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la costa oriental del Asia, fundándose, como acaba de indicarlo Bernáldez, en "la autoridad de muchos hombres doctos, que dijeron que desde el fin occidental de África y España, podía navegarse por el Occidente hasta el fin Oriental de la India y que no era muy gran mar, el que estaba en medio."

Propuso primeramente Colón su proyecto á don Juan II de Portugal; pero "antes de responderle consultó el Rey, al doctor Calzadilla, el cual le aconsejó que enviase algún piloto hábil á ver si podía descubrir la nueva tierra, pues, si lo hacía no quedaría obligado á dar al Almirante tan gran recompensa. Siguió el Rey de Portugal este consejo, y con gran brevedad y secreto envió una carabela hacia donde el Almirante decía, como que enviaba víveres y socorro á las islas de Cabo Verde...... (la expedición fracasó y) fué tan desagradable al Almirante, que se enfadó con el Rey de Portugal y su tierra, y se salió del reino con su hijo Diego Colón...... y se vino á Castilla con intención de hacer al Rey la misma proposición; temía que no la aceptase y verse precisado á recurrir á otro Príncipe, por lo cual envió á Inglaterra á su hermano Bartolomé Colón, que aunque tenía pocas letras, era práctico y juicioso en las cosas de mar, y hacía esferas y cartas de marear y otros instrumentos náuticos." 2 Llegó Colón á la Corte de España “á 20 de Enero, año de 1485;" 3 mas como después de siete largos años de espera, los Reyes Católicos rechazaron definitivamente sus proposiciones, en enero de 14924 "se volvió á Córdoba para disponer su viaje á Francia," 5 á donde habría ido seguramente si Luis de Santángel, el generoso descendiente del Rabí Azarías Gisnillo, y el cual era "escribano de raciones, caballero aragonés, persona muy honrada y prudente, querido de los reyes,' ,"6 no se hubiese apresurado á hablar á Isabel la Católica "para persuadirla, y aun reprenderla......... (diciéndole): que se maravillaba que habiendo tenido espíritu para emprender todas las cosas grandes é importantes, le faltase para una en que se aventuraba tan poco y de que podía resultar tanto servicio á Dios y exaltación á su Iglesia, no sin grandísimo aumento y gloria de sus Reinos y Estados; y tal, finalmeete, que si lo consiguiese otro príncipe, como el Al

1 F. Colón, I, 31.

2 F. Colón, I, 58-9.

3 Las Casas, Historia, I, 194.

4 Idem, I, 201.2

5 F. Colón, I, 69.

6 Las Casas, Historia, I, 194.2

mirante ofrecía, sería muy claro el perjuicio que resultaría á su Estado; en cuyo caso la reprenderían con justa causa sus amigos y aliados, y la despreciarían sus enemigos." 1 "Que parecería género de poquedad haberse retraido de tan loable empresa por la triste cantidad de dos mil y quinientos escudos, pues no pedia mas dinero Colón." 2 Estas y otras enérgicas razones convencieron á la reina, la que desde entonces "aprobaba...... (el proyecto) y lo sostuvo fasta que pudo.”

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Dice Oviedo: "porque avia nescessidad de dineros........ los prestó para facer esta primera armada de las Indias y su descubrimiento, el escribano de racion, Luis de Sanct Angel." 4 Cuenta don Fernando Colón, que la reina ofreció sus joyas á fin de que se buscara sobre ellas "el dinero necesario para la armada (ofrecimiento que, según el mismo autor, no aceptó Santángel)." 5 Ha hecho observar ya, sin embargo, el erudito don Cesáreo Fernández Duro que, no hablando de semejante ofrecimiento ninguno de los más diligentes y cuidadosos cronistas anteriores á don Fernando Colón, como Fernando del Pulgar, Gonzalo Fernández de Oviedo, Pedro Mártir, Andrés Hernández, Geronimo de Zurita y otros, debemos pensar que el incidente de las joyas fué una ficción con que aquel autor quiso dar interés á su obra defectuosa; y sobre todo, porque aunque es verdad que las joyas reales "se empeñaban repetidamente como arbitrio usual....................... al aceptarse las proposiciones de Colón, lo estaban las joyas principales de la Corona y aun la corona misma; así que la reina no podía ofrecerlas.” 7

