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bre que sufrirlo pudiese; y á esta causa, así como se prendió Guatemuz, cada uno de los capitanes se fueron á sus reales.......... y aun Cortés estuvo malo del hedor que se le entró por las narices en aquellos dias que estuvo allí en el Tatelulco." 1

Á la matanza y al saqueo sucedió la bacanal; "Cortés mandó hacer un banquete en Cuyoacoan, en señal de alegrías de la haber ganado, y para ello tenian ya mucho vino de un navío que habia venido al puerto de la Villa-Rica, y tenian puercos que le trujeron de Cuba; y para hacer la fiesta mandó convidar á todos los capitanes y soldados que le pareció que era bien tener cuenta con ellos en todos tres reales; y cuando fuimos al banquete no habia mesas puestas, ni aun asientos para la tercia parte de los capitanes y soldados que fuimos, y hubo mucho desconcierto, y valiera mas que no se hiciera, por muchas cosas no muy buenas que en él acaecieron, y tambien porque esta planta de Noé hizo á algunos hacer desatinos, y hombres hubo en él que, despues de haber comido, anduvieron sobre las mesas, que no acertaban á salir al patio; otros decian que habian de comprar caballos con sillas de oro, y ballesteros hubo que decian que todas las saetas que tuviesen en su aljaba que habian de ser de oro, de las partes que les habian de dar; y otros iban por las gradas abajo rodando. Pues ya que habian alzado las mesas, salieron á danzar las damas que habia, con los galanes cargados con sus armas, que era para reir, y fueron las damas pocas, que no habia otras en todos los reales ni en la Nueva-España."2 Dice uno de nuestros más apreciables y entendidos historiadores: "Fué aquello una orgía en que el desorden no conoció límites y en que tomaron parte las pocas mujeres castellanas que había entonces, tocando el papel de víctimas á las pobres indias á quienes brutalmente burlaban los conquistadores."3

Llegó á tanto el desenfreno de los aventureros castellanos, que á fin de que no continuaran robando en la comarca, ni raptasen más doncellas indígenas, ni trabaran nuevas riñas entre sí, ordenó Cortés una solemne procesión, “en que íbamos con nuestras banderas levantadas y algunas cruces á trechos, y cantando las letanías, y á la postre una imágen de nuestra Señora; y otro dia predicó fray Bartolomé, é comulgaron muchos en la misa después de Cortés y Albarado, é dimos gracias á Dios por la vitoria:" así se descargaban en un instante aquellos fas

1 196.2

2 Idem, 1971y2.

3 González Obregón, 13.

4 Díaz del Castillo, 1972.

cinerosos de todos los innumerables y horrendos crímenes que habían cometido antes día á día durante un largo tiempo.

Empero, ni la procesión, ni la plática del fraile, ni la sagrada eucaristía, fueron bastantes para sosegar un ápice la hirviente codicia de los aventureros desalmados.

El saqueo de México produjo algún oro, Cortés lo valora en "mas de ciento y treinta mil castellanos," esto, sin contar las demás riquezas robadas. No obstante, "mucho se dolian los españoles, ca pensaban, cuando acabaron de ganar á Méjico, hallar un gran tesoro, á lo menos que hallaran cuanto perdieran al huir de Mejico."2 Era Cortés el primero en deplorarlo; así que, principió desde luego á indagar diligentemente el paradero de las riquezas perdidas; "fizo (dícenos un testigo presencial) muchos alagos e buenos tratamientos a Guatimuza.... por saber del de los thesoros que thenia." Mas Cuauhtemoc, que no se había doblegado ante la muerte, tampoco podía dejarse ganar por halagos ruines: ni una sola palabra quiso revelar al destructor de su patria.

