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He indicado brevemente cuáles fueron los principales autores de que se sirvió el P. Mendieta; veamos ahora quiénes á su vez se aprovecharon de los escritos de este.

Aun no habia concluido su Historia Eclesiástica cuando el general de la órden Fr. Francisco Gonzaga, le envió á pedir lo que tenia. escrito, y entonces nuestro autor le remitió el « Memorial» de esta provincia que comprendia, segun nos informa el P. Domayquía, las vidas de los primeros doce religiosos y de otros que fueron despues de la provincia de San Gabriel.» Estas vidas, prosigue diciendo el P. Domayquía, las dió el general Gonzaga á Fr. Juan Bautista Móles, quien las imprimió en castellano en su « Memorial de la Provincia de San Gabriel », (12) y el mismo general las insertó en su crónica latina. (13) No he logrado ver el Memorial de la Provincia de San Gabriel; pero las Vidas que hay en la obra de Gonzaga, son indudablemente las de nuestro Fr. Gerónimo, á quien cita dos ó tres veces en apoyo de algunas historias maravillosas que refiere, y que se encuentran tambien en la presente obra. Parece que ademas de las Vidas, son asimismo de nuestro Mendieta las noticias de conventos que trae Gonzaga, y que todo eso comprendia el Memorial que aquel le remitió. Probablemente el mismo Memorial fué el que tuvo Betancurt, y cita con el siguiente título, en la lista de los manuscritos de que se valió para escribir sus obras: «Un >> cuaderno escrito por el R. P. Fr. Gerónimo de Mendieta, con las >> fundaciones de conventos, vidas de algunos varones ilustres, y sin»gulares casos que sucedieron con (sic) el viaje de los doce primeros »padres, con dia, mes y año, y lo que se decretó acerca del modo de >>administrar los santos sacramentos. »(14) De las crónicas de Móles y de Gonzaga tomó Daza (5) mucho de lo que dice en la suya acerca de la predicacion del Evangelio en estas tierras; y he aquí que en cuatro obras por lo menos (las de Gonzaga, Móles, Daza y Betancurt), están impresas, bien sea en parte, ó abreviadas, ó traducidas, las Vidas escritas por Fr. Gerónimo de Mendieta.

(12) Impreso en Madrid, por Pedro Madrigal, 1592, en 4o, segun D. Nicolás Antonio.

(13) De Origine Seraphicæ Religionis Franciscanæ ejusque progressibus, de Regularis Observancia (sic) institutione, forma administrationis ac legibus, admirabilique ejus propagatione. Roma, ex typographia Dominici Basæ, 1587. En fol., de 1400 págs., con muchos grabados en dulce. La parte cuarta comprende las provincias de las Indias Orientales y Occidentales.

(14) Al principio de su Teatro Mexicano (México, 1698). A continuacion anota « Un libro escrito en cuarto por el R. P. Pedro de Oroz el año de 585, dedicado á » la Señora Doña Blanca Enriquez, Marquesa de Villamanrique, que está de verbo ad » verbum en latin en lo trae que (sic) de esta Provincia el Illmo. Gonzaga.» El cotejo del texto español de Mendieta con el latino de Gonzaga no deja duda de que este es una traduccion de aquel; pero traduccion libre, y no de verbo ad verbum. Betancurt tuvo las Vidas de Mendieta: ¿cómo, pues, no dice que en Gonzaga estén estas, sino lo que escribió el P. Oroz? ¿ Refundiria este el trabajo de Mendieta, y esta refundicion seria la que sirvió á Gonzaga? He aquí un punto que no me es posible aclarar. 15 Quarta Parte de la Chronica General, &c., lib. II, caps. 1 á 60.

