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tiguos comentadores de Horacio dan á los que querian darle un nacimiento mas ilustre, libertos encargados de este nuevo culto. De á Helio (el Sol.) Segun otros, tambien era hijo aquí tambien procede que las provincias imi-de Neptuno. El nombre de su madre no era tasen á Roma en la renovación del culto de menos incierto: fué Hirmina ó Ifiboe ó Naupilos lares, los augustales, los magistri augus- dame. Tuvo tres hijos, Agasteno, Fileo, Euritales o magistri larum augustorum. De aquí to, y una hija, Agameda, llamada tambien proceden, en fin, si las analogias no nos en- Perimeda. Anjias, que habia formado parte gañan, los seviri augustales. Bajo nombres de la espedicion de los Argonautas, era co diversos, y con una organizacion que ha podi- en rebaños, tan rico, que el estiércol acumudo variar, en cierta manera, según los luga- lado en sus vastos establos, no podia sacarse res en que se establecian, la augustalidad, á sino á fuerza de inmensos trabajos. Algunos un mismo tiempo sacerdocio y magistratura, mitógrafos pretenden que el país entero se mezclando á la religion de los lares, que era encontraba cubierto de estas pajazas en ferla del hogar doméstico, el cuidado de los in- mentacion, cuyas nocivas emanaciones comtereses municipales, representa bastante bien prometian la salud pública. Hércules, habienpor su doble carácter el papel sacerdotal y ci-do pasado en busca de Aujias, se empeñó en vil de los humildes funcionarios que adminis hacer que desapareciese en un solo dia este traban los barrios de Roma. Admitiendo esta conjunto de materias insalubres, bajo la conhipótesis, se comprende muy bien su subor-dicion de que el rey le diese, bien la décima dinacion à la curia, los privilegios, como los parte de su rebaño, bien una parte de su cargos de sus funciones, la intima relacion de reino. Persuadido de la imposibilidad en que sus fiestas religiosas con las supersticiones de se encontraba este héroe de cumplir en tan una época, en que el emperador era siempre poco tiempo una tarea tan gigantesca, Aujias divinizado despues de su muerte cuando era consintió en todo, y Hércules, habiendo toconducido á las gemonías. En fin, se compren- mado á Fileo, uno de los hijos de Aujias por de, sobre todo, cómo los augustales desapa- testigo de la convencion, recurrió á un esperecen de la historia desde el siglo IV despues diente que le sugirio Menedemo. hijo de Bude J. C., es decir, precisamente cuando triun- neas. Trastornó el Alfeo y el Peneo por mefa el cristianismo y comienza á proscribir las dio de un canal, y los hizo pasar al través de ceremonias del culto pagano. los lugares que se proponia limpiar. Una vez En el cuadro general que hemos trazado, cumplida la empresa, Aujias pretestando, ora se adhieren naturalmente muchas cuestiones que este trabajo habia sido impuesto á Hércuparticulares, pero cuyo exámen no puede ocu-les por Euristeo, ora que Hércules eludiendo par un lugar en este artículo; nosotros llama-la dificultad, habia conseguido su objeto, no remos la atencion, por lo menos, de las prin- por el trabajo sino por la industria, se negó á cipales obras donde se encuentran ámplios pormenores acerca de esta parte de la historia romana:

Morcelli: De Silo Inscriptionum latinarum, t. 1. ps. 17, 53; Orelli, Inscriptiones latina, 11. p. 197; Ejjer: Exámen critico de los historiadores antigues de la vida y del reinado de Augusto, (París, 1844), etc.

