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de Francia y del Imperio, se le alcanzaria tambien. Sobre todo lo dicho llevaba carta de S. M. para él (1) muy expresiva, animándolo á la ejecucion de la empresa, ofreciéndole su proteccion, y mandándole que procediese en todo de acuerdo con Montano, que para todo iba autorizado, encareciéndole mucho su gran capacidad, su ciencia y conocimiento de lenguas, con que le podria ayudar y dirigirlo en tan vasta empresa.

47. Con no menos elogios honró el Rey á Montano en carta que tambien le dió para el Duque de Alva (2), que gobernaba por S. M. entonces en Flandes, en la cual le mandaba lo recomendase en su Real nombre á los del magistrado de Amberes para cuanto pudiese necesitar alli. Con esto y el señalamiento de trescientos escudos del sol anuales mientras durase su comision, ademas de los ochenta mil maravedises que por Capellan de S. M. gozaba (3) fue despachado para Flandes en 25 de Marzo de 1568, encargándole que fuese por mar, como viaje mas seguro por las alteraciones de Francia, y dando órdenes que llevó él mismo al Proveedor general de la armada, para que le proporcionase buena embarcacion y pagase el flete, y lo proveyese de vituallas y cuanto hubiesen menester para navegar con comodidad él y sus criados, de manera que nadie les pidiese ni llevase por su pasage cosa alguna (4).

48. El viaje hubo de ser trabajoso y lleno de peligros en mar y en tierra, segun se deja entender por una contestacion del Rey de 16 de Agosto á carta que habia dirigido Montano al Secretario Zayas avisando de su llegada, y á otra de 6 de Julio en que referia los primeros pasos dados en su comision hasta entonces (5). Esta última carta habia sido dirigida á S. M. y al principio de ella indica brevemente su arribo á Irlanda, arrojado por un temporal, su peregrinacion por toda la isla hasta embarcarse para Inglaterra, que tambien la habia atravesado de parte á parte, y que en aquellos caminos habia visto y pasado cosas asi naturales como civiles é inciviles, que tenia bien de que acordarse. Parece que habia nacido para peregri

(1) Documento núm. 21. (2) Documento núm. 22. (3) Documento núm. 24.

TOMO VII.

(4) Documento núm. 23.
(5) Documento núm. 27 y 28.

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nar; cosa de que él se queja muchas veces en sus escritos; pues cuando fue á Trento, tambien tuvo que atravesar muchos paises en continuo peligro. Porque el Obispo Ayala con quien él iba, se embarcó en Rozas y desde alli envió su familia toda por Francia, sin saber cómo pasaria, segun el mismo Obispo escribia á Felipe II desde Génova; y no se le juntó hasta la víspera de la Ascension en Milán: (1) de manera que desde principio de Abril hasta 15 de Mayo que entró en Trento, le duró aquel viaje. Pero en este de Flandes, que es del que hablamos ahora, dice que finalmente en 15 de Mayo habia entrado en aquellos estados, y en 18 del mismo en Amberes: de donde habia pasado á Bruselas á presentarse al Duque de Alva; (quien desde el principio gustó mucho de su trato y comunicacion) (2): y vuelto de alli, habia ido á la Universidad de Lovaina, y en todas partes habia sido muy bien recibido, y la empresa de la Biblia muy aplaudida y celebrada. Y en cuanto á la edicion de ésta, le dice que hasta entonces habia estado arbitrando en el repartimiento y órden de ella; pero que ya, vuelto Plantino de París, adonde habia ido á procurar papel y cosas necesarias para el efecto, se habia empezado á componer, y pronto enviaria muestras.

