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plo ó dechado sus mílites se ocupaban en la mesma labor imitándole." 1 Andando en sus vandálicas correrías Núñez de Balboa con Rodrigo de Colmenares, "encontraron una aldea que constaba de quinientas casas diseminadas, cuyo Chebí ó reyezuelo dicen que se llamaba Abenamacheio. Así que advirtieron que iban los nuestros, abandonaron todas las casas; y, siguiendo los nuestros tras ellos cuando huían, ellos, cambiando de parecer, hicieron frente y se echaron sobre los nuestros con atroz resolución: como que los echaban de sus propios lares. Acometieron á los nuestros con espadas de madera, con palos chamuscados y con astas bien hechas, mas no con saetas, pues la gente de los golfos occidentales no pelean con arcos. Los infelices desnudos fueron fácilmente vencidos por las armas de los nuestros, que persiguiéndolos cogieron al régulo Abenamacheio y algunos otros principales. Cogido el cacique, un infante que había sido herido por él, de un sablazo le cortó un brazo." 2 Pocos días después, compadecido de aquel infeliz, se avistó su pariente y vecino el cacique Araiba con otro cacique llamado Abibeiba y le habló al tenor siguiente: "«¿Qué es esto, desdichado Abibeiba; qué gente es ésta? ¡Desdichados de nosotros que nos acosan cuando gozábamos de tranquila paz! ¿Hasta cuándo hemos de sufrir la sevicia de estos hombres? ¿No es mejor morir que sufrir lo que te han hecho padecer á ti, á nuestro pariente Abenamacheio, á Cemaco, á Careta, á Poncha y á todos los demás príncipes de nuestra clase, cautivando á las mujeres, á los hijos y también á los súbditos, llevándosenos todos nuestros bienes á nuestra vista? Á mí no han llegado aún; pero, vista la suerte de los demás, es razonable creer que no está lejos mi ruina. Probemos, pues, nuestras fuerzas; probemos fortuna contra los que echaron de su casa y maltrataron á Abenamacheio. Caigamos sobre ellos: una vez muertos éstos, tal vez los demás temerán meterse con nosotros; y si lo intentan, esos más habremos quitado de su ejército. Suceda lo que sucediere, lo habremos de sufrir con paciencia»" Puestos de acuerdo los caciques, señalaron día para la empresa, pero al ejecutarla, aquella gente desnuda "fué fácilmente derrotada y muerta en su mayor parte, cual espantado rebaño: los caciques se escaparon. Todos los que (los cristianos) cogieron vivos los mandaron cautivos al Darién, y los emplean en cultivar los campos y los sembrados." +

1 III, 18.2

2 Mártir, II, 98-9.

3 Idem, 11, 106-7.

4 Idem, I1, 108.

3

Por segunda vez traman los caciques otro ataque que igualmente fracasó; "entre muchas mujeres, que (Vasco Núñez) había robado del país, tenía una más hermosa que las demás........... (hermana de un) familiar y cortesano del cacique Cemaco..... (y el cual descubre á aquella la segunda conspiración para) que se pusiera á salvo buscando cualquier pretexto, no fuera que la mataran en la confusión.1

La joven indígena, en apartándose su hermano, previene á Núñez de Balboa, quizá porque mucho le amaba.2

. Ya sobre aviso, los españoles se adelantan á los indígenas, y mientras que por otro lugar los combatía Núñez de Balboa, "Acometió (Rodrigo de Colmenares) el pueblo llamado Tichiri en que..... se reunían las provisiones para el ejército, lo ocupó y se apoderó de todo lo que allí se había juntado, como vino de varios colores..... que..... tenía Comogro, y toda clase de pan y demás alimentos del país; prendió al sacco de Tichiri, que era el que había de llevar á cabo la empresa cual jefe del ejército, y juntamente con él cogió á cuatro de los principales, pues los encontró desprevenidos. Colgándole de un árbol que el mismo sacco habia cultivado, hizo Colmenares que lo asaetearan á vista de los indígenas, y que á los principales los colgaran en los patíbulos para escarmianto de los demás."3

Cuatro años llevaba de gobernar Vasco Núñez tan desastrosamente aquella región, cuando "[ya por no sufrir el ocio..... ya por recelo de que otro le arrebatara tamaña empresa..... ya por ambos motivos y porque comprendía que tenía irritado al Rey.....] resolvió acometer (el descubrimiento del mar del Sur).'

