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tés), siete ó ocho dias sin guerra ni reencuentro alguno, fortaleciendo nuestro aposento y dando órden en otras cosas necesarias para nuestra defension y ofensa de los enemigos, y viendo que ellos no venian contra mí, salí de la dicha ciudad;"1 "y porque tuviesen qué comer (los tlaxcalteca) porque para tantos como eran no se lo podian dar abastadamente los de Tezcuco,"2 "con docientos españoles, en los cuales habia diez y ocho de caballo, y treinta ballesteros y diez escopeteros, y con tres ó cuatro mil indios nuestros amigos...... fuí.............. hasta........ Iztapalapa..... (no habiendo olvidado que Cuitlahuac), el señor della..... habia sido el principal que nos habia hecho la guerra y echado fuera de la ciudad...... E cómo fuí sentido de la gente della bien dos leguas antes que llegase," "aguardaron como buenos guerreros, así los mejicanos que fueron en su ayuda como los pueblos de Iztapalapa, y pelearon un buen rato muy valerosamente con nosotros...... todos nuestros amigos los tlascaltecas....... se metian en ellos como perros rabiosos;" "así, fuimos todas aquellas dos leguas revueltos peleando... fasta que llegamos á la dicha ciudad;"5 "de presto dejaron el campo (los mexicanos) y se metieron en su pueblo; y esto fué sobre cosa pensada y con un ardid que entre ellos tenian acordado...... hicieron que huyeron, y se metieron en canoas en el agua y en las casas que estaban en el agua..... como ya era noche escura, nos dejan aposentar..... y con el despojo que habiamos habido é la vitoria estábamos contentos; y estando de aquella manera........ cuando no nos catamos vino tanta agua por todo el pueblo, que si los principales que llevábamos de Tezcuco no....... nos avisaran que saliésemos presto de las casas, todos quedáramos ahogados; porque soltaron dos acequias de agua y abrieron una calzada (que servía de presa), con que de presto se hinchó todo de agua, y los tlascaltecas nuestros amigos, como no son acostumbrados á rios caudalosos ni sabian nadar, quedaron muertos dos dellos; y nosotros, con gran riesgo de nuestras personas, todos bien mojados, y la pólvora perdida, salimos sin hato...... con mucho frio, aun sin cenar, pasamos mala noche; y lo peor de todo era la burla y grita que nos daban los de Iztapalapa y los mejicanos desde sus casas y canoas...... cuando amaneció nos dan tanta guerra, que harto te

1 Cortés, 173.

2 Díaz del Castillo, 1522.

3 Cortés, 173-74.

4 Díaz del Castillo, 1522.

5 Cortés, 174.

y

niamos que nos sustentar contra ellos, no nos desbaratasen:"1 sobre-vino la inundación precisamente cuando los castellanos estaban quemando el pueblo.2

En este primer encuentro, las pérdidas por parte de los mexicanos ascendieron á "mas de seis mil ánimas entre hombres y mujeres y niños." Respecto de las pérdidas sufridas por Cortés, limítase éste á decirnos que "falleció un español;" 4 Díaz del Castillo por su parte manifiesta, con laconismo parecido, que "mataron dos soldados y un caballo." 5 Ni uno ni otro añaden palabra acerca de los aliados indígenas muertos, excepto el segundo que incidentalmente nos indica hubo dos ahogados, según acabamos de ver: los castellanos no acostumbraban tener en cuenta á sus aliados, ni en las victorias ni en las derrotas: más aprecio hacían de sus bestias.

Continúa Cortés: "aquel día me volví á Tasáico, peleando algunos ratos con los que salian de la mar, aunque poco daño les podiamos hacer, porque se acogian luego á las canoas." 6

Dos días después se presentaron en Tetzcoco "ciertos mensajeros de la ciudad de Otumba, y otras cuatro ciudades que están junto á ella (á celebrar alianza con Cortés).”7 Este hecho, como hemos visto, se repetía día á día desde que los españoles desembarcaron en San Juan de Ulúa.

