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á mandar; son zánganos que comen la miel que labran las pobres avejas, que son los Indios, y no les basta lo que los tristes les pueden dar, sino que son importunos. En los años primeros eran tan absolutos estos calpixques en maltratar á los Indios y en cargarlos y enviarlos lejos de su tierra y darles otros muchos trabajos, que muchos Indios murieron por su causa y á sus manos, que es lo peor.

"La quinta plaga fué los grandes tributos y servicios que los Indios hacian, porque como los Indios tenian en los templos de los ídolos, y en poder de los señores y principales, y en muchas sepulturas, gran cantidad de oro recogido de muchos años, comenzaron á sacar de ellos grandes tributos; y los Indios, con el gran temor que cobraron á los Españoles del tiempo de la guerra, daban cuanto tenian; mas como los tributos eran tan continuos que apenas pagaban uno que les obligaban á otro, para poder ellos cumplir vendian los hijos y las tierras á los mercaderes, y faltando de cumplir el tributo hartos murieron por ello, unos con tormentos y otros en prisiones crueles, porque los trataban bestialmente......

"La sexta plaga fué las minas del oro, que ademas de los tributos y servicios de los pueblos á los Españoles encomendados, luego comenzaron á buscar minas, que los esclavos Indios que hasta hoy en ellas han muerto no se podrían contar; y fué el oro de esta tierra como otro becerro por Dios adorado, porque desde Castilla le vienen á adorar pasando tantos trabajos y peligros; y ya que lo alcanzan, plegue á Nuestro Señor que no sea para su condenacion.

"La séptima plaga fué la edificacion de la gran ciudad de México, en la cual los primeros años andaba más gente que en la edificacion del templo de Jerusalem; porque era tanta la gente que andaba en las obras que apenas podia hombre romper por algunas calles y calzadas, aunque son muy anchas; y en las obras á unos tomaban las vigas, otros caian de alto, á otros tomaban debajo los edificios que deshacian en una parte para hacer en otra, en especial cuando deshicieron los templas principales del demonio. Allí murieron muchos Indios, y tardaron muchos años hasta los arrancar de cepa, de los cuales salió infinidad de piedra.

"Es la costumbre de esta tierra no la mejor del mundo, porque los Indios hacen las obras, y á su costa buscan los materiales, y pagan los pedreros y carpinteros, y si ellos mismos no traen quc comer, ayunan. Todos los materiales traen á cuestas; las vigas y piedras grandes traen arrastrando con sogas, y como les faltaba el ingenio y abundaba la gen

te, la piedra ó viga que habia menester cien hombres, traíanla cuatrocientos; y tienen de costumbre de ir cantando y dando voces, y los cantos y voces apenas cesaban ni de noche ni de dia, por el gran fervor que traian en la edificacion del pueblo los primeros dias.

"La octava plaga fué los esclavos que hicieron para echar en las minas. Fué tanta la prisa que en algunos años dieron á hacer esclavos, que de todas partes entraban en México tan grandes manadas como de ovejas, para echarles el hierro; y no bastaban los que entre los Indios llamaban esclavos, que...... segun ley y verdad casi ninguno es esclavo; mas por la prisa que daban á los Indios para que trajesen esclavos en tributo, tanto número de ochenta en ochenta dias, acabados los esclavos traian los hijos y los macehuales, que es gente baja como vasallos labradores, y cuantos mas haber y juntar podian, y traían los atemorizados para que dijesen que eran esclavos. Y el exámen que no se hacia con mucho escrúpulo, y el hierro que andaba bien barato, dábanles por aquellos rostros tantos letreros, demas del principal hierro del rey, tanto que toda la cara traian escrita, porque de cuantos era comprado y vendido llevaba letreros, y por esto esta octava plaga no se tiene por la menor.