49. Bien merece notarse aqui lo que con motivo de la ida de Montano á presentarse al Duque, escribia en 9 de Junio de aquel año Juan de Albornoz, Secretario del Gobierno de aquellos Estados á Gabriel de Zayas, diciéndole: "El Doctor es ya ido á Amberes: ahora ando ,, acomodándolo de casa sin que le cueste blanca; que ciertamente Vds. ,, se hubieron allá estrechamente en lo de su entretenimiento: que yo ,, juro como cristiano, que con darme el Duque de comer para mí y ,, dos criados, que con cincuenta escudos mas al mes no puedo vivir,

habiendo de pagar de alli veinte á dos oficiales y darles de comer, ,, con otras cosillas que se llegan." (3) No hay duda sino que en aquel pais estaria estrecho para mantenerse Arias Montano con la mitad de lo que gozaba alli un Secretario despues de mantenido. Y esto prueba su singular moderacion en conformarse con tan rigorosa economía, que muchas veces dió en rostro despues tambien á otros y él nunca se quejó. y 5 (b). (3) Documento núm. 29.

(1) Documentos núm.' 4 2.0 (2) Documento núm. 2

3,0

50. En la carta que dirigió al Secretario Zayas, hablaria con mas extension de su viaje como con un amigo; y con la confianza de tal le contaria todos los pormenores que ahora quisiéramos poder referir. Mas no habiendo recibido aun la copia de esta carta, la insertarémos en los apéndices cuando llegue (1): y entretanto nos contentarémos con saber, que en la otra de 6 de Julio dirigida al Rey de que hablamos antes, daba cuenta de la buena acogida que habia hallado en la Universidad de Lovaina, el aplauso con que en ella se habia celebrado el proyecto de nueva edicion de la Poliglota, la prontitud y buena voluntad con que aquellos Doctores se ofrecian á auxiliarle en cuanto pudiesen para su ejecucion, y cuánto le habia agradado el órden y frecuencia de aquellos estudios, y la buena manera que tenian en leer y disputar; porque á todo se habia hallado presente; y que pensaba aprovecharse de ellos en muchas cosas para el ornamento y perfeccion de la obra. Pero añadia, que les hubiera sido de gran merced y consuelo, si les hubiera llevado alguna letra de S. M. que decian que desde antes de aquellas turbas no habian visto ninguna: en las cuales ya S. M. sabia cuán oficiosos y constantes se mostraron en servicio de Dios y de la Iglesia Católica y de S. M. Y por tanto le suplicaba fuese servido de mandar escribirles una carta, conforme á la gracia y humanidad que con todos usaba, con la cual obligaba y confirmaba en su servicio los corazones de todos sus vasallos, y atraía á los demas á su afeccion.

51. No desatendió el prudente Rey esta súplica, ni dejó pasar la oportuna ocasion que con esto se le presentaba de empeñar á un cuerpo de sábios tan acreditado como aquel en favor de su empresa, y afianzar á su comisionado la proteccion y auxilio que para ella le habian ofrecido. Con este designio les dirigió una carta (2), en que despues de referirles cuanto Montano le decia en su elogio, y manifestarles su real gratitud por la buena voluntad que mostraban, les aseguraba haber sentido la mayor complacencia, en ver confirmadas las ventajosas ideas que ya antes tenia de aquella insigne Universidad, por el testimonio de aquel su capellan y doméstico á quien tanto estimaba: concluyendo con recomendarles su persona, y decirles que acep(1) No ha llegado. (2) Documento núm. 30.

taria como suyo cualquier servicio que á él aun privadamente le hiciesen, por lo mucho que por su acreditada lealtad y servicios, y por su virtud y letras lo amaba. Esta carta envió el Rey á Montano con la que dijimos de 16 de Agosto, para que él mismo la presentara en la Universidad ó la enviara, como mejor le pareciera. No sabemos si la presentó ó la envió; pero en el primer tomo de su Biblia, despues de la elocucion que habia hecho en aquel Cláustro dando cuenta de su comision, la insertó y á continuacion la respuesta de la Universidad. En la cual se advierte una retardacion tan larga y tan sin motivo; por mas que en ella se quiera pretextar; que dá indicios de haber habido algun disgusto ó dificultad al principio. Mas sea de esto lo que fuere, aquella Universidad siempre le fue muy favorable, no solo en el progreso de su comision, sino tambien en el juicio y aprobacion de varias obras suyas, que en aquel pais imprimió.