Entretanto, Cuauhtemoc continuaba atendiendo á la defensa de su patria con actividad extraordinaria: "los mejicanos (escribe Díaz del Castillo) siempre tenian velas y guarniciones y guerreros contra nosotros;" & "ni nosotros (agrega Cortés) podiamos salir desta provincia de Aculuacan sin pasar por tierra de los enemigos, ni los españoles... venir...... sin mucho peligro." 9

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"En el interín que sucedieron todas estas cosas, murió Tecocoltzin, el cual fué bautizado y se llamó D. Fernando, que fué el primero que lo fué en Texcuco, con harta pena de los Españoles, porque fué nobilísimo y los quiso mucho."10 Buscó Cortés en seguida para reempla

1 Díaz del Castillo, 152-53.

2 Cortés, 174-75.

3 Idem, 174.

4 175.

5 153.1

6 175

7 Cortés, 175.

8 152.2

10 Ixtlilxochitl, I, 345.

zarle á algún señor que fuese asimismo "muy amigo de los cristianos," 1 escogiendo á "Ahuaxpitzactzin, que después se llamó D. Carlos, uno de los Infantes hijos naturales del Rey Nezahualpiltzintli." 2

Mucho importaba á Cortés activar la construcción de los trece bergantines, sin los que no podía emprender la toma de México. Así que, para saber si ya estaban construídos, y traer á Ahuaxpitzactzin, que permanecía en Tlaxcala, despachó á varios castellanos al mando de Gonzalo de Sandoval, los cuales, según su inveterada costumbre, "fueron quemando, y matando." 3

Llegado á Tetzcoco Ahuaxpitzactzin, de quien Cortés nos dice: "era muchacho..... y tornóse cristiano," 4 "yo (agrega el propio Cortes)..... fice que lo recibiesen por señor. E los naturales desta ciudad, aunque por entonces habia pocos en ella, lo ficieron así, y dende ahí adelante le obedecieron, y comenzaron á venirse á la dicha ciudad y provincia." 5 No obstante, el nuevo rey "gobernó muy pocos días, porque luego á pedimento de Cortés (mismo) y los demás, hicieron Señor á Ixtlilxuchitl por ser tan valeroso, y uno de los hijos legítimos (de Nezahualpiltzintli)." 6 Este Ixtlilxochitl, llamado después, como Tecocoltzin, don Fernando, fué el que desde un principio se ofreció servilmente á ayudar á Cortés; era "de edad de veinte y tres ó veinte y cuatro años, muy esforzado, amado y temido de todos:"7 "por manera que aqueste, por ser muy valiente, fue gran cuchillo para los suyos.'

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Pinta bien la bajeza de Ixtlilxochitl un historiador indígena, al decir: "muchas veces aconteció estar Ixtlilxuchitl peleando con alguno de sus parientes y desde las azoteas deshonrarle sus tíos llamándole de traidor contra su patria y deudos, y otras razones pesadas, que á la verdad á ellos les sobraba la razón; mas Ixtlilxuchitl callaba y peleaba, que más estimaba la amistad y salud de los cristianos que todo esto."

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Fué por tanto Ixtlilxochitl quien “acabó de hacer lo que había comenzado su hermano Tecocoltzin."10

1 Cortés, 179.

2 Ixtlilxochitl I, 346.

3 Cortés, 178.

4 177.

5 179.

6 Ixtlilxochitl, I, 346.

7 Cortés, 220.

8 Aguilar, 21.

9 Ixtlilxochitl, I, 363.

10 Idem, I, 346.

Por su parte, los mexicanos, sin darse momento de reposo, ora atacaban á los españoles, ora á los pueblos aliados, ora á todos á la vez. En represalias, los castellanos salían á quemar los lugares indefensos de México, regresando á su cuartel "con mucho placer y victoria." 1 De allí que todas las poblaciones incapaces de resistir, se apresuraran, sobrecogidas de temor, á demandar la amistad de los castellanos, ofreciéndoles en cambio cuanto Cortés les exigía.

