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quedan menos crímenes, y si es menester atribuir á la voluntad soberanamente ilustrada de Dios el esterminio de los albigenses, los degüellos de San Bartolomé, la tiranía de Luis XIV y las torpezas de Luis XV, la unidad francesa y su revolucion, seria absolutamente imposible amnistiar á la Providencia.

tiempo el honor de contar entre sus adeptos á
un emperador. Se llamaba Miguel. Personajes
muy ortodoxos por otra parte han seguido
igualmente su doctrina atribuyendo á la Divi-
nidad todas las acciones de los hombres, aun
las mas infames. Deus operatur in omne ope-
rante, dice Santo Tomás. En fin, hoy tambien
vemos famosos historiadores de acuerdo con
Santo Tomás, con los cainitas y los idólatras,
prosternarse delante de los hechos y de los
hombres, cualesquiera que sean, y si atesti-terialista.
guan poca admiracion por Judas Iscariote, es
acaso solamente porque tuvo la debilidad de
ahorcarse, y sobre todo la poca destreza de
perder sus treinta dineros.

No creemos en este fatalismo místico y devoto que no es despues de todo mas que una trasformacion hipócrita del fatalismo ma

El hombre es libre, puede escoger entre el bien y el mal, esta es una verdad de la que estamos tan ciertos como lo estamos de nuestra propia existencia y que debe bastarnos sin Si los romanos han oprimido el mundo, que tengamos que turbar nuestra espíritu con era, escriben ellos, para preparar una base vanos sofismas: no comprendemos el bien momaterial al imperio de la Iglesia universal. Ha ral sino como resultado de una eleccion pertenido emperadores para que pudiese haber fectamente libre. Dejemos á los teólogos que papas. Los idólatras han entregado á los cris-nos digan que las criaturas que no pueden petianos á las fieras del circo, los arrianos han car, como son aparentemente los ángeles y perseguido á los católicos, estos quemado á como hubiera sido la raza de Adan sin la cailos arrianos para que el cristianismo se esta-da, que estas criaturas son mas perfectas que bleciese por lo menos en una parte de la tier- nosotros; estas son especulaciones que están ra. Los Médicis han destruido la república fuera de nuestro dominio y que para nada nos porque Dios queria que la Italia brillase por interesan. las artes y la poesia. En este sistema, Gui- Dejémosles igualmente que disputen acerllermo el Bastardo no es ya un propietario ca de la cuestion de saber, si en el ejercicio qué distribuye á las gentes de su bando las de nuestro libre albedrio, podemos contrariar tierras y los bienes de un pueblo destruido; los designios de la Providencia relativamente es un enviado de la Providencia, preparando, á la causa final del mundo, puesto que estos sin saberlo, la grandeza de Inglaterra. El ase- designios, cualesquiera que ellos sean, no los sino de los hermanos de Witt no es ya un podemos conocer. San Agustin sostiene que asesino, es un predestinado que Dios eleva no nos es dado concurrir á los designios de sobre los restos sangrientos de la república Dios, ó en otros términos, hacer el bien sino para suministrarle los medios de reemplazar cuando estamos asistidos por una gracia espela raza desechada de los Estuardos. Con se- cial de la Divinidad. Pelagio y sus sectarios mejantes ideas, Sila el Dichoso, que murió han sostenido al contrario, como lo hacia la "......tranquilo como un buen ciudadano en el escuela estóica, que nosotros no tenemos ninseno de su ciudad,» César Borgia, Feli-guna necesidad de esta gracia, y han quemado pe II, etc., no son malvados, sino hombres que cumplen una mision, instrumentos que Dios ha marcado con su sello dándoles la consagracion del triunfo.

