Imatges de pàgina
PDF
EPUB

General de toda la dicha provincia...... (y se le hacía merced del título de) Adelantado...... del Perú....... (prometíase además presentar á la Santa Sede á Hernando de Luque) por Obispo de la ciudad de Tumbez..... (y se daba á Diego de Almagro) la tenencia de la fortaleza que hay ó oviese en la dicha ciudad....... (añadiendo) é le fazemos homefijo-dalgo, para que goze de las honrras é preheminencias que los homes fijo-dalgos pueden y deben gozar en todas las Indias." 1

En la repetida capitulación otorgáronse otras muchas mercedes á Pizarro y á sus compañeros, largas de enumerar, pero en cambio se escatimaron hasta más no poder los auxilios pecuniarios: advirtióse expresamente que la Monarquía no quedaba obligada "en ningun tiempo............................ á.......................... pagar los gastos (que se erogasen)." 2 No abandonaban los reyes de España su antigua política de conceder á manos llenas títulos y honores huecos que nada les costaban, en lugar de nuevos dominios de incalculables riquezas. Por esto los descubridores y conquistadores procuraba siempre resarcirse á costa de los infelices naturales de América, haciéndoles víctimas del latrocinio y de la matanza.

Una vez que obtuvo Pizarro el consentimiento real, "en Sevilla solicitaba su partida: i alli se vió con el Marqués del Valle, i dixose, que le prestó dineros, i aiudó para disponer el Viage; i la verdad es, que ellos eran grandes Amigos." De manera cierta escribe Pizarro y Orellana que Cortés prestó algunos dineros á Francisco Pizarro "como su primo, y tan amigo." 4

§ 3. REGRESO DE PIZARRO Á AMÉRICA.

Juntada ya alguna gente, y aparejadas tres naves en San Lúcar, "llegó vna Orden del Consejo, de diez i ocho de Enero (de 1530, en la que se disponía se visitasen los navíos á fin de ver si llevaban el número de personas estipulado por Pizarro; pero éste no esperó la visita para no ser detenido, y precipitadamente)................. se embarcó con priesa, en vna Çabra, i con tiempo contrario salió de la Barra, dexando dicho, que aguardaba en la Isla de la Gomera: i que se dixese á los Visitadores, que la Gente, que faltaba para cumplir con el Asiento, iba en

1 Docs. de América, XXII, 273–76.

2 Idem, XXII, 272.

3 Herrera, IV, 117-18.

aquel Navio: con que dexaron salir á los otros dos, que se fueron á juntar con D. Francisco Piçarro, adonde los aguardaba.” 1

Con feliz navegación arribó Pizarro á Nombre de Dios; "truxo tres ó quatro hermanos suyos, tan soberbios como pobres, é tan sin hacienda como desseosos de alcançarla: el uno se llamaba Hernando Piçarro, y el otro Johan Piçarro, y el otro Gonçalo Piçarro, é otro Francisco Martin. É de todos ellos el Hernando Piçarro solo era legítimo,. é más legitimado en la soberbia........ é de hasta trescientos hombres que Piçarro traia de Castilla, se le murieron allá en pocos dias el un tercio de la gente ó más:" 2 todos los cuales vinieron "persuadidos de las riquezas destas tierras." 3

Como resultó que Pizarro, no obstante sus formales promesas, "avia negociado para sí lo que pudo, é que del Almagro, que avia fecho tanto ó más en la negociaciacion, no avia memoria, quiso deshacer la compañia é yrse, ó enviar á España á negociar lo que le tocaba, é avisar á Su Magestad de sus servicios é trabaxos é gastos." 4 No podía Almagro conformarse con que Pizarro pagara con tamaña ingratitud "el amistad tan antigua de entrambos, el juramento de guardarla, los trabajos padecidos, lo mucho puesto de su hacienda en aquella demanda." 5 Empero, ya le había calmado Luque, quien "por la eleccion para el Obispado, que se havia hecho en su persona, estaba contento... (y por otra parte Almagro) era Hombre bien acondicionado, i de generoso animo;" 6 así que, pudo Pizarro con esto y con mentidas promesas desenojar á su compañero, "de quien dependia todo: porque otro ninguno no tenia dinero, ni credito; y asi pasaba todo por su mano, hasta la comida de quantos havian llegado de Castilla." "Sin dubda (Pizarro) no pudiera hacer el viaje, si se despartiera la compañia, ni pagar las debdas é cambios é fletes que traia." 8

§ 4. DE PANAMÁ HASTA TANGARARA.