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Por aquel entonces Colón se asoció con Martín Alonso Pinzón, "gran Marinero hombre de gran consejo para la Mar."8 Declaraba como testigo en 1515, Arias Pérez Pinzón, hijo de Martín Alonso, que "estando (ambos) un dia en la libreria del papa alyende de otras muchas vezes que abia estado por razon de mucho conocimiento que tenia con un familiar criado del papa que era grande cosmografo y tenia muchas y largas escripturas y ally les enseño platicando muchas vezes al dicho su padre y (al declarante)................ alli fue ynformado el dicho su padre y este...... destas tyerras......

1 F. Colón, I, 70-1.

2 Muñoz, 64-5.

3 C. Colón, en Navarrete, I, 266.

4 Oviedo, I, 20.2

5 I, 72.

6 360-61.

7 435-36.

8 Bernáldez, I, 270.

"...... que al tienpo queste...... estava en la lybrerya del papa ynocencio otavo le dió una escriptura la qual.......................... el dicho padre deste

........

testigo la tomó e la truxo e venydo en castilla de Roma con aquerdo de yr a descobryr la dicha tyeRa lo ponia por obra y muchas vezes antes lo comunico con.......... (el testigo) y vino el dicho almirante en aquel tienpo a esta villa de palos con esta demanda de descobryr estas tyeRas y como el padre deste testigo lo viese venir con la dicha demanda y supo de la demanda que traya para descobryr ovo por bien de Rogar e dar parte dello al dicho martin alonso el qual dicho martin alonso le dixo que llevava muy buena demanda e que lo sabia bien e que syno viniera tan ayna quel lo fallara, ydo adescobryr aquellas tyeRas con dos caravelas, y visto lo susodicho por el dicho almirante se fizo tanto su amigo de su padre......... (del declarante) que fizo concierto conell e le Rogó que fuese en su conpañia.'

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Ahora bien, suministrados loablemente por Santángel "un cuento e ciento cuarenta mil maravedis" 2 y otros dineros por Martín Alonso Pinzón, "sin cuyo concurso no es posible imaginar lo que hubiera sido de la arriesgada empresa," se procedió á equipar tres caravelas y á reclutar la gente necesaria para tripularlas. Mas como nadie que sea ageno al espíritu de aventura, ó que goce en su tierra de una posición estable, siquiera sea modesta, emigra á países desconocidos, menos aun si tiene que abandonar á sus deudos y exponerse á los serios peligros de una larga y penosa navegación y á la segura hostilidad de los moradores de esos países ignotos; no fué posible encontrar número suficiente de personas que quisieran acompañar á Colón en su viaje. La empresa se habría retardado pues indefinidamente á causa de esto, si Fernando é Isabel, por real provisión fecha 30 de abril de 1492, no hubiesen animado á todos los criminales á que emigrasen con Colón, concediéndoles amplio indulto "para que non les sea fecho mal ni daño ni desaguisado alguno en sus personas ni bienes, ni en cosa alguna de lo suyo por razon de ningund delito que hayan fecho ni cometido fasta el dia de la fecha."4 Sólo así fué posible llegar á reunir "noventa hombres," 5 únicos que formaron la tripulación de las tres carabelas que había de llevar al Almirante.

1 Docs. de Ultramar, VIII, 228-9.

2 Docs. de América, XIX, 457-58.

3 Asensio, I, 183.

4 Docs. de América, XXXVIII, 108–9.

5 F. Colón, I, 74.

El descubrimiento de América quedó encomendado, por tanto, á una turba de fascineroso de la peor especie.