Aunque anterior en el órden de los tiempos á Betancurt, he dejado de intento para lo último el nombre de otro escritor que aprovechó los trabajos del P. Mendieta, y ya no solo las Vidas ó el Memorial, sino el todo ó la mayor parte de su grande obra la Historia Eclesiástica Indiana. Ya comprenderá el lector que hablo del P. Fr. Juan de Torquemada, autor de la célebre Monarquía Indiana, libro que en concepto de algunos le hace acreedor el sobrenombre de Tito Livio de la Nueva España. ( Tal uso hizo Torquemada de los escritos de Mendieta, que no faltó quien le tratase de plagiario, cargo de que otros han procurado defenderle. Esta cuestion ha permanecido indecisa, como era forzoso, no existiendo el documento indispensable para resolverla, cual era la obra del P. Mendieta: publicada ahora esta, cada uno puede decidir la cuestion segun su propio juicio. Sin tratar de prevenir el del lector erudito, y aunque ya habria yo hecho lo bastante con presentarle la pieza capital que faltaba en el proceso, agregaré aquí algunos apuntes que facilitarán el conocimiento de la causa, y que por ser en parte sacados de libros raros, no pueden obtenerse con facilidad.

La primera indicacion de haberse aprovechado Torquemada de los escritos de Mendieta, remonta á los principios del siglo XVII. Fr. Juan Bautista, discípulo de Mendieta, y maestro á su vez de Torquemada, dice en el curioso prólogo de su Sermonario mexicano, impreso en 1606, lo que sigue: «Escribió (Mendieta) en la lengua >> castellana un gran libro que intituló Historia Eclesiástica Indiana, >>de la venida de los primeros religiosos á esta Nueva España, &c. >>Y las vidas de muchos y sanctos religiosos de esta provincia del >> Santo Evangelio, el cual antes que muriese me lo entregó para » que yo lo imprimiese. Y háse mejorado en haber caido en manos » del P. Fr. Juan de Torquemada, guardian del convento de Sanc>>tiago Tlatilulco, discípulo mio, y singular amigo, que no le dará » menos vida y espíritu del que dió al libro que escribió de la vida »y milagros del beato Fr. Sebastian' de Aparicio que imprimió los >>años pasados.» De esta noticia tomó pié Betancurt para soltar la acusacion de plagio, en estos términos: «Escribió (Mendieta) mu>>chos sermones de que se valió el P. Juan Bautista, como lo dice »en el prólogo que imprimió del Adviento (el Sermonario), donde » dice tambien que el V. P. Mendieta escribió la Monarquía In»diana, y que á él se la dejaba; pero que fué á dar á manos del >> P. Torquemada, discípulo suyo, que le dará no menos espíritu »que su autor, y asi fué que la imprimió en su nombre. En su vida » (del P. Mendieta) dice el P. Torquemada, escribió (Mendieta) >> un libro que intituló Historia Celestial (sic) Indiana, que remitió »á España, y no sé qué se hizo.» (17) Pudiera acusarse de mala fe á Betancurt en este pasaje, pues el P. Bautista no dice que Mendieta

(16) BERISTAIN, Op. cit., tom. III, pág. 207.

(17) Menologio, pág. 46.

escribiera la Monarquía Indiana, sino la Historia Eclesiástica Indiana, y se creeria que Betancurt cambió el nombre para agravar mas la acusacion, haciendo entender que el plagio de Torquemada habia sido tan completo, que hasta el nombre del libro habia usurpado. Mas como en otro lugar, (18) al tratar del P. Mendieta, da el título exacto, diciendo que escribió la Historia Eclesiástica Indiana, debemos pensar caritativamente que el título de Monarquía Indiana fué solo un error de pluma. De todos modos, es demasiado atrevimiento ó ligereza asegurar que Torquemada imprimió en su nombre la obra de Mendieta, puesto que Betancurt no conocia esta ni sabia lo que se hizo. Probablemente halló que las Vidas (de las cuales tenia copia, como antes vimos) conformaban con las de Torquemada, y por aquello de ab uno disce omnes, generalizó temerariamente la acusacion.