a los pelagianos. Gotteschalk y otros, llevando á sus últimas consecuencias la idea de San Agustin, han negado que el hombre tuviese la libertad de hacer cosa alguna por sus Es muy meritorio seguramente, ver tam- propias fuerzas. Un obispo hizo apalear y mobien por todas partes el dedo de la Providen- rir en prision al desgraciado Gotteschalk. Calcia; es, sobre todo ventajoso en este mundo vino negó igualmente el libre albedrio y maninclinarse delante de aquellos que ella eleva, dó quemar á Servet que sostenia la opinion y adorar humilde el poder de donde viene. Sin contraria. Calvino sostuvo que la Iglesia está embargo, parece poco respetuoso para la Di-formada esclusivamente de la reunion de los vinidad Suprema creer que se conduce por la predestinados, es decir, de todos aquellos que máxima detestable y famosa: el fin justifica Dios ha escogido desde el origen de los tiemlos medios. pos para el cumplimiento de su obra. «Segun No, otra cosa es el fin, otra cosa es el me-el, un niño que muere al nacer, está, sin emdio. El uno y el otro tienen su carácter moral bargo, colocado, bien entre los elegidos, bien distinto y propio. Lo mismo que una buena entre los condenados, pues que Dios con su intencion puede tener malos resultados y que presciencia cierta, sabe si este niño debia ser un hombre muy honrado puede cometer actos un hombre virtuoso ó un malvado.» ¿Quién no dañosos, lo que no impide que la intencion sabe lo que esta doctrina melancólica, que hasea pura y el hombre virtuoso, lo mismo pue-ce del hombre la víctima de una sentencia de suceder que el perjurio, el robo, el asesi- pronunciada para toda la eternidad, ha revonato, traigan, por el horror mismo que inspi-lucionado las conciencias, y la sangre que ha ran, consecuencias útiles á la moral y al bien-hecho derramar en Francia, en Alemania, y estar de un pueblo. Pero estos crímenes no sobre todo en Holanda, donde dió lugar á las

célebres disputas de los arminianos y de los gomaristas?

Arminio, profesor de teología en Leida siguiendo los principios de Zenon, de Seneca, de Ciceron, enseñó que los hombres pueden salvarse por su propia virtud.

una cuenta que dar. La conciencia basta á demostrarlo. Sepamos nosotros obedecerla y será cumplida nuestra tarea. En cuanto á los demás, siempre podremos decir con uno de los mas bellos genios que han brillado en el mundo: «Hay mas cosas en el cielo y sobre la tierra, mi querido Horacio, que lo que imagina toda nuestra ciencia pensadora.»

There are more things in heaven und earth, Horatio.
Ihan are dream't of in our philosophy.

Pero si nosotros estamos dotados del libre albedrío, dicen los gomaristas en oposicion a Arminio, nosotros no podemos poner trabas á la voluntad inmutable de Dios, y además Dios | no puede saber lo que nosotros haremos en virtud de nuestras determinaciones espontáneas, proposicion que seria una blasfemia. Los arminianos respondieron que Dios no prevee, FINISTERRE. (COMBATES Y BATALLA NAsino que ve el porvenir, atendido á que para VAL DEL CABO DE) (Historia.) Cuatro suceél no hay tiempo y que todos los siglos están sos importantes han tenido lugar en la altupresentes como un solo punto en su pensa-ra de este cabo, el primero el 14 de junio miento; que tambien la presciencia divina puede concordar perfectamente con la libertad humana sin que sea necesario recurrir al dogma injurioso de la predestinacion; en fin, los socinianos, sin embarazarse por la objecion de Calvino, negaban resueltamente esta presciencia divina en lo que concierne á las acciones humanas, y por consecuencia rechazaban el dogma de la causa final.

