Atlante sosteniendo sobre sus hombros la imágen de Fernando VII. Tambien estos dos últimos cuadros llevaban sus respectivos sonetos, terminando, así como los primeros, con los dos últimos versos de la cuarteta que pusimos arriba:

"A que leal José Antonio de la Peña
Quita el enojo de la leona España."

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Plaza de la Constitucion, (antigua del Rey)

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