Pretendió defender de ella á Torquemada el erudito é infatigable colector y editor D. Andrés Gonzalez de Barcia en el prólogo á la segunda edicion de la Monarquía Indiana; pero así como Betancurt soltaba al aire el cargo, tambien la defensa tenia que ser á tientas, una vez que ni el uno ni la otra podian fundarse en la comparacion de ambas obras. El principal argumento del defensor consiste en que Torquemada declara varias veces haberse servido de los escritos de Mendieta, lo cual, á juicio de Barcia, basta para librar á aquel de la nota de plagiario, y añade que no hizo sino usar del derecho de todo historiador á servirse de las noticias de sus predecesores. Más breve, pero mas curiosa, es la defensa de nuestro dean Beristain. Recopila en pocas palabras los argumentos de Barcia, y luego añade con gran desenfado, que «ni en el estilo, ni en la copia, ni en la erudicion, ni en el método se parece la obra de Torquemada á lo que escribió Mendieta.» ¿Cómo y dónde haria Beristain el cotejo de las dos obras, faltándole una de ellas? Y si no leyó mas que una, ¿cómo se atreve á calificar á ciegas la diferencial entre ambas? Pero ¡ojalá que esta fuese la única prueba de la lamentable ligereza con que solia escribir nuestro bibliotecario!

La verdad es que Betancurt asentó una proposicion notoriamente falsa cuando dijo que Torquemada habia impreso en su propio

(18) Id. op., pág. 140. Allí mismo habla de la impresion de la Vida de Fr. Sebastian de Aparicio y de la Monarquía Indiana de Torquemada, en términos tan embrolados y con tal puntuacion, que sin violencia pudiera inferirse que atribuye ambas obras á Mendieta. Juzgue el lector por el pasaje que copio al pie de la letra: «Cõ>>pufo (el P. Mendieta) vn gran libro, que intitulò Hiftoria Eclefiaftica Indiana, de » la venida de los doce primeros Religiofos à la Nueva Efpaña, y las vidas de muchos » Varones fantos de la Provincia; dejòlo al P. Fr. Iuan Baptifta para que lo imprimieffe y dice en el Prologo del Adviento, q fe mejorò con paflar à manos del P. Fr. Juan de Torquemada fu dicipulo que le darà mejor vida, y no menos efpiritu à la >> vida de Fr. Sebaftian de Aparicio, q imprimiò el P. Fr. Iuan de Torquemada imprimiò el año de 600. la vida del V. H. Fr. Sebaftian de Aparicio, que eftà para beatificarfe, imprimiò en Sevilla el año de 615. por Mathias Clavijo las tres partes de la Monarquia Indiana, que hã fido en el Orbe celebradas, valiendofe de los muchos efcritos de los mas antiguos Padres. »

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nombre la obra de Mendieta: basta con ver el volúmen de ambas, para conocer que no son una misma. La Historia Ec reduce al presente tomo, mientras que la Monarquía tiene tres de á folio; y aunque se descarte lo mucho que ocupan en ella las digresiones ajenas al asunto, todavía queda un cuerpo de historia notoriamente mas copioso. Torquemada gasta una parte considerable de su obra en referir la historia de las diversas naciones que poblaron este pais: no solo anota por menor la serie de sus reyes ó capitanes, con los hechos de cada uno, y todo lo concerniente á la religion, leyes y costumbres de aquellos pueblos, sino que los compara con las naciones de la antigüedad. Añade despues, por extenso, la historia de la conquista del pais por los españoles, y continúa la serie del gobierno político hasta la época en que escribia, alargándose á dar noticia de los descubrimientos en el Mar del Sur, y de los sucesos de las Filipinas y el Japon. Cierto que todo esto, y mas que hay todavía, no es siempre de escogida crítica ni de notoria utilidad para los estudios americanos; pero la casi totalidad de ello falta en Mendieta, y eso basta para probar que Torquemada no imprimió en su nombre la obra de aquel. Mas al llegar á la predicacion del Evangelio en estas partes y conversion de los indios á la fe católica, se encontraron ya nuestros autores en un mismo terreno: entonces fué cuando Torquemada tomó de los escritos de Mendieta á manos llenas, y lo hizo de tal modo, que es imposible absolverle de la acusacion de plagio.

Si comete este delito literario, no solo el que se apropia por completo una obra ajena, sino tambien el que «hurta los conceptos, sentencias ó versos de otro, y los vende por suyos,» (19) la publicacion de la obra que el lector tiene á su vista, es la mejor prueba de que le cometió Torquemada. No se trata solo de haber «hurtado conceptos ó sentencias,» sino capítulos enteros unos tras otros: se trata de haber hecho en ellos los cambios necesarios para ocultar su origen, y hasta de haberse apropiado circunstancias enteramente personales del verdadero autor. Para que el lector pueda cerciorarse con facilidad de que no exagero, le ofrezco, al fin de esta Noticia, una Tabla comparativa de ambas obras, donde encontrará otras muchas observaciones particulares, que no cabrian bien aquí, y que corroboran

mi aserto.

