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su natural denuedo, que "es lo mesmo sacar un fraile de un convento
y
enviarle á una doctrina, como á un caballo de una caballeriza sol-
tarle en un hato de yeguas.'

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Todos esos eclesiásticos á que acabamos de referirnos someramente y otros sin número, responden con fiel exactitud al retrato general del clero de las Indias trazado por Oviedo.

Agustín de Zárate, al hablar de las susodichas ordenanzas de 1542, expedidas para remediar los crueles daños que los españoles hacían en América, escribe: "los que principalmente habian excedido en todas estas cosas eran los gobernadores y sus tenientes, y los oficiales de su majestad, y los obispos y los monesterios y otras personas favorescidas y privilegiadas, que, confiando en que no se habia de hacer justicia contra ellos, habian señaládose en todas estas cosas."2

Gomara, en su Historia General de las Indias, que abarca hasta el año de 1551, al tratar del Perú, manifiesta: "Hasta aquí han estado (los indios) porfiados en su idolatría y vicios abominables, por ocuparse los obispos, clérigos y frailes en las guerras ceviles; y los convertidos fácilmente renegaban la religion cristiana, viendo cómo iban las cosas."3

Oviedo decía: "paresceles (á los frailes de Indias) que, como esta lexos el Papa, y que en otras partes se ha vsado casarse los clerigos, que acá, que auemos menester gente para poblar estas tierras, que todo se ha de disimular y tolerar. Y, si ello fuese disimulado y oculto, menos mal seria, y pasarian las hijas por sobrinas; pero no estan en esso, que a la gregüesca, o quasi, anda el negocio."4

Don Juan Jorge y don Antonio de Ulloa, en sus importantes Noticias escritas hacia mediados del siglo pasado, nos hacen ver que la relajación de los eclesiásticos en América fué perdurable; dicen así: "El estado eclesiastico del Perú debe dividirse en secular y regular: uno y otro vive tan licenciosamente, con tanto escándalo, y tan á su voluntariedad, que aunque hay flaquezas en todos los hombres y en todos los payses, y yerros de fragil naturaleza en los habitantes del Perú, no parece sino que es instituto peculiar en aquellos eclesiásticos, el sobresalir á todos los demas en las pervertidas costumbres de su desarreglada vida, siendo aquellos que mas debieran contenerse, en

1 350.

2 5071y2

3 2782.

4 Quinquagenas, 382-83.

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los que la desenvoltura tiene mayor resolucion, y los vicios encuentran mas cabidad."1

"Con el pretexto de ser corto el número de sugetos en los conventos de las ciudades ó poblaciones pequeñas, deja de haber clausura en ellos, y entran y salen mugeres á todas horas, pues estas hacen los exercicios de guisar, lavar, y asistir á los religiosos, de modo que las mugeres hacen oficios de legos. Del mismo modo que estas, entran y salen á todas horas las concubinas, sin que en ello haya embarazo ni se haga reparable."2

"Ellos hacen vida maridable con las mugeres que toman para si, sin que haya quien les vaya á la mano; y perdida enteramente la vergüenza y el rubor, atropellan el sagrado de la prohibicion; y aun parece que esta causa en ellos efectos mas considerables, no conteniendose su viciosa inclinacion dentro de los límites de una mediana relaxacion, sino pasando al extremo de la disolucion y del escándalo, y excediendo en todo á los seglares mas desarreglados y menos contenidos;" "la publicidad de los hechos............ es tanta, que heredando allí los hijos los nombres de los empleos distintivos de sus padres, se ven, no sin admiracion, en una ciudad como Quito, una infinidad de Provincialas de todas religiones, Prioras, Guardianas, Lectoras, y á este tenor de quantos exercicios hay en la religion; de modo que los hijos conservan siempre como titulo de honor los de la dignidad de su padre, y en lo público quasi no son conocidos por otros. La causa de esto es, que lexos de hacerse vilipendioso entre aquellas gentes el conservar estos nombres, los miran como honorificos, y tanto mas quanto la dignidad del sugeto es mayor. De modo que asi como se graduan por estos títulos las personas, del mismo modo lo están los hijos con el merito de sus padres: y no atendiendo á la ilexitimidad ni al sacrilegio, se tienen por felices en poder hacer ostentacion de la mayor graduacion de la dignidad, y asi ni en ellos causa el menor sonrojo, ni se extraña el ser nombrados por el caracter que sus padres obtuvieron en la religion.” 4

Para comprobar las anteriores aseveraciones, citaremos varios documentos de carácter oficial.

Una cédula promulgada en 1531 habla de religiosos mercedarios que

1 490.

2 495.

3 498.

4 497-98.

Conquista.-6

habían pasado á las Indias "fugitivos con poco temor de nuestro señor y en mucho daño de sus anymas y conciencias y en desacato y menosprecio de la dicha orden (los cuales), dando mal enxemplo de sy suelen andar e andan apostatas y descomulgados no queriendo estar en sus conventos salvo en tierras e partes donde no ay casas ny monesterios."1 En términos más generales se alude en otra provisión real, dictada cuatro años después, al mal ejemplo que daban en las Indias “muchos religiosos que no son observantes ny estan debaxo dela observancia;"2 corrobora este hecho el obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, en carta dirigida á la Monarquía el mismo año, en la que manifiesta que habían pasado á la América muchos religiosos "e algunos......... que fuera mejor que sestuvieran en España por el no buen ejemplo que an dado...... (agregando): si Vuestra Magestad dello fuere servido, por agora bastaria para estas partes la orden de San Francisco e de Santo Domingo, e aun estos abian de ser escogidos." En 1538 vuelve á hablar la Monarquía de frailes venidos á Indias que no eran "de buena vida ni exemplo."4