Aquí se coloca uno de los episodios mas vergonzosos de la historia de los hombres: como Barneveldt, primer magistrado de la república y una de las mas nobles figuras dignas de admirar, estaba por Arminio, Mauricio de Nassau, queriendo otra cosa que la república, se declaró por los gomaristas, y ayudado del fanatismo envió á Barneveldt al suplicio.

de 1745, en la cual una escuadra inglesa compuesta de seis buques de linea, y mandada por el almirante Auson, quitó una escuadra francesa de cuatro buques de línea y de cinco fragatas mandada por el marqués de Fouquiere; el segundo, el 25 de octubre del mismo año, ganado por los ingleses, con veinte buques de linea mandados por el vice-almirante Hawcke, contra Mr. de Etenduere, que no tenia mas que ocho que oponerle, y no pudo salvar mas que dos; sin embargo, en el uno y en el otro de estos combates, las flotas mercantes que las escuadras francesas escoltaban, tuvieron la suerte de escapar y de llegar á su destino.

La batalla naval del 4.o de junio de 4794, que hizo tanto ruido en Europa, merece una relacion detallada.

tante del pueblo Juan Bon-Saint-André moutaba el buque almirante, las islas Coves y Flores habian sido designadas como punto de reunion.

Al empezar este articulo decíamos que la mayor parte de las cuestiones relativas à la Con el objeto de proteger un rico convoy causa final del mundo son insolubles. Creemos procedente de América bajo la conserva de dos haber dicho lo bastante para justificar estos buques de guerra mandados por el almirante epitetos, y demostrar además que con discu-Nielly, el Comité de salvacion pública en Fransiones ridiculas pueden traerse crimenes de cia mandó armar en Brest una flota de veinte consideracion. Voltaire se burlaba con razon y seis buques de línea cuyo mando fué confiade aquellos que pretenden que los ojos no es-do al almirante Villaret-Joyeuse; el representán destinados para ver, y de aquellos que sostienen que las narices han sido creadas para llevar espejuelos. ¿Qué nos importa á nosotros este fin de los fines que no podemos conocer? ¿Tenemos necesidad de este conocimiento para hacer el bien? El mal moral exis-á te; nosotros sentimos que debemos evitarlo y que no lo podemos. El mal fisico, nosotros debemos emplear nuestras fuerzas para alejarle de nuestros semejantes. Una regla está escrita en nosotros, y es la de no sacrificar el interés legítimo de otro á nuestro propio interés, la de amarnos los unos á los otros. Aquí está nuestro fin próximo, el único del cual debemos cuidarnos. Ignorando todo lo que concierne á la esencia de cualquiera cosa que ésto sea, no comprendiendo y no pudiendo comprender mas que relaciones y nada de absoluto, colocados nosotros, no sabemos cómo ni por qué, entre dos eternidades, sabemos solamente que en este largo viaje de la naturaleza que parece dirigirse à alguna parte tenemos

La flota apenas salia del puerto de Brest, los gritos de ¡Viva la república! ¡Mueran los ingleses! cuando encontró veinte y seis buques de linea y doce fragatas mandadas por el almirante Howe. A la vista de esta escuadra enemiga, los tripulantes franceses piden el combate. El representante del pueblo que habia notado la irresolucion del almirante Villaret, deseoso de seguir las instrucciones que habia recibido del Comité de salvacion pública, ordena la señal de alarma general. Este primer ataque, comenzado en la tarde del 29 de mayo, separó del resto de la armada el navío el Revolucionario, que formaba parte de la retaguardia.

El ataque del dia siguiente, que se verificó á las diez de la mañana, fué enteramente ventajoso para los franceses; por la tarde,

ha

biendo sobrevenido una espesa niebla, se puso fin al segundo combate.

del imperio se dividió entre el Senado y el príncipe: la renta que administraba el Senado El 4 de junio, al rayar el dia, habiéndose se derramaba en el ærarium ó tesoro de la aclarado el cielo, el almirante inglés atacó república; la renta de los demás pertenecia al oblicuamente y dirigió todos sus esfuerzos fisco ó tesoro imperial. En poco tiempo, la contra la izquierda de la línea francesa, que autoridad del Senado y el tesoro de la repúno tardó en verse desbaratada. Pronto la pe-blica dieron lugar al poder del emperador y lea vino á ser general; los actos de mas gran-á su tesoro: todas las rentas del imperio fuede valor, los hechos mas heróicos señalaron ron derramadas en el fisco.