Seria de desear que un epigrafista hábil reuniese en una sola obra todas las inscripciones relativas á los augustales; este seria el único medio para que la critica pudiese formar un juicio decisivo si fuese posible, acerca de las diversas opiniones de que ha sido objeto esta célebre corporacion.

cumplir las convenciones estipuladas. El asunto se llevó delante de los jueces. Fileo decidió en favor de Hércules. Aujias, condenado por la confesion de su hijo, desterró del país á su adversario y al testigo demasiado veridico. Hércules, sin embargo, al cual Euristeo no habia querido contar en el número de los trabajos que le habia encargado la limpieza de los establos de Aujias, bajo el pretesto de que le habia emprendido con la esperanza de una recompensa, resolvió vengarse del perfido rey de los epenos. Reunió guerreros de Argos y de Tirinto, à la cabeza de los cuales se adelantó hácia la Elida. Sorprendido en el paso de un desfiladero por el ejercito de Aujias, compuesto de epenos, de pisianos, de epilienos, mandados por el héroe Amarsinceo y los Molionidas Creato y Euriso, á los cuales Aujias, á la sazon enfermo, habia cedido el mando de sus tropas, Hercules sufrió grandes pérdidas, pero poco despues sorprendió á su turno á los Molionidas en una emboscada que les preparó cerca de Cleona, y los mató. Adelantóse entonces hácia el seno del país, que ya no tenia defensores, introdujo por todas partes la ruina, tomó á Aujias en su ciudad capital, y le Aujias, rey de los epenos, habia tenide mató con todos sus hijos. Segun otra tradipor padre á Forbas, ó segun otros mitógrafos.cion referida por Pausanias, el héroe fué meá Eleio, ó con un ligero cambio por aquellos nos cruel; entregó á Fileo todos los bienes de

AUJIAS. (Mitologia.) Un cierto número de mitos relativos á Hércules encuentran en los fenómenos siderales una esplicacion natu ral y fácil; otros parecen mas bien fisicos que astronómicos, tales como su victoria sobre la hidra de Lerna, que personificaba los vapo res acuosos y malsanos que se renuevan in cesantemente en los lugares húmedos, y espe cialmente de los establos de Aujias, alusion a desecamiento de los pantanos de Elida.

su padre, dió libertad á sus prisioneros, y re- cesos que decidieran á una de las tribus salnunció á vengarse de Aujias, que murió car- vajes del país de los oscos, á venir á colocarse gado de años. Aujias no mandaba mas que en un estrecho espacio entre las montañas y casi una cuarta parte de la nacion de los epe-el mar, para sustentar allí una vida apacible nos. La tradicion coloca su residencia, tan en oposicion á sus costumbres. Si es verdad pronto en Elis como en Pisa. Se le ofrecian que Homero, como se pretende, ha colocado en Elida sacrificios fúnebres, cuyo uso perma- en este punto á los feroces lestrigones, esta neció hasta el tiempo de los Antoninos, pues tradicion ha debido tener su origen entre los que se celebraban tambien cuando Pausanias griegos por la relacion de los navegantes, visitó la Grecia. El personaje. de Aujias ha fi- asustados de la barbarie de los pueblos que gurado raramente en los monumentos de la habitaban estas riberas. Esta reputacion de antigüedad, pero cuando se representa en los brutalidad indomable permaneció siempre unibajos relieves los doce trabajos de Hércules, da al nombre de los auronces: Tito Livio y la tarea que cumplió limpiando los establos de Dionisio, los representan como hombres de Aujias se encuentra allí indicada por la accion elevada estatura, de un aspecto terrible y del héroe que desaguó un rio, alusion al pro- amenazador, dotados de un valor impetuoso y cedimiento que empleó para salir triunfante de una firmeza de alma no comun. Aurunca, en esta grande empresa. llamada tambien Sessa, era su ciudad princiAURICALCO. (Mineralogín.) Este metal, pal, que estaba situada en el interior de las oro-cobre, como lo indica su nombre, es muy tierras, sobre una altura, que lleva todavía el diferente del oricalco, cuya apelacion entera- nombre de Monte Auronco. Una denominamente griega oros-chalkos significa cobre de cion muy parecida, aplicada á tres ciudades montaña, y que la industria ha imitado des- diferentes, Suessa-Pométia, Suessa-Aurunca pues. Metal misto, aunque natural, el orical-y Suessula, las cuales pertenecian á tres pueco, mas precioso que el oro, formaba parte in-blos limítrofes, los volscos, los auronces y los tegrante del reluciente escudo de Hércules en campanianos, parecen probar una identidad Hesiodo, y de la brillante coraza de Turno en Virgilio. En tiempos de Plinio, los filones de este metal se habian perdido, y solo su nombre se conocia. Esto debia ser, dice Lucrecio, en su poema de Natura rerum, una mezcla de oro, de plata, de cobre, de estaño, de hier ro y de plomo, fundidos juntos en las entra-traba á orillas de un lago donde sobrenadaban ñas del globo, fusion, à la cual, tal vez no serian estraños los antiguos cataclismos de fuegos parciales, á los cuales debemos nuestras vastas minas de carbon de piedra. Este metal tiene analogía con el bronce de Corinto, rica liga encontrada en las cenizas frias de esta opulenta ciudad. Homero y Plauto elogian esplendor de este metal, que los griegos llamaban tambien electron (ambar), á causa de u bello color amarillo. Los hebreos le conocian; Ezequiel le llama hachasmal. En cuanto al auricalco se obtiene por medio de una liga de oro, de cobre y de calamina, esto es, lo que los metalúrgicos llaman laton. Existe en el seno de la tierra, en las Indias Orientales, un cierto metal que arroja una dulce luz dorada, y que el arte ha imitado mediante una liga de seis partes de plata, tres partes de cobre rojo, y una de oro solamente. Este metal, cuando es natural, seria casi el oricalco de los antiguos.

