Imatges de pàgina
PDF
EPUB

despacho en ella, aunque uno quisiese vender lo que vale diez en tres.

Los indios se van acabando y no se multiplican, porque los españoles y mestizos, por falta de mujeres, se casan con indias, y el indio que puede haber una de ochenta años, lo tiene á buena ventura. Y paréceme que para la restauracion desta isla, convernia se diese órden cómo de la Florida trajesen indias, para que las casasen con estos indios. Dígolo, porque muy en breve desde la Habana podrian ir á la Florida, y sin peligro ninguno, segun se cree, las podrian traer á esta isla.

Pues tanto daño han hecho y dellos es tan deservido V. A., lícito me parece que seria redimir V. A. tan gran vejacion, como sus vasallos han recibido y que se cree que recibirán dellos los tiempos venideros, si no se manda remediar por V.A.

yu

Los daños que los franceses en esta isla han hecho, son muy grandes. Habrá dos años que entró en la mitad del dia un capitan francés en el puerto de Santiago con doscientos franceses, y traia dos carabinas y un patax (1), y llegaron un tiro de arcabúz del pueblo, y se aferraron en una nao muy buena, que por mal tiempo entró en Santiago, y todos los vecinos se fueron para defender su pueblo al baluarte, y jugó hasta la noche la artillería nuestra. É yo por les animar, me alcé mis faldas y los esforcé cuanto pude, y los absolví, segun que el tiempo lo requeria, y me puse en un lugar peligroso que convenia para la defensa, porque rehusaron algunos de estar en aquella defensa. Aprovechó el coraje que les mostraron, tanto que, aunque llevaron el navío, no osaron entrar

(1) Asi en el original, sin duda por patache.

en el pueblo. Á esta sazon entró un batel de una carabela que venia del Nombre de Dios, que me traia ciento setenta y cuatro pesos de los que V. A. me manda proveer en tierra firme; á ojos vistas de todos, cogieron el batel y prendieron á los marineros.....

Despues que pasó esto dos meses, entraron en Santiago doscientos cincuenta vascos, del ducado de Guiana, y fue de esta manera: que saltaron en tierra como un cuarto de legua del baluarte, entre dos luces de la mañana, y sin ser sentidos prendieron á las guardas, que junto al baluarte andaban paseando, y aun entraron seguros y prendieron de los más honrados hombres y mujeres del pueblo muchos. Osaria decir que lo que robaron y lo que hubieron de rescate, interesó bien cincuenta mil ducados. Esta vez me tomaron todo el ajuar de mi casa que traje de España....

Tuvieron estos todo respecto á las iglesias, y no tomaron dellas cosa alguna, sino unas varas de plata del Santo Sacramento, que las hallaron en casa del mayordomo. Estuvieron los franceses en Santiago, como en sus casas, treinta y seis dias.

Despues de la entrada de Santiago, en tres meses ó cuatro, vino un francés á Macaca, que es veinte y cinco leguas del Bayamo, y poniendo una bandera de paz, cogieron á los de Bayamo cuanto dinero habia en él; y despues desto se apoderaron los franceses de la Habana en 10 de Julio de 1555 años, y demás de que la quemaron y abrasaron, hubo grande pérdida de gente y no perdonaron á cosa sagrada, y hicieron sacrilegios, que si turcos fueran, dudo si tan feas cosas hicieran (1).

(1) Copiado del tomo de Cartas de varios, del Archivo de Sevilla, de 551-56.-(Nota de Muñoz.)

TRES CAPÍTULOS DE CARTAS DE HERNAN-CORTÉS, DIRIGIDAS AL EMPERADOR CARLOS V, PIDIÉNDOLE RELIGIOSOS Y OTRAS COSAS CONCERNIENTES Á ESTO (1).

Siguese un capítulo de una carta que el famoso capitan Hernando Cortés escribió á la sacra magestad del emperador D. Cárlos, nuestro Rey y señor, cuya fecha es en la ciudad de México, ó por otro nombre Tenochtitlan, á 15 dias del mes de octubre de 1524 años.

CONVERSION Y DOCTRINA.