esta memorable jornada. El buque almirante El carácter injusto y rapaz de la adminisLa Montagne, atacado por cinco buques in-tracion romana es bien conocido. El nombre gleses, logró escaparse; el navío el Vengeur, del fisco que habia sido invocado para autoridesamparado, acribillado de balas y haciendo zar innumerables espoliaciones, despertaba á agua por todas partes, dió el ejemplo de la menudo las quejas de los pueblos oprimidos: mas sublime abnegacion. Los marinos que le sobrevivió á los emperadores y al imperio; montaban, lejos de dirigirse al momento donde fué aplicado al tesoro de los reyes de España el buque tenia el mayor peligro, echaron al y Francia, y este término todavía subsiste enagua el cargamento en el instante en que los tre nosotros. cañones de la primera batería se habian puesto á flor de agua. Suben todos al puente «y elevan el pabellon, temerosos de que sobre-al nade, y con los brazos levantados al cielo agitando sus sombreros por el aire, se sumergen como en triunfo á los gritos mil veces repetidos de ¡viva la república! ¡viva la libertad! ¡viva la Francia! en el abismo, que llega á ser para ellos la mas gloriosa de las sepul

turas.»>

Una resistencia tan obstinada, dice un historiador, habia maltratado cruelmente á los buques ingleses, y la derecha de Villaret no habia sufrido nada; virando de bordo los hubiese sorprendido en su desórden y hubiera cambiado la fortuna. El almirante quiso hacer el movimiento decisivo; el representante, cuyo valor parecia alterado, no lo permitió. Seis buques de la izquierda fueron capturados, y la escuadra francesa maniobró para entrar en Brest.

Es de notar, sin embargo, que este nombre casi siempre ha sido mal empleado. Designa tesoro percibiendo el impuesto, al tesoro apremiando á los pueblos y devorando los frutos de su trabajo. Cuando el tesoro paga se llama simplemente el tesoro, y cuando pide los impuestos mas odiosos entonces se llama fisco.

Se dice que un hombre de Estado es fiscal cuando no piensa mas que en aumentar los productos del impuesto: tambien se dice en el mismo sentido una ley fiscal, una ciega fiscalía.

Pero los escesos de que podemos reconvenir al fisco de nuestros tiempos, son los menores de aquellos de que se habia hecho culpable el antiguo fisco. El principal alimento de los ódios que inspiraba era la confiscacion.

La confiscación fué introducida en las leyes romanas por Sila. Despues de su victoria sobre el partido popular, proscribió una canLa Convencion nacional decretó que la tidad considerable de ciudadanos y adjudicó armada naval habia merecido bien de la patria, sus bienes al tesoro público. Este buen ejemque un modelo del buque el Vengeur se sus-plo no fué perdido: en las guerras civiles que penderia en el Panteon, y que para inmorta- estallaron despues de la muerte del terrible lizar la sublime abnegacion de las tropas que dictador, un gran número de ciudadanos fuele montaban, su muerte gloriosa fuese pro-ron privados de la vida y de sus bienes. En fin, puesta por asunto á los poetas, á los pintores y á los escultores.

El cuarto y último empeño de que las aguas del cabo de Finisterre fueron testigo, tuvo lugar el 9 de julio de 1805, entre una escuadra inglesa de quince buques mandada por el almirante Calder y una flota combinada de Francia y España. Cuatro buques ingleses fueron desmontados, y dos buques españoles que habian caido en poder de la flota inglesa fueron capturados. Esta vez los ingleses no llevaron la mejor parte en la contienda.