de origen y de leguaje. Efectivamente, Sessa, lo mismo que Vescia y Minturna, conservó, durante el periodo romano, la sangre pura de los oscos, de la que se encontraba otra rama en Caleno. Fondi, cuyo territorio cenagoso producia el famoso vino de Cecuba, se encon

islas flotantes. Pero las mas célebres ciudades de los auronces eran las que se elevaban en las orillas del mar, tales como Amicela, Gaeta y Formia. La tradicion que atribuia á los lacedemonios la fundacion de estas tres ciudades, no es, verdaderamente, mas que una novela elinventada por los griegos, creida por sus comentadores latinos, y repetida erróneamente por Estrabon.

Los auronces no se sometieron á los romanos sino los últimos de todos los pueblos comprendidos en la organizacion politica del Lacio, pero en fin, fue necesario reconocer el poder romano, que se estendió tambien hasta el Liris. Este rio, descendiente del Apenino, regaba el país de los volscos, atravesaba á Minturna, pasaba por el bosque sagrado de la diosa Marica y por los pantanos vecinos, para desembocar en el mar por una ancha embocadura. Esta diosa Marica era una divinidad indigena y local, particular á Minturna. El culto de Júpiter niño, llamado Aururo es el lugar colocado bajo su proteccion; el de Feronia, diosa indigena tambien, igualmente venerada entre los etruscos, los latinos, los sabinos y los volscos, probaban por sus relaciones con el culto de Marica y por la conformidad de los mitos nacionales, el origen comun de todos estos pueblos.

AURONCES. (Historia antigua.) Los auronces que ocupaban entre el país de los volscos y la Campania, el distrito montuoso que riega el Liris, tuvieron el privilegio de conservar el nombre primitivo de la antigua poblacion de Italia. Se unian por su origen, al gran tronco de los oscos, y nombrar á los au runci equivale á decir los opici y los osci los ausones, como decian los griegos. La his- AUTÉNTICO. Procede este nombre de toria enmudece completamente sobre los su-una palabra griega que significa señor de st

obligar á los vencidos á ser ciudadanos romanos, á vivir bajo las mismas leyes que los romanos, y á gozar de los mismos privilegios. En su consecuencia, y á medida que Roma estendió sus conquistas, llegó á ser mas económica de ese derecho de ciudadanía, y no le