"La novena plaga fué el servicio de las minas, á las cuales iban de sesenta leguas y mas á llevar mantenimientos los Indios cargados; y la comida que para sí mismos llevaban, á unos se les acababa en llegando á las minas, á otros en el camino de vuelta antes de su casa, á otros detenian los mineros algunos dias para que les ayudasen á descopetar, ó los ocupaban en hacer casas y servirse de ellos, adonde acabada la comida, ó se morian allá en las minas, ó por el camino; porque dineros no los tenian para comprarla, ni habia quien se la diese. Otros volvian tales, que luego morian; y de estos y de los esclavos que murieron en las minas fué tanto el hedor, que causó pestilencia, en especial en las minas de Oaxyecac, en las cuales media legua á la redonda y mucha parte del camino, apenas se podia pasar sino sobre hombres muertos ó sobre huesos; y eran tantas las aves y cuervos que venian á comer sobre los cuerpos muertos, que hacian gran sombra al sol, por lo cual se despoblaron muchos pueblos, así del camino como de la comarca: otros Indios huian á los montes, y dejaban sus casas y haciendas desamparadas.

"La décima plaga fué las divisiones y bandos que hubo entre los Españoles que estaban en México."1:

1 14-20.

Son sin duda contundentes las confesiones hechas por el mismo fraile que á la vez que con mayor exaltación osaba atacar al sublime defensor de los indios, al impecable don fray Bartolomé de Las Casas, llamándole vago, bullicioso y falto de sociego, embustero y torcido; prodigaba en cambio alabanzas serviles á los conquistadores, pues fué el propio Motolinia quien afirmó que ninguno como Cortés "amó i defendió los Indios en este mundo nuevo.”1

Lo repetimos: varios otros testimonios pudiéramos añadir acerca de la cuestión, pero los consideramos inútiles después de haber hecho hablar á Motolinia; sin embargo, para probar que tal estado de cosas se prolongó durante siglos, transcribiremos aquí las siguientes palabras que don Juan Jorge y don Antonio de Ulloa decían al monarca español en el siglo pasado: "En una palabra, la cólera mas desenfrenada no ha podido inventar género alguno de castigo que no lo esperimente el Indio de la mano de los Españoles."2

§ 3. POBLACIÓN INDÍGENA PRECOLOMBINA.

Procuraremos demostrar ahora de manera concreta cual fué la despoblación que produjo en América la conducta sin nombre de los españoles.

Ojalá pudiéramos determinar, siquiera fuese de manera aproximada, la población indígena precolombina; mas ya ha dicho el eminente barón de Humboldt: "Es igualmente difícil calcular con alguna certidumbre, el número de los habitantes del reino de Montezuma, que señalar á punto fijo la antigua población del Egipto, de la Persia, de la Grecia ó del Lacio. Las extensas ruinas de ciudades y pueblos que se observan bajo los 18 y 20° de latitud en el interior de México, prueban sin duda, que la población de esta parte del reino era antiguamente muy superior á la que existe allí mismo hoy día. Las cartas de Cortés dirigidas al emperador Carlos V, las memorias de Bernal Diaz y un gran número de otros documentos históricos, confirman este hecho importante. Pero reflexionando cuánto cuesta en nuestros días llegar á adquirir ideas exactas sobre la estadística de un país, no debemos admirarnos de la ignorancia en que nos dejan los autores del siglo XVI sobre la antigua población de las Antillas, sobre la del Perú y de Méxi

1 Docs. de México, I, 276.

co." Por tanto, nos limitaremos casi exclusivamente á esbozar desde luego la despoblación que produjo la conquista española en el Nuevo Mundo.

§ 4. ANTILLAS.