FISCO. (Política.) Los romanos llamaban fiscus á la canasta de mimbre en la cual las rentas públicas se conducian sobre el lomo de un mulo. Esta palabra designó primeramente el tesoro público; y á principios det império el tesoro particular del principe. Sabemos que en esta época la administración de las provincias

SUPLEMENTO.

bajo el régimen imperial, la confiscacion, es decir, la adjudicación de los bienes al fisco, se organizó en sistema, se regularizó y se estendió. El fisco tenia grandes necesidades: las prodigalidades estravagantes de los emperadores, la necesidad de suministrar subsistencias al populacho de Roma, las revoluciones frecuentes y las gratificaciones enormes á que daban lugar, agotaban rápidamente las rentas del imperio. Las confiscaciones fueron un medio de crear compromisos: afectaron primero á estas inmensas fortunas de los senadores romanos, ricos con el pillaje del mundo civilizado; pero tambien atacaron á las mas modestas fortunas.

La confiscacion no era al principio mas que un accesorio de la pena capital: muy pronto se ordenó en otros muchos casos, y á fines del imperio ya no habia propiedad que estu

T. I. 58

Bonaparte heredó la confiscacion que fué abolida por la Carta de 1844.

viese al abrigo del fisco; habia absorbido casi todas las riquezas acumuladas por la civilizacion; habia devorado las cabañas, las aldeas, No fué abolida mas que en el nombre. Las las ciudades, paises enteros y á sus habitantes. multas, acumuladas con los gastos, equivalen En el momento en que hubo en los dife-para el pobre à una verdadera confiscacion. rentes paises de Europa un poder bastante Puede decirse que si está la confiscacion abofuerte para manejar esta arma ofensiva de la lida es solamente con provecho del rico. confiscacion, la confiscacion reapareció. Los legistas volvieron á encontrar la espantosa enumeracion de los derechos del fisco que hace del Digesto el jurisconsulto mas juicioso y cada uno de los soberanos se esforzó lo mejor que pudo para imitar á los emperadores romanos. Los reyes de España y Francia fueron los que en esta empresa sacaron la mejor parte.

Las fortunas medianas no están siempre al abrigo de la confiscacion. Cuando los tribunales de España han reunido por centenares, en un mismo proceso, acusados llamados de todos los puntos de España, cuando los ha condenado solidariamente a las costas, ¿no se puede decir que la sentencia definitiva es un decreto de confiscacion?

La confiscacion existe tambien, pero con justo título, en las leyes relativas á las aduanas á las contribuciones indirectas.

Desde que la monarquía se encontró en disposicion de confiscar los bienes de los gran-y des vasallos de la alta nobleza, se apresuró á verificarlo; podia fundarse al mismo tiempo en el derecho romano y en el derecho feudal, que autorizaba en casos determinados al soberano á volver á tomar el feudo del va-ley romana ó por la antigua jurisprudencia de sallo.

Al mas leve pretesto, los reyes se veian escitados á confiscar, porque los bienes adjudicados al fisco se daban ordinariamente å personas de su séquito. La fortuna de los grandes vasallos habia tenido por origen la usurpacion y el pillaje. Las grandes fortunas que aparecieron en la edad media partieron de las confiscaciones ó del desmembramiento de los particulares.

Las confiscaciones se estendieron con el poder real, y se multiplicaron á medida que este poder adquiria mas fuerza. En los tres últimos siglos dieron á la justicia criminal un carácter fiscal que los progresos de la civilizacion moderaban poco a poco; Beccaria decia con el asentimiento de toda la Europa: «Los delitos eran el patrimonio del príncipe: el poder destinado á defender la sociedad tenia interés en que fuese atacada.» El mismo publicista atribuyó á la fiscalía la barbarie del antiguo procedimiento criminal, que trataba á los acusados casi como los bandidos tratan á sus

víctimas.

La revolucion francesa encontró la confiscacion establecida é hizo uso de ella. Aquella nobleza que se habia enriquecido con la ruina de la primera nobleza y con el pillaje del tesoro público, vió regresar sus bienes al fisco, al Estado. Se les pudo aplicar aquella frase: «Sufrid la ley que habeis hecho vosotros mismos.» Ella habia provocado la confiscacion de los bienes de la antigua nobleza; se habia aprovechado de ellos, y sus bienes volvian á la nacion. Los realistas que se han ensañado contra la revolucion no han pensado que ella no habia empleado mas que las armas de la monarquía. La historia de la monarquía no ofrece mas que una série casi contínua de actos semejantes á aquellos de los cuales han reconvenido tanto á la revolucion francesa.