Coligados de tal suerte al invasor los lugares circunvecinos, venían luego sobre ellos los mexicanos á infligirles el debido castigo; pedían entonces los aliados auxilio á Cortés, mas como no se los departía, quedaban abandonados á su triste suerte; dice Cortés: "allende de nuestro trabajo y necesidad, la mayor fatiga que teniamos era no poder ayudar y socorrer á los indios nuestros amigos, que por ser vasallos........... (de S. M.) eran molestados y trabajados de los de Culúa." 2 Los pueblos indígenas, desde el momento que se unían á los castellanos, les entregaban todas sus fuerzas guerreras, quedando por lo mismo absolutamente desamparados: en consecuencia, con dichas alianzas sólo alcanzaban la ruina ó el completo exterminio.

Á la sazón, tuvo noticias Cortés de "cómo al puerto de la villa de la Veracruz habia llegado una nao, en que venian, sin los marineros, treinta ó cuarenta españoles y ocho caballos, y algunas ballestas y escopetas y pólvora, y cómo no habian sabido cómo nos iba en la guerra, ni habia seguridad para pasar á..... (México), tenian mucha pena, y que estaban allí detenidos algunos españoles que no osaban venir."3

§ 24. LLEGAN LOS BERGANTINES Á TETZCOCO.

"Dende á tres dias, porque ya sabiamos (habla Cortés) que los trece bergantines estaban acabados de labrar, y la gente que los habia de traer apercibida, envié á Gonzalo de Sandoval, alguacil mayor, con quince de caballo y docientos peones para los traer, al cual mandé que destruyese y asolase un pueblo grande (Calpulalpan), sujeto á esta ciudad de Tesáico, que linda con los términos de la provincia de Tascaltecal, porque los naturales dél, me habian muerto cinco de caballo y cuarenta y cinco peones (Juan de Yuste y otros) que venian

1 Cortés, 180.

3 Cortés, 181.

de...... Veracruz...... á...... Tenuxtitan, cuando yo estaba cercado en ella....... Y llegado el dicho alguacil mayor á este pueblo....... los naturales dél...... comenzaron á ponerse en huida, y los de caballo y los peones españoles y indios nuestros amigos siguieron el alcance, y mataron muchos, y prendieron y cautivaron muchas mujeres y niños, que se dieron por esclavos................... pasó adelante (Sandoval) cinco ó seis leguas á una poblacion de Tascaltecal, que es la mas junta á los términos de Culúa, y allí halló á los españoles y gente que traian los bergantines. E otro dia que llegó, partieron de allí con la tablazon y ligazon dellos, la cual traian con mucho concierto mas de ocho mil hombres, que era cosa maravillosa de ver y así me parece que es de oir, llevar trece fustas diez y ocho leguas por tierra......... dende la avanguarda á la retroguarda habia bien dos leguas de distancia....................... (venían) en la delantera ocho de caballo y cien españoles, y en ella y en los lados por capitanes de mas de diez mil hombres de guerra (Ayotecatl y Euctepil)....... que son dos señores de los principales de Tascaltecal; y en la rezaga venian otros ciento y tantos españoles con otros ocho de caballo, y en ella venia por capitan, con otros diez mil hombres de guerra muy bien aderezados.......... (Chichimecatecuhtli), que es de los principales señores de aquella provincia......... hombre de mucho esfuerzo........ E llevaban estos capitanes dos mil indios cargados con su vitualla. E así, con esta órden y concierto fueron su camino, en el cual se detuvieron tres dias, y al cuarto entraron en esta ciudad con mucho placer y estruendo de atabales, y yo los salí á recibir. E........ extendíase tanto la gente, que dende que los primeros comenzaron á entrar hasta que los postreros hobieron acabado, se pasaron mas de seis horas sin quebrar el hilo de la gente." Según Herrera, acompañaban á los bergantines "ochenta mil Hombres de Guerra, que dió la Señoria..... de Tlaxcala."2 "Y no tomaron con disgusto este trabajo (observaba entonces Mártir): profesan á los mejicanos un odio tan atroz, que tienen por delicia cualesquiera trabajos que se encaminen á la ruina de aquéllos.

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Los panegiristas de la Conquista aprovechan neciamente el transporte de los bergantines susodichos para levantar á Cortés hasta las nubes, entonando en su loor falaces cantos epopéyicos; aunque convenimos con uno de esos panegiristas que la empresa era "cosa es

1 183-85.

2 III, 8 2

3 III, 360.

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