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En varios documentos posteriores se llama á los clérigos "ydiotas, que algunos dellos no saben leer,"5 ó bien se les pinta como codiciosos vulgares, viciados de mundana ambición," y "muy disolutos,"8 "que destruyen en verdad estas tierras;" muchos de los cuales eran "suspensos apostatas, y con otras maculas grandes y graues. Pluguiesse al Señor (decía al rey fray Ángel de Valencia) que ellos fuessen los que deuen, y pretendiessen y deseassen lo que es justo que todos desseemos, y con el zelo que conuiene al seruicio de Dios y de V. M., y viniessen las naos llenas, que bien avria, queriendo hazer el deuer, donde emplearse; pero ay tanta rotura y disolucion en los más de los que por acá vienen, que es de aver gran lástima.”10

El propio fray Ángel de Valencia y otros padres franciscanos pedían en 1552 al Emperador que los clérigos de Indias "sean examinados,

1 Docs. de Ultramar, X, 58.

2 Idem, X, 301.

3 Docs. de América, XLI, 536-7.

4 Docs. de Ultramar, X, 398.

5 Cartas de Indias, 393.

6 Idem, 23.

7 Idem, 43.

8 Idem, 68.

Idem, 37. 10 Idem, 107-8.

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visitados y corregidos, porque una de las mayores pestilencias que padece la doctrina de Cristo es de la mayor parte de los clérigos."

"1

Fray Alonso de Montúfar, arzobispo de México, asienta en su relación de 1556: "Si en los pueblos que están á cargo de un fraile ó dos, el uno lengua comunmente, que no bastarían á dar recaudo ocho ni diez ni doce curas, algun religioso de otra órden quiere entrar en algun pueblo del dicho distrito á le ayudar, lo defienden como si fuesen propios pueblos y vasallos suyos. Y sobre esto ha habido y hay grandes pasiones entre las órdenes, no sobre quién dará mejor recaudo á nuestras ovejas, sino sobre quién terná más lugares y provincias debajo de su mano; y así á porfía andan ocupando todos los asientos buenos, cada uno el que más puede tomar, edificando monasterios á legua y á media legua, no queriendo poblar en los lugares trabajosos y faltos de doctrina."

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Fray Jerónimo de Mendieta decía á Felipe II en carta aprobada por el provincial y definidores de la orden de San Francisco: "en los hombres seglares y eclesiásticos aseglarados de las Indias reina más la codicia y la mentira, que en otros del universo........ que ningún clérigo [si no fuese por maravila] viene de España, ni acá se ordena ninguno, con celo de ayudar estas ánimas, sino por el temporal interés....... y...... que por la mayor parte han hecho hasta aquí, en alguna manera, más daño que fruto los clérigos en esta tierra."3

....

En el importante memorial escrito por el bachiller Luis Sánchez, el año de 1566, se echa casi toda la culpa, ó como dice el autor, la de las dos primeras tercias partes de los males cometidos en las Indias, á los "Jueces eclesiásticos y...... á todos los clérigos y frailes que están y an estado en las Indias."4

Para que no aparezca demasiado general el juicio anterior, nos referiremos en concreto á las diócesis de Guadalajara y de México.

Hablando el Cabildo de Guadalajara al rey en 1570, le manifestaba la conveniencia de que los religiosos "se recogiesen á vivir religiosa y regularmente en sus conventos, bien ordenados...... y no esté un fraile solo por guardian, mayormente si es mozo, entre indios y indias, que se ponen á muy gran peligro;"5 luego pasaba el Cabildo á pedir al

1 Nueva Colección, II, 217.
2 Docs. de América, IV, 495.

3 Nueva Colección, I, 38-40.

4 Docs. de América, XI, 168-69.

5 Docs. de México, II, 499.

monarca mandase "avisar á los obispos desta tierra que no ordenen con tanta facilidad como han ordenado hasta aquí muchos clérigos idiotas, sin examinar en sus tierras sus linajes y vidas y costumbres: porque se ha visto por experiencia haber ordenado oficiales y mercaderes y estancieros y tratantes, los cuales demás de no saber aun leer ni ser eclesiásticos, resulta que los indios......... tienen en poco el sacerdocio."

El informe reservado que remitió al rey en 1575 don Pedro de Moya y Contreras, arzobispo de México, comprende á 157 personas entre dignidades, canónigos, raciones, etc. Ahora bien, ascienden á veintiuno los que el arzobispo califica (copiamos sus propias palabras), de amigos de guardar, codiciosos ó ambiciosos, jugadores y hasta mohatreros; á doce los de inquietos, arrogantes, orgullosos, presuntuosos, soberbios, de mala condición, amigos de armas y pendencias; á veinte los de mundanos, desenvueltos, livianos, deshonestos, amancebados y mujeriegos ó traviesos ó derramados en cosas de mujeres, y á cuarenta y dos los de torpes, ignorantes, desalmados, inhábiles, que no aprendieron latín, hombres de poca gramática, sin letras ó que no sabían ni leer. Emplea además el arzobispo otros calificativos bastante expresivos, como los de muy idiotas, ásperos con los indios, apartados de iglesias, que tenían más cuidado en adquirir haciendas, que no entendían ningún ejercicio de virtud, desterrados y suspensos ó presos por delitos, etc.2

Esos eran los individuos encargados de atraer á la fe de Cristo y educar á los naturales de América.

1 Idem, II, 500.

2 Cartas de Indias, 195 y sigs.

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