El uso de la confiscacion ha sido acompañado de abusos numerosos y repelentes que han hecho odioso su nombre. En el mayor número de casos en que era aplicada por la

España y Francia, era injusta, y sin embargo, tal vez á ella se debe nuestra unidad.

Hoy no seria ya justificada por una necesidad politica. Las fortunas datan de ayer y hay muy pocas que puedan hacer sombra al poder. Pero seria útil acaso restablecerla solamente contra las personas que fuesen condenadas por concusion ó malversacion de los dineros públicos, de tal manera que las fortunas elevadas á espensas de la fortuna pública pudiesen volver al tesoro público.

FLACURTIÁNEAS. (Botánica.) La familia de plantas dicotiledóneas polipétalas, designada por Richard padre é hijo bajo el nombre de flacurtiáneas ó flacurtiáceas, figura en las obras de Kunth, Endlicher y otros botanicos bajo la denominacion de bixineas ó bixáceas. Es uno de esos grupos cuya circunscripcion no es tan fácil determinar, pues ciertos autores no la hacen entrar en la categoría de otras plantas. Así es que Richard la une como simple trihu á las samideas, familia distinta para la mayor parte de los botánicos. Considerada como lo está en el Génera de Endlicher, la familia de las flacurtiáneas no comprende mas que vejetales leñosos, árboles y arbustos, las mas veces cubiertos de un plumon de pelos en forma de estrellas, cuyas hojas son simples, enteras ó simplemente dentadas, casi siempre señaladas de puntuaciones traslúcidas, con frecuencia acompañadas de estipulas petiolares muy fugaces; cuyas flores, frecuentemente incompletas por consecuencia de un aborto de órganos, están caracterizadas de la manera siguiente: su cáliz es libre, formado de tres á siete sépalos, enteramente distintos ó solamente un poco unidos entre si por su base; su corola falta á menudo, ó bien está formada de pétalos libres, alternos con los sépalos que igualan en número; sus etaminas, en número indefinido y casi siempre todas fértiles, toman

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FLACURTIANEAS-FLOREAL

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se

habia

hablar como

para
el autor, Fabre d'Eglantine, de la espansion
de las flores, de abril en mayo.

que nacimiento sobre un disco anular ó hemisfé-mada Flora, con la condicion de rico, y presentan anteras introrsas, de dos de celebrar todos los años una fiesta en su cavidades; en fin, su ovario libre, sexil, tiene honor. FLOREAL. (Calendario republicano.) Ocuna sola cavidad, en la que numerosos óvulos se adhieren á dos ó muchos placentarios pa- tavo mes del año y segundo de la primavera en rietales, y lleva en su cima uno ó muchos es-el Anuario republicano (floralis mensis.) Su tilos, con otros tantos estigmates obtusos ó en etimologia estaba tomada, forma de cabeza El fruto de las flacurtiáneas es, tan pronto una baya indehiscente, tan pronto una cápsula que se abre en su madurez en forma de válvulas, llevando granos en su centro; estos mismos granos son notables por su revestimiento esterno, que es carnudo y colorado, y bajo el cual se encuentra un tegumento coriáceo; su embrion recto ocupa el eje de un albúmen carnudo y tiene casi siempre sus cotiledones foliáceos.

Las variaciones de los caractéres suministrados por el pistilo y el fruto en esta familia, permiten subdividirla en dos secciones, de las que cada una forma dos tribus. La primera seccion comprende los géneros de estilo simple, y forma la tribu de las bixíneas, de fruto dehiscente, es decir, que se abre á la madurez, y la de las prockieas, de fruto indehiscente. La segunda seccion contiene los géneros de muchos estilos; forma la tribu de las flacurtieas, de fruto dehiscente, y la de las eritrospermeas, de fruto indehiscente. Las flacurtiáneas se encuentran en todas las regiones tropicales y subtropicales. Son sensiblemente mas abundantes en América y en la Isla de Francia que en ninguna otra parte.

