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Sotelo decia, que fuesen al rio de La Plata, á esperar D. Pedro, é nos juntásemos con él; el capitan Juan Arias dixo, que no queria sino guarnecer la dicha nao capitana, é irse por la mar á robar de toda ropa, asi de castellanos, como de portugueses é genoveses, especialmente naos de Indias, é desde allí, irse á Levante, ó á Francia, é así, tenia escogidos todos los hombres traviesos é más recios, para ir con él. É porque su compañero Sotelo estaba de contraria opinion, que él quisiera irse al rio de La Plata, á aguardar á D. Pedro de Mendoza con toda la gente, le quiso una noche ahogar, á él y á sus concerteros, é los echó de la nao grande á la pequeña, é allí echó cuatro ó cinco botas de pan, diciendo que nos fuésemos á España, ó donde quisiésemos, aunque algunos habia, que de cierto sabian que aquello era por disimular, que una noche antes que se partiesen, iba á dar á la nao uno ó dos barrenos, para que se fuese á fondo, y dexarnos allí aislados.

Vino Dios y socorriólo de otra manera, y una mañana en amaneciendo, el maestre de la nao capitana, llamado Juan de Echaruaga, é Martin de Loriaga, contramaestre, é Sancho de Aroza, carpintero, é Martin de Garay, despensero, é otras tres ó cuatro personas, una mañana en alboreando el dia, armados con otros sus marineros que les acompañaron, dieron sobre el dicho capitan Juan Arias é sobre los otros que estaban echados en sus camas, é prendieron al dicho capitan Juan Arias é á Ortiz é á Chaos, alférez, é al alférez del capitan Sotelo, que se llamaba Rincon, é los metieron en la bomba mientras hacian los grillos; é así mismo prendieron á un Falcon de Lebrixa é á un criado de Pavon de Xerez, é así mismo prendieron la tierra adentro, que no pudieron

ser habidos en la nao, Anton de Baena, vecino de Trebuxena, é otro Diego Ximenez é Anton Martinez, é así mismo á un Alejo Garcia Herrero. É presos los sobredichos, el dicho maestre y sus consortes proveyeron de alguacil á uno que se llamaba Ochoa de Menaza para que hiciese justicia con los sobredichos. Alzaron sus banderas por el Emperador en las dichas naos, diciendo que aquella hacienda la tomaban para dar cuenta al Emperador, para que la diese á quien quisiese é por derecho debiese; é dende en tres ó cuatro dias vino el alguacil á la nao pequeña, donde estaba preso el dicho capitan Sotelo, é luego el dicho maestre é sus consortes eligieron por capitan á Juan de Mori, criado que habia sido del dicho Gobernador, é á uno, que se decia Rodrigo de Isla, por maestre, é á uno, que se decia Escovedo, por alguacil, é á un hermano del capitan por despensero.

Ántes de la prision de los sobredichos, llegó parte de la gente que fué la tierra adentro; unos llegaron á 16 de Abril, otros á 18, otros á 20, é los postreros que llegaron era á 30 del dicho mes.

Item, hizo cala de la gente que habia ido y vuelto; hallóse que entre perdidos y muertos no llegaron á las naos cincuenta hombres; é sin estos se cree murieron otros de hambre y perdidos como venian sin guia; así mismo de los muertos que murieron en las naos, fecha sustancia, faltaron veinte hombres; por manera que faltó muy poco para ochenta hombres, entre muertos, perdidos é justiciados. É los que escapamos seria por dos ó tres cosas; la una por ser la tierra frigidísima, tanto y más que puede ser Flandes; la otra porque aunque veníamos flacos y descarnados, hallamos pan que comer, pues nos daban cuatro onzas de pan é un cuartillo de

vino, é de cuando en cuando algun pescadillo que mataban, é algun marisco de lapas y mesellones (1) y cangrejos, y con esto se sostenia la gente; é aun despues de este poco pan que habia en las naos, daban á los pasajeros tres onzas, aunque según nos parecia á nosotros no eran sino dos, sin otra cosa de pescado y carne.

El dicho maestre é su alguacil é consortes establecieron al capitan Juan de Mori por tutor de un hijo del Gobernador, que se llamaba D. Fernando de Alcazaba, menor bastardo, é de su consentimiento se procedió é acusó criminalmente contra los dichos capitanes Sotelo é Juan Arias é sus consortes, y en breve tiempo hicieron justicia é los sentenciaron é degollaron á los capitanes é los pronunciaron por traidores; é así mismo sentenciaron á Chaos é Ortiz, cabos de escuadras, é Pedro de Yaraza é Diego del Rincon á que fuesen ahorcados é les echasen sendas pesgas (2) á las gargantas élos echasen á fondo; así mismo ahorcaron de la entena de la nao á Benito Falcon de Lebrixa é á Juan Gallego, criado de Pavon, é al alguacil que habia por nombre Alexo Garcia, que habian elegido los dichos capitanes, á que quedase desterrado en esta tierra por diez años, é procedieron contra los ausentes, que eran los que huyeron.