Todas las veces que á V. S. M. he escrito, he dicho á V. A. el aparejo que hay en algunos de los naturales de estas partes, para se convertir á nuestra Santa Fée Católica y ser cristianos, y he enviado á suplicar á V.S. M. para ello mandase proveer de personas religiosas, de buena vida y ejemplo; y porque hasta agora han venido muy pocos, ó casi ningunos, y es cierto que harian grandísimo fruto, lo torno á traer á la memoria á V. A., y le suplico lo mande proveer con toda brevedad, con que de ello Dios Nuestro Señor, será muy servido y se cumplirá el deseo, que V. A. en este caso como católico tiene. Y porque con los dichos procuradores Antonio

(1) Coleccion de Vargas Ponce, en la Real Academia de la Historia, tomo LVI.

de Quiñones y Alonso Dávila, los Consejos de las villas de esta Nueva España y yo, enviamos á suplicar á V.M. mandase proveer de obispos ú otros prelados para la administracion de los oficios y culto divino, y entonces, pareciónos que así convenia, y agora, mirándolo bien, háme parecido que V. S. M. los debe mandar proveer de otra manera, para que los naturales de estas partes más aína se conviertan y puedan ser instruidos en las cosas de nuestra Santa Fée Católica. Y la manera que á mí en este caso me parece que se debe tener, es que V. S. M. mande que vengan á estas partes, muchas personas religiosas, como ya he dicho, y muy celosas deste fin de la conversion destas gentes, y que destos se hagan casas y y monasterios por las provincias, que acá nos pareciese que conviene, y que á estos se les dé los diezmos, para hacer sus casas y sostener sus vidas, y lo demás que rentaren de ellos sea para las iglesias y ornamentos de los pueblos, donde estuvieren los españoles, y para clérigos que los sirvan; y que estos diezmos los cobren los oficiales de V. M. y tengan cuenta y razon dellos, y provean dellos á los dichos monasteri os y iglesias, que bastará para todo y aun sobra harto, de que V. M. se puede servir. Y que V. A. suplique á S. S. conceda á V. M. los diezmos destas partes para ese efecto, haciéndole entender el servicio, que á Dios Nuestro Señor se hace en que esta gente se convierta, y que esto no podria hacer sino por esta via, porque habiendo obispos y otros prelados, no dejarian de seguir la costumbre que por nuestros pecados hoy tienen, el disponer de los bienes de la Iglesia, que es gastarlos en pompas y en otros vicios y en dejar mayorazgos á sus hijos ó parientes; y aun seria otro mayor mal, que como los naturales destas

[ocr errors]

partes tenian en sus tiempos personas religiosas, que entendian en sus ritos y ceremonias, y estos eran tan recogidos, así en honestidad como en castidad, que si alguna cosa fuera de esto á alguno se le sentia, era punido con pena de muerte, y si ahora viesen las cosas de la Iglesia y servicio de Dios, en poder de los canónigos ó otras dignidades, y supiesen que eran ministros de Dios, y los viesen usar de los vicios y profanidades, que ahora en nuestros tiempos en esos reinos usan, seria menospreciar nuestra Santa Fée y tenerla por cosa de burla, y seria tan gran daño, que no creo aprovecharia alguna otra predicacion que se les hiciese. Y pues que tanto en esto va. y la principal intencion de V. M., es y debe ser que estas gentes se conviertan, y los que acá en su real nombre residimos, la debemos seguir, y como cristianos tener de ellos especial cuidado, he querido en esto avisar á V. S. M. y decir en ello mi parecer, el cual suplico á V. A. reciba como de persona súbdita y vasallo suyo, que así como con las fuerzas corporales trabajo y trabajaré, que los reinos y señoríos de V. M. por estas partes se ensanchen, y su real fama y gran poder entre estas gentes se publique, que así deseo y trabajaré con el ánima, para que V. A. en ellas mande sembrar nuestra Santa Fée, porque por ello merezca la bienaventuranza de la vida perpétua, y porque para hacer órdenes y bendecir iglesias y ornamentos y ólio y crisma y otras cosas, no habiendo obispos, seria dificultoso ir á buscar el remedio de ellas á otras partes. Así mismo V. M. debe suplicar á S. S., que conceda su poder y sean sus subdelegados en estas partes las dos personas principales de religiosos que á estas partes vinieren, uno de la órden de San Francisco, y otro de la órden de Santo Domingo,

« AnteriorContinua »