Terminados los aprestos, hizo Pizarro que "todos los soldados confesasen y comulgasen en el Convento de Nuestra Señora de la Merced,

1 Herrera, IV, 142.1

2 Oviedo, IV, 148.1

3 Ruiz Naharro, 236.

4 Oviedo, IV, 254.1

5 Herrera, IV, 142 2

6 Idem, IV, 117.2

7 Idem, IV, 142.2
8 Oviedo, IV, 254.2

dia de los Inocentes;" 1 y con "docientos hombres poco mas ó menos," 2 "y treinta y siete caballos, en tres navíos partió del puerto de Panamá." 2

Aquellos hombres eran "aveçados, la maior parte de ellos, á obedecer, i pelear, i sufrir qualquiera incomodidad...... (mostrábanse ganosos é impacientes) de verse adonde pensaban todos ser mui ricos." 4

Tuvo Pizarro "tan venturosa navegacion, que en trece dias llegó á la bahía de San Mateo, que en los principios, cuando se descubrió, en mas de dos años no pudieron llegar á aquellos pueblos; y allí desembarcó la gente y los caballos, y fueron por la costa de la mar, y en todas las poblaciones della hallaban la gente alzada." 5 Era qne sintiéndose fuertes ahora los castellanos, no tenían necesidad de reprimir como antes sus perversos apetitos, y francamente se entregaban á su inveterado vandalismo, saqueando y destruyendo los lugares por donde pasaban, aunque sus pacíficos habitantes no les opusieran resistencial alguna. Sin abandonar su antigua táctica, que por otra parte vimos también en España, al hablar de la guerra desigual y despiadada que se hizo á los moriscos, Pizarro y los suyos marchaban con la mayor cautela para poder caer de improviso sobre los inocentes pueblos indígenas, antes de que tuvieran tiempo de salvar sus bienes. De esta suerte caminaron hasta llegar al gran pueblo de Coaque sobre el cual "dieron de supito sin sabello la gente dél porque si estuvieran acusados (avisados) no se tomara la cantidad de oro y esmeraldas que en él se tomaron." Los naturales del pueblo, con su buen sentido moral, "pensaron, que no haviendo hecho injuria á aquellos Hombres, no les harian mal, sino que se holgarian vnos con otros; pero hallaronse burlados;" con sobrada razón uno de los indígenas llamaba después á Pizarro y á su gente "ladrones barbudos:" 8 el valor de lo robado en Coaque, sólo en metales preciosos, ascendió á "mas de doscientos mil castellanos." 9

7

De "allí envió (Pizarro) á Panamá y á Nicaragua dos navíos, y en

1 Ruiz Naharro, 237.

2 P. Pizarro, 210.

3 Jerez, 322.1

4 Herrera, IV, 1432.

5 Jerez, 322.1

6 P. Pizarro, 210.

7 Herrera, IV, 143.2

8 P. Pizarro, 221.

9 Idem, 211.

ellos mas de treinta mill castellanos de oro...... para acreditar la tierra y poner codicia á la gente que pasase á ella. En este pueblo de Coaque se hallaron algunas esmeraldas, y muy buenas...... y muchas se perdieron y quebraron, porque los que allí iban eran tan poco prácticos en este género de piedras, que les paresció que para ser finas las esmeraldas no se habian de quebrar con martillo, como los diamantes; y así, creyendo que los indios los engañaban con algunas piedras falsas, las daban con una piedra; y así destruyeron grandísimo valor destas esmeraldas."1 "Fr. Reginaldo de Pedraça, de la Orden de Santo Domingo, afirmaba, que la Esmeralda era mas dura que el Acero, que no se podria romper; i probandolo algunos, las rompian con Martillos: aunque no faltó quien dixese que el Fraile las guardaba." 2

Para colmo de desventuras de los indígenas, sobrevino en aquel tiempo á los españoles una asquerosa epidemia de berrugas, la cual "corrio por todo el Perú...... (y no desaparecía) muchos años despues."3 Como á México, llevaron también al Perú los castellanos todos los elementos de desolación y de muerte.