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"Con esperança de los avisos que..... (de varios indios) ya tenia. Vasco Nuñez sabido y entendido en mucho secreto por sus lenguas, acordó de se partir un jueves primero dia del mes de septiembre, año de mill é quinientos y trece años, y salió de la villa de Sancta Maria de la Antigua con ochocientos hombres, y embarcóse en un galeon y nueve canoas con esta gente, só color de buscar minas y inquirir los secretos de la tierra."5

"Merced..... á los indígenas..... y á nuestros carpinteros, cruzó montañas horribles, y por muchos y muy grandes ríos que encontró,

1 Idem, II, 112-14.

2 Herrera, I, 2402.

3 Mártir, II, 116-17.

4 Idem, II, 211.

5 Oviedo, III, 91.

echando puentes ó entrelazando un conjunto de largas vigas, llevó sin novedad su tropa."1

"Antes de llegar á las altas cimas de las montañas, entró en una región llamada Cuarecua; le salió al encuentro el cacique, que tenía ese mismo nombre, armado á usanza de ellos, es decir, con arcos y saetas y con macanas, esto es, con anchas y largas espadas de madera que manejan con ambas manos, y con astas de punta quemada, y también con dardos arrojadizos que tiran con ojo muy certero..... Pronto se acabó todo. Poco rato aguantaron las saetas de los escorpiones y los tiros de las escopetas [que, ayéndolos, imaginaron que los nuestros tenían á su disposición los rayos y los truenos]. Volvieron, pues, la espalda, dándose á la fuga. Como en los mataderos cortan á pedazos las carnes de buey ó de carnero, así los nuestros de un golpe quitaban á éste las nalgas, á aquél el muslo, á otros los hombros; como animales brutos perecieron seiscientos de ellos, junto con el cacique."2

"Y allí se tomó alguna gente y algun oro y perlas, y se informó mas largamente Vasco Nuñez de las cosas de la tierra adentro é de la otra mar del Sur..... dexó parte de la gente, é partióse con hasta septenta hombres; é los veynte é cinco de aquel mes, el mesmo dia que partió, llegó á los buhíos é assiento del cacique, llamado Porque, y avíase absentado; y no curó dél, sino passó adelante, siguiendo su viage, en busca de la otra mar. Y un martes, veynte é cinco de septiembre de aquel año de mill é quinientos y trece, á las diez horas del dia, yendo el capitan Vasco Nuñez en la delantera de todos los que llevaba por un monte raso arriba, vido desde encima de la cumbre dél la mar del Sur, antes que ninguno de los chripstianos compañeros que allí yban."3

Una vez que los españoles dieron las gracias á Dios, suplicándole "con mucha devocion que los dexasse descubrir y ver los grandes secretos é riqueças que en aquella mar y costa avia..... prosiguieron su camino hasta unos buhíos cerca de la mar del Sur, en tierra del cacique Chape, de los quales se avian absentado los indios; y aposentáronse allí estos españoles, esperando á los otros compañeros que avian quedado en los buhíos del cacique Torecha. Y á los veynte é nueve de aquel mes, dia de Sanct Miguel, tomó Vasco Nuñez veynte é seys hombres con sus armas, los que le paresció que estaban mas dispuestos, é dexó allí en Chape los restantes, é fuése derecho á la costa del mar