Pensó entonces Cortés que el dolor arrancaría alguna confesión al invicto monarca, é hizo que le dieran tormento, "el cual fué untándole muchas veces los piés con aceite y poniéndoselos luego al fuego; pero mas infamia sacaron que no oro;"4 declaraba en 1529 el doctor Cristóbal de Ojeda que "Cortes dio tormentos e quemava los pies e las manos al dicho Guatimuza por que le dixese de los thesoros e riquezas de la cibdad e que lo sabe por queste testigo como dotor e medico ques curo muchas vezes al dicho Guatimuza por mandado del dicho D. Fernando e...... quel dicho D. Fernando traya mucha deligencia por saber del dicho thesoro."5 Escribía Herrera que "con lastima vniversal de todo el Exercito, quitaron á Quautimoc del tormento, mostrando, en particuJar todos los Soldados, grande sentimiento de este Acto." Agrega Gomara: "Acusaron...... á Cortés...... como cosa fea é indigna de tan gran rey, y que lo hizo de avaro y cruel; mas él se defendia con que se hizo á pedimento de Julian de Alderete (tesorero de S. M.)," excusa notoriamente inaceptable: el propio Cortés no se atrevió á hacerla valer

1 257.

2 Gomara, 3932.

3 Cristóbal de Ojeda, en Proceso de Cortés, I, 125-26.

4 Gomara, 4131.

5 En Proceso de Cortés, I, 126.

6 III, 551.

7 3932.

ante Carlos V, y prefirió ocultar el suplicio en las relaciones que mandó á aquél acerca de la Conquista; á mayor abundamiento, sobrada energía tenía Cortés para oponerse, no ya al parecer de uno solo de los castellanos, sino al de todos éstos, como lo demostró en diversas ocasiones.

Juntamente con Cuauhtemoc, fué atormentado "otro caballero y su privado...... (quien) tuvo tanto sufrimiento, que, aunque murió en el tormento de fuego, no confesó cosa de cuantas le preguntaron sobre tal caso, ó porque no lo sabia, ó porque guardan el secreto que su señor les confia constantísimamente. Cuando lo quemaban miraba mucho al Rey, para que, habiendo compasion dél, le diese licencia, como dicen, de manifestar lo que sabia, ó lo dijese él. Cuahutimoc le miró con ira y lo trató vilísimamente, como muelle y de poco, diciendo si estaba él en algun deleite ó baño."1

Sujetaron también al horrible suplicio "á Tlacotzin Xihuacoatl, presidente supremo gobernador y capitan general, el que bautizado despues se llamó D. Juan Velasquez, y á Covanacotzin que bautizado despues se llamó D. Pedro de Alvarado, señor que fué de Tezcoco, y á Tetepanquezcatl que bautizado despues se llamó D. Pedro señor de Tlacópan, y Aquici, que bautizado despues se llamó D. Cárlos, señor de Atzcapotzalco Mexicapan, y á Mutelchinhin Huiznahuatl, capitan mexicano, que bautizado despues se llamó D. Andrés."2

De allí que en 1529, al seguirse en México, por orden de la monarquía española, una pesquisa secreta contra Hernan Cortés, resultara, entre otros cargos, el siguiente: "Otro sí: se le faze cargo al dicho Don Hernando Cortés, que despues que se ganó esta Cibdad, tomó en su poder á Guatemuca, Señor della, e a otros muchos Señores, e los tobo en su casa con poco temor de Dios; e con cobdicia desordenada, mandó dar e dio tormentos de fuego á los susodichos, para aber el oro de Montesuma; y el dicho Guatemuca, quedó lisiado de los pies, de los tormentos que rrescebió; e ansí mesmo asó un indio muy prencipal, estando vivo, por lo susodicho, fasta tanto que murió."3

Llegada la hora del reparto de las riquezas habidas en México, surgieron las sempiternas desavenencias; Cortés y los demás jefes "dijeron que cabian los de á caballo á cien pesos, y á los (peones menos naturalmente)...... y de que aquellas partes nos señalaron, ningun solda

1 Loc. cit.

2 Chimalpain, en Gomara, edición de 1826, II, 76.

3 Documentos de América, XXVII, 23.

do lo quiso tomar; y entonces murmuramos de Cortés y del tesorero Alderete...... (principalmente del primero en contra del cual se escribieron) motes...... á manera como mase-pasquines é libelos."1

Por lo que hace á los aliados, "Cortés les habló y les dió muchas gracias y loores porque nos habian ayudado, con muchas buenas palabras y promesas de que el tiempo andando les daria tierras y vasallos y les haria grandes señores, y les despidió."2 Regresaron cuatro días después de la toma de México "casi todos ricos, y muy contentos en haber destruido á Méjico, y por ir amigos de españoles y en gracia de Cortés."3

Aunque éste tuvo que confesar que por los aliados indígenas "había habido tan gran victoria, como tuvo en la dicha ciudad de México, é que por ellos tenian todos (los castellanos) la vida é habia ganado tan grandes y poderosos reinos,"4 á partir de allí olvidó cuantos servicios les debía, y sólo trató de multiplicar sus riquezas y poder á costa de los mismos antiguos aliados.

