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atencion de los hombres que han vivido en Jalapa y en el Estado á que pertenecemos.

Cada capítulo abrazará las tres historias, comenzando por la general, siguiendo la del Estado, y terminando por la de Jalapa, aunque en muchos casos quedará completamente invertido este órden, por ser Jalapa el punto donde pasaron acontecimientos de interes general.

Manuel Rivera.

PRIMERA PARTE.

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Origen de la poblacion de América.-Cómo conservaron los indígenas sus tradiciones.—Quetzacoatl.—Inmigracion de los toltecas.-Su emigracion á Yucatan.-Consideraciones sobre esta emigracion.-Ruinas de Yucatan.-Venida de los chichimecas.-Llegada de varias tribus.—Los teochichimecas.-Los tlaxcaltecas.Fundacion de Jalapa y su poblacion al Sur.-Fundacion de México.-Los totonacas-Poblacion al Norte de Jalapa.-Los mexicanos conquistan á los totonacas, á los ulmecas y descendientes de teochichimecas.-Recaudadores del tributo.-Zempoala.-Su situacion topográfica.-Biografía de Moctezuma II.-Religion de los totonacas antes de ser conquistados por los mexicanos.

¿CUÁL es el origen de las razas indígenas que han poblado el Anáhuac, y el de las tribus que se extendieron en el territorio veracruzano al Sur y al Norte de Jalapa?

¿Son originarios de Europa, de Africa ó de Asia, ó se produjeron como las plantas luego que la semilla se halla en condiciones propias para que fecundice?

Para admitir que aquellas razas vinieron de Europa, ó Africa, es necesario suponerlas muy adelantadas en la navegacion, ó que aquellos continentes estaban unidos con la América; lo uno no es admisible, pues los indígenas no usaban sino pequeños cayucos, á pesar de disponer de innumerables rios y de dilatados mares que convidan á ejercer el arte de la navega

cion. Para admitir que los continentes estaban unidos, seria necesario cambiar las condiciones físicas y meteorológicas del planeta en que habitamos, y hasta hoy no se han encontrado indicios que hagan creer que por un cataclismo cubriera la mar una tan vasta extension de tierras, dejando aislada la América. Mas generalizada la opinion de que las razas indígenas vinieron á la América procedentes de Asia, no tiene aún en su apoyo razones tan sólidas que dejen de permitir que la duda se apodere del entendimiento.

Las emigraciones sucesivas de las tribus llegadas del N. y N. O. trayendo todas estas el mismo culto y construyendo pirámides bien orientadas, coinciden con las revoluciones de la China; pero la historia de esta nacion nada dice acerca de dichas emigraciones, y aunque algunos autores han creido encontrar algunas narraciones que suponen que se refieren á las repetidas emigraciones, ninguna huella de ellas se encuentra en la Siberia, por donde debieron de haber pasado, y no es creible que los literatos y científicos toltecas, y los aristocratas incas, no hubieran dejado vestigio alguno en su tránsito por en medio de pueblos incultos, como lo han sido las hordas que han habitado la Siberia desde tiempos muy remotos. Hasta la venida de los españoles, ningun pueblo de la América conocia los caracteres alfabéticos, cuando en el antiguo continente estaban vulgarizados desde épocas muy remotas, lo cual viene á aumentar las dudas de que las civilizadas razas americanas procedieran de las cultas naciones del Asia.

Humboldt, que estudió detenidamente á los americanos y á los asiáticos, afirma que aquellos se separaron de estos desde el principio del mundo, cumpliendo por sí mismos la obra de su civilizacion; pero nada dice de la época post-diluviana.

La mayor parte de los que han escrito sobre la historia de la América, hacen venir á sus primeros habitantes del N. del Asia, fundándose en las ideas tradicionales y escritas que con

servaban los indios acerca del diluvio y de un orígen comun; pero no pueden combatir satisfactoriamente las razones que hemos enumerado arriba en contra de esa opinion.

Los estudios arqueológicos americanos darán en el porve.ir una luz sobre las dudas que se presentan en las investigaciones sobre el origen de los americanos, investigaciones muy complicadas cuando se considera el mundo despues del diluvio.

La consideracion de que los irracionales que habitan los variados climas del Nuevo Continente salieron todos del paraiso donde Adan y Eva vieron la primera luz, y despues del arca donde Noe salvó á la raza humana y á todas las especies que carecen de alma, ha llenado de conjeturas estériles el entendimiento de los filósofos, que han llegado á creer que así como en Asia aparecieron los hombres y los brutos, así mismo pudieron aparecer en América, y al atacar con estas opiniones los libros santos, manifiestan el deseo del entendimiento, que quiere hallar la razon de todo lo que cae bajo su dominio, sin que hayan logrado explicar de una manera convincente que los animales viven lo mismo que las plantas. Aquellos que tienen estas opiniones, creen que donde se presentan las condiciones propias para la vida material é intelectual, ahí aparece el hombre, como se presenta una planta con su aroma cuando encuentra favorables las condiciones de su vejetacion.

Todas estas cuestiones adquieren un carácter de mas difícil resolucion, dando lugar á un choque mas fuerte entre las tradiciones religiosas y las razones de la filosofía, cuando se estudia la poblacion de las islas por los hombres y los irracionales.

El sólido talento de San Agustin buscó la manera de explicar como fueron pobladas estas islas, apelando á la intervencion de los ángeles, á quienes atribuyó el que hubiesen trasportado á los puntos aislados en los océanos, los seres que los habitaron por primera vez.

Las tradiciones consignadas en los cuadros históricos de los

aztecas, alcanzan hasta el año 544 de Jesucristo, en cuya época emigraron los toltecas á México buscando tierras y mejores elimas.

Dos fueron las maneras que usaron los indígenas de Anáhuac para conservar las noticias acerca de sus leyes, sus historias, autos jurídicos y tradiciones de sus mayores: la primera era por las pinturas, representando aquellas noticias con figuras pequeñas, en un género de papel grueso que hacian muy semejante á nuestro papel de estraza, ó en pieles curtidas de ciervos ú otros brutos, arreglándolas á manera de pergamino. Alk señalaban materialmente con caracteres los años y los siglos y las demas ideas.

Esas pinturas merecian mucha fé, por ser obra de las personas mas instruidas entre los indígenas; los escritores eran los sacerdotes, cuya autoridad era tan venerable en tiempo del gentilismo; quitando de sus cuadros la parte del rito supersticioso dedicado á los falsos dioses, lo demas era auténtico y verídico.

Los cantares constituian el otro modo que observaban para que no se perdiera la memoria de los sucesos notables, y que se trasmitiera de padres á hijos por dilatados siglos. Componian dichos cantares los mismos sacerdotes en cierto género de versos usado en las festividades; los niños y los adultos entonaban sus voces al son del teponaztli, y así pasaban de un siglo á otro tradiciones y acontecimientos de miles de años de antigüedad. Así llegamos á saber sus emigraciones y á conocer á los hombres y los hechos memorables desde las mas remotas épocas.

De esos mapas, pinturas y cantares sacó el R. P. Fr. Juan de Torquemada lo que escribió acerca de los indios. Estos continuaron despues de la conquista su manera de recordar los hechos memorables, y habiendo aprendido el castellano, pudieron fácilmente describir los actos de sus antepasados, é ilustrar

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