1 Mártir, II, 214-15. 2 Idem, II, 216-17.

3 Oviedo, III, 102.

Austral al golpho quél avia nombrado de Sanct Miguel, que podia estar media legua de allí. Y en unos grandes ancones y llenos de arboledas, donde el agua de la mar crescia é menguaba en gran cantidad, llegó á la ribera á hora de vísperas, é el agua era menguante; y sentáronse él y los que con él fueron, y estuvieron esperando quel agua cresciesse, porque de baxa mar avia mucha lama é mala entrada; y estando assi, cresció la mar á vista de todos mucho y con grande ímpetu. Y cómo el agua llegó, el capitan Vasco Nuñez, en nombre del Sereníssimo é muy Cathólico Rey don Fernando, quinto de tal nombre, é de la Reyna Sereníssima é Cathólica doña Johana, su hija, é por la corona é ceptro real de Castilla, tomó en la mano una bandera y pendon real de Sus Alteças, en que estaba pintada una imágen de la Virgen Sancta Maria, Nuestra Señora, con su prescioso Hijo, Nuestro Redemptor JesuChripsto, en braços, y al pié de la imágen estaban las armas reales de Castilla é de Leon pintadas; y con una espada desnuda y una rodela en las manos entró en el agua de la mar salada, hasta que le dió á las rodillas, é començóse á passear, diciendo: « Vivan los muy altos é muy poderosos Reyes don Fernando é doña Johana, Reyes de Castilla é de Leon é de Aragon, etc., en cuyo nombre é por la corona real de Castilla tomo é aprehendo la possesion real é corporal é actualmente destas mares é tierras é costas é puertos é islas australes, con todos sus anexos é reynos é provincias que les pertenescen, ó pertenescer pueden en qualquier manera é por qualquier raçon é título que sea ó ser pueda, antiguo ó moderno, é del tiempo passado é pressente ó por venir, sin contradicion alguna. É si alguno otro príncipe ó capitan, chripstiano ó infiel, ó de qualquier ley ó secta ó condicion que sea, pretende algun derecho á estas tierras é mares, yo estoy presto é aparexado de se lo contradecir é defender en nombre de los Reyes de Castilla, pressentes ó por venir, cuyo es aqueste imperio é señorio de aquestas Indias, islas é Tierra-Firme septentrional é austral con sus mares, assi en el polo ártico como en el antártico, en la una y en la otra parte de la línea equinocial, dentro ó fuera de los trópicos de Cáncer é Capricornio, segund que mas cumplidamente á Sus Majestades é subcessores todo ello é cada cosa é parte dello compete é pertenesce, é como mas largamente por escripto protesto que se dirá ó se pueda decir é alegar en favor de su real patrimonio, é agora é en todo tiempo en tanto quel mundo turare hasta el universal final juicio de los mortales.»>"1

1 Idem, III, 11-13.

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Hasta marzo de 1514 no volvió Vasco Núñez al Darien;1 ávido de riquezas, se dedicó á recorrer las tierras del mar del Sur, déjando por doquiera honda huella de inauditas crueldades, como la ejecutada en el cacique Paera. Arrojado éste de su pueblo, mándale llamar Vasco, y aunque se resistía con razón el indígena á obedecer el llamamiento, al fin se presenta acompañado de otros tres caciques, atemorizado por las amenazas de los españoles; Vasco entonces "le echó los perros guerreros, y sus cadáveres destrozados los mandó quemar,' "2 sin otro motivo, á nuestro entender, que porque "le preguntó (á Paera) con blandura, adonde se cogia el Oro de aquella Tierra, que tenia mucha Fama, que abundaba de ello? i por muchas amenaças que le hizo, i tormentos que le dió, no aprovechó."3

Quizás á causa de que Núñez de Balboa dió pruebas de ferviente catolicismo, pues "No hay (decía Mártir) ningún acto suyo, ni viaje alguno, sin invocar los Santos del cielo, y delante siempre á la Virgen Madre de Dios...... le reputaron (en España) digno de honores y mercedes;" sin tener en cuenta sus infinitos excesos, el Rey Católico no sólo le envió el título de Adelantado del mar del Sur, que sin duda merecía, sino también el "de gobernador y capitan general de las provincias de Coyba é Panamá."5

§ 7. PEDRO ARIAS DÁVILA.

En el mismo año en que Núñez de Balboa realizaba su descubrimiento, venía para las Indias Pedro Arias Dávila "con una hermosa armada á conoscer de las culpas de Vasco Nuñez de Balboa, é á gobernar á Castilla del Oro en la Tierra-Firme;" hasta "los doce dias de junio, un lunes, llegó el armada al puerto de Sancta Marta, ques en la costa de Garra en la Castilla del Oro, y desde allí començaba la gobernacion de Pedrarias."7

Una de las primeras providencias que tomó éste al llegar allí fué mandar que "se catassen las minas;"8 "entrando cierta capitania de

1 Mártir, II, 284.

2 Idem, 11, 253.

3 Herrera, I, 269.1

4 II, 285.

5 Oviedo, III, 42.1

6 Idem, III 211.

7 Idem, III, 25.; y 2

8 ldem, III, 27.1

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