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isla no se podia hacer más fructo por entonces, salióse el gobernador della con algunos españoles é cavalleros, que en tres navios que allí estaban cupieron, é fuésse al pueblo de Tumbez, que estaba de paçes.

Desembarcados los salteadores castellanos en las playas de Tumbez, "mas de dos leguas el Gobernador anduvo sin poder haber habla con indio ninguno, que todos andaban por los cerros con las armas en las manos:"2 la conducta observada por los conquistadores en Puná, predecía á los naturales de Tumbez su propia suerte, por lo que se apresuraron á huir á los montes, no sin dejar antes "destruydo é quemado...... (á Tumbez) pueblo de mucha importancia é buena cosa."3 Así al menos no se aprovecharían de él los invasores.

El solo hecho de no haber dejado los indígenas ningunas riquezas en Tumbez, era motivo bastante para que los castellanos les persiguieran sin descanso, como en efecto lo hicieron; algunos días después, “dando una trasnochada muy trabajosa...... dieron cuando amanesció sobre el real de los indios, y haciendo cuanto daño pudieron en él, hicieron todos aquellos quince dias, cruda guerra á fuego y á sangre........... hasta que el principal señor de Túmbez vino á las paces con algun presente de oro y plata."

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No quedando nada tampoco por saquear en Tumbez, partió de allí el gobernador "á 16 de mayo de 1532 años,"5 señalando nuevamente su paso con sangre y fuego. Poco más adelante de Puecho, por orden de Pizarro, "fué quemado el cacique de Amotape é sus principales é algunos indios é todos los principales de los de Lachira é algunos de sus indios."

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El tremendo castigo "puso mucho temor en la tierra toda é sus comarcas...... é de allí adelante todos sirvieron mejor é más solícitos é con mayor temor."

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Luego que el gobernador hubo aterrorizado de tal manera á las ciudades de Tumbez, Puecho y demás lugares comarcanos, pensó en fundar una villa española en la "poblacion que se llama Tangarara, á la cual se puso por nombre San Miguel:"8 los fervorosos castellanos no

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habían olvidado la promesa que hicieron en Puná al iracundo Arcángel.

Fundada la nueva población, "con acuerdo del religioso (fray Vicente de Valverde) y de los oficiales que les pareció convenir así al servicio de Dios y bien de los naturales, el Gobernador depositó los caciques y indios en los vecinos deste pueblo, porque los ayudasen á sostener, y los cristianos los doctrinasen en nuestra santa fe."1

§ 5. ATAHUALLPA. HUASCAR.

Digamos algunas palabras acerca de los monarcas del Perú.

Hayna Capac "después de haber sujetado á su imperio gran número de provincias por espacio de quinientas leguas, contando desde el Cuzco hacia el occidente, déterminó ir en persona á conquistar la provincia de Quito, en cuyas entradas se acababa su señorío; y así, sacó su ejército y fué, y hizo la conquista, y por ser la calidad de la tierra muy apacible á su condicion, residió allí mucho tiempo, dejando en el Cuzco algunos hijos y hijas suyos, especialmente á su hijo mayor, llamado Guascar inga, y á Mango inga y Paulo inga, y otros muchos; y en Quito tomó nueva mujer, hija del señor de la tierra, y della hubo un hijo, que se llamó Atabaliba (Atahuallpa), á quien él quiso mucho." 2

Muerto Hayna Capac, "dejó (á Atahuallpa) por señor de una gran provincia que está adelante de Tomipunxa, la cual se dice Guito, y á otro su hijo mayor dejó todas las otras tierras y señorío principal; y por ser sucesor del señorío se llama Cuzco, como su padre."3

En breve tiempo rompió la ambición la buena armonía en que vivían ambos príncipes y lanzó armados al uno contra el otro.