mismo, que obra por su propia autoridad. Este adjetivo quiere decir que está revestido de una autoridad suficiente, que merece que se le dé crédito solemne, certificado con autoridad pública y revestido con todas las formas. Seguramente no hay palabra mas enfática que esta, y nosotros hemos entrado en estas lar-concedió sino con ciertas restricciones, como gas esplicaciones, porque en la mayor parte por ejemplo, la que se referia al derecho de de las lenguas, ciertas palabras llegan con el sufragio. En fin, sin concederles el derecho tiempo á tomar una significacion que no per- de ciudadanía, les permitió continuar gobermite unirlas á su raiz sino segun la série de nándose por sus leyes, y las dejó disfrutar de modificaciones y de cambios de sentido que distintas inmunidades. Esta tolerancia duró sucesivamente le ha dado el uso. Se llamará tanto cuanto las conquistas de los romanos auténtico un objeto cuyo autor es positiva- fueron limitadas en el interior de Italia. En mente reconocido, un hecho garantido por tes- cambio los pueblos subyugados suministraban timonios verídicos, un acto original con prue- al vencedor un contingente de tropas, y acaso bas irrecusables de su origen, una obra que añadian el otro de dinero. No eran llamados pertenece realmente al autor y á la época á súbditos, porque estos términos parecian deque se atribuye. Lo mismo sucede con la crí-masiado duros á los romanos; eran tratados tica hábil, que necesita saber reconocer la au- como amigos y como aliados. Tampoco era á tenticidad (la verdad) de una obra por ciertos titulo de súbditos como se les exigia que susignos interiores y esteriores. ministrasen su contingente. Era, segun una En el Derecho romano se llaman auténti-de las condiciones de la alianza, er formula cos los estractos de las constituciones, por las fœderis. Pero cuando las conquistas de los rocuales las leyes del Código se modifican ómanos traspasaron los límites de Italia, impeabrevian. Fueron sacadas de un manuscrito ró la condicion de los vencidos. Ya no se les de las constituciones, por los primeros com- permitió gobernarse por sí mismos, sino que piladores del Código de Justiniano, que las se enviaban magistrados de Roma, que eran á agregaron á los pasajes modificados de este la vez sus legisladores, sus administradores y Código, y han quedado en las ediciones poste-sus jueces. Las ciudades y los pueblos que se riores del Corpus juris. Tres ordenanzas da- habian señalado por su adhesion á los romadas por los emperadores Federico I y II en nos, por sus servicios brillantes ó por su neItalia, y que estos príncipes enviaron á los gativa en tomar parte en las contiendas que el jurisconsultos de Bolonia, con órden de inter-resto de la provincia ó del reino habian tenido calarlas en el Código de Justiniano en los parajes convenientes, han permanecido allí de esta manera y han adquirido fuerza de ley.

con los vencedores, recibian diferentes privilegios. Quedaban en posesion de sus leyes, y bajo el nombre de aliados estaban independientes de la jurisdiccion de los pretores y de los procónsules. Estos pueblos y estas ciudades se llamaban autónomas. Hasta los reinos, en esta condicion, eran llamados de igual manera.

En música se llaman auténticos cuatro modos ó tonos del canto, que elevándose de una cuarta á sus dominantes, quedan en una quinta superior á sus finales. Así, cuando una octava se divide aritméticamente segun los números 2, 3, 4, es decir, cuando la quinta Si sucedia que una ciudad autónoma adopestá en grave y la cuarta en agudo, el tono en- taba, por su eleccion ó por su voluntad, parte tonces se llama auténtico, para diferenciarlo de las leyes romanas, estaba en libertad de sede otro tono en el cual la octava está armóni-pararse de ella cuando lo tuviera por convecamente dividida por los números 3, 4, 6, lo niente. Entonces la ciudad, cuyo pueblo se haque hace pasar de la cuarta al grave, y de la bia apropiado de esta manera una ley romana, quinta al agudo. Los antiguos autores de mú-era calificada de populus fundus, sin dejar por sica llaman impures á los tonos auténticos.esto de ser autónoma. Llegaba á ser fundas La Iglesia tambien tiene cuatro tonos au- por esta ley, conservando por otra parte su ténticos, el primero, el tercero, el quinto y el entera independencia, y no sometiéndose á sétimo. Auténtico tiene aquí el sentido de esta ley mas que cuando lo juzgase á proaprobado y escogido por San Ambrosio, el pri- pósito. mer autor del canto llano.