El primer proyecto de reforma que fue presentado á la Convencion por Gilbert Romme, á nombre del Comité de instruccion pública, proponia atribuir á cada uno de los doce meses del año, á cada una de las tres décadas del mes y á cada uno de los diez dias de la década, un nombre que fuese consagrado por la revolucion. El segundo mes de la primavera debia llamarse, en el calendario mejorado, mes de la reunion.

La Convencion desechó esta proposicion, y adoptó el nombramiento ordinal de los meses, de las décadas y de los dias. No tardó en y el reconocer el inconveniente que habia en no señalar los dias y las décadas, los meses año mas que por una misma denominacion, por los nombres ordinales. Así la segunda comision que se encargó de la confeccion del Calendario tendió á hacerle mas sensible al pensamiento y mas accesible á la memoria.

Logró su objeto hiriendo la imaginacion con las denominaciones, é instruyéndola, tanto por la naturaleza como por la série de las imágenes. Cada uno de los meses del año recibió un nombre característico, que espresó, bien la teinperatura que le era propia, bien el género de producciones actuales de la tierra, y que á la vez hizo sentir el género de esta accion en que se encuentra en las cuatro de que se compone el año.

Entre ellas la mas interesante es el rocyer bixa orellana, Lin., árbol de la América Tropical, que la cultura ha propagado hoy por toda la zona intertropical, y que suministro al tinte y á la pintura un hermoso color rojo. Muchas especies tienen todavia interés como Este último efecto fué producido por cuaproducto de frutos comestibles; tales son especialmente la oncoba, que crece naturalmen- tro desinencias, afectadas cada una á tres mete en toda el Africa Tropical, en la Nubia de ses consecutivos, que producian cuatro soniCabo Verde, y diversas especies de flacurtia, dos de los que cada uno indica al oido la estacomo las flacurtia sapida, Roxb.; cataphrac- cion á que se aplica. La comision procuró ta, Willd.; inermis, Roxb.; ramoutchi, L'he- tambien sacar partido de la armonía imitativa rit, etc. Esta última especie, indigena de Ma- de la lengua en la composicion y la prosodia dagascar, está cultivada en la Isla Borbon bajo de estas palabras y en el mecanismo de sus el nombre vulgar de ciruelo de Madagascar. desinencias; de tal manera que los nombres FLAGELARIA. (Botánica.) De flagellum, de los meses del otoño (vendimiario, brumalátigo; género de la familia de los juncos, ori- rio, frumario), tuviesen un sonido grave y ginaria del Asia y de la Nueva Holanda. Son una medida mediana; los del invierno (nivoso, plantas herbáceas, vivaces, de tallo recto, sar-pluvioso, ventoso), un sonido sordo y una mementoso, con una altura de dos metros. Las flores están dispuestas en paniculas terminales y ramosas. Son grandes y en forma de campanillas.

La flagelaria india es la especie tipo del género.

FLORA. (Mitología.) Diosa de las flores y de los jardines, esposa de Céfiro. Tatius introdujo su culto en Roma y se celebraban en su honor los juegos florales. Segun otros, el culto de esta diosa tuvo origen en un legado hecho al pueblo romano por una cortesana lla

dida larga; los de la primavera (germinal, floreal, prairial), un sonido sonoro y una medida larga. Los nombres de los meses, tomados del clima ó de las recolecciones, son tan felices, tan espresivos, de un encanto tan melodioso que penetran en un instante en el corazon de todos, y jamás salen de él. Componen hoy una parte de nuestra berencia, una de esas creaciones siempre vivientes, donde la revolucion subsiste y durará eternamente.»> Esto ha dicho Michelet.

Cuando la Convencion hubo decretado en

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