Precisamente "en esta coyuntura llegó el gobernador don Francisco Pizarro con los españoles que llevaba á la tierra del Perú, y tuvo lugar de hacer la conquista....... porque el ejército de Guascar era desbaratado y huido, y el de Atabaliba estaba la mayor parte despedido por la nueva victoria." 4

Creyendo Huascar, como Ixtlilxochitl en México, que los castellanos podían ser buen instrumento para su ambición, envió mensajeros á

1 Idem, 3251.

2 Zárate, 472-73.

3 Jerez, 3282.

4 Zárate, 473.2

Pizarro para que le rogasen "lo socorriese y le diese favor." Estas disenciones animaron "sumamente á Pizarro, quien sabia cuanto le importaron á Hernando Cortés semejantes guerras y bandos para ganar, como ganó, el reino de Méjico." 2 Así que, "haviendo alcançado á entender la division, que en aquella ocasion havia, entre los dos Hermanos Guascar, i Atahualpa...... estimando en mucho, que le ofreciese Dios tanto aparejo, para conseguir lo que pretendia.............. no quiso esperar mas," 3 y resolvió dar pronto fin á su empresa.

Una vez más la falta de cohesión entre los pueblos indígenas de la América habría de ser causa de su ruina: "si la tierra no estuviera divisa (dice Pedro Pizarro).............. no le pudieramos entrar ni ganar.”

§ 6. MARCHAN LOS CASTELLANOS HACIA CAXAMALCA.

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"Salió el Gobernador de la ciudad de San Miguel en demanda de Atabalipa á 24 dias de setiembre año de 1532...... en tres dias siguientes llegó al valle de Piura...... allí estuvo...... diez dias reformándose de lo que era menester para su viaje................ (dejaba en San Miguel) cincuenta y cinco vecinos, sin otros diez ó doce que quedaron sin vecindades por su voluntad; al Gobernador quedaron sesenta y dos de á caballo y ciento y dos de á pie." 5 Según se colige de un pasaje de Pedro Pizarro, acompañaban al Gobernador por lo menos ciento noventa castellanos "y entre ellos como noventa de á caballo, ó poco mas;" 6 En otro lugar asienta el mismo autor que "serian hasta docientos (españoles)." Necesariamente seguía también á Pizarro una inmensa multitud de indígenas, aunque los historiadores nada dicen acerca del particular. Solamente Pedro Pizarro indica que Hernando de Soto "(armó sus indios desde Nicaragua)." 8 Además, como Pizarro publicaba "entre los naturales que iba á favorecer y ayudar á Guascar, el Señor natural deste reino," 9 todos los partidarios de aquel Monarca debieron reunirse á los españoles.

1 Idem, 475.2

2 Ruíz Naharro, 239.

3 Herrera, V, 4.1y 2

4 237.

5 Jerez, 325.1 y 2

6 223.

7 230.

9 P. Pizarro, 223.

Ahora bien, "dado en todo la órden que se pudo, partió con la gente, é aviendo aquel dia caminado hasta quel sol estuvo mas encumbrado é començaba á declinar, llegó el gobernador á una plaça grande, cercada de tapias, de un cacique que se dice Pavor, é apossentóse allí con su gente."1 "El Gobernador se informó allí de los pueblos y caciques comarcanos y del camino de Caxamalca, y informáronle que dos jornadas de allí habia un pueblo grande, que se dice Caxas........ otro dia se partió el Gobernador, y llegó á un pueblo llamado Zaran." 2