Á causa de que "las enfermedades no cesaban, i la comida los cansaba, acordaron de salir para otra Tierra: i estando para mudarse, descubrieron vn Navio con bastimentos, i refresco;"4 traía "veinte y seis de caballo y treinta de pié; y estos venidos, partióse el Gobernador de allí con toda la gente de pié y de caballo, y anduvieron la costa adelante [la cual es muy poblada], poniendo á todos los pueblos debajo el señorío de su majestad."5 En Puerto Viejo alcanzó á Pizarro un navío que venía de Nicaragua con "Sebastian de Benalcaçar........ (y) otros, que en todos fueron treinta, i doce Caballos."6

Con el nuevo refuerzo pasó Pizarro "á una isla que se decia la Pugna, á la cual los cristianos llamaron la isla de Santiago, que está dos leguas de la Tierra-Firme." Dirigióse allí Pizarro, "porque haviendo entendido, que los de la Isla de Puná eran belicosos, i enemigos de los Tumbecinos, determinaba de pasar á la Isla, para confederarse con ellos, en caso que no hallase forma para entrar en Tumbez pacifica, i amigablemente."8 Para entonces se había "iá derramado entre los In

1 Zárate, 474.1

2 Herrera, 1V, 143-44.

3 Garcilazo, Perú, 2a Parte, fol. 111 fte.

4 Herrera, IV, 1442.

5 Jerez, 3221.

6 Herrera, IV, 1452.

7 Jerez, 3221.

8 Herrera, IV, 1461.

dios fama mui diferente de la primera, que eran los Castellanos Gente santa, enemiga de robar; pero aora iá se decia, que eran crueles, sin verdad, i que andaban como Ladrones, de Tierra en Tierra, haciendo mal á los que no los havian ofendido, que llevaban grandes Caballos, que corrian como el viento, Lanças mui agudas, i Espadas, que cortaban quanto alcançaban."1 Por esto, y por los repetidos y atroces desmanes de los castellanos, los habitantes de Puná no pudieron soportar á éstos muchos días, y al fin dieron muestras de descontento; "luego mandó el Gobernador prender al Cacique y á tres hijos suyos y á otros dos principales que pudieron ser presos y tomados á vida, y en la otra gente dieron todos los españoles de sobresalto, y aquella tarde mataron alguna gente; y los demás todos huyeron y desampararon el pueblo; y la casa del Cacique y otras algunas fueron metidas á saco, y en ellas se halló algun oro y plata y mucha ropa......... (vueltos los naturales en son de guerra) como nuestro Señor favoresce y socorre en las necesidades á los que andan en su servicio, los indios fueron desbaratados y volvieron las espaldas, y los de caballo siguieron el alcance, hiriendo y matando en ellos."2 Aquellos hombres creían de veras servir á Dios con robar y matar sin piedad á seres infelices que ninguna ofensa les habían hecho.

[ocr errors]

Empeñado en tan religioso servicio hallábase Pizarro cuando arribó á la isla Hernando de Soto con cien soldados y todos los indios que aquél tenía en Nicaragua. Con este refuerzo considerable, fácil fué proseguir la guerra contra los punenses, la cual "se les hizo en término de veinte dias..... (y se concluyó) quemando algunos (de los principales), y á otros cortando las cabezas." 4

En las matanzas de los punenses, Pizarro perdió "solos dos ó tres españoles," debido tal vez á que el arcángel San Miguel les infundía aliento y fuerzas desde los aires. "De aquí tomó D. Francisco Pizarro tanta devocion al santo Arcangel, que prometió llamar la primera ciudad que fundase de su nombre."

[ocr errors]

Apenas vió la chusma castellana que ya nada quedaba por robar en Puná, emigró á nuevas tierras; dícenos Oviedo: "Porque en aquella

1 Idem, IV, 1442.

2 Jerez, 3222.

3 P. Pizarro, 211-12 y 215.

4 Jerez, 3222.

5 Zárate, 4742.

6 Montesinos, citado por Prescott, Perú, I, 373.

« AnteriorContinua »