El hecho es, pues, innegable; resta saber si Torquemada puede alegar en su defensa la circunstancia de haber declarado el origen de lo que tomó á Mendieta. Segun Barcia, así lo hizo, y con tal fundamento pretende exculparle; pero es en vano. En el prólogo general de la Monarquía cuenta Torquemada que gastó gran trabajo en componerla, «porque como de las cosas eclesiásticas de esta Nue» va España ha habido tan pocos ó ningunos escritores...... me ha sido

(19) Véanse el Diccionario de la Academia, el de Terreros y el etimológico de Monlau.

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»>forzoso juntar y conferir papeles y memoriales con mucha fatiga >> de mi entendimiento é imaginacion, inquirir é investigar la ver»dad de lo que se escribe de personas fidedignas, sacar relaciones »> y testimonios ciertos de escribanos y archivos de los monasterios.>> Prosigue diciendo que los primeros padres no cuidaron de escribir lo sucedido en sus dias, «aunque de dos de ellos he hallado es>>> critos de que mucho me he aprovechado. El uno de Fr. Francis>>co Jimenez, que escribió la Vida de Fr. Martin de Valencia; y » otro de Fr. Toribio de Motolinia, que dejó en un libro algunas » memorias de los acaecimientos de su tiempo.» No pongo en duda que la Monarquía Indiana costaria gran trabajo á su autor; pero negar que antes hubiese habido escritores de las cosas eclesiásticas, cuando precisamente de ellas trata la obra de Mendieta, de la cual tomó casi todo cuanto dice acerca de la materia, no me parece que sea confesarse obligado á aquel escritor. Verdad es que le cita muchas veces; ¿pero cómo? Despues de copiarle largamente, llega tal vez á un punto donde ya no le es posible apropiarse el texto: cita entonces á Mendieta, y apenas ha salido del mal paso, sigue copiándole como antes, sin decir ya de quién es aquello; con la cual cita, lejos de dar á Mendieta lo que es suyo, acaba de deslumbrar al lector, quien por lo mismo que ve citadas como ajenas aquellas líneas, cree firmemente que pertenece á Torquemada lo que precede y sigue. Pero qué más, si al copiar la carta de Mendieta al general Gonzaga, dice (lib. XX, cap. 73) que la pone «para que se vea la elegancia >> del estilo del autor, » como si ninguna muestra de él tuviéramos en lo mucho que ya le habia tomado!

Quiero añadir aquí, como es justo, dos pasajes que parecen favorecer á Torquemada. Uno es del prólogo general, y dice así: « Muchas razones me movieron á los principios á poner mano en » esta historia, de las cuales es una haber sido mucho de ello traba»jos muy sudados de los religiosos de la órden de mi seráfico P. »S. Francisco, especialmente de los padres Fr. Toribio Motolinia y >> Fr. Francisco Jimenez (como dejamos dicho), Fr. Bernardino de » Sahagun y Fr. Gerónimo de Mendieta, que despues de ellos aña» dió otras, y por ser de su órden quiso ponerlo en estilo sucesivo » histórico.» El otro pasaje se encuentra en la vida de nuestro padre Mendieta (lib. XX, cap. 73): «Escribió muchas cosas, en es»pecial el libro que intituló Historia Eclesiástica Indiana, el cual » envió a España al P. Comisario general de Indias, para que lo hi»ciese imprimir: obra, cierto, grandiosa, y de mucho trabajo y gus» to: no sé qué se hizo. Otro libro escribió en que recopiló muchos »> avisos y constituciones para esta provincia y para la reforma de la » vida, y muchas cartas de grande erudicion, escritas á diferentes propósitos: el cual libro tengo en mi poder, y de él y de algunos bor»rones del primero me he aprovechado mucho en estos mios: en es»>pecial en las cosas de la conversion de estas gentes indianas, y de » las vidas de los religiosos que en ellos refiero, porque fué muy

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