(1) Lapa, especie de marisco que tiene forma de caperuza y se adhiere fuertemente á las peñas y á los buques; mesellones, está sin duda por mejillones, otra especie de mariscos, muy semejantes á las ostras.

(2) Pesga, lo mismo que pesa. Así Torres Naharro en su Propaladia, impresa en Madrid, en 1574, sátira p., 6., b. dice:

Navego en barquillos,
Combato con naves,
Las pesgas de plomo

Me son menos graves.

Item, los dichos capitanes, pasados y presentes, daban de racion de pan á los pasajeros cuatro onzas de pan cada dia, é obra de un cuartillo de vino, sin otra cosa ninguna; asimismo enviaron á las islas junto á donde estábamos surtos, obra de dos ó tres leguas, á matar de los lobos y leones sobredichos, en que bien matarian trescientos ó cuatrocientos dellos, de los cuales hicieron siete ú ocho botas de carnaje por el camino. Los cuales se mataban con porras, dándoles en los hocicos ó en la cabeza, porque de otra manera era imposible matallos, porque muchas veces los pasaban de parte á parte con espadas y lanzas, y era por demás. Los hígados de estos lobos eran tan ponzoñosos, que á todos aquellos que los comieron los dió calenturas con dolor de cabeza, é despues se pelaban todo el cuerpo, é algunos murieron. É acaeció que se levantó una noche una novela diciendo que algunos no querian obedecer al dicho capitan Juan de Mori por su capitan, ni á su hermano por despensero; sobre ello fueron presas algunas personas, entre las cuales fueron presos el capitan Rodrigo Martinez é Alonso Mostrenco é Hernan Perez é otros dos portugueses, é algunos destos fueron sentenciados á tormento de agua é polla, (1) é dióse á los portugueses. É visto que estábamos esperando mucho tiempo habia, y el mantenimiento se nos acortaba, nos aniquilaron las raciones del pan y del vino, no dando ótra cosa á cada hombre sino dos onzas de pan á cada pasajero, y al marinero tres de carne de los lobos, una vez al dia; el vino quitaron á los pasajeros, de manera que les daban una tacilla de vino al comer,

(1) Acaso polla esté aquí por ampolla, y se refiera á alguna manera de tormento dado con alguna ampolla ó vasija de agua.

pequeña, con que absolutamente nos sostenia Dios, é no por los mantenimientos que nos daban. Hasta hoy, dia de San Bernabé, no acudió más gente de la perdida; remedie Dios lo porvenir.

Item, á 13 del mes de Jurio, visto el poco pan que teníamos, lo quitaron del todo, y no nos daban otra cosa de racion sino obra de una libra de carne del dicho lobo, para tres hombres cada dia, y una taza de vino, tan pequeña, que tres de ellas podian hacer un cuartillo.

Item, á 17 del dicho mes, miércoles á medio dia, hicimos vela del puerto de los Leones, é salimos afuera, é allí surgieron aquel dia; en este dia, el maestre de la nao capitana y sus consortes sentenciaron al capitan Rodrigo Martinez é á Nuño Alvarez, portugués, é á Alexo Garcia, á que quedasen desterrados en el dicho puerto de los Leones, en tierra firme, por diez años, donde si Dios no lo remedia, será por toda su vida, por razon de la mala tierra y no tener qué comer y ser inhabitable.

En este mismo dia hicimos vela, mediante Dios, é dende en dos dias que caminábamos, el mantenimiento que nos daban por racion seria hasta dos libras de carne de los dichos leones, cocida, para entre cinco hombres, é una galleta de vino, que podria tener hasta azumbre y media de Castilla hecho brevaje, é pan ninguno, esceto á los marineros, que les daban dos onzas.

Item, á 21 del dicho mes se perdió la nao capitana, nombrada la Madre de Dios, con viento bonancible y calma, la cual no hemos visto ni sabemos con qué intencion se fué, la cual nos llevó todas las armas y vestidos de todos.

Item, en lunes 26 dias del dicho mes, en todo el dia y la noche, hobimos grande tormenta de granizos é true

TOMO V.

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