Bosquejo histórico de la poesía chilena

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Imprenta chilena, 1866

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Pàgina 154 - Señor, parezco, afligido con mis culpas, consolado porque os temo. Diversos son mis discursos, varios son mis pensamientos, y luchando unos con otros es la victoria por tiempos. La naturaleza flaca está siempre con recelos de los peligros que el alma tiene entre tantos tropiezos.
Pàgina 49 - Es el cabello liso y ondeado, su frente, cuello y mano son de nieve, su boca de rubí, graciosa y breve, la vista garza, el pecho relevado; de torno el brazo, el vientre jaspeado, columna, a quien el Paro parias debe, su tierno y albo pie por la verdura al blanco cisne vence en la blancura.
Pàgina 140 - Tú responderás que en mí se encuentra toda maldad; yo confieso la verdad, la materia de algún modo, pues cuando yo me acomodo a vivir con modo injusto, pierdo a Dios, mas no mi gusto, pero tú lo pierdes todo. Tú estás pasando una vida que no es vida en propiedad, porque tu incomodidad es notoria i conocida; i si acaso la comida es lo propio que el vestido, di que todo lo has perdido, pues no gozando del suelo, menos gozarás del cielo, que no tienes merecido.
Pàgina 153 - Pabellones copados a aquesta cumbre sirven de edificio, con arte originados de dos firmes columnas, que el bullicio de aquel cristal corriente los sublimó por cima de su frente. . Al son de sus corrientes, imitadoras lágrimas envía Fenicio, viendo ausentes los bienes que en un tiempo haber solía; que siempre el desdichado jamás conoce el bien si no ha pasado.
Pàgina 182 - Mucho hay, niña, de falso, mucho la vista engaña: jamás en apariencias te duermas confiada. Si ves sobre mis sienes mi cabellera cana, no pienses que se ha helado como mi frente el alma. Tal en los altos Andes se extiende un mar de plata, que el hielo de la cima prolonga hasta la falda; pero arde allá en el centro un mar de fuego y lava: retiembla el monte, se abre paso la ardiente entraña, y luz esplendorosa hasta los cielos lanza. ¡Yo así para cantarte tengo de fuego él alma!
Pàgina 182 - Ofrece ya tan solo los resabios De las amargas heces, y el veneno. Rubia como la espiga De opima, rumorosa sementera, Fresca como en estío sombra amiga, Suave cual la luz de primavera, Alza la frente la feliz infancia, De su candor, de su festivo anhelo En el hogar vertiendo la fragancia. De su indolencia el velo, Dolor! no has desgarrado todavía. Aun no comprende tu terrible nombre, • Mas, su dormido corazón un día Tocas y el niño se convierte en hombre. No de otra suerte, de Moisés tocada,...
Pàgina 49 - ... a quien el Paro parias debe, su tierno y albo pie por la verdura al blanco cisne vence en la blancura. Al agua sin parar saltó ligera, huyendo de miralla, con aviso de no morir la muerte que Narciso, si dentro la figura propia viera...
Pàgina 182 - Del alma en la alta esfera, Y fúlgido conviertes La infancia y su crepúsculo En alba y juventud! El silencioso velo Se ve caer, las nieblas Disípanse, y el cielo De mil celajes pueblas Rosados, blancos, diáfanos, De casta beatitud. Al recibir tu aliento, Del hombre la conciencia Despierta al sentimiento, Y efluvios de alma esencia En expansión magnífica Exhala el corazón: A tu calor respira Perfume la ternura. Inspiración la lira, Fulgores la hermosura. La ciencia fe y espíritu. El arte...
Pàgina 60 - Este monstruo que aparece, , Despojo de este elemento, Es tributo que contento El mar a tu planta ofrece; Bien tu hermosura merece Ofrenda tan desmedida; No hubiera bruto con vida Si allá en su instinto alcanzara, Que con su muerte lograra La gloria de tu venida.
Pàgina 182 - ¡Ah!, vivir es luchar, infatigable atleta de la vida el ser humano, y el universo la espaciosa arena. Sentado sobre trono incontrastable, el dolor, taciturno soberano, preside por doquier la grande escena. ¡Dolor, sombrío déspota del mundo! Cuando cruel desatas tus negros huracanes, y arrebatas el humano destino al iracundo mar de la adversidad y desventura, en olas de amargura la existencia anegada semeja frágil nave que, acosada por la furia del pérfido oceano, ora se alza hasta el cielo,...

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