Éstos, al regresar á sus lares, terminado el sitio, no pensaban seguramente que con la gran Tenochtitlan dejaban muerta su propia libertad, y que para ellos no habría ya horas de ventura.

"Como se publicó por toda la Tierra, que Mexico se havia sujetado, causó grande admiracion, por la potencia del Rei, i fortaleça de la Ciudad, lo qual movió á muchos, á que sin aguardar á ser requeridos, embiaron á dár la Obediencia á Cortés, i algunos fueron personalmente. A los que no embiaron luego, i á las Provincias qne no obedecian á Mexico, i que estaban mas remotas, embió Mensageros Indios, que diesen cuenta de lo sucedido, i dixesen, que pues era acabado el Imperio de Moteçuma, y le tenia el Rei de los Christianos, si le obedeciesen, serian bien tratados. No fue menester mucho para persuadirselo, atenta la Victoria conseguida, de que los Indios sobremanera se admiraban, como cosa jamás pensada, i assi todos embiaban, ó iban, llevando Presentes: i hacian sus reconocimientos; i de estos tomaba Cortés Informacion, de la calidad de las Provincias, que quedaban por pacificar, i de lo demás que convenia para establecer bien aquel Imperio."5

1 Díaz del Castillo, 2001.

2 Idem, 1972.

3 Gomara, 3922.

4 Información de Tlaxcala, 24.

5 Herrera, III, 7913.

§ 35. MUERTE DE CUAUHTEMOC.

Cuauhtemoc nunca fué puesto en libertad.1 Empero, como "los indios le honraban mucho...... y le hacian aquella mesma reverencia y cerimonias que á Moteczuma...... creo que por eso le llevaba (Cortés) siempre consigo."2 De allí que el Monarca fuese obligado á seguir á éste en la expedición de las Hibueras.

Cuauhtemoc debió recordar tristemente la destrucción de su Imperio, cuando durante la marcha, Cortés "devastaba á sangre y fuego todo lo que se oponía á su paso." Una vez en la provincia de Acala, "le acumularon (á Cuauhtemoc) que quería cometer traición á los españoles y procuraba hacellos matar."4 Formóse proceso, "y dentro de breve tiempo se ahorcaron por justicia Cuahutimoc, Tlacatlec y Tetepanquezatl."5

"Cuando le ahorcaron dijo el Guatemuz: «¡Oh capitan Malinche! Dias habia que yo tenia entendido é habia conocido tus falsas palabras, que esta muerte me habias de dar, pues yo no me la dí cuando te entregaste en mi ciudad de Méjico; ¿por qué me matas sin justicia? Dios te lo demande.» El señor de Tacuba dijo que daba por bien empleada su muerte por morir junto con su señor Guatemuz." "Y fué esta muerte que les dieron muy injustamente dada, y pareció mal á todos los que íbamos aquella jornada."7

"Hízose esta justicia por Carnestollendas del año de 1525 en Izancanac. Fué Cuahutimoc valiente hombre, segun de la historia se colige, y en todas sus adversidades tuvo ánimo y corazon real, tanto al principio de la guerra................... cuanto en la perseverancia del cerco, y ansí cuando le prendieron, como cuando le ahorcaron, y como cuando, porque dijese del tesoro de Moteczuma, le dieron tormento...... y Cortés debiera guardarlo vivo como oro en paño, que era el triunfo y gloria de sus victorias."8

Con Cuauhtemoc, ejemplar de los más grandes capitanes, dechado

1 Cortés, 420.

2 Gomara, 4131.

3 Mártir, IV, 423.

4 Durán, II, 67.

5 Gomara, 4131.

6 Díaz del Castillo, 2522.

7 Idem, 2531

8 Gomara, 4131.

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