Á la referida provisión de 30 de abril siguieron otras providencias análogas, como la fechada en Medina del Campo á 22 de junio de 1497, por la que se disponía que "todos e cualesquier personas varones..... que hobieren cometido......... cualesquier muertes é feridas, e otros cualesquier delitos de cualquier natura e calidad que sean, ecepto de heregía...... que fueren á servir........ á la Isla Española........ los que merescieren pena de muerte, por dos años, e los que merescieren otra pena menor que no sea muerte, aunque sea perdimiento de miembro, por un año, sean perdonados de cualesquier crímenes e delitos, e de cualquier manera e calidad e gravedad que sean, que hobieren fecho ó cometido fasta el dia de la publicacion desta Nuestra Carta."1 Tan temibles fueron los criminales que se resolvieron á emigrar á América seducidos por este indulto, que los Reyes Católicos juzgaron prudente ordenar al Asistente mayor de Sevilla tuviese presos á dichos criminales "fasta entregallos al Almirante............. o a la persona que thobiese cargo dello." 2

Previnieron además los monarcas "que cada e quando alguna, o algunas personas, asi varones como mugeres, de nuestros reynos ovieren cometido o cometieren qualquier delito o delitos porque merezcan, o devan ser desterrados, segun derecho e leyes de nuestros Reynos, para alguna ysla, o para lavrar e servir en los metales, que los desterreys que vayan a estar e servir en la dicha ysla española." 3 No faltaron tampoco criminales condenados á la pena de muerte á los que se les conmutó ésta por la de destierro perpetuo en América. 1

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Tan desacertadas disposiciones hicieron que afluyesen á las Indias casi todos los criminales de España. Refiriéndose Oviedo á una sola de las primeras expediciones llegadas á la Española, y la cual se componía únicamente de tres carabelas, nos dice: "é truxeron mas trescientos hombres sentenciados é desterrados para esta isla." 5

Podría pensarse que todos aquellos delincuentes venían á América á vivir recluídos bajo severa vigilancia; mas no sucedía así, sino que por el contrario gozaban de libertad absoluta y aun podían desempe

1 Docs. de América, XXXVIII, 388.

2 Idem, XXXVI, 168.

3 Códice Diplomático, 160-61.

4 Docs. de América, XXXIX, 13.

5 1, 64.1

1

ñar los puestos públicos de mayor importancia, como "Roldán Jimeno, facineroso á quien el Almirante de criado suyo le había hecho capataz de los mineros y taladores, y después Presidente de justicia;" de ese malhechor nos dice á su vez don Fernando Colón que el Almirante le había dado tanta "reputación y autoridad entre los indios y los cristianos, con dejarle por juez mayor, que no era menos obedecido que su misma persona," 2 cosa que también indica el propio Almirante en carta escrita á 26 de octubre de 1498. 3

Quedó en consecuencia desde un principio convertida la América en mansión obligada de criminales.

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Descubierto el Nuevo Mundo, corrieron velozmente por España exageradas noticias de las riquezas halladas allí; escribía Mártir en 1493 refiriéndose á Colón: "dice que ha encontrado cosas admirables; ostenta el oro como muestra de las minas de aquellas regiones; ha traído algodón y aromas, ya de forma oblonga, ya redonda, más penetrantes que la pimienta del Cáucaso, que los produce naturalmente aquella tierra y árboles coccineos." Al siguiente año volvía Mártir á anunciar: "En la superficie de la tierra se encuentra gran copia de oro; 5 en 1496 hablaba además de "muchas sartas de perlas orientales (traídas á España por Colón)," 6 y cinco años después decía: "en el espacio de dos meses han recogido (los españoles venidos á América) unas mil doscientas libras de oro, de á ocho onzas cada una."7 Con tales noticias, natural era que se les inflamara la codicia á muchos españoles y les empujase hacia América; el autor de la vida de Hernán Cortés, nos hace saber que á "la conquista y poblacion (de Indias) acudian entontonces en tropel los españoles incitados del cebo del mucho oro y plata que sin cesar (se llevaba á la Península)." 8

No faltaron por cierto, nobles tronados que también se apresuraran á emigrar á América con el ávido afán de rehacer su perdida fortuna; arreglado el segundo viaje de Colón, para el cual los Reyes Católicos echaron mano de los "bienes o debdas de xudios........ (ordenando se

1 Mártir, I, 252.

2 II, 67.

3 Docs. de América, XXXVIII, 406-7.

4 I, 18.

5 I, 25.

6 I, 40.

7 I, 217.

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