Al hablar Colón de las Antillas en general, decía: "fallé muy muchas islas pobladas con gente sin número;" 2 y cuando se refiere á la Española, asienta: “es populatissima."3 El Licenciado Zuazo manifestaba á su vez en 1510: "se hallaron al principio que esta Isla Española se descubrió, un cuento é ciento é treinta mil indios," cifra que los padres domínicos elevan hasta "un cuento é cien mil indios," 5 Mártir á “más de un millón y doscientos mil," 6 y el marqués de Barinas á "más de cuatro millones de indios."7

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Podemos colegir que las islas adyacentes á la Española estaban igualmente pobladas, supuesto que en todas ellas se encontraban las mismas condiciones favorables á la viabilidad humana. De cualquier modo que sea, hacia 1516 decían al Rey los primeros religiosos domínicos venidos á América: "no ovo, ni ai, ni abrá tierra tan mal aventurada, ni tan tiranizada, como que lo descubierto de las Indias...... y esto, todo, se prueba con sola una cosa ques acaecida, que por cobdicia de sacar oro los españoles, no para Vuestra Magestad, sino para ellos, an despoblado la isla Española...... y la isla de Cuba, y Sant Juan y Jamaica; y más de treinta islas de los Lucayos, y otras muchas de los Guanages y gigantes, que an llevado las gentes dellas, á matar á la Española á Cuba." 8 En un memorial escrito por aquel tiempo, se decía de manera análoga: "que por ser (los naturales) mal tratados, é peor mantenidos, é mucho trabajados, se han disminuido................. é.............. no han quedado sino quince ó diez é seis mil, é fenescerán todos si no son presto remediados é desagraviados." Leemos en otro documento del propio año de 1516: "no hay agora en toda la isla ocho ó diez mil de

y

1 I, 54.

2 En Mártir, I, 1.

3 En Mártir, I, 382.

4 Docs. de América, I, 310.

5 Idem, VII, 423.

6 II, 419.

7 42.

8 Docs. de América, XI, 244-45.

9 Idem, I, 255.

......

llos, los cuales más forma tienen de muertos pintados que de hombres vivos:"1 "ya va siendo un páramo (agrega el marqués de Barinas) lo que pocos años há era pobladísima (tierra) sobre todas las del mundo." 2 En el documento que antes citamos se afirma también: "han despoblado (los españoles) más de cuarenta islas que llaman de los Lucayos y otras tres islas que llaman de los Gigantes, en las cuales unas é otras bien habia de pobladores más de cincuenta ó sesenta mil indios. Todos ellos los han sacado de sus tierras para los traer á esta (la Española), é aunque sea la verdad segun dicen que á esta isla no hayan metido más de hasta veinte mil dellos, empero los estragos que allá se han hecho del hambre é guerra en ellos han seido tan desordenados..... que han muerto dellos más de cincuenta ó sesenta mil.... de los cuales todos, aunque con muy grande diligencia se cuente, no hay en toda la isla ochocientos." "

Acerca del las Lucayas decía Mártir: "estuvieron...... llenas de habitantes, pero ahora desiertas, por cuanto de su espesa muchedumbre dicen que fueron llevados los infelices isleños á la triste ocupación de las minas de la Española y la Fernandina, faltando sus habitantes por haberse consumido un millón y doscientos mil, ya por varias enfermedades, ya de necesidad, ya del excesivo trabajo. Causa pena contar esto, pero es preciso decir la verdad." 4

Por último, manifestaba Oviedo: "Todos los indios desta isla (la Española) fueron repartidos y encomendados por el almirante (Colón) á todos los pobladores que á estas partes se vinieron á vivir...... de los quales todos é de los que despues nascieron, no se cree que hay al pre-, sente en este año de mill é quinientos y quarenta é ocho, quinientas personas entre chicos é grandes que sean naturales é de la progénie ó estirpe de aquellos primeros;" 5 "y en las de Sanct Juan, é Cuba, é Jamáyca, que lo mismo ha acaescido en ellas, en la muerte é acabamiento de los indios que en esta isla." 6

"A los moradores de las Islas (escribía Motolinia) no les bastan los Indios que de ellas han acabado y despoblado, sino buscan mil modos y maneras para con sus armadas venir á hacer saltos á la tierra fir

ד יי.me

1 Varios Padres, 423.

2.44.

3 Varios Padres, 423-25.

4 IV, 84-5.

5 I, 71.1 y 2

6 Oviedo, I, 73.2

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