La condicion de estos nuevos aliados ó auAUTONOMÍA. (Historia antigua.) Palabra tónomos formados á consecuencia de las congriega que significa gobierno por sí mismo, quistas de los romanos fuera de Italia, es muy por sus propias leyes. La autonomía espresa- diferente á la de los aliados ó autónomos aliaba el estado de un pueblo, de una ciudad, go-dos. Estos habian casi todos sido subyugados bernándose por sus propias leyes, y además por las armas, y habian obtenido. condiciones el derecho que tenian este pueblo, esta ciu-mas ó menos favorables, y conservando sus dad, á ser gobernada de esta manera. Roma leyes y su gobierno no estaban obligados mas no se aprovechó primero del éxito de sus ar-que á suministrar cierto contingente de tromas en el Lacio y en la Italia, mas que para pas, segun arreglo de tratados precedentes.

Los pueblos de Grecia y de Asia á quienes en-más partes de Grecia y de Asia debilitadas y contraron libres los romanos, ó á quienes die-desunidas, y que por este medio estaban todos ron libertad, los dejaron en una completa in- bajó su dependencia. Nada era tan cierto; pedependencia, y en sus tratados no se contrató ro tambien era verdad que todos estos Estanada por lo cual esperimentasen sujecion al- dos, todas estas pequeñas repúblicas, sintienguna. Los embajadores eran recibidos y trata-do su debilidad, se creian todavía felices de dos como los embajadores de los soberanos. que los romanos los honrasen con el título de No podian quejarse de su moderacion y de la aliados y de autónomos. Conservaban, en efecgenerosidad de los romanos, que no habian to, todas las esterioridades de la soberanía; se llevado sus armas mas allá de los mares de los acostumbraba á obedecer libremente. AnGrecia y de Asia sino para asegurar la liber-tes de someterse, el Senado los gobernaba por tad de sus aliados, sin tener en esto ningun medio de sus embajadores, que estaban casi interés particular. Su entusiasmo á este res- siempre en el campo; recorrian los pueblos y pecto tenia por causa la manera liberal con que las repúblicas, se informaban de la disposicion los romanos habian recompensado á sus alia- de los pueblos, de todo lo cual daban cuenta dos, á consecuencia de la doble derrota de Fi- al Senado. Este, para dar mas rélieve á sus lipo, rey de Macedonia, y de Antioco, rey de embajadores, que eran siempre sacados de su Siria. El Senado habia concedido la libertad á cuerpo, revestia de este carácter á los persola Orestida, provincia de la Macedonia que se najes mas ilustres de Roma, aquellos que se habia rebelado contra Filipo. Pleurates, rey habian visto honrados con el consulado ó con de un canton de la Iliria, tuvo otras dos que el mando de los ejércitos. A cualquiera parte habian pertenecido á Filipo, y Aminandro, donde llegaban, tomaban conocimiento de los rey de los alamanos, tuvo todo lo que habia negocios interiores del Estado, se ingerian en conquistado contra este mismo Filipo durante los domésticos, y se formaban una especie de la guerra. Atales, rey de Pérgamo y los rodia- faccion que no dejaban de protejer y de hacer nos tuvieron todas las plazas que poseia Filipo | que adelantase en toda ocasion. A la menor sobre las costas del Asia Menor; la Tesalia y diferencia que sobrevenia entre algunos reyes todas las ciudades de Grecia donde los mace-ó pueblos aliados, estos embajadores acudian donios tenian guarniciones, fueron puestas en inmediatamente y procuraban informarse del libertad, concedieron distintas plazas á los asunto, y se erigian en árbitros sin haber siaquenos; en fin, los romanos declararon libres do requeridos para ello. El temor de verlos é independientes á todos los pueblos de Gre- unirse al partido contrario, originaba una proncia. Los servicios hechos á los romanos en la ta sumision á los decretos que habian pronunguerra contra Antioco, no fueron menos re- ciado. Así es como, de aliados, los pueblos compensados. Eumenes, sucesor de Atales, llegaron á ser súbditos de los romanos. Los fué puesto en posesion de casi todas las pro- etolios fueron los primeros, vinieron en sevincias de que los romanos habian despojado guida los aquenos, despues la Macedonia, y á Antioco, á escepcion de la Licia y de la Ca- hasta la Grecia se vió pronto reducida á ser ria, con las cuales hicieron un presente á los una provincia romana. Al mismo tiempo, Esrodianos. Todas las ciudades griegas de Jonia cipion Emiliano, con la destruccion de Cartay de Eolia que habian estado sujetas á Antio-go, daba al imperio otra provincia que tuvo el co, fueron declaradas libres é independientes, y las ciudades libres que habian tomado parte contra este rey, fueron mantenidas en su autonomía y tratadas con tanta libertad como los eumenos y los rodianos. No contentos con haber reconocido de este modo los servicios de sus aliados, los romanos emplearon tambien sus armas para domar á los gálatas ó galos establecidos en el Asia Menor, que tenian en continua alarma al reino de Eumenes. Despues de haber terminado estas dos guerras, volvieron á penetrar en Italia, sin reservarse otra cosa de sus conquistas que la gloria de haber enriquecido y protegido á sus aliados, y de haber libertado á diversos pueblos de la dominacion de los reyes de Macedonia y de Siria.