"El gobernador estuvo donde es dicho ocho dias esperando é reformando su gente é caballos para su viage, é á cabo desse tiempo vino el capitan é los que avian ydo á Caxas." "Con este capitan vino un indio principal con otros, que le acompañaban, el qual estando en Caxas, vino á él por mensajero de Atabaliba, con cierto pressente para el gobernador, é llegado antel gobernador, dixo su embajada por la lengua...... que...... su señor...... le enviaba decir (á Pizarro) quél tenia voluntad de ser su amigo é de esperarle de paces en Caxamalca.” 4 "El Gobernador recibió el presente y le habló bien, diciendo que holgaba nucho de su venida, por ser mensajero de Atabalipa, á quien él deseaba ver por las nuevas que dél oia; que, como él supo que hacia guerra á sus contrarios, determinó de ir á verlo y ser su amigo y hermano, y favorecerlo en su conquista con los cristianos que con él venian;" 5 "aunque su principal motivo no era sino hacerle vna Embaxada, de parte del Vicario de Jesu-Christo, Nuestro Señor Dios en el Cielo, i en la Tierra, i de el Rei de Castilla, i de Leon, en lo Temporal Principe mui Grande, i Poderoso." 6 "El mensajero dijo que queria volver con la respuesta á su señor."7

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Dos días después de partido el mensajero, siguióle Pizarro Al cabo de tres días llegó á Copiz; de allí pasó á Motux, donde descansó cuatro días; caminó luego "hasta llegar á vn gran Rio, en cuia Ribera, de la otra parte, havia muchas Poblaciones; i porque no se impidiese el pasage, mandó el Governador á su Hermano el Capitan Hernando Picarro."9 Pasó éste el río, y como procurase obtener de los naturales in

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formes acerca de Atahuallpa, "ninguno le quiso decir la verdad, á causa del mucho temor que tenian á Atabaliba, hasta que tomó un principal aparte é le atormentó, é aqueste le dixo que Atabaliba estaba con su hueste esperando de guerra en tres partes á los chrisptianos; la una al pié de la sierra, é la otra en lo alto della, é la otra en Caxamalca." Al día siguiente Pizarro pudo saber de un cacique que Atahuallpa "estaba adelante de Caxamalca, en Guamachuco, con mucha gente de guerra, que serian cincuenta mil hombres." 2 Sobresaltóse mucho Pizarro, y para salir de dudas y desarmar en todo caso con engaños á Atahuallpa, rogó á un indio principal que fuese á Caxamalca como espía. El indio aceptó, aunque no sin advertir con altivez al capitán español: "Yo no osaré yr por espia; mas yré por tu mensajero á hablar con Atabaliba, é sabré si hay gente de guerra en la sierra é qué propóssito tienen.»" Llevaba encargo el arrogante mensajero de decir á Atahuallpa "como (Pizarro) iba caminando á besarle las manos, i referirle la Embaxada, que le llevaba, sin hacer á nadie violencia, i que su intencion era, de servirle en sus Guerras, quando de buena gana quisiese aceptar su servicio, i amistad." 4

Tras el mensajero siguió Pizarro, y "en tres jornadas llegó á un pueblo que está al pié de la sierra, dejando á la mano derecha el camino que habia traido, porque aquel va siguiendo por aquellos valles la Chincha, y este otro va á Caxamalca derecho...... Algunos de los cristianos fueron de parecer que fuese el Gobernador con ellos por aquel camino á Chincha, porque por el otro camino habia una mala sierra de pasar antes de llegar á Caxamalca, y en ella habia gente de guerra de Atabalipa, y yendo por allí se les podia seguir algun detrimento. El Gobernador respondió que ya tenia noticia Atabalipa que él iba en su demanda desde que partió del rio de San Miguel......... que no les pusiese temor la mucha gente que decian que tenia Atabalipa; que, aunque los cristianos fuesen menos, el socorro de nuestro Señor es suficiente para que ellos desbaratasen á los contrarios y los hacer venir en conoscimiento de nuestra santa fe católica, como cada dia se ha visto hacer nuestro Señor milagros en otras mayores necesidades; que así lo haria en la presente, pues iban con buena intención de atraer aquellos infieles al conoscimiento de la verdad, sin les hacer mal ni daño."

1 Oviedo, IV, 159.1

2 Jerez, 327.2

3 Oviedo IV, 159–60.

4 Herrera, V, 9.1

5 Jerez, 327-28.

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