52. Con tan faustos auspicios se dió principio bajo la direccion de Arias Montano á la magnífica edicion de la Biblia Regia, milagro del mundo, como la llamaron entonces, por su exquisita perfeccion tipográfica. Increible pareceria, sino se hubiera visto, que habiéndose esta grande obra empezado por el mes de julio de 1568, por marzo de 1572 estuviese ya del todo concluida, y en estado de presentarse al Papa. ¿Quién hubiera pensado que en poco mas de tres años y medio se pudiese dar acabada una edicion tan larga, delicada, y dificil, aun cuando el impresor y el que dirigia la impresion no hubiesen hecho en todo aquel tiempo otra cosa? Otros que no fuesen ellos, hubieran tenido ocupacion bastante para tan corto tiempo, con las obras del V. Fr. Luis de Granada impresas para la Duquesa de Alva (1) y unas Horas para la misma; un tomo en fólio del Doctor Serrano sobre la doctrina de Platon; el tratado de medicina y cirujía de Francisco de Arce; las oraciones latinas de Pedro Fontidueñas; y últimamente los nuevos breviarios, diurnos, y misales, ordenados conforme al Breve de S. Pio V.: empresa que ella sola bastaria para fatigar á editores menos diligentes y diestros; pues cada tres meses se habian de dar impresos seis ó siete mil breviarios y otros tantos diurnos, y cuatro mil misales, con arreglo á las condiciones y precios que de órden del Rey (1) Documento núm. 30 2.o

habia tratado Arias Montano, encargado por S. M. en asistir y dirigirlo todo; (1) y por consiguiente obligado á partir, digámoslo asi, con Plantino y sus oficiales los cuidados de la impresion. Solo quien por experiencia propia sepa lo que esto es, podrá debidamente estimar la diligencia y trabajo que pide, y el tiempo que consume, el cuidado de una sola edicion; cuánto mas de tantas y tan prolijas como Arias Montano tuvo en aquel tiempo que dirigir.

53. Pero no fue este cuidado solo el que tuvo. El gran Duque de Alva, celoso por enfrenar la demasiada licencia de los impresores y libreros de Flandes, trató de que se renovase el índice de libros prohibidos mandado formar por el Concilio de Trento, añadiéndole los que ó no se hubieran tenido presentes, ó se hubieran publicado despues: y para esto formó una junta de teólogos, en que fue gran parte nuestro héroe. En esta junta, ademas del reconocimiento y aumento del índice, hecho con vista de las listas de libros que enviaron á ella los Prelados Diocesanos, se acordó de conformidad reducir el número de impresores, y que solo los hubiese en los pueblos principales, sujetándolos al exámen de los Obispos en cuanto á fé y costumbres, y al de un Architipógrafo, que debia ser Cristóbal Plantino, en cuanto á la pericia en el arte asi de ellos como de sus oficiales: y para visitar las imprentas fue comisionado Arias Montano. Dando cuenta de esta y otras disposiciones el Duque á Felipe II. le decia en 15 de febrero de 1569: "Arias Montano ha comenzado á visitar algunas libre,,rías; ya queda en Anvers, por que el tiempo es recio, y tambien ,, por no hacer falta á su negocio. En habiéndolas visitado todas, daré ,,á V. M. relacion de todo lo que hubiere hallado." Formóse con efecto el catálogo, comprehensivo del índice del Concilio y los apéndices. de la junta, que todo fue impreso por Plantino en un tomo en octavo el año de 1570: y al año siguiente lo dirigió el Duque al Papa S. Pio V. con breve relacion en una carta latina (2), cuya minuta se conserva en el archivo de la Casa de Alva, toda de letra de Arias Montano; y el estilo no desmiente ser suya. Mas en Roma hubo de hallar dificul

(1) Documento núm. 31.

(2) Documento núm. 32, copiado en el archivo de la Casa de Alva por el Sr.

D. Ramon Cabrera que me lo ha franqueado

con otros.

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