nombre de provincia de Africa; el mismo titulo y la misma condicion esperimentaron el Asia y la Bitinia, legadas al pueblo romano por los testamentos de sus últimos reyes. Ya no quedó mas que un gran número de ciudades y de poblaciones en diferentes paises, que se llamaban libres, independientes y autónomas, y que se glorificaban con estos titulos bajo el dominio de los emperadores, á pesar de la sumision que esperimentaban. Se trató de examinar en lo que consistian realmente los privilegios que resultaban de estos títulos en este tiempo; pues es seguro, que desde mucho antes, los romanos daban, despojaban ó disminuian estos privilegios con bastante arbitrariedad.

Los aliados ó autónomos estaban obligaSin embargo, los mas previsores se aper-dos á formar parte del imperio romano. Dion cibieron muy pronto de que por estos arre-Casio, despues de haber hecho la enumeraglos, los romanos quedaban esclusivos dueños cion de las provincias que Augusto dividió de la Grecia y del Asia; que despues de ha- con el Senado, añade que no hace ninguna ber humillado á los dos únicos reyes que po- mencion de los pueblos libres y de los reyes dian hacerles sombra, dejaban todas las de- que tenian el titulo de aliados. Tácito, hablan

SUPLEMENTO.

T. I. 20

do del estado del imperio que Augusto habia do contra los romanos en esta guerra, y en levantado, dice, que contenia el número de cambio recompensó á otras por su fidelidad, las tropas romanas y aliadas, los reinos, las concediéndoles con la libertad el titulo de provincias, etc. Se ve que el imperio se divi-aliadas. Se ha conservado el acta original en dia en ciudadanos romanos, en aliados, que la que el pueblo romano concede estos miseran reyes, ciudades ó pueblos libres, y en mos privilegios á Telnesa, ciudad de Pisidia, provincias y súbditos, cuya division era mas el año de Roma 584. Pompeyo, despues de antigua que Augusto, pues se ve que Ciceron haber vencido á Mitridates, y sometido á una divide casi lo mismo el imperio romano, com- gran parte del Asia, hizo donativo de difeprendiendo en él á los reyes y á los pueblos rentes privilegios á distintas ciudades que dealiados. Estos aliados, sea que fuesen en la jó, por otra parte, en posesion de la autonorealidad independientes, ò aliados bajo un pié mía, confirmó en el goce de sus dominios á de igualdad, sea que debiesen este titulo á sus muchos príncipes y tetrarcas, y redujo lo resservicios ó á la liberalidad de los romanos, tante á provincia romana. Restableció en faeran todos considerados como súbditos en dis- vor de Teofanes de Mitileno, su amigo, á los tintas ocasiones. La grande superioridad de mitilenios en su libertad, de la que habian silos romanos, el peligro de desagradarlos, ha- do despojados por Sila. Julio César restablecian doblar la cabeza al menor signo de su vo- ció tambien á los tesalónicos en sus antiguos luntad, y no permitian alegar tratados que po- privilegios que habian recibido de los romadian romper impunemente cuando se les an-nos despues de la derrota de Filipo de Macetojaba.

donia, y que les arrancaron despues. Los emperadores usaron de este privilegio con mas arbitrariedad. Suetonio, dice, que Augusto despojó de sus prerogativas á muchas ciudades aliadas, donde la libertad habia degenerado en licencia. Dion Casio nos enseña, que este mismo emperador, quitando la autonomía á otras muchas ciudades, la dió, añadiéndole el derecho de ciudadanía romana en diversas ciudades de las Galias; se mostró muy severo hacia la ciudad de Civica; pero le dió algun tiempo despues la libertad, de la cual la despojó Tiberio por segunda vez. Por lo que llevamos dicho, se concibe fácilmente, que el titulo de aliado, de pueblo libre, de autónomo, en fin, no era en el fondo mas que una sumision disimulada.

Los derechos de las soberanías, la autonomia de las ciudades ó naciones aliadas libres consistian: 4. en que se gobernaban por sus antiguas leyes, y en que podian hasta innovarlas: 2.o en que tenian su propio gobierno, y cuyos magistrados nombraban: 3.o y en que tenian su territorio. Pero estas tres cosas eran comunes á muchas ciudades y pueblos que eran efectivamente súbditos, que pagaban tributo y estaban sometidos al procónsul. Los romanos no se cuidaban jamás de dar sus leyes á los pueblos vencidos y desarmados. Por eso muchas ciudades que no tomaban los titulos de libres ni de aliadas, gozaban de estos mismos privilegios. Lo que distinguia á éstas de las que estaban realmente sometidas era: 4.° que estaban exentas de la jurisdiccion del Existe un gran número de medallas acupretor ó del procónsul; y 5.o que no pagaban ñadas en las ciudades autónomas. Esta era tributo. tambien una de sus prerogativas. «Se distinNo gozaban, sin embargo, de estos privi-gue, dice Mr. Champollion Figeac, en las melegios en toda su estension. En primer lugar, no podian hacer ni la paz, ni la guerra, ni contratar alianza sin la aprobacion de los romanos: 2.o estaban obligadas á alojar y alimentar las tropas y á los generalas romanos que pasaban por su territorio: 3.o algunas veces estaban obligadas tambien á recibir un prefecto de Roma, que venia á arreglar los asuntos á su antojo: 4.° estaban sujetas, si no á un tributo, por lo menos á contribuciones estraordinarias, y hasta pagaban diferentes clases de derechos: 5. finalmente, la asignacion de la jurisdiccion de los pretores ó del procónsul estaba sujeta á muchas escepciones.

dallas del mismo pueblo ó de la misma ciudad, la diferencia de su estado politico. Si eran libres ó se gobernaban por sus propias leyes, la medalla es autónoma; no encontrándose en ella la indicacion de un poder superior, esta autonomía fué algunas veces conservada á los pueblos y á las ciudades, hasta despues de la sumision à un poder estranjero; en este caso, el nombre del pueblo ó de la ciudad, aparece siempre sobre la medalla, pero tambien se encuentra en ella el nombre del rey ó pueblo conquistador, y esto es lo que Eckel ha nombrado autonomia oficiosa. Este derecho ha sido muy variable con respecto á las ciudades griegas, sometidas, al-s En definitiva, la autonomía, la libertad gunas veces en poco tiempo, à influencia de las ciudades aliadas estaban á merced de mas o menos favorables para su indepenlos romanos. Así fué como Sila despojó á los dencia. Todas estas circunstancias son otros atenienses de su libertad y de sus privilegios, tantos hechos espresados por leyendas bien por haber tomado partido contra los romanos interpretadas; se halla igualmente la indicaen la guerra de Mitridates. Castigó de igual cion de ciertos titulos que se daban las ciudamanera á un gran número de ciudades asiáti- des ó los pueblos, como signo de ciertos decas por la animosidad que habian manifesta-rechos ó de